CONTRALÍNEA, PERIODISMO DE INVESTIGACIÓN SOBRE EL NARCOTRÁFICO EN MÉXICO, 2002-2010

CONTRALÍNEA, PERIODISMO DE INVESTIGACIÓN SOBRE EL NARCOTRÁFICO EN MÉXICO, 2002-2010

Santiago Gallur Santorum (CV)
Universidad Autónoma de Ciudad Juárez

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Introducción: Periodismo y globalización.

Nos encontramos en un momento histórico en el cual se están produciendo una serie de cambios dramáticos que afectan al modo en el que vivimos y percibimos la realidad, y por supuesto a la forma en la que los medios de comunicación deben contarla 1. Habitualmente se usa el término globalización para referirse a miles de aspectos de este fenómeno, todos ellos presentados como “positivos”. Así, casi nadie se para a pensar ni a exponer los numerosos aspectos “negativos” que tiene esta situación para la sociedad: una cada vez mayor exclusión social (que muchas veces es fomentada por la falta de acceso a las nuevas tecnologías, lo cual depende a la vez de factores principalmente económicos, sociales y culturales) 2, el aumento imparable del número de los millones de pobres a nivel mundial mientras a la vez se produce un incremento también constante (aunque obviamente en menor proporción) del número de ricos, la dependencia que tiene los países pobres de los países ricos (a pesar de que cada vez más los países desarrollados del centro del sistema “dependen” en mayor medida de los recursos naturales que están presentes en la mayoría de los países no desarrollados de la periferia), etc. Todos estos, y otros muchos más factores, los podemos incluir dentro de las consecuencias humanas de la globalización 3, que son claramente visibles en el día a día del mundo en que vivimos, pero de las que muy poca gente habla.

Y precisamente esta situación de “silencio voluntario” en la sociedad es primeramente implementada por los medios de comunicación, en los que tanto empresas como periodistas se acaban convirtiendo en actores políticos, consciente o inconscientemente, que dependen de los intereses económicos y de la política editorial de las propias compañías 4. Así, la realidad que se publica en los medios es una, que no necesariamente corresponde con la más importante para la sociedad, sino que es aquella que más interesa dar a conocer al propio medio, por implicaciones que muchas veces se vinculan a la ideología y las tendencias políticas y económicas de las propias empresas. Todo ello mientras la comunicación digital a través de Internet y las nuevas tecnologías de la comunicación y la información se convierten en una nueva forma de interaccionar socialmente 5, hasta el extremo de que incluso existe una identidad e incluso una reputación individual de cada uno de nosotros en Internet, en las redes sociales, lo cual puede llegar a influir en los distintos aspectos vitales de las personas. Es más, hasta existen personas que crean tendencias en “la red”, contando con miles y hasta millones de seguidores y que debido a tal hecho, el apoyo de la mayoría las convierte en noticia y por ende en personas influyentes en el “mundo real”, más allá del propio “ciberespacio” 6. Todo esto provoca que exista una retroalimentación entre ambos mundos, fomentada sobre todo por la “burbuja tecnológica” de esta sociedad “de la información y la comunicación”.

En ella, poco a poco el papel   que juegan los medios va cambiando, a pesar de los intereses de las grandes corporaciones mediáticas. Así, empiezan a aparecer nuevas profesiones en el periodismo, así como otras funciones que son desempeñadas por los propios periodistas, hasta el punto de que hay quien se plantea si podría darse la situación en un futuro en la que periodismo y periodistas no tuvieran necesariamente que existir compartiendo espacio como lo han hecho hasta el momento. ¿Sería viable entonces una sociedad sin periodistas? 7. En realidad, a pesar de que es imposible de prever la viabilidad de tal situación, lo que sí destaca es el hecho de que ante la crisis actual de los medios tradicionales, y el papel preponderante que cada vez tienen más los medios electrónicos, empieza a surgir con fuerza un nuevo tipo de “periodismo” (si es que puede llegar a denominarse siquiera así, entre comillas, debido a que apenas cumple las características necesarias para ello), que es el “periodismo ciudadano”, llevado a cabo por las personas de manera individual en muchas ocasiones, apoyándose en las nuevas tecnologías 8. Y es que la coyuntura actual, en la que la inmediatez del periodismo acaba convirtiéndose en algo incluso más importante que la propia veracidad contrastada de las noticias publicadas 9, provoca que cualquier material audiovisual existente se convierta en el eje central de la difusión del acontecimiento del que se trate. Por ello, casi cualquier persona que haya podido capturar en video o audio algún acto vinculado a un hecho noticioso, acaba ocupando el lugar o bien del periodista o cuando menos de fuente de la actualidad, con todo lo que ello implica.

