PATRIMONIO CULTURAL INMATERIAL DE NAYARIT A TRAVéS DE LA VISIóN DE SUS PORTADORES

PATRIMONIO CULTURAL INMATERIAL DE NAYARIT A TRAVéS DE LA VISIóN DE SUS PORTADORES

Wendy Guadalupe Carvajal Hermosillo (CV)
Universidad Autónoma de Nayarit

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Santiago Ixcuintla juegos tradicionales

Testimonio de Antonio Fausto Rodríguez
El señor Antonio Fausto Rodríguez, nacido el 11 marzo de 1960, dedicado a la agricultura y comerciante quien nos platica sobre juegos tradicionales que él jugaba de pequeño.
Relata el señor Antonio: “Bueno cuando yo era pequeño los juegos más populares eran el bote este juego consistía en tirar un bote lo más lejos posible, mientras la persona que le tocaba recoger el bote iba por el los demás corrían a esconderse, cuando el niño recogía el bote lo ponía en un lugar y salía a buscarnos y cada que encontraba alguno de nosotros sonaba el bote contra el suelo diciendo un, dos, tres y el nombre del que encontró pero siempre cuidando que no le ganaran alguno de los que estaba escondido a tocar el bote porque en ese momento se acababa el juego, cuando se encontraba a todos el primero encontrado era el que le tocaba ir por el bote y buscar a los demás, estos juegos por los regular se jugaban en la noche ya que había más lugares donde esconderse y era más difícil que nos hallaran , otro de los juegos que jugábamos eran los trompos, hacíamos una rueda y se ponía el trompo del adversario y teníamos tres intentos para sacarlo con otro trompo si fallabas te tocaba poner tu trompo y si lo sacabas ya ganabas, la apuesta era una cierta cantidad de tecos o perder tu trompo, los tecos consistían en enterrar el trompo del ganador con la punta hacia arriba y amarrábamos el trompo del perdedor con una cuerda y golpeábamos contra la punta del trompo del enterrado para causarle agujeros y daños hasta quebrarlo, también jugábamos a las canicas todos teníamos un bule lleno de canicas y las apostábamos en cada juego, siempre el más bueno tenía el bule más grande lleno de canicas claro que ese era yo jajaja, esos eran los juegos que jugábamos nosotros los hombres y las niñas jugaban a la brinca soga, a la matatena, unas a las muñecas y cuando jugábamos todos juntos por lo regular era a las escondidas y a los quemados, también jugábamos mucho lo que era el béisbol, básquetbol y voleibol, esos son los juegos que más recuerdo a también a las cebollitas pero eso era más por estar abrazando a las chiquillas uno de aprovechado bueno unos más que otros”.
Testimonio de Santos Covarrubias Cárdenas
El señor Santos Covarrubias Cárdenas de 64 años de edad nos habla de los juegos tradicionales que se jugaban aquí, en Pozo de Ibarra:
“Cuando nosotros estábamos chicos en primer lugar nosotros jugábamos a las pichas y pues béisbol, a los chiquillos nos gustaba el béisbol nos gustaba jugar beis callejero en las esquinas de las calles esas eran las bases, y luego que a veces que estábamos aburridos jugábamos que a las escondidas se escondía uno, eda, y al que hallaban primero era el que seguía el turno de buscar a los que se escondían, y pues también usábamos mucho jugar a las carretas, unas carretas que construíamos con ruedas de habas una horqueta y nos íbamos a las bajadas del bordo del poblado a aventarnos y a veces se quebraban las ruedas de la carreta y pues uno rodaba también así nos subíamos un rato uno y un rato otros, también jugábamos con los columpios los amarrábamos en los árboles y así nos paseábamos un rato cada quien, las mujeres jugaban el bebeleche, la brincasogas y también jugaban a las cebollitas a veces de mujeres a veces de hombres pero también jugábamos revueltos, esos los jugábamos en el recreo de la escuela, a mí me gustaba mucho el beis y también jugué el futbol aunque ya me dolían mucho los pies porque jugábamos llanero ya ves, también se jugaba a los trompos eso casi no me gusto porque siempre me ganaba era malo para eso, a pero para las canicas ese juego si me gustaba y si era bueno eso me gustaba más que el trompo, tenía varios bules llenos de canicas que ganaba, también jugábamos mucho con la resortera nos íbamos a la tirada a matar cocochitas, güilotas y hasta armadillos, a también me gustaba mucho la pítima ahora le llaman rayuela nosotros le decíamos la pítima se hacían dos rayas y de atrás de una se lanzaba una moneda a la otra raya y el que quedaba más cerca de la raya era el que ganaba aquí se hacían las bolononas de gente jugando a la pítima esos son los juegos que yo recuerdo que jugábamos más”.
