NEOLIBERALISMO EN LAS FINANZAS MEXICANAS 1994-1999

NEOLIBERALISMO EN LAS FINANZAS MEXICANAS 1994-1999

Gustavo Alberto Barredo Baqueiro
Universidad del Mayab

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CAPITULO IV

EFECTOS FINANCIEROS EN LAS EMPRESAS MEXICANAS.

4.1 Introducción.
Todo el contexto desarrollado en el capítulo anterior, ha sido el marco macroeconómico en el cual las empresas mexicanas se han tenido que desenvolver, con todos los embates que ello le ha ocasionado, básicamente el decremento de las ventas, y en el incremento de los costos, tanto de producción como de capital. A menudo se habla de que la competitividad es el único factor que podrá poner a la empresa mexicana en el nivel requerido para poder crecer y desarrollarse, pero esto necesita definitivamente de una inversión, que conlleva un costo, y muchas de las veces este  ha sido mayor que el beneficio, por que paradójicamente no se han tomado las medidas suficientes para incentivarla.
A lo largo de la historia de la administración se han ido cambiando los enfoques del objeto de estudio, así en los años 50´s el enfoque se centraba en  la producción; en los 60´s, en la mercadotecnia; en los 70´s, en la formulación de estrategias; en los 80´s, en la calidad; en los 90´s en la atención al cliente, y para el nuevo milenio el enfoque se está centrando en la creación del valor, que sin duda la creación de este para el accionista, para el cliente y para el personal será causa y efecto de la competitividad.

4.2 Nivel de Competitividad.
La competitividad mexicana se enfrenta a diferentes problemas, entre otros: problemas de corrupción, altos costos de capital, una infraestructura inadecuadamente planeada, y mediana capacidad de manejo innovador, rentable y responsable de las empresas del país.
México ha perdido competitividad, y ha bajado del lugar 34 que ocupaba en 1998, al lugar 36 en 1999, de un total de 47 países evaluados en diferentes rubros (según the world competitiveness yearbook). En una escala del 0 al 100 a México se le otorgó menos del 55% en el desempeño general de su economía doméstica (interna); 41% en internacionalización (comercio internacional); 51% en gobierno y 37% en finanzas, asimismo se calificó con 43% en infraestructura (relación en que los recursos y sistemas son adecuados y sirven para cubrir las necesidades básicas de los negocios). En lo que respecta al manejo innovador, responsable y con rentabilidad de las empresas (management), fue calificado con menos del 50%. En lo referente a la disponibilidad y calificación de los recursos humanos, se le calificó con un 45%.
En lo referente a Ciencia y tecnología, México ocupa el lugar 41, y en lugar 31 en materia de incentivos para la inversión, destacando ciertas facilidades para que empresas extranjeras puedan tomar el control de empresas nativas. En cuanto a la política fiscal y captación de ingresos vía impositiva, se detectó un alto grado de evasión ocupando el décimo lugar de los 47 países, y en el campo de las finanzas es notable el lugar 44 que se otorga a México por el alto costo de capital, como factor que impide el desarrollo de negocios de manera competitiva.1