Como se comentó previamente, hoy en día nos encontramos inmersos en lo que se ha dado en llamar la sociedad de la información, presente en todo el mundo, donde la economía de las TICs ha supuesto una nueva forma de plantearse no solo las comunicación entre las personas, si no cuestiones tan básicas como los intercambios culturales, los modos de hacer negocio, hasta la propia forma de entender a los ciudadanos como “ciudadanía digital”. Mientras estos argumentos se repiten una y otra vez en la “red” y son difundidos como verdades absolutas por los “gurus” de la globalización y sus beneficios, la inclusión a la que se refieren 10 está siendo puesta en duda a diario, por los mil y un ejemplos de exclusión social que van de la mano de las mismas TICs, en las que se basa esta nueva era. Así, el trasfondo social y económico de la globalización no ha sido ni tan “positivo” en el pasado, ni tan “halagüeño” para el futuro 11, ya que nos promete precisamente eso: desarrollo económico “ilimitado”. Pero, ¿para quién?. Y sobre todo, lo que es más importante, desarrollo económico sí, pero, ¿dónde queda el desarrollo social necesario que debe acompañar a todo “progreso económico”?. Simplemente no existe. El “desarrollo económico” actual, que va firmemente de la mano de las TICs, además de un claro fenómeno de inclusión entre los países y ciudadanos del “centro”, provoca a la vez la clara exclusión de los países y ciudadanos de la “periferia” 12.

Entonces, a la vez que la comunicación de lo local se ve cada vez más afectada por la competencia con la comunicación de lo “global”, surgen nuevos formatos periodísticos en Internet 13 muy modernos y que encajan perfectamente con esta actual idea del mundo digital y globalizado. Es más, algunos de estos formatos autodenominados como “periodísticos”, acaban teniendo tanto impacto social que generan la tan actual controversia sobre si el futuro del periodismo pasará necesariamente por su “asunción” dentro de la profesión, o si por el contrario este hecho supondría el fin del periodismo profesional como tal. Destaca el caso del blog, al que algunas potentes voces sitúan como una buena forma de hacer periodismo independiente 14, claro, sin tener en cuenta cuáles deben ser las características que debe seguir la información periodística. Y es que, a pesar de lo que suele suceder, el periodismo debe ser independiente, lo que significa servir exclusivamente a los intereses sociales, y no empresariales, políticos o ideológicos concretos, sean individuales o colectivos de un grupo en específico. Por ello, cuando una persona elabora un blog, esa persona no va a comunicar con independencia de su ideología, intereses económicos o políticos, sino más bien al contrario. Así, lejos de hacer periodismo hará comunicación pública o publicidad de sus propias ideas, con las que podemos estar o no de acuerdo, pero que se alejan con mucho de los estándares éticos y deontológicos del periodismo 15. Y sí, en la práctica estos estándares muchas veces no son cumplidos ni por los grandes medios de comunicación ni por los propios periodistas, ya que nada ni nadie les obliga en realidad a ceñirse a ellos. Es decir, nada más que el propio compromiso ético y moral con la profesión. Sin embargo, desde el momento en que dicha profesión es ejercida por un gran número de personas que no se han formado profesionalmente para ello, debido a que provienen de ramas del conocimiento muy diversas, se entiende que no conozcan ni asuman dicho compromiso deontológico con el periodismo, dejando claro también que, conseguir la independencia periodística obliga necesariamente a ceñirse a las normas éticas de la práctica profesional 16. Escaparse de ellas mediante los más diversos formatos comunicativos y el hecho de que cualquier persona, independientemente de su profesión y de sus compromisos éticos pueda ejercerla (sea en Internet mediante un blog, sea en la redacción de un medio) supone acabar poco a poco con una profesión necesaria para garantizar el derecho fundamental de la sociedad a recibir información veraz e independiente 17.