Testimonio de Filemón Ruíz
El señor Filemón Ruíz nos hablará de los juegos tradicionales que en Amapa se jugaban: “Nosotros jugábamos las pichas, el trompo, el columpio, la brinca sogas, las escondidas, el patín como las patinetas de ahorita pero que nosotros mismos los hacíamos con ruedas de habas o también hacíamos carretas con las mismas ruedas de habas cortábamos 4 habas y 2 palos de medida se perforaban las habas y se le metían los palos después se colocaba una tabla clavada con una caja de madera para sentarnos y nosotros mismos las jalábamos con un chiquillo arriba le amarrábamos una soga uno se subía y otros lo jalábamos y así nos divertíamos, antes jugábamos a esconderse uno también o a los quemados o encantados corrías a que no te tocara el que la traía porque si no te encantaba y tenías que esperar a que un compañero te tocara para que te desencantaran y así, también jugábamos a los trompos a veces uno los hacia y otros los comprábamos, los que hacíamos era con una rama de guayabo más o menos gruesa la cortabas y la tallabas con una navaja y le ibas dando forma después solo ibas a que le pusieran la punta de un clavo, también jugamos el yoyo, en el recreo jugábamos al volibol también las mujeres jugaban al bebeleche y el voli ellas por lo regular nomas jugaban eso.
También jugábamos al béisbol pero ese lo jugábamos en la esquinas de la calle donde más nos juntábamos todos y ahí agarrabas un garrote de escoba o cualquier palo ya ves sacaban la pelota hacíamos los equipos y a jugar ahí en la esquina a echarle chingadazos ya ves uno cuando esta chiquillo como sea se divertía y pues las reglas nosotros mismos las poníamos donde era out donde se consideraba home run si le tirabas a la pelota y no le pegabas era estrike 1 ahí no había bolas y así nos poníamos a jugar ahí en las esquinas.
Jugábamos a las pichas de apuestas de una o las que quisieran ahora casi nadie juega a las canicas es raro verlos jugando eso además ahora las canicas son corrientes son de vidrio malo, las agarras, las golpeas contra las otras y se estrellan o pronto se quiebran, más antes no, las pichas eran duras, no cualquier picha se estrellaba, a mí me gustaba mucho el trompo el yoyo casi nunca lo supe jugar, también me gustaba mucho el balero era chingón para jugarlo sin cuerda los agarraba aquí mira yo me aventaba hasta 500 chingadazos así sin fallar aquí ira, ahora ya no veo casi gente jugando eso, mira en mi casa tengo tres valeros y tengo dos nietos que les digo hijo vamos jugando balero y me dicen no me gusta, no sé, no le ponen interés. Sin embargo están con esos celulares y están aquí mira o las computadoras, viendo caricaturas o cosas así.
Ah, otro juego que me acorde es el de la cebollita que se ponía uno abrazando a otro y así y el que estaba parado era el que los jalaba que te arranco y así, luego el cinto escondido antes aquí había muchos matorrales tu ibas y lo escondías el que lo hallaba le pegaba al que estuviera más cerca ya ese que lo hallaba le tocaba esconderlo, pos ya ves tantas cosas que jugábamos y que había que se están olvidando con la tecnología”.
Testimonio de Rubén Mariscal Duran
El señor Rubén Mariscal Duran, jubilado y agricultor de El Botadero de 64 años, nos habla de los juegos tradicionales que aquí en esta población se jugaban:
“Bueno uno de los juegos que nosotros jugábamos era el uno por mulo ese juego se ponía uno agachado y los demás hacíamos una fila para brincarlo, brincaba el primero y decía uno por mulo y así iban brincando todos y diciendo lo mismo, después decías dos patada y cot te tenían que dar una patada al brincar en la cola, y luego tres más alto es el que estaba agachado se levantaba más, cuatro jamón te saco te ponías al revés y al brincar te tenían que raspar la espalda, cinco de aquí te brinco, seis más alto es, siete te pongo mi bonete, te tenías que quitar un cinto o algo y ponerlo en la espalda a la hora de brincar, y cuando ya todos lo ponían al brincar seguía ocho te lo rebocho, o sea; tenías que quitar lo que habían dejado puesto si quitabas otro o tumbabas otro tu perdías y te ponías y el juego comenzaba de nuevo y así ya que no había luz no había tele no había nada así que eso jugábamos.
Otro de los juegos que jugábamos era el pao pao ese se juntaban varios chiquillos donde se hacían bandos, si eran 10 cinco y cinco y te ibas a esconder y a encontrarse, era como estar en la guerra no traías armas solo levantabas el dedo de la mano como pistola y se veías a alguien decías “pao pao fulano”, como que lo matabas, o sea tenías que esconderte bien para que no te vieran porque llegaban por atrás y te mataran, porque perdías, ese era otro.
Luego pues lo que era el trompo, lo que era este el yoyo, el balero que eran de madera pues, y luego porque en el trompo hacías un circulo, no nomas era bailarlo, hacías un circulo y ponías el trompo y te tenían que sacar, si no te sacaban en dos o tres intentos de ese círculo, o sea, con el mismo trompo tenías que sacarlo, que tu trompo quedara bailando y agarrar gaita, porque si lo sacabas pero no quedaba bailando perdías.