4.3 ¿Creación de Valor para las empresas mexicanas?
La filosofía de creación de valor, se ha escogido para poder analizar con enfoque moderno el desenvolvimiento de 42 corporativos mexicanos durante el período de crisis a principios de 1995, hasta diciembre de 1997, y así demostrar la deficiente fortaleza financiera para afrontar los embates que se aproximan.
En los nuevos enfoques de valuación, las ganancias se convierten en el componente más representativo de la solidez financiera, estas constituyen la fuente de crecimiento interno de capital, condicionan la capacidad del negocio para acceder a fuentes de financiamiento y modelan la imagen de la empresa en el mercado. La atención debe centrarse en la rentabilidad, ya que sin ella una empresa no podría sostenerse durante mucho tiempo.
Después de realizar un estudio a través  del método multivariado (indicador ex -ante), se determinaron índices de desempeño de cuatro áreas de análisis financiero: Índice de Rentabilidad, índice de Apalancamiento, índice de Liquidez, e índice de ciclo de caja; los resultados fueron los siguientes:
Los problemas financieros que enfrentaron la mayoría de las empresas mexicanas después de la devaluación de 1994, afectaron negativamente sus niveles de rentabilidad, en el primer trimestre de 1995 el índice de rentabilidad tuvo el nivel más bajo,  llegando al 1.0 negativo, es decir ubicándose abajo del nivel promedio (el promedio es cero),  sin embargo en 1996 se repuso alcanzando su mejor desempeño en marzo de 1996, para estabilizarse posteriormente. Este índice se explica por lo siguiente: La rentabilidad sobre el capital (ROE) fue 22% negativo, el margen de utilidad neta en 12.7% negativo, y la rentabilidad sobre activos (ROA) en 4.1% negativo. Como se mencionó el repunte se dio en marzo de 1996, dadas las políticas de expansión de exportaciones y disminución de importaciones implantadas por el gobierno federal, sin embargo después del embate dado por la crisis, las empresas tardaron un año y un trimestre para recuperarse.

En lo referente al índice de apalancamiento, se muestra una clara tendencia a disminuir desde el comienzo de la crisis. La deuda total (a corto y largo plazo) pasó de representar el 97% del patrimonio neto en el primer trimestre de 1995, a 62.4% al cierre de 1997, esto se debe por un lado, a la drástica reducción del otorgamiento de créditos por parte de la banca mexicana, y por otro lado a la implementación de políticas de desendeudamiento por parte de las empresas ante el encarecimiento del costo del dinero, pese a esto la rentabilidad de los negocios se estuvo recuperando, por lo que las empresas estuvieron utilizando recursos propios, y financiamiento de proveedores, para recuperarse de la crisis.
En lo que respecta al índice de liquidez, se muestra una trayectoria muy particular manteniéndose relativamente estable durante 1995 y 1996, para repuntar drásticamente en 1997. El capital de trabajo representó el 13.7% de los activos totales al inicio de 1995, colocándose en 13.2% y 17%, al cierre de 1996 y 1997, respectivamente. Hay diferentes factores que pueden explicar el crecimiento de la liquidez en 1997, uno sería que durante ese año las empresas hayan acumulado activos líquidos para enfrentar una posible contingencia dado el entorno macroeconómico inestable; otro factor puede ser la necesidad de financiar el ciclo financiero de las empresas (período para operar el capital de trabajo), dado el incremento en el ciclo operativo total, y la imposibilidad de conseguir créditos externos.
El ciclo operativo (ciclo financiero y el ciclo de pago a proveedores) para las 42 empresas consideradas en conjunto, pasó de 145 días en 1996 a 161 días en 1997, aumentando 16 días; en tanto que el ciclo financiero pasó de 92 días a 109 días en el mismo lapso, incrementándose en 17 días, esto es, si el ciclo operativo aumentó en 16 y el financiero en 17, la diferencia de un día es una disminución en el plazo de financiamiento por parte de los proveedores. El incremento en el ciclo financiero se debió, a su vez a un aumento en el capital de trabajo, pues durante 1997, no solo se acumularon inventarios (el plazo promedio de inventarios pasó de 88 a 93 días), sino que también aumentó el plazo del cobro a clientes (de 57 a 68 días). De esta forma, durante 1997 las empresas acumularon inventarios, a la par que se incrementó el plazo de crédito a clientes. Así se aumentó las necesidades de financiamiento del capital de trabajo, lo cual no pudo compensarse con el financiamiento de los proveedores, ni de las instituciones bancarias. Esta circunstancia obligó a las empresas a elevar su nivel de liquidez, esto obligó a las empresas a reinvertir utilidades, y por ende a sacrificar la realización de nuevos proyectos, limitando el crecimiento de las empresas, y también de la competitividad.
En cuanto al índice de ciclo de caja, se puede observar que desde el primer trimestre de 1995 y diciembre de 1996, tiene una tendencia a la baja, con excepción del último trimestre de 1995 y el primero de 1996, esta trayectoria en acorde con el incremento del índice de rentabilidad, ya que la disminución del ciclo de caja permite tener una mayor rotación de la producción, y así aumenta la rentabilidad.
Observando por último el índice de desempeño global, que no es más que el compendio de los índices analizados, notamos que en el primer trimestre de 1995 el índice de desempeño global parte de un nivel bajo, dada la existencia de una rentabilidad y liquidez también bajas, e índices de apalancamiento y ciclo de caja altos. Conforme se va recuperando la rentabilidad y van disminuyendo los ciclos de apalancamiento y el período del ciclo de caja, las empresas mejoran su desempeño global. Esta recuperación es relativamente rápida entre el primer trimestre de 1995 y el primer trimestre de 1996, y un poco más lenta en el resto del período (hacia el último trimestre de 1997). Tal suceso, como se comentó, estuvo asociado a la estabilización de los niveles de rentabilidad y un aumento en el período del ciclo de caja, que no fueron compensados por la disminución en los niveles de apalancamiento y el aumento en la liquidez.
Otro enfoque del componente ex-ante es el Valor Económico Agregado (VEA),  cuyo objetivo es analizar la capacidad administrativa para elevar la creación del valor de las empresas y riqueza para los accionistas, la finalidad es ver si la utilidad neta después de impuestos es mayor que el costo del Capital Operativo Invertido, indexando el riesgo del mercado en general, para el VEA, no basta con que la empresa sea rentable, sino que tiene que ser lo suficientemente rentable para satisfacer las expectativas de los inversionistas, una vez que estos tomaron en cuenta el nivel de riesgo de la compañía.
La fórmula es la siguiente:
VEA= UODI- (c*)

