EL COLEGIO ELIZA BOWMAN DE CIENFUEGOS (1907-1940)

EL COLEGIO ELIZA BOWMAN DE CIENFUEGOS (1907-1940)

José Antonio Ramírez Jiménez (CV)
Zusana Carrillo Vidal

Universidad de Cienfuegos

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Capítulo I. Educación en Cuba, el American Plan (1899-1940)

El sistema educacional de un país con sus leyes, reglamentos, organización escolar, programas, escuelas, maestros, es reflejo de la situación económica y sociopolítica. En Cuba, el cambio de estatus político posibilitaría, en cierta medida, la introducción de la tendencia educativa del momento. Éstos vendrían de la mano de una oleada religiosa diferente, las Juntas de misiones protestantes norteamericanas y sus proyectos educacionales en gran medida, serían uno de los mecanismos que emplearía el nuevo gobierno.

Aunque se conoce de la existencia de estos credos un poco antes de la primera intervención norteamericana, no cabe duda que la administración de ese país debía ver con agrado la irrupción en Cuba de una de las creencias que formaban parte de la cultura norteamericana. De esta forma, introducían algunos de sus valores en un territorio al cual aspiraban. El capítulo abordará los aspectos más relevantes de la educación republicana hasta 1940 en Cuba y en Cienfuegos así como los pormenores del establecimiento de los protestantes en Cuba.

La conformación de un sistema de enseñanza en la República estuvo antecedida por la labor del gobierno interventor. Tanto John R. Brooke como Leonard Wood se propusieron cambiar el caótico sistema de enseñanza heredado de la colonia. El propio sistema, había estado regido por las instituciones católicas privadas en las cuales la enseñanza de los preceptos de la Iglesia Católica ocupaba lugar preferencial. 1 Con la promulgación del estado cubano bajo el dominio neocolonial de los Estados Unidos, los políticos y letrados de la Isla priorizaron el sistema educativo. (Quiza Moreno, R.:76-89)
El dominio sobre Cuba no podía alcanzarse solamente por la penetración económica y el control político, era necesario también penetrar en la esfera cultural, en el terreno educacional y desarrollar una labor sistemática encaminada a conformar la conciencia de nuestro pueblo en correspondencia con sus intereses. El 20 de mayo de 1902 se instauraba en Cuba, después de largos años de lucha y un período de ocupación estadounidense la República Neocolonial. Con la Enmienda Platt como apéndice de la Constitución instaurada en 1901, el gobierno de los Estados Unidos garantizaba su injerencia en el porvenir de la Isla.

En el período de la primera intervención y ocupación militar norteamericana (1898-1902) se habían tomado las medidas en todos los ámbitos para la recuperación y preparación del país. 2 El costo de las dos guerras por la liberación nacional y la política degradante del gobierno español ligado a una reconcentración, arrasaría con los campos cubanos. La población también agotada y frustrada por el engaño recibido con la firma del Tratado de París 3, no dejaría cabida para una pronta recuperación, aunque en los sectores más altos de la sociedad se veía con agrado la ocupación norteamericana por el grado de civilización y desarrollo económico para sus negocios.

En el período inicial de la República la producción agropecuaria seguía siendo deficiente, por tanto el comercio, estrechamente ligado a éste, era pobre. Las industrias en su mayoría estaban arruinadas, influyendo en la ausencia de trabajos y la reaparición del bandolerismo. El país en general se encontraba en una total decadencia económica y esta situación era agobiante para la mayor parte de la población, principalmente para aquella que no gozaba de los privilegios del actual gobierno.

En un primer momento la política económica norteamericana estuvo dirigida a lograr el total dominio sobre las inversiones de capitales, desplazando a otras potencias que tenían inversiones en Cuba, como el caso de Inglaterra. El Tratado de Reciprocidad Comercial, sería uno de los mecanismos de dominación utilizados, así como los empréstitos. Para los diferentes gobiernos títeres impuestos por el gobierno norteamericano caracterizados por el fraude y la corrupción administrativa, era tema urgente el posibilitarle al gobierno neocolonial el control de Cuba a través de estos mecanismos.