Había otro que era el cinto escondido, así como estas tu sentado en el suelo se hacía una rueda, podía ser un cinto o podía ser un huarache, se hacía un circulo grande y andaba uno por atrás, pero como era oscuro no sabías a quien se lo dejaba pues en el día estaba fácil ver a quien se lo dejabas pero como era de noche no sabías donde quedaba, esos juegos los jugábamos de noche, a oscuras porque no había luz, entonces todos sentados y ese iba diciendo “aquí te lo dejo” “aquí te lo dejo” que esto que el otro y listo y tenías que levantarte y correr pero antes revisar si no te lo habían dejado, porque al que se lo dejaban al que tenía más cortito ¡a darle! y a ese que le daban a ese le tocaba esconderlo de vuelta y así estaba a la vuelta y vuelta y pues necesitabas correr porque eran buenos chingadazos y nada de llorar, también jugábamos con un aro como de rin de carretilla, no recuerdo de que eran esos aros y con una varilla de alambrón hacías una figura como un 4 que agarrara el aro y así nos poníamos a correr y jugábamos carreras haber quien llegaba más lejos sin que se les callera el aro.
También me acorde del juego de los listones, ese lo jugaban entre las mujeres, un listón de qué color y corrían, y así también el bebeleche, ah, también el bote corrían todos a esconderse y si conocías a el que estaba escondido decías “hey ya te vi, un dos tres por fulano”, pero si no era él decía “hey no es cierto soy fulano” y ya corría y tocaba el bote y decía un, dos, tres por todos mis amigos y de nuevo le tocaba porque se equivocó.
Otra era la pelota envenenada, era una pelota y esa se aventaba al aire y por decir estamos todos y tratábamos de agarrarla porque el que la agarraba le tiraba con todo al que estaba más cortito y pum, nomas pujaba uno porque a veces ni camisa traía uno.
Que más, que mas, pues las otras eran que la rueda de san miguel donde se agarraban de la mano y decían que se voltie fulano de burro y así seguían hasta que se volteaban todos o que uno se soltaba y perdía y se iba a la cola, también el de campanita de oro, el que decían campanita de oro déjame pasar con todos mis hijos menos el de atrás, tras, tras y al que agarraban se ponía atrás de el que él elegía y así esos eran los juegos y eran bonitos nos divertíamos mucho”.
Testimonio de Fidel Rodríguez Arcega
El señor Fidel Rodríguez Arcega de 86 años de edad, habitante de Villa Hidalgo, nos habla de los juegos tradicionales que aquí en esta población se jugaban:
“Bueno mira para empezar con esta entrevista, este, voy a mencionarte cuando yo tenía 10 años, en 1942, se jugaban generalmente entre la chiquillada, este, jugábamos a los encantados, a las escondidas, que a la roña y jueguitos que a los chamaquillos en ese tiempo nos ocupábamos en jugarlos, también jugábamos mucho al béisbol, en ese tiempo era uno de nuestros juegos favoritos, pero lo jugábamos en la calle pero era béisbol sin ampáyer, nosotros corríamos a las bases si te alcanzaban con la pelota ya estábamos quemados, y si cachaban la pelota era otro out y si se le caía el corredor seguía hasta llegar al home, así eran nuestras reglas que nosotros las poníamos, ya cuando estábamos en la escuela a la hora del recreo jugábamos a la pelota, las pichas, a los ligazos, nomás que a veces unos lloraban, en ese tiempo los maestros permitían esos juegos ya que no había otras cosas porque no veíamos un balón o una pelota de beis, eran puras pelotas de hilaza como balones, a veces traíamos vejigas de res las inflábamos, las amarrábamos y nos poníamos a patearlas como balones o a jugar al gol porque anteriormente no había tiendas donde vendían juguetes, el principal centro donde se podían comprar juguetes era en Santiago, o nosotros mismos hacíamos nuestros carritos con ruedas de habas porque ni las bicicletas existían.
La primera persona que trajo las bicicletas se llamó don Román Lomelí, el traía bicicletas chicas y bicicletas grandes y ahí nos rentaban a 1.50 centavos la hora y ahí andábamos por todo el ranchito, en ese tiempo nos ahorrábamos nuestro dinerito para andar una hora en bicicleta, y ya se fue modernizando poquito y después trajo una motocicleta y esa costaba 10 pesos la hora, cuando no teníamos dinero para rentar las bicicletas o la moto pues nos poníamos a jugar a las escondidas, a los quemados, a la roña, los trompos, a las canicas o nos poníamos a armar los mentados papalotes y nos íbamos a un lugar despejado para volarlo y jugábamos a ver quién lo volaba lo más alto posible, había uno que ni los hacían volar a otros se les trozaba el hilo ya que estaban muy altos, o se les soltaban y se les iba el papalote y pues a armar otro para el siguiente día, eso eran juegos divertidos todos corríamos, brincábamos, nos ejercitábamos no que ahora sólo es estar sentado con los celulares esos, o los juegos frente a la tele con los aparatos esos, que ni ejercicio hacen, por eso hay más obesidad ahorita en los niños porque ya ni correr les gusta, bueno esos son todos los juegos que recuerdo”.