En donde:

VEA= Valor Económico Agregado.
UODI= Utilidad Operativa Neta después de impuestos = Utilidad Neta + Intereses - ahorro fiscal de los intereses.
c* = Costo de Capital = ROE (Capital Contable/COI)+i (1+Tx) (Pasivos con costo/COI)

En donde:

ROE= Rentabilidad sobre el capital = TLR+ B (RM-TLR)
B = Representa una medida de riesgo sistemático.
TLR = Tasa libre de riesgo.
RM = Rendimiento del mercado accionario en su conjunto.
COI= Capital Operativo Invertido = Activos Totales Netos = Activos Fijos Netos (no incluyen depreciación) + Capital de Trabajo.
i = Representa la tasa de interés de los pasivos.
Tx =  La tasa de impuestos.

El resultado de la ecuación podría ser:
a) Si UODI    c* (Capital Operativo Invertido al inicio), la empresa creó valor, pues las utilidades generadas durante la operación del negocio, superan la rentabilidad esperada por los dueños del capital.
b) Si UODI    c* (Capital Operativo Invertido al inicio), la empresa destruyó valor.
c) Si UODI  =  c* (Capital Operativo invertido al inicio), no se crea ni se destruye valor.
Otra forma de presentar los resultados del VEA, es en términos de Tasa de Agregación de Valor (TAV). Expresado de la siguiente manera:
TAV = VEA / COI
En donde:
TAV = Tasa de Agregación al Valor.
VEA = Valor Económico Agregado.
COI = Capital Operativo Invertido.