En un mundo globalizado en el que aparentemente no hay distancias reales imposibles de cubrir, todavía los patrones culturales suponen líneas imaginarias que muchas veces separan culturas no necesariamente tan alejadas como se podría pensar. A pesar de ello, la cultura occidental, incluso en el ámbito del periodismo, tiende a imponerse sobre las de otros países, provocando así una situación de clara discriminación y desigualdad, donde los contenidos correspondientes a las culturas mayoritarias sobresalen, mientras aquellos hechos, sucesos y acontecimientos de otros países no occidentales son relegados a la invisibilización mediática 18. Todo ello mientras la comunicación en la “red” se desarrolla de tal forma en esta era de las TICS que hasta se empiezan a publicar manuales específicos para poder llevar a cabo investigaciones periodísticas en Internet 19. En ello influyen sobremanera los medios de comunicación 20 y sus prácticas periodísticas, en un periodo histórico en el que se asume un mundo sin fronteras 21, que a pesar de ello las tiene cada vez más marcadas y definidas.

Pero la red no sólo permite reproducir y llegar más rápido y a un mayor número de personas a través de los patrones tradicionales de comunicación 22, sino que con ella se pueden implementar otras formas de entender la propia globalización, nuevos patrones de interacción social 23, incluso con tendencias de geografía política muy definidas que van de la mano de consecuencias económicas muy concretas 24. Todo ello, hasta el grado de que destacados sociólogos han investigado esta “presuntamente nueva” forma de funcionar a nivel mundial, llegando a hablar de los denominados sistemas mundo y su relación directa con la globalización 25. Así, la sociedad de la información en la actualidad acaba siendo caracterizada por una ideología muy concreta, que defiende el libre mercado, la desaparición de cualquiera barrera que impida la libre circulación de mercancías, mientras cada vez es más limitada la movilidad de las personas 26. A la vez, se empieza a poner en cuestión cuál será el perfil del periodismo en un futuro cercano, los paradigmas de la integración digital y la sociedad global conectada mediante las TICs son cuestionadas, algunos “hackers” empiezan a ejercer funciones de periodistas, mostrando una fuerte ética y compromiso con el derecho fundamental de la población a recibir información verídica y de calidad 27. Por todo ello la información en la web 28 se convierte en un soporte más en donde obtener información periódica y con cierta calidad e independencia 29, convirtiéndose así en un reto para los medios de comunicación tradicionales, que deben redefinirse ya que necesitan ser capaces de competir en inmediatez y actitud crítica con las nuevas formas de “periodismo” digital 30.

1 Arcila, Carlos y Argelia Ferrer (Editores). Reflexiones sobre comunicación, Tecnología y Sociedad. Digitalización y Ecología de Medios. San Cristóbal, Universidad de los Andes Dr. Pedro Rincón Guitiérrez, 2011, pp.18-93.

2 Camilo, Eduardo J.M. Ensaios de Comunicação Estratégica. Covilha (Portugal), LabCom Books, 2010, pp.73-89.

3 Bauman, Zygmunt. Globalización. Consecuencias humanas, Fondo de la Cultura Económica, México, 2003, pp. 39-165.

4 Borrat, Héctor. El periódico, actor político. Barcelona, Gustavo Gili, 1989, p. 16.

5 Denicoli, Sergio y Helena Sousa (eds.). Digital Comunication Policies in the Information Society  Promotion Stage. Lisboa, Comunication and Society Research Centre (CECS), University of Minho, 2012, pp. 3-170.

6 Evoca. 5. Identidad digital y reputación online. Madrid, Cuadernos de Comunicación Evoca, 2011, pp. 5-49.

7 Evoca. 7. El Futuro del Periodismo. Madrid, Cuadernos de Comunicación Evoca, 2012, pp. 5-41.

8 Evoca. 1. La revolución de la prensa digital. Madrid, Cuadernos de Comunicación Evoca, 2009, pp. 5-11.

9 Evoca. 8. Los riesgos del periodismo en tiempos de redes. Madrid, Cuadernos de Comunicación Evoca, 2012, pp. 5-49.

10 Fundación Orange. eEspaña, Informe Anual 2013 sobre el desarrollo de la sociedad de la información en España. Madrid, Fundación Orange, 2013, pp. 11-130.

11 Frieden, Jeffry. Capitalismo Global; El trasfondo económico de la historia del siglo XX. Madrid,-, 2007, pp. 32-83, 148-170, 209-231, 368-396.

12 Bauman, Zygmunt. Globalización. Consecuencias humanas. México, Fondo de la Cultura Económica, 2003, pág. 39-165.

13 López García, Guillermo (ed.). Comunicación local y nuevos formatos periodísticos en Internet: Cibermedios, Confidenciales y Weblogs. Valencia, Servei de Publicacions Universitat de València, 2008, pp.9-208.

14 Magalhaes, Fernanda. Blog: Jornalismo Independiente. Sao Paulo, -, 2010, pp. 17-17-67.

15 Christofoletti, Rogèrio (Org.). Vitrine e Vidraça: Critica de Mídia e Qualidade no Jornalismo. Covilha (Portugal), LabCom Books, 2010, pp.5-52.

16 López García, Xosé. Comunicación e información escrita. Redacción periodística. Edicións Lea, Santiago de Compostela, 1999, pp. 159-175, 177-180.

17 Naciones Unidas. Derecho a la libertad de expresión y el ejercicio periodístico. México DF, Oficina en México del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos (OACNUDH), 2010, pp. 11-72.

18 Oller-Alonso, Martín y Daniel Barredo-Ibáñez. Las culturas periodísticas intermedias. Estudios comparativos internacional en Periodismo. Tenerife, CAL Cuadernos Artesanos de Latina 35/Universidad de la Laguna, 2013, pp. 9-45.

19 Palacios, Marcos y Javier Díaz Noci (eds.). Ciberperiodismo: Métodos de Investigación. Una aproximación multidisciplinar en perspectiva comparada. Salvador de Bahía, -, 2007, pp. 11-131.

Comisión Europea. La investigación científica en los medios de comunicación. Trabajo de Campo, Especial Eurobarómetro. -, Comisión Europea, Eurobarometer, 2007.

20 Serra, Paulo. Manual de Teoría da Comunicação. Covilha (Portugal), Livros LabCom/Universidade da Beira Interior, 2007, pp. 33-92, 143-186.

21 Quadros, Claudia, Kati Caetano y Álvaro Larangeira (orgs.). Jornalismo e convergencia: ensino e prácticas profissionais. Covilha (Portugal), LabCom Books, 2011, pp. 67-89.

22 Santos, José Manuel. Teorias de Comunicação. Covilha (Portugal), Livros LabCom/Universidade da Beira Interior, 2004.

23 Consultar: Santos, Milton. Por otra globalización. Del pensamiento único a la conciencia universal, Convenio Andrés Bello, Colombia, 2004.

24 Taylor, Peter J. Geografía política; economía mundo, estado-nación y localidad. Madrid, Trama Editorial, 2002 (2ª edición).

25 Wallerstein, Immanuel. Análisis de sistemas-mundo. Una introducción. México, Siglo XXI Editores, 2006,  pp. 9-85.

26 Serra, Paulo. Informacao como Utopia.. Covilha (Portugal), Livros LabCom/Universidade da Beira Interior, 1998, pp. 35-170.

27 Silva, Gilmar Renato da (Or.). Novos Jornalistas. Para entender o jornalismo hoje. -, Pontocom, 2010,  pp. 25-54, 88-92.

28 Consultar: Fidalgo, António (Org.). Informação e Comunicação Online Volume I. Jornalismo Online. Covilha (Portugal), Universidade da Beira Interior, -.

29 Serra, Paulo y Joao Canavilhas (org.). Informação e Persuassão na Web: Relatório de um Projecto. - (Portugal), Labcom Books-Fundação para a Ciencia e a Tecnologia, 2009.

30 Newman, Nic y David A. Levy. Reuters Institute Digital News Report 2013. Oxford, Reuters Institute for the Study of Journalism Oxford University, 2013.