Testimonio de Doroteo Sánchez Delgado
El señor Doroteo Sánchez Delgado de 77 años de edad, habitante de El Corte, nos habla de los juegos tradicionales que en esta población se jugaban:
“Pues los encantados éramos muchos y todos corríamos, y así, y donde se agarraba uno a otro estaba encantado y tenía que esperar que un compañero lo tocara para desencantarlo y volver a correr, así hasta que el que nos encantaba tocara a todos y el primero que tocaba, era el que perdía y le tocaba encantar a él, ese era uno de los juegos,
Las cebollitas, también ese se ponía las personas que estuvieran sentados unos con otros y el que estaba parado le tocaba arrancarlos de la hilera era como sacar la cebolla del suelo, así ir despegando uno a uno hasta despegar a todos y ya le tocaba a otro despegar.
Ah, también jugábamos a los arcos como los que usaban los indios, cortábamos unas ramas medio torcidas y hacíamos unos arcos y parábamos los huesos de las vacas y cosas que encontrábamos, botes, botellas, hasta trastes, para tirarles con los arcos, por decir si poníamos veinte cosas y él tiraba y no tumbaba nada me tocaba tirar a mí y si yo tiraba uno ese ya era mío, y así íbamos turnándonos los tiros hasta tumbar los veinte y al último contábamos los que tumbaba cada uno y el que tiraba mas era el que ganaba.
Nosotros jugábamos eso, las mujeres aquí jugaban a las comiditas, así con los platitos con lodo, hojas, así lo que ellas inventaban según era la comida o pasteles, o que tenían un bebe y lo cuidaban y así, a las muñequitas también pero se hacían de trapos, las mamas las hacían porque no se vendían nada de eso, las resorteras también las hacíamos con las horquetas de los árboles, principalmente de guayabo. Nos íbamos varios al monte a matar güilotas y cocochitas y lo que hubiera que se comiera, igual jugábamos competencias haber quien traía más cosas.
Ya en las noches jugábamos a las escondidas, como no había luz pues nos escondíamos fácil y era más difícil que nos hallaran, también a las pichas, a los trompos, a los quemados, ese juego poníamos ladrillos, en el juego cada uno ponía el suyo y de lejos tirábamos con algo como una pelota para tumbarlo y el ladrillo del que se caiga, el dueño tenía que ir por la pelota y pegarle a uno de nosotros para quemarlo y que él le tocara ser el quemado, y así, pero si no le pegaba a nadie perdía y atrás de su ladrillo se ponía un huevito, así se le decía, sólo se ponía una piedrita y a las tres perdías y te ponías de espalda en una pared y todos te tiraban con la pelota recio una vez, y después volvíamos a empezar todos de cero, también llegamos a jugar el volibol y béisbol esos son los juegos que más recuerdo que jugábamos aquí esos juegos creados la mayoría por nosotros ya que a veces no había dinero para comprar cosas más caras pero esos juegos nos divertían mucho así que ni pedíamos juguetes caros”.
Testimonio de Trinidad Pérez
El señor Trinidad Pérez de la comunidad de Sauta Nayarit, nos habla de los juegos tradicionales que en esta población se jugaban: “Bueno pues antes jugábamos mucho los trompos, las canicas, y luego hacíamos carretas con las habas de los árboles, las perforábamos y con unas horquetas hacíamos unas carretas para pasearnos, pues lo que más jugábamos era eso, también volibol, ahí revueltos hombres y mujeres, también jugaban a las muñecas las mujeres y nosotros era lo que jugábamos voli y béisbol, éramos pocos los niños que jugábamos aquí, la mayoría se iban con sus papás a trabajar. Muchos de los que ya salían a jugar lo hacían de noche, salíamos a jugar a las escondidas, a los balazos, nos juntábamos como equipos y a los balazos unos contra otros o cuando no trabajaban, como los domingos, jugábamos a las canicas o a los trompos pero la mayoría de las veces éramos pocos los que jugábamos, ya que como te comento la mayoría de mis amigos se iban a ayudarles a su papá en el campo, y pues aquí no había mucho que jugar, era algo más dedicado a ayudar a las cuestiones del trabajo a los padres o los que íbamos a la escuela pues si jugábamos un poco más a la hora del recreo, eso es lo que más recuerdo de los juegos cuando estaba chico”.
Testimonio de José Bugarín Prado
El señor José Bugarín Prado de 49 años de edad de la comunidad de La Presa Nayarit, nos habla de los juegos tradicionales que aquí en esta población se jugaban. “Mira los juegos tradicionales son los yoyos, el balero, los zumbadores con corcholatas y otros juegos como el bebelechem, ese juego se hacían unos cuadros en la tierra y se agarraban brincado hasta llegar a la punta, ese juego principalmente lo jugaban las mujeres.