Considerando este método (TAV), vemos que al cierre de 1997 el conjunto de los 42 corporativos ha destruido valor por 9.8% de su Capital Operativo Invertido. Se aprecia que durante todo el período posterior a la devaluación de 1994, los corporativos mexicanos estuvieron perdiendo valor, es decir los recursos generados fueron inferiores e incluso negativos a los recursos esperados. En particular, la mayor destrucción del valor se dio del primer trimestre de 1995 al segundo trimestre de 1996, periodo durante el cual los negocios perdieron valor a tasas superiores al 20% de su capital operativo. Al cierre de 1997 la tasa de agregación al valor, siguió negativa, pero considerablemente inferior (-4.44%, aunque ponderándolo sería realmente un 9.8%).
Se puede observar una recuperación paulatina de comienzos de 1995 a finales de 1997, más o menos el período entre las dos crisis, la nacional de finales de 1994 a la importada de 1997-1998. Para esto como se ha comentado la estrategia seguida por las empresas consistió en reducir el ciclo de negocio, dando una mayor rotación a los activos, al mismo tiempo que se disminuía el nivel de apalancamiento y se incrementaba la liquidez.

4.4 Análisis de expectativas.

Hasta ahora el enfoque de análisis, ha sido de manera retrospectiva, con un indicador ex-ante. Ahora vamos a introducirnos al análisis de expectativas, desde las que se presentaron a finales 1997 hasta las que prevalecen a junio de 1999. Para esto utilizaremos el método de Valor de Mercado Agregado (VMA), y lo utilizaremos como un indicador ex-post, o indicador de expectativas.
En el análisis que se está presentando se han tomado 42 corporativos mexicanos que cotizan en bolsa, por lo que los inversionistas también juegan un papel sumamente importante en la calificación de las expectativas de las empresas, representado por el valor de mercado de las acciones; si este valor aumenta, a través de la demanda de los títulos, se están enviando un signo de que se espera un buen desempeño en las empresas, lo que también da tranquilidad al escenario macroeconómico; por el contrario si los títulos se venden (se ofrecen), el valor disminuirá, lo que significa que no tienen buenos augurios para el desarrollo empresarial, y esto también es sentido por el mercado, y por la economía en general.
Es importante recalcar que la aplicación de este método no se hace con el fin de pronosticar cambios en los precios de las acciones, sino utiliza las cotizaciones como un indicador de alerta temprana que evalúa el desempeño financiero de las empresas en el futuro. El MVA es una medida de desempeño corporativo, que evalúa el desempeño de los negocios tomando en cuenta tanto la información histórica, como las perspectivas.

La fórmula de cálculo es la siguiente:
VMA % = (V.M-V.L / V.L.)*100
En donde:
VMA = Valor de Mercado Agregado.
V.M = Valor de Mercado
V.L = Valor en Libros.

