IMPACTO ECONÓMICO EN GUANAJUATO DE LA CRISIS FINANCIERA INTERNACIONAL SUBPRIME DE 2008

IMPACTO ECONÓMICO EN GUANAJUATO DE LA CRISIS FINANCIERA INTERNACIONAL SUBPRIME DE 2008

Jorge Isauro Rionda Ramírez
Universidad De la Salle Bajío

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OCASO DEL FORDISMO, SUBEMPLEO E HIPOTECAS SIN FONDO

La actual crisis subprime estadounidense se inicia en el año 2008 con la sobre acreditación de fondos de fomento por los bancos de desarrollo norteamericanos que, en la búsqueda incrementar sus rentas colocaron en mercados bursátiles donde sus activos fueron sujetos a reventas interbancarias.

La insolvencia se da cuando la tasa de desempleo crece en la Unión Americana a efecto de la crisis del fordismo que desde los años 60 empezó a manifestarse cuando los tigres de oriente le empiezan a restar mercados y Europa implementa políticas de sustitución de importaciones (especialmente estadounidense), lo que retrae el mercado internacional de los estadounidenses y que les lleva a la crisis financiera de 1971.

Es en los años 90 de la centuria pasada que la Unión Americana relocaliza una gran parte de su industria en otras geografías trasnacionales, donde destacan las asiáticas y las latinoamericanas. El desempleo creciente es sufragado con la implementación de la flexibilidad laboral que hace que los estadounidenses poco a poco dejen de trabajar (en un único trabajo) 40 o 30 horas a la semana y se empleen por menos horas, colocando sus espacios “libres” en otros trabajos.

La precarización del empleo y el creciente subempleo van a lastimar a uno de los principales negocios estadounidenses: las hipotecas. Colocadas a largo plazo (30 o 40 años), ante el subempleo y desempleo creciente la insolvencia económica de los adquirientes pronto pone en crisis tanto a las propias hipotecarias como a las aseguradoras, pegándole finalmente a la banca de dicho país.

Las hipotecas “ninja”, como se les ha dado a llamar, son efecto de pasivos creados para una población trabajadora que en la merma de sus ingresos como efecto del creciente desempleo y subempleo, pronto ven su incapacidad de pago ante sus compromisos creados a largo plazo.

Las quiebras crearon liquidaciones que de banco a banco llevaron a sobregirar una misma hipoteca hasta 35 veces. Tocaron el fondo de la insolvencia y finalmente el sistema financiero estadounidense entra en quiebra. Dado que la economía norteamericana controla el 30% del mercado mundial, es mediante este mecanismo que trasmite su quiebra a sus principales socios comerciales, entre ellos México quien el 95% de sus importaciones las compra en esta nación y a quien vende el 95% de sus exportaciones. Si los estadounidenses dejan de comprar a México, en México la caída de la demanda externa lleva a la quiebra primero a los compradores-vendedores directos, y consecuentemente a una larga cadena de proveedores quienes pronto ven reducidos sus negocios.

La crisis norteamericana es la crisis de las grandes empresas, mayoritariamente de la industria automotriz. El gobierno republicano de George Bush (hijo), fue un gobierno elitista, de plutocracia. La crisis que finalmente es de la élite de los magnates grandes empresarios estadounidenses (entre ellos la familia Bush), les cuesta las elecciones que favorecerán abiertamente a los demócratas. Y no se hable de un voto de castigo, sino uno de reivindicación de la búsqueda de la clase media norteamericana por rescatar los planteamientos socialdemócratas generados desde los años 30 de la vigésima centuria con el gobierno de Franklin Delano Roosevelt.

El modelo globalizador emprendido desde los años 90 de la misma centuria, nada menos por G. Bush (padre), tuvo un costo social que resultó finalmente en un costo político: el subempleo y desempleo que causa la implementación del esquema de producción flexible a escala regional (continente Asiático como de América, principalmente), explica la pérdida de votos de los republicanos.

No solo se habla de un cambio de clase política, sino del rescate de la sociedad estadounidense de su gobierno en manos de una plutocracia que usó el aparato de gobierno en razón a sus intereses de capitalización (como ejemplo la guerra contra Iraq de 1991 – 1993 y la del 2003).

Similar al fenómeno Vicente Fox en México, a quien el PAN le debe las elecciones del 2000 y su éxito al tomar las riendas del Ejecutivo nacional; Barack Obama da al partido demócrata el triunfo. No por efecto de la plataforma electoral del partido demócrata sino por la persona política del candidato y lo que representa para el pueblo norteamericano.

No se vota por los demócratas, sino por la clase media a quien representa el candidato estadounidense por dicho partido para la presidencia. Este hombre representa la reivindicación de la democracia americana y del rescate de su gobierno como un gobierno del pueblo, por el pueblo y para el pueblo, el cual en manos por 8 años de los republicanos funcionó como un gobierno del pueblo (porque lo financia el pueblo con sus contribuciones fiscales), pero haciendo por la plutocracia y trabajando para esta élite de grandes empresarios estadounidenses.

Si la crisis es sistémica, con base al teorema de Kondratieff, igual que hace 70 años F. D. Roosevelt, el actual presidente estadounidense aparece como una nueva administración y con propuestas que muchos de sus críticos ya califican como un nuevo y renovado capitalismo. La cuestión es saber de este “nuevo y renovador” esquema cuál es su carácter y sus características. Por lo que hasta ahora se ha visto al menos se entiende que es de corte socialdemócrata.

De ser así, quizá ahora sí sea viable en México para el 2012 un gobierno con el mismo cáliz de ideología política y no se repitan los desaires políticos de la izquierda en México vividos en los comicios de 1988 y 2006.