Ya no veo que jueguen los chiquillos ahora son puros video juegos, pero en ese tiempo no había otra cosa, así que se las ingeniaba uno para jugar haciendo carritos o carretas con habas de los árboles, a mí ya me toco jugar con carritos de plástico pero cuando el niño dios no llegaba bien jugábamos con juguetes que nuestros papás o nosotros mismos hacíamos, como el burro derrengado, que hasta las chiquillas marimachonas jugaban, se agarraban de un poste y los demás le brincaban moviéndose para que se calleran y eran varios como unos 5 o 6 los que brincaban hasta tumbarlo, ahora ya casi no se ve eso desde que llegaron las maquinitas, los celulares y esos juegos electrónicos y lástima que haya llegado eso porque esos juegos eran bonitos y ahora estos juegos es perdida de inteligencia y ejercicio, antes no habíamos tantos gordos, ya que la mayoría de los juegos eran de movimientos y brincos y ahora nomas es estar sentados frente a la tele o sentados con los celulares, antes andaba uno activo brincando en los columpios, esos en un guayabo los hacia uno, aparte de esos juegos jugaba uno carreras haber quien ganaba de una esquina a otra, a pie o en costales, se metía uno en un costal y ahí andaba brinque y brinque hasta que llegara a la meta. También el aro, ese que se ponía uno en la cintura, ese si lo he visto, el hula hula, ahora es de plástico pero antes uno lo hacía con una varilla o alambrón, lo doblábamos y le dábamos la forma circular para jugar, nomas le poníamos una manguera alrededor para que no raspara, y ya después que yo estaba en la secundaria yo me las ingeniaba para hacer esto, esto es una lanchita de vapor aquí le pone uno una vela encima de una corcholata, se le mete agua aquí al tanquecito y con lo caliente el vapor busca por donde salir y escapa por aquí abajo, impulsando a la lanchita y esos juegos llaman mucho la atención a los chiquillos, pero al niño que le gusta poner a funcionar su mente para hacerlas. A mí me gusto porque un profe en la primaria nos la dejó de trabajo manual y nos dijo “ustedes pueden” y me quedó grabada y fui con un ojalatero a hacerlo, pero la soldaba con un cautín pero se calentaba el estaño y se escapaba el vapor, así que tenía que ser soldada con bronce y en ese tiempo había un taller pero no tenía la paciencia para estar soldando y yo me quedé con las ganas, y en la secundaria me aventé una y esta se la hice yo a mi hijo y si la uso mucho tiempo, otras lanchitas más fáciles era con una tabla de jaba, se le cortaba una parte en el medio dejando como dos patitas y le poníamos una liga de lado a lado, y le enrollábamos un palito de paleta y cuando empezaba a desenrollarse empezaba a avanzar la lanchita de tabla.
También jugábamos a los trompos, yo mandaba a hacer los trompos de cedro con un señor, ahí en el cerro, se llamaba Saavedra, había de varios, de cedro, de caoba, de guayabo, el que los hacía era muy bueno, aquí en las aguas era muy popular, hasta unos muy buenos hacían acrobacias con el trompo, se lo pasaban hasta por los hombros, hacían que el columpio, el trompo girando en la cuerda en el aire lo paseaban, y pues muchos más el belis, las escondidas, los quemados, y pues los que están ahorita volibol basquetbol y béisbol, esos son los juegos de los que más recuerdo que jugábamos”.
Testimonio de Dagoberto González Vega
El señor Dagoberto González Vega de 61 años de edad de la comunidad de Villa Juárez, Nayarit, nos habla de los juegos tradicionales que en esta población se jugaban; “Los juegos de los niños eran al fusilado, se juntaban los niños y cada quien ponía un pedazo de ladrillo y se formaba y cada quien sabía cuál era su ladrillo, después lanzaban una pelota para tirar un ladrillo y al que le daban, el niño corría a recoger la pelota y para tratar de salvarse tenía que pegarle a otro niño, después correr a la base, el niño que se quedaba con la pelota le ponían un huevecillo detrás del ladrillo y al que juntara 3 huevecillos lo ponían de espalda junto a una pared para fusilarlo lanzándole cada uno de los jugadores 3 pelotazos, y el que no atinara los pelotazos tenía que ponerse en el lugar del que se estaba fusilando, y así sucesivamente.
Otro de los juegos es el bote, siendo éste como si fuera a las escondidas pero en este juego se aventaba un bote lejos y uno de los jugadores tenía que ir a recogerlo y gritar aquí está el bote luego irse a la base dejar el bote y salir a buscar a sus compañeros, al irlos encontrando tiene que regresar a la base y gritar uno, dos, tres por el que encontró y decir donde se encontraba, hasta encontrarlos a todos, pero si alguno no fue encontrado y logra llegar a la base y recoger el bote gritara uno, dos, tres por mí y todos mis compañeros, logrando así salvar a todos y volverá el que se quedó a seguir jugando.