1.1Esbozo de la Educación en Cuba (1899-1940)
La situación en que se encontraba la educación al concluir la dominación española era de total atraso y abandono, lo que facilitó las intenciones yanquis. Esta situación fue valorada y resumida por el gran pedagogo cubano Enrique José Varona cuando al referirse al estado de la enseñanza pública cubana a fines del siglo XIX expresó: "El siglo de la dominación española en Cuba estaba a punto de finalizar y el cuadro que presentaba la enseñanza primaria, en un país famoso por sus riquezas y que se había distinguido por la cultura de no pocos de sus hijos, no podía ser más sombrío(...) Cuba no tenía un solo edificio destinado a la educación del pueblo, los maestros públicos vegetaban en la miseria, las juntas de educación desatendían por completo sus deberes y el inmenso número de sus niños y adolescentes vivían en completa ignorancia".(Buenavilla Recio, R.1995:143)
El educador cubano Manuel Valdés Rodríguez, que vivió y trabajó en el período final de la colonia española, refirió en una crónica de ese tiempo el estado crítico de la enseñanza primaria: “Las condiciones en que funcionaban las escuelas no pueden ser más desconsoladoras. Los edificios de tal manera son insuficientes e inadecuados que existen escuelas en la capital donde no hay una sola pieza destinada exclusivamente para las clases…” (Cartaya Cotta y Pando, J.1996:6)
Un ejemplo claro lo demostró el censo de 1899 hecho por el gobierno de intervención. El mismo arrojaría como resultados que el 63,9% de la población era analfabeta y solo existían 312 escuelas con muy malas condiciones materiales. Las tasas de escolaridad con respecto al total de la población mayor de diez años en cada grupo étnico eran las siguientes: el 51,6% correspondía a la raza blanca y el 75,5% pertenecía a la de color. (Pichardo, H.1973: 58)
El gobierno interventor se propuso superar los males que existían en la educación con el objetivo de la organizar y estructurar el débil aparato educacional que dejó España a los cubanos. Para lograr este fin se aplicaron novedosos métodos e ideas pedagógicas norteamericanas y se organizó la instrucción pública en el país basada en el modelo educativo norteamericano. (Sánchez, E. 2000: 3)
Uno de los primeros decretos de los interventores yanquis fue la orden militar 226 de 1899 que crea una serie de mecanismos para ejercer de manera legal el modelo imperial de educación, se crearon las aulas que necesitaba el país y se normó la tarea de maestros y los libros que se tenían que utilizar, con esta medida comenzaron a penetrar las ideas pedagógicas norteamericanas y se garantizaba además el contacto de los cubanos con el modelo de vida y sociedad que querían imponer a nuestro pueblo. (Pichardo, H. Op. Cit.:51)
Con el interés de aliviar la situación imperante y para lograr sus objetivos se iniciaron los trabajos para concebir una Legislación Escolar que reorganizaría aceleradamente la enseñanza. Se creó el Comisionado de Escuelas, responsable del cumplimiento de la ley escolar en todos los lugares del país así como la compra y el inicio de la construcción de escuelas en toda la isla. En cuanto a la organización escolar, se reestructuraron las Juntas locales, se establecieron las directrices que regirán las escuelas correspondiéndose al desarrollo de las políticas educativas, mejorando la disciplina y la instrucción de las escuelas. Con respecto al currículo se introdujeron asignaturas como: Actividades Manuales, Estudios de la Naturaleza, Educación Física, Geografía, Educación para el Hogar e Historia Local, con el objetivo de formar a los jóvenes para una vida social y de servicio en correspondencia con los intereses de la clase burguesa.

La Orden Militar No. 368 de 1900 implantada por el gobierno de ocupación, además de aumentar el número de escuelas reglamentó la preparación de los maestros. Los exámenes para certifico de maestros se realizaron en febrero de 1901. En la preparación y superación de los maestros desempeñó un papel importante el Manual para Maestros elaborado por el Superintendente General de Escuelas Alexis E. Frye.4 En éste estaban las indicaciones técnico-pedagógicas que permitían a los maestros enseñar las asignaturas lo que se convirtió en una vía idónea para que los maestros conocieran y aplicaran los métodos pedagógicos norteamericanos más actualizados con la consiguiente influencia ideológica.