Es decir a la diferencia entre el Valor de Mercado y el Valor en libros, se le conoce como Valor de Mercado Agregado (VMA).
¿Cuál es la relación que se guarda entre el Valor de Mercado Agregado (VMA), indicador ex-post, y  el Valor Económico Agregado (VEA), indicador ex-ante?, la respuesta técnica de Stewart (creador del VEA), es que el VMA es el valor presente de los VEA´s esperados, utilizando como factor de descuento el costo de capital, sin embargo esta relación es de tipo teórica, y bajo un escenario de mercados eficientes, el cuál no existe, pero pese a los sesgos en la evaluación del mercado financiero, acerca de los negocios, dicho sesgo no es suficientemente grande para invalidar la aplicación de este método. La relación teórica existente, radica en el ajuste dado en el costo de capital, ya que, recordemos, parte importante del costo de capital va en relación con la utilidad o pérdida del mercado accionario en general (VEA), es decir mientras más utilidades existan en el mercado, mayor será la utilidad que los inversionistas esperan obtener por su dinero, mientras menor sea el rendimiento accionario en general, menor será el rendimiento esperado. Sin embargo lo importante para nuestro análisis es que de la manera como el mercado perciba las expectativas de crecimiento de los negocios, será el comportamiento de variable macroeconómicas, v.g. tasas de interés, Tipo de Cambio, e inflación. Si las expectativas de los inversionistas cae, es muy probable un aumento en tasa de interés, un ajuste en el T.C., incremento de la inflación, así como nerviosismo que traerá nuevamente un costo no recuperable en el corto plazo, costo que se incrementará  de nuevo en el Costo de Capital de las empresas.
Lo interesante de este enfoque es “ver” como “ve” el mercado,  no sólo como “ve” el Estado la situación económica del país, y por ende de las empresas inmersas en su economía. De finales de 1997 a mediados de 1998 las expectativas del mercado disminuyeron, esto es lógico tomando en cuenta, que nos encontrábamos en medio de una crisis importada, que afectaba gravemente el desempeño del país; sin embargo a finales de 1998 se vio un incremento de confianza en el crecimiento y fortalecimiento de la I.P (Iniciativa Privada) en el país, sin embargo a mediados de 1999, parece que el mercado le está apostando más al estancamiento empresarial que al crecimiento de este (Sector Empresarial). A diferencia del crecimiento que el Estado percibe, al emitir las variables macroeconómicas pronosticadas, ¿Por qué?, la lógica fría de los números no siempre marca el camino, sobre todo cuando están mezcladas tantas variables, como lo es, desde luego, la política. Nos acercamos a una transición de gobierno, lo cual crea cierta inestabilidad en los mercados y, por ende a las variables macroeconómicas. A pesar de las estrategias del Estado para “Blindar”  la economía, parece ser que la Iniciativa Privada entiende que el “Blindaje” podría ser solo un “esmalte”, si no se crece desde dentro, es lógico, después de analizar el ranking de competitividad en el que nos encontramos, que las empresas sientan dificultad para empujar y sostener un crecimiento, como el que se propone, se entiende la desconfianza de apostarle al peso mexicano, con el riesgo latente de otra posible devaluación.

4.5. Efectos en el nivel de vida.

4.5.1 Introducción.
Por último, después de analizar los efectos del Neoliberalismo a nivel país, y a nivel empresa, vamos a analizar dichos efectos, pero en el nivel de vida de las personas, de los mexicanos, que al final de cuentas somos nosotros.
El  artículo 90 de la Ley Federal de Trabajo señala: “Salario mínimo es la cantidad menor que debe recibir en efectivo el trabajador por los servicios prestados en una jornada de trabajo. Esta deberá ser suficiente para satisfacer las necesidades normales de un jefe de familia en el orden material, social y cultural, y para proveer a la educación obligatoria de los hijos”. Otra vez nos encontramos con las contradicciones, si la definición (cualitativa) de salario mínimo, va de acuerdo con la cuantificación del mismo; el mismo Adam Smith, hace más de doscientos años aclaró: “Por mercancías necesarias entiendo no sólo las necesarias para el sustento de la vida, sino todas aquellas cuya carencia es, según las costumbres de un país, algo indecoroso entre las personas de buena reputación, aun entre las de clase inferior... Su falta denotaría ese deshonroso grado de pobreza”. 2
Parece increíble, pero existe gente, como Mollie Orshansky que defiende que, “La pobreza, como la belleza, está en el ojo de quien la percibe”, lo cual es meramente subjetivo y por lo tanto falso, la belleza es objetiva, y tienen tres condiciones: integridad o perfección - ya que por el mismo hecho de estar deterioradas las cosas son feas -, la debida proporción o armonía, y finalmente, el esplendor o claridad. (Suma Teológica, I, 39, 7).3 Sería un error hacer de la belleza una experiencia puramente subjetiva, como lo hicieron los idealistas, ya que sería una negación implícita de la objetividad de la verdad. La pobreza también es objetiva, reside en el nivel de vida que no alcanza las normas mínimas, es decir un estado de necesidad de sustento de  vida, y requiere no sólo de la satisfacción de esas necesidades, sino de la humanización de las mismas, es decir de aquello que no lastime la dignidad del hombre, rebajándolo como un animal.