También se jugaba al belis, éste era un palito como de 10 cm. de largo con puntas a los lados, éste consistía en golpear en cualquiera de las puntas del palito con un palo de medio metro aproximadamente, y gritando belis, contestando los compañeros lo mismo y lanzarlo lo más lejos posible, después contar con pasos hasta llegar a la meta y el que llegara primero a juntar los 100 pasos era el que ganaba el juego.
Otro juego era el teléfono descompuesto, consistiendo éste en sentarse en la banqueta varios niños y el que estaba primero en la fila decía unas palabras al oído del que estaba a una lado, ejemplo estoy tomándome un refresco y esa frase tenía que llegar hasta el final de la fila luego se empezaba a preguntar lo que se dijo al principio y el niño que se equivocaba se mandaba al final de la fila.
También hubo juegos como el bebeleche que actualmente le llaman el avioncito siendo este un juego de niñas, se dibuja en forma de avión siendo estos con cuadros en el piso, brincando en un solo pie y lanzando una ficha cuadro por cuadro y el que lograra llegar al final era el ganador.
También se jugaba a la matatena, consistiendo éste en juntar 10 piedritas y una pelota la cual era lanzada al aire y recoger las piedritas, primero una por una, luego de dos piedritas y así sucesivamente hasta lograr levantar las 10 juntas.
Había otros juegos que aún se conocen como las serpientes y escaleras, damas chinas, brinca la soga que consistía en tomar la cuerda de las puntas por dos niñas y una tercera brincar al mismo tiempo que le daban vuelta las otras dos, otros juegos eran el trompo, yoyo, balero etc.
Aquí en Villa Juárez vivía un señor que era carpintero y él nos hacía trompos y baleros de madera llamado Dolores Ramos Amaral, a diario nos tenía haciendo cola para comprarle los trompos y baleros, jugando al trompo perdido, llegando a juntar hasta 10 trompos por niño.
Otro de los juegos de más aceptación eran las canicas que se jugaban de diferente manera como era el circulo, el pocito, etc. Estos son los juegos que más recuerdo ya que era una gran cantidad de juegos de diferente manera la que los jugábamos pero estos eran de los más importantes que nosotros más jugábamos de niños”.
Testimonio de Mercedes Gutiérrez Ayón
La señora Mercedes Gutiérrez Ayón de la comunidad de Cañada del Tabaco Nayarit, nos habla de los juegos tradicionales que en esta población se jugaban: “Bueno nosotras las niñas jugábamos mucho al bebeleche, ese juego lo hacíamos en la tierra unos cuadros parecidos a un avión y nos agarrábamos brincando con uno o dos pies hasta llegar a la punta y cada vez que lo hacíamos bien de ida y de vuelta aventábamos una roca o conchita al primer cuadro, y de nuevo volvíamos a brincar así hasta que la ficha llegaba al final es la que ganaba, pero si no lo hacías bien o no brincabas bien seguía el turno de la otra compañera que estaba jugando, también jugaban las canicas, el trompo, los muchachillos eso jugaban mientras nosotras otros juegos.
En los juegos que si jugábamos todos revueltos era a las escondidas o a los quemados, también a las cebollitas, ese que te abrasabas de un árbol y otro te tenía que arrancar a jalones pero éramos varios niños los que estábamos abrazados unos de otros, esos juegos eran bonitos no que ahora ya ni podemos hablar con ustedes los jóvenes, ya que están pegados al celular y ni nos pelan, es una tristeza eso sólo se la pasan que jugando eso o que mandando mensajitos o ese mentado Facebook, ya hasta la convivencia en familia se está perdiendo, porque hasta a la hora de comer se agarran con el maldito celular y ni pelan a la familia.
Antes nosotros nos poníamos a hacer creatividades jugando con el lodo, hacíamos cantaritos de lodo, platitos, vasitos y ahorita nada de eso se ven jugando.
Otro que no había dicho es la brinca sogam, se ponían dos niños a los extremos de las sogas y le empezaban a girar como dando vueltas y uno estaba afuera esperando entrar sin ser tocado por la cuerda y así ya dentro empezar a brincar hasta que te estabas cansando te salías y contabas las que hiciste, y así el que seguía tenía que hacer más que el anterior, esos eran juegos donde te ponías a hacer ejercicio no que ahora juegas nomas sentado, por eso los niños están más gorditos que antes, es más ahorita también puras motos, todos andan en moto, hasta para ir a la tienda de la esquina van en moto y antes no, uno caminaba, los juegos que realizábamos eran puro ejercicio terminábamos todos sudados como cuando corríamos, que jugábamos a los encantados o a las escondidas, esos eran los juegos más bonitos que yo recuerdo que jugábamos, que ahora veo que los niños de hoy ya ni los practican, que lastima que se perdieron, la verdad”.