Los cambios en la educación no fueron de buena voluntad, aunque al igual que otras medidas de beneficio social aplicadas por los norteamericanos, se correspondían con las necesidades de la población, pero tenían su precio. La introducción de la tendencia pedagógica de la Escuela Nueva norteamericana en la escuela cubana formó parte de la estrategia de penetración ideológica que diseñaron los Estados Unidos con respecto a Cuba. La escuela debía convertirse en un vehículo importante para lograr la transformación de la conciencia del pueblo cubano.5
Ejemplo del mecanismo ideológico empleado por EE.UU. sería la organización creada desde fecha tan temprana como fines de 1898 por el pedagogo norteamericano H. K. Harroun, para “imponer el sistema docente americano sobre la ignorancia y negligencia cubanas”. (Iglesias Utset, M. 2010:117-118) La Cuban Educational Association se proponía enviar jóvenes cubanos a estudiar a centros de educación superior norteamericanos, proporcionándoles becas con libros y matrículas gratis. Esta y otras instituciones “no gubernamentales” como la Cuban American League, intentaron influir, a veces con éxito, en el curso de la reestructuración llevada a cabo por el gobierno interventor. En 1900 viajaron 1256 maestros cubanos a la Universidad de Harvard por espacio de tres meses para participar en la escuela de verano, de ellos 47 eran cienfuegueros. (Ver anexo 1)
No obstante, las familias de los que viajaban debían pagar por su estancia en el campus; dígase comida, ropa, dinero de bolsillo, lo que se estipulaba en unos 300 dólares. Sin dudas este lujo no se lo podían dar los hijos de padres campesinos o de clase baja, por lo que el viaje solo sería favorable para jóvenes de clase media o alta. El proyecto, llevado a cabo por una organización “no gubernamental”, logró que más de 300 universidades de todos los estados de la Unión se ofrecieran para recibir a los visitantes. (Iglesias Utset, M. 2010: 118)
Los anuncios y letreros en inglés en establecimientos y periódicos, así como los anglicismos que comienzan a afectar el lenguaje cotidiano son, sin dudas, signos externos y superficiales de la presencia de un proceso de asimilación de influencias culturales norteamericanas. Aunque no se puede hablar de una asimilación total, es reconocido por varios autores, entre ellos Louis Pérez Jr., el énfasis por parte de las autoridades del gobierno como el mismo Superintendente de Escuelas en la enseñanza del inglés. Este énfasis no era gratuito, de él se puede vislumbrar que el proyecto educacional interventor fue concebido como un vínculo para americanizar en términos culturales a la sociedad cubana, y lograr en un plazo breve lo que el gobernador militar l. Wood llamara la anexión por aclamación. 6
De hecho la educación penetraría en la sociedad cubana con el fin de frenar el progreso de un modelo educativo autóctono siguiendo su fundamento en todas las actividades desarrolladas por laSociedad Económica Amigos del País (SEAP) 7a partir de 1842.Desde el siglo XVIII, se reconocen figuras como José Agustín Caballero que tribuna en la SAEP, dando origen a lo que ha llegado a ser una voluminosa bibliografía en temas diversos de la educación en Cuba. En el siglo XIX no pueden ignorarse nombres como Domingo del Monte, el padre Varela, José de la Luz, Juan B. Sagarra, Bachiller y Morales o los hermanos Guiteras. En la transición del XIX al XX Varona y Valdés Rodríguez, y a lo largo de éste Ramiro Guerra, Fernando Ortiz, Hortensia Pichardo, Fernando Portuondo. (Sosa, E y Penabad, A. Op. Cit.: 120)
En principio, las órdenes militares aludieron con más énfasis al surgimiento y desarrollo de las escuelas públicas. Dejaron sentadas las bases para que, durante la República, las leyes normaran el funcionamiento de las escuelas privadas y religiosas, con el fin de defender el modelo educativo que fue trasferido a los gobiernos entreguistas. Si bien el número de escuelas públicas aumentó durante este período, las escuelas privadas lograron una gestión más eficiente porque contaban con los recursos para ello. Algunas de ellas fundadas en la colonia, mantuvieron su servicio durante el período de ocupación y los años de la República, su vocación por la enseñanza fue también un negocio lucrativo y respondía a las diferencias sociales.

Es bien sabido que con las nuevas regulaciones respecto a la educación las escuelas públicas se incrementarían. Esto sin dudas daba cumplimiento a una promesa hecha por los gobiernos de la época de ampliar las escuelas para el alcance de todos por la obligatoriedad de la enseñanza a todos los niños con edad escolar estipulada en la nueva Constitución. Aunque se incrementan los locales para instaurar escuelas públicas, el estado que era el responsable de su sostenimiento no cumplía con esta tarea y el abandono a este particular se hizo cada vez mayor a medida que avanzaba la República hasta caer en una profunda crisis. Perla Cartaya relaciona en su libro Raíces de la escuela pública cubana (1902-1925) las situaciones que ocasionaron el deterioro ascendente de ésta como resultado de las condiciones socio-económicas y políticas existentes. Ejemplo de lo antes expuesto está en la creación de solo 64 escuelas en todo el territorio nacional en el período 1909-1913 significando un descenso con respecto al anterior 1907-1908 donde fueron creadas 120 escuelas en total. (Cartaya, P y Joandes, Op. Cit.: 16)
En general el interés por configurar un modelo educativo 8 que respondiera a la exigencia de las primeras décadas del siglo XX condicionó que el sistema escolar incluyera una amplia tipología: escuelas privadas religiosas y laicas, para hembras y varones; escuelas públicas, urbanas y rurales. Si bien complejizaba este propósito, se consiguió establecer los marcos legales para su subvención asumidos por parte de la Superintendencia o Secretaría de Escuelas que precisaban para su funcionamiento de la autorización del secretario del ramo o del superintendente. La vigilancia de ciertas normativas se establece para garantizar el funcionamiento de éstas, en virtud del propósito para el que eran creadas. (Guerra, R.1955)
Ante el complejo panorama, se justificó la existencia de un sistema escolar público y privado. Aún cuando contó con normativas básicas que legitimaron su funcionamiento como institución educativa. A su vez logra combinar los preceptos culturales heredados, adaptados de la escuela decimonónica y los nuevos conceptos de la Escuela Nueva en este siglo. Otro aspecto que caracterizó sin dudas esta etapa educacional estuvo en la apertura para la entrada de misiones protestantes a la Isla. Éstas no solo traerían sus prácticas religiosas, crearían una red de instituciones por todo el país que prepararían a los niños y jóvenes que llegarán a ellas en un sistema de enseñanza según el modelo estadounidense.