4.5.2 Involución del Nivel de Vida.
Resulta evidente (ver cuadro 4.4 y su gráfica 4.8) la merma no sólo de la capacidad de ahorro, sino de que el consumo de los hogares mexicanos ha rebasado su capacidad de ingreso, el análisis hecho es hasta 1996 ya que es la última encuesta con la que el INEGI cuenta, a la fecha de elaboración de esta tesis.
Para actualizarnos un poco más, analicemos los datos de la Secretaría del trabajo y Previsión Social, refiriéndose a la distribución del Ingreso para 1997 (Gráfica 5.2) y la involución del poder adquisitivo del salario mínimo  proporcionada por la División de Estudios Económicos y Sociales de Banamex (Gráfica 5.3).
Por último en la gráfica 5.4, se observa la cantidad de horas a la semana que un trabajador que obtienen el salario mínimo tiene que trabajar para poder sufragar los gastos de una canasta básica.
Analizando el cuadro 5.2 notamos que el ahorro potencial, es el reflejado por los mayores múltiplos al S.M.G, sin embargo según cálculos de diversos analistas, se calculan en 100 mil millones de dólares los ahorros mexicanos fuera de nuestro país, 4 de manera que nos enfrentamos a dos grandes problemas, uno: la falta de recursos para la satisfacción de las necesidades del grueso de la población, que por ende nos presenta una falta de ahorro, y por otro lado, las personas que están en condiciones de ahorrar, lo hacen, pero no en nuestro país, por lo que parece difícil romper el círculo vicioso creando fuentes de trabajo (no de empleo) para que la gente pueda progresar.
En lo referente al desempleo abierto parece haber una ligera mejoría, al encontrarse en mayo de 1999 a una tasa del 2.44%, siendo que en lo más profundo de la crisis llegó a los niveles del 7.6% en agosto de 1995, sin embargo esto no significa una elevación real del nivel de vida, ya que existe mucha gente subempleada, con ingresos que no llegan ni al salario mínimo, y que no cuentan con las prestaciones de seguridad social a que tienen derecho. 5Además para tener una idea de los indicadores de competitividad, comparando los salarios por hora de un mexicano en la industria manufacturera a mayo de 1999 (1.8 dólares), contra el mismo salario de un obrero estadounidense (13.8 dólares), encontramos la desproporción tan grande que existe entre ambos. (INEGI)
En realidad quería terminar este apartado, con un recuento de  pobres, porque además los hay en diversas clasificaciones; por lo que en base a las declaraciones - un tanto escuetas - del Director de la Secretaría de Desarrollo Social, Esteban Moctezuma, el 5 de mayo pp., traté de ampliar los datos, pero nunca quisieron darme la información, orden dada por el Delegado de la Secretaría de Desarrollo Social en Yucatán, Ing. Rubén Leirana Canto, adjudicándole la responsabilidad de proporcionarla (la información) al INEGI. Este Instituto (INEGI) no contaba con ningún dato al respecto –eso me dijeron -. Después de hablar a México (INEGI), me informaron que son datos muy difíciles de proporcionar, pero al parecer, no sólo difíciles sino imposibles. Algo que en realidad, me da mucho que pensar.
Baste entonces mencionar, que en la actualidad se calcula que existen más de 40´000,000 de pobres, de los cuales se calcula que 26´000,000 de ellos, viven en el extremo de la pobreza.6

1 Cfr. Guadarrama, José. “Corrupción, talón de Aquiles de la competitividad”. El Financiero (junio 22, 1999), sec. Negocios, p.26

2 Cfr. Boltvinik, Julio. Pobreza y Estratificación Social en México. México: Ed. INEGI y CM, 1994., p.7

3 Cfr. Ochoa, Teresa. Apuntes de Metafísica para el Seminario Conciliar de Yucatán. Sección 4, pág. 9

4 Cfr. “La economía y tu bolsillo”.  Nuevo Inversionista. México (agosto, 1999).  P.32.

5 Id. P.33

6 Cfr. Ruiz, Yolanda. “La Pobreza de Progresa”. Expansión. México, (Julio, 1999). pp. 63-65.