Testimonio de Armando Ayón González
El Sr. Amado Ayón González de la comunidad de Puerta de Mangos Nayarit, nos habla de los juegos tradicionales que en esta población se jugaban: “No pues en mi juventud nosotros jugábamos el belis, luego cuando jugábamos a la revuelta con las niñas a la brinca soga, a la liga, nos juntábamos la chavalada en las esquinas a jugar también al trompo, a las canicas, el beis lo jugábamos en las esquinas y ahora la juventud de ahora lo poco que se ve que juegan son los trompos, el beis, las pichas, pero los juegos que ahorita ya se han olvidado es el belis, antes con un bote de cloro o de alguna medicina y un palito, lo jugábamos poníamos un ladrillo o una piedra y hacíamos una raya para los dos lados del ladrillo para de ahí empezar el juego, se hacían equipos de dos o de un jugador, decias belis y el que le tocaba cacharte respondía belis entonces ya le podías pegar, si este te lo cachaba seguía su turno, si no, tiraba a la base a quedar lo más cerca posible, si quedaba cerca de la raya o del ladrillo y lo podías tocar con el palo estabas traqueado y era turno del otro, si no, tenías tres tiros para llegarlo lo más lejos posible, le pegabas en el buchito y cuando el bote se levantaba con el palo tirabas a pegarle fuerte pero lejos del que lo podía cachar y así lo más lejos en tres tiros, cuando terminabas los tres tiros tanteabas tu cuantos pasos podría haber entre el belis y la base sin que llegara justo a ella, siempre quedando algo retirado, los pasos eran la medida del pie de cada quien, así que tenías que verle el pie al contrincante y tantearle y así hasta llegar a los puntos que hayan quedado al principio, ya sean 300, 500 o mil, los que dijeran, ese era el juego del belis.
Aquí se jugaban muchos juegos al burro derrengado, al mulo por mulo, a la brinca soga, a una tablita le rebanábamos un pedacito le poníamos una liga con un palito y le dábamos vuelta y la poníamos en los charcos cuando llovía y caminaba como si tuviera una propela, pues era una propela de palito, yo le comento a mi hijo con los juegos que jugábamos y nos divertíamos sanamente pero como que ahora ya no les interesa ese tipo de juegos, nomas se ríen, con eso de los videojuegos ya estos ni les llaman la atención, uno que otro niño pero muy chiquitos juegan con sus hermanos a las escondidas o a las canicas pero ya muy poco, es casi casi por temporada, llega la temporada de las pichas y a jugar pichas, se acaban y las guardan, llega la temporada de los trompos y sacan los trompos, y así, no es como antes, unos jugábamos trompo y a un lado estaban otros jugando canicas y por otro lado otros jugando a los encantados o al beis, eso eran los juegos más divertidos que yo jugué en mi infancia y que recuerdo con mucha emoción”.
Testimonio de Jorge Luis Casillas Orozco
El señor Jorge Luis Casillas Orozco de 66 años de edad de la comunidad de Sentispac, Nayarit, nos hablará de los juegos tradicionales que en esta población se jugaban: “Pues había el trompo, había las pichas, había el basquetbol, pero con tambuchil de maíz, con las hojas del maíz se iba formando una pelota hoja por hoja hasta llegar a un tamaño adecuado para poder jugar, de ahí que el balero, la rueda de fierro con un alambre era una rueda de cincho de caballo con un alambre para poder ir corriendo dándoles vuelta y así jugamos a las carreras. Y otra había otros juegos con cocos secos, se hacía una rueda donde colocábamos todos nuestros cocos que apostábamos y poníamos una línea en la tierra que era el límite de donde les tiraríamos con una piedra para poder sacarlos y cada tiro que hacíamos y sacábamos un coco, ese ya era de nosotros, con esos cocos que ganábamos los llevábamos a la casa para que nuestras mamás nos hicieran atole de coco o dulce de coco.
También a las escondidas, uno se la quedaba y los demás nos íbamos a esconder y nos tenía que buscar a todos, procurando que ninguno de nosotros no saliera primero y le ganara la base y nos salvara, porque otra vez se la quedaba el mismo.
También el zumbador, ese era una corcholata a aplastada con dos agujeritos en el medio donde se le pasaba un hilo por el medio y se amarraba y se jalaba con los dedos y la corcholata empezaba a girar y a zumbar y se trataba de trozar el zumbador del otro con la corcholata girando ya que parecía una pequeña sierra, y jugábamos también a la roña a no dejarte tentar por el que traía la roña porque te la contagiaba y tu seguías de corretear a los demás para contagiar a alguien, y así que otro fuera el que la trajera.
Otro juego también a los encantados, también era de andar corriendo pero donde te tocaba el que estaba encantado ya no te podías mover de ese lugar hasta q llegara otro que no estaba encantado y te tocaba para desencantarte, otro era el juego del bote que es parecido como a las escondidas pero este era tirando un bote lejos y los demás corrían a esconderse, las mujeres también jugaban a la matatena, a la lotería, a las cebollitas, a los caballitos agarrábamos un palo de escoba y le amarrábamos un mecate y ese era nuestro caballo éramos vaqueros, éramos actores porque en ese tiempo no había luz pero cuando venían los húngaros con sus películas uno se las aprendía y jugábamos con los caballos y pistolas de palos imitando a lo que habíamos visto en las películas de los húngaros, pero ya esos juegos nadie los juega, ya ahorita los celulares son los que se la pasan jugando los muchachos, ya se terminaron esos juegos sanos bonitos, ya la tecnología va sustituyendo esos juegos tradicionales.
Otro juego también pero era de dinero, era la pítima ahora le llaman rayuela, una raya a cierta distancia donde todos tiraban su moneda y el que quedara más cerca de la raya ese les ganaba a todos los demás, también el uno por mulo, el columpio también son los juegos tradicionales que había más antes sanos”.
Testimonio de Francisco Estrada
El señor Francisco Estrada de 70 años de edad de la comunidad de Aztlán de las Garzas Nayarit, nos hablará de los juegos tradicionales que en esta población se jugaban: “Antes nosotros jugábamos aquí a los trompos, las canicas, había un juego que nos gustaba mucho jugar era a los pocitos con las canicas, ese juego se jugaba tirando con las canicas a los pósitos, eran 5 y tenías que caer en uno para pasar al número dos y así hasta caer al 5to pocito, cuando caías al pósito 5 ya estabas listo para matar a los compañeros, tu tirabas a pegarle a las canicas de los demás y los demás tenían que seguir atinándole a los pocitos hasta llegar al 5to. para poder empezar a matar a los demás.
Otro juego que jugábamos era al guarache escondido, mira nomas las chingaderas que jugábamos, ese juego era ponerse todos en rueda todos sentados y uno estaba parado con un guarache a la vuelta y vuelta y, sin que nadie lo viera, lo dejaba en la espalda de uno de ellos y cuando decía listo todos se paraban y a correr, pero antes tenías que ver si no te dejaron a ti el huarache y si era así pues a cueriar al que tenías más cerca, ¡tras hijo ‘e la chingada! una azotiza que le ponían.
Ahorita se juegan otras cosas, mira lo que juegan ustedes con esas cosas de celulares o esos aparatos para jugar, también jugábamos la brinca soga, las escondidas en ese juego había muchos mañosos que se escondían para hacer sus cosas con las chiquillas, también ellas jugaban al bebeleche, a las comiditas, y pues otro era armar carritos o carretas con los frutos de los árboles de habas o también hacer barquitos con tablas o en un árbol daba una especie de semilla que parecía una lancha, cuando se secaba sólo le amarrábamos una soguita en la punta y los jalábamos por todos los charcos, y pues las resorteras, creo que por eso nos gustaba mucho irnos de cacería según nosotros o jugábamos a ver quién tenía más puntería, poníamos latas a lo lejos y veíamos haber quien le pegaba a más y ese ganaba, y así esos eran los juegos que más jugábamos aquí, eso nos distraía antes ya que ni luz había mucho menos tele o radio”.
Testimonio de Feliciano Virgen Ruíz
El señor Feliciano Virgen Ruiz de la comunidad de Mexcaltitán, Nayarit, nos habla de los juegos tradicionales que en esta población se jugaban: “Bueno aquí en la isla nosotros éramos pocos niños los que habitábamos aquí pero nos divertíamos mucho jugando a las escondidas, corrían todos a esconderse y uno se quedaba contando, ya cuando terminaba nos tenía que salir a buscar, aunque no había mucho donde esconderse, y si conocías a el que estaba escondido decías, ya te vi un dos tres y el nombre del que viste, pero si no era, él decía no es cierto soy fulano y ya corría y tocaba el bote y decía un, dos, tres por todos mis amigos y de nuevo le tocaba porque se equivocó.
También jugábamos a los trompos, hacíamos una rueda y se ponía el trompo del adversario y teníamos tres intentos para sacarlo con otro trompo, si fallabas te tocaba poner tu trompo y si lo sacabas ya ganabas, la apuesta era ganar el trompo del otro o el que él quisiera dar, también jugábamos a las canicas, esas teníamos varios juegos a los pocitos, al 15 y otro donde poníamos muchas canicas en una rueda grande y las que ibas sacando eran tuyas.
Otro juego eran los encantados ese lo jugábamos de dos maneras uno era tocando a una persona y ese la tenía y así le tocaba tocar a otro persona pero como aquí tenemos en agua, pues cerca, o más bien estamos rodeados de agua nos justaba jugar a los encantados pero en el agua así que si veías que uno ya te iba a alcanzar te sambutías y le salías por otro lado, había unos que parecían patos, se sambutían aquí y salían por allá lejos, a esos era difícil agarrarlos, eran buenísimos para nadar.
Como por lo regular hace mucha calor para acá, pues jugábamos en el agua por lo regular, y pues casi esos eran todos los juegos que jugábamos. Como ves, es una comunidad chica así que mucha de las veces nos íbamos a ayudarles a nuestros padres con la pesca y ya cuando había tiempo nos poníamos a jugar hasta con pelotas en el agua aquí mucho de los juegos así los jugábamos”.