1 La historia de la educación en Cuba durante la Colonia tuvo el sello distintivo de la religión, del escolasticismo y de la tardía presencia en el pensamiento pedagógico de las ideas de la ilustración y del pensamiento reformista dentro del catolicismo. El fundamento de la escolástica radica en la teoría tomista de la doble verdad, según la cual ningún postulado científico o filosófico podían contradecir las verdades teológicas. La razón aquí estaba subordinada a la fe y esta razón solo era valedera en la medida que sirviera para argumentar y fundamentar la existencia de un Dios como síntesis de conocimiento, verdad y poderes supremos. Además de constituir un fundamento filosófico por excelencia del pensamiento de la época, también fue método pedagógico que prevaleció en las escuelas y en la concepción educativa de la colonia. Guzmán Ramírez, Antonio. La educación en los colegios católicos del territorio nororiental de Cuba durante la República (1902-1958). 1998, pág. 13.

2 Estas medidas incluían entre otras el saneamiento de las poblaciones y el reparto de raciones las cuales se pagarían en su mayoría de las rentas de Cuba. Esto crearía un ambiente más sano para los habitantes de la Isla y para los visitantes del Norte. También la construcción y reparación de caminos así como un programa de penetración de la economía cubana. El mismo incluía el desarrollo de las inversiones privadas inglesa y estadounidense. Ibídem pág.85.

3 Tratado de París firmado entre Estados Unidos y España el 10 de diciembre de 1898, en que la última le entregaba el control sobre Cuba, Puerto Rico, Filipinas e Islas Marshall a los EE.UU. A la firma de este acuerdo Cuba no fue invitada obviando su participación en la Guerra Hispano Cubano Norteamericana, catalogada por V.I. Lenin en 1917 en su obra Imperialismo novísima fase del capitalismo, como la primera guerra imperialista. Más información en Rodríguez García, Rolando. Cuba: las máscaras y las sombras, la primera ocupación. [La Habana]: Ciencias Sociales, 2007.

4 Alexis E. Frye fue el primer superintendente de Escuelas de Cuba hasta 1901 quien jugaría un papel importante en la recuperación del deteriorado sistema de instrucción primaria y en la preparación de los maestros llamados de “certificados”. Para más información en este respecto dirigirse a Cordoví Núñez, Yoel. Magisterio y nacionalismo en las escuelas públicas de Cuba (1899-1920). [La Habana]: Ciencias Sociales, 2012.

5 Para más información acerca de las intenciones del gobierno estadounidense en su estrategia de penetración ideológica buscar obras citadas de Cartaya Cotta, Perla y José A. Joanes Pando; Marial Iglesias; Rolando Rodríguez García entre otros autores que han estudiado una etapa tan prolífera como la Primera Intervención Norteamericana.

6 Ibídem, pág. 127.

7El gobierno español al darse cuenta del control ejercido por la burguesía criolla de Cuba en la educación popular dictó, en 1842, la primera ley de instrucción primaria para las islas de Cuba y Puerto Rico, por lo que la administración de la enseñanza pasó a manos del Gobierno Colonial Español. Cartaya Cotta, Perla y José A. Joanes Pando. Raíces de la escuela primaria pública cubana (1902-1925). [La Habana]: Pueblo y Educación, 1996.

8 La reconstrucción histórica del modelo educativo se puede lograr al considerarla como articulación de las representaciones que se tienen acerca de las dimensiones: organizativa, didáctica y socioeducativa de la escuela a nivel local, institucional y de los grupos de personas que en ella participaron. Para profundizar ver Ramírez Jiménez, José A. La escuela pública cienfueguera de 1940 hasta 1958. 2011