RECURSOS PARA MAESTROS/AS 
   
   Este  trabajo se enmarca dentro de la educación inclusiva, por ello en este apartado  se proporcionan recursos que se consideran necesarios para prestar  una especial atención a los grupos o individuos con mayor riesgo de quedar  excluidos del sistema educativo. Además, la educación inclusiva es una  propuesta de modificación de las culturas, las políticas y las prácticas de las  escuelas. La inclusión defiende un cambio en los centros, de forma que se  conviertan en escuelas para todos/as, escuelas en las que todos puedan  participar y sean recibidos como miembros valiosos de las mismas. Es una  escuela que trabaja desde la diversidad, pero nunca desde la deficiencia  (Almenta y Muñoz, 2007). 
       
  
      
  Según el Protocolo coordinación de  las actuaciones educativas y sanitarias para la detección e intervención  temprana en los TEA (2012), el objetivo es identificar  aquellos menores que, por sus conductas, se pueda sospechar que presentan  Síndrome de Asperger o Autismo de Alto Funcionamiento. Respecto al ámbito  educativo es fundamental, según se propugna como principio en la Ley Orgánica  2/2006, de 3 de mayo, de Educación (LOE, artículo 73.3), la identificación  temprana de las necesidades educativas especiales del alumnado, así como la  atención integral del mismo. 
  En el caso de que exista alguna sospecha por parte del  maestro/a 1,  de los padres, del educador, etc. acerca de si algún alumno puede padecer SA en primer lugar es  conveniente comentarlo con el psicopedagogo de la escuela, en el caso de ser un  colegio se trata del Servicio Pedagógico Escolar (SPE). El psicopedagogo podrá  evaluar al alumno según sus señales o haciendo   uso de algún cuestionario para la detección de SA, como puede ser el  M-CHAT o el ADI-R. 
  El psicopedagogo  puede contar con el asesoramiento del equipo específico de TGD de la Provincia  de Castellón, EOPAE (Equipo de Orientación Psicopedagógica y Apoyo  Especializado) de modo que ambos  concretarán el diagnóstico, la modalidad de  escolarización, el asesoramiento al profesorado y a las familias y la  intervención educativa. La cual irá precedida de la pertinente evaluación  psicopedagógica, realizada por el SPE o por el DO (Departamento de Orientación)  en el caso de Educación Secundaria, que permita identificar las necesidades  educativas especiales de este alumnado, y determinar las ayudas necesarias que  faciliten el máximo desarrollo de sus posibilidades y competencias. 
  Otra posibilidad (complementaria  a la anterior) es aconsejar a la familia que remitan al niño al Pediatra, el  cual realizará una evaluación médica para descartar  organicidad, hará una exploración clínica y pruebas de audición, visión y  analítica. También valorará derivar a las consultas especializadas de  Neuropediatría y/o a las Unidades de Salud   mental Infantil, según los criterios que se indican.
  Es necesario remarcar  que el trabajo de los profesionales debe ser interdisciplinar, es decir deben  actuar desde educación, sanidad y servicios sociales. Todos deben velar por el  bienestar del niño y para ello es necesaria una buena coordinación y  comunicación entre los diferentes profesionales que lo rodean. Según Huguet  (2006) promover la interacción y la comunicación con los demás aumenta el  potencial de aprendizaje y desarrollo de los individuos y de los sistemas y  favorece la posibilidad de aprender de los demás.
 
      
        - Estrategias de actuación en clase. 
Para  ayudar a las personas con TGD es necesario asegurar que, como futuros docentes  que será el alumnado del Grado de Maestro/a, conocen las estrategias y los  mejores procedimientos para llevar a cabo con ellos.  
  Con la finalidad de orientar a los docentes  que se enfrentan con el trabajo diario de enseñar y educar al alumnado que  presenta Síndrome de Asperger o Autismo de Alto Funcionamiento se presentan las  siguientes pautas generales de intervención. Sin olvidar que cada caso es único  e irrepetible y que requiere la evaluación de los profesionales de la salud,  estas orientaciones intentan guiar en el camino educativo (Estévez, 2009).
  Según este mismo autor, las características  que debemos tener en consideración son las siguientes:
  
    - Dificultades  en la adaptación a los ritmos y organización del trabajo escolar.
- Dificultades  para compartir con otros compañeros momentos de ocio o de actividades escolares  grupales.
- Ser  visto por los demás como alguien "extraño", que sólo se interesa por  sus cosas o por temas muy específicos sobre los cuales puede que plantee  preguntas de manera obsesiva, o realice comentarios siempre sobre ese mismo  tópico.
- Dificultades  para entender convenciones sociales relativas a jerarquías de poder en el  contexto escolar (un alumno no se dirige del mismo modo a un compañero que a un  docente o a un directivo).
- Falta  de flexibilidad frente a cambios imprevistos (de consignas, de horarios de  trabajo, de lugares de trabajo, cancelación de una excursión, etc.).
- Falta  de iniciativa para la comunicación y la relación con pares, o formas  inadecuadas y/o fallidas de intentos de establecer vínculos.
- Dificultades  para adecuarse a los tiempos de trabajo escolar, sobre todo cuando hay un  excesivo y rígido perfeccionismo que lo lleva a centrarse en detalles de la  tarea y a una realización minuciosa y lenta de la actividad.
- Falta  de motivación frente a las tareas escolares en general.
Los procedimientos  que se deben adoptar para afrontar las situaciones con niños con TGD deben  cumplir ciertas condiciones y reunir una serie de características. Respecto a  las siguientes estrategias están extraídas y modificadas de los siguientes  materiales:
  
    - Pautas  de intervención en el aula: Síndrome de Asperger. Estévez, 2009
- Síndrome  de Asperger. Estrategias prácticas para el aula. Guía para el profesorado. 
La enseñanza de la  comunicación y el lenguaje
    Este es uno de los focos  centrales de intervención. Los procedimientos de enseñanza pretenden, ante  todo, el desarrollo de la comunicación   para hacer frente a los déficits sociales y comunicativos de las  personas con TGD. 
    Como hemos comentado en el apartado de TEACCH (6 a), hay procedimientos que  facilitan la anticipación y la compresión de situaciones, tales como el uso de  sistemas alternativos de comunicación, dando preferencia a la presentación de  información visual; la utilización de medios gráficos, pictóricos y fotos  reales conjuntamente con signos, etc. estas alternativas son habituales en la  práctica diaria para el desempeño de las distintas tareas y pueden aplicarse a  niños de nivel cognitivo relativamente bajo, teniendo efectos positivos en la  tranquilidad y el bienestar de las personas autistas. Recientemente se utilizan  medios informáticos y ordenador como medios útiles para el desarrollo de la  comunicación y el lenguaje con personas autistas.
                             
    Es  necesario tener en cuenta a la hora de tratar con ellos los siguientes  aspectos: 
  
    - Centrarse en contenidos relevantes para el alumno.
- Fomentar el desarrollo de conductas comunicativas auto-iniciadas. 
- Aprender el lenguaje en medios naturales, en los lugares donde  transcurre la vida del niño/a.    
- Se deben evitar hasta que se conozca  la capacidad de la persona las expresiones (ahorra el aliento, paso en falso,  segundas intenciones), los dobles significados (la mayoría de los chistes  tienen doble significado), sarcasmo (por ejemplo, diciendo: "¡bien!"  después de ha derramado una botella de salsa de tomate sobre la mesa), apodos y  nombre coloquiales (tío, colega, etc...).
- Las expresiones faciales y otras  claves sociales pueden no funcionar. La mayoría de las personas con SA tienen  dificultad para leer las expresiones faciales y para la interpretación del  "lenguaje corporal". 
Dificultad para seguir instrucciones.
  
    - Puede que necesite que se le repitan  las órdenes de grupo individualmente. 
- Es muy importante que aprendan a  responder a las órdenes provenientes de personas diversas. 
- Comprobar, en situaciones informales,  que el niño/a entiende el lenguaje que se usa en situaciones de grupo. Aunque  resulte difícil, es necesario intentar un lenguaje lo más simple posible, con  frases cortas y directas y nexos de unión explícitos entre cada idea. En caso  de necesidad se pueden utilizar paráfrasis aclarativas.
- La imitación de la respuesta de los  demás ante una orden de grupo debe fomentarse juntamente con las estrategias  sugeridas anteriormente.
Comprender el lenguaje de los adultos
  
    - Se debe intentar atraer la atención  del niño/a antes de hablarle (especialmente cuando se quieren dar órdenes  concretas). 
- En situaciones de grupo se debe  intentar situarle lo más cerca posible del que está dando la orden y motivarle  (con una posible recompensa) a que preste atención. Hay que pronunciar su  nombre antes de dar la orden.
- Puede ser útil para conseguir y  motivar su atención usar algún tema que le interese como por ejemplo: “Más  tarde hablaremos sobre relojes pero antes quiero que hagas...”
- Es útil reflexionar sobre cómo  organizar las órdenes y explicaciones:
- Resumir los puntos principales con  antelación (incluso proporcionar una lista).
- Avisar antes de llegar a los puntos  principales.
- Repetir y resumir.
- Organizar y dividir la información  en secciones coherentes.
- Intentar ser explícito estableciendo  conexiones con los conocimientos previos sobre los temas que se tratan en la  escuela.
- Es aconsejable controlar la  velocidad de habla así como utilizar pausas para que el niño/a pueda procesar  la información.
- Los gráficos y dibujos pueden ayudar  mucho a los niño/as con TEA de alto funcionamiento. Algunos conceptos e  informaciones se pueden representar de forma gráfica y en un estadio más  avanzado en forma de diagramas y palabras clave.
- Si se va a utilizar lenguaje  especializado, abstracto o no literal es conveniente advertírselo a al niño/a  personalmente antes de que lo encuentre en su trabajo.
- Es especialmente importante que el  niño/a aprenda a controlar su atención y comprensión. Habrá que decirle qué  debe hacer si pierde el hilo o si no entiende algo, así como incitarle a hacer  preguntas para aclarar dudas.
- En el caso en que haya que corregir  un mal comportamiento del niño/a habrá que utilizar un lenguaje lo más simple  posible y un tono neutro. Decirle claramente lo que ha hecho mal, el comportamiento  que se espera de él y hacer explícitas las consecuencias. A continuación habrá  que comprobar si éste ha entendido. En este tipo de explicaciones se necesitará  ser mucho más directo y concreto que en las situaciones normales. 
- Algunos niños con Síndrome de  Asperger escuchan y entienden mejor si no miran a su interlocutor ya que las  señales no verbales les pueden confundir o distraer. Es mejor no insistir en  que el niño mire al interlocutor mientras éste habla (siempre que se tenga la  certeza de que está escuchando).
- Si se cuenta con ayuda de un  auxiliar, es conveniente utilizar a esta persona como intérprete, especialmente  para las órdenes o explicaciones largas.
Interpretaciones literales
  
    - Sería casi imposible y hasta poco  natural dejar de utilizar todos los giros idiomáticos y formas coloquiales. Es  importante, sin embargo, comprobar lo que se ha dicho y volver a estructurar la  frase en caso de necesidad. Por ejemplo: Dame cinco minutos se podría volver a  estructurar así: Hablaré contigo a las ocho cuando haya terminado de ver este  programa
- Explicarle lo que debe hacer cuando  no entiende algo.
- Enseñar al niño/a el significado de  los giros idiomáticos más utilizados (ej.: en fila, dentro de un minuto,  etc...).
- Puede que el niño/a no entienda el  humor o los chistes. Empezar en el nivel en el que se encuentra pero  desaconsejarle utilizar aquel tipo de bromas que puede usar de modo  desacertado.
Exceso o ausencia de gesticulación
  
    - Se pueden explicar las dificultades  que experimenta el niño/a a sus compañeros de clase y fomentar un  comportamiento más tolerante hacia él. Es aconsejable obtener el permiso del  alumno y de sus padres antes de hacerlo.
- Se debe tener precaución de enseñar  al niño/a estrategias más apropiadas en un contexto real, por ejemplo el patio  de recreo o durante las actividades de la escuela.
- Si gesticula demasiado se le pueden  enseñar algunas estrategias simples para que resuelva esta situación, como  meterse las manos en los bolsillos, sujetar algo con la mano, etc...
- Animarlo para que tome parte en  tantas actividades sociales, excursiones y grupos como le sea posible.  Reconocer sus destrezas verbales en la conversación e incorporarle a la  actividad grupal en la mayor medida posible.
Hablar demasiado rápido o demasiado alto
  
    - En primer lugar, asegurarse de que  su audición es correcta.
- Modular el volumen habitual de voz  que se desea que utilice el alumno/a y proporcionar oportunidades para la  práctica. Incrementar la gama de situaciones en que las practique un volumen  adecuado. Empezar por aquellas en las que le resulte más fácil controlar su  volumen hasta aquellas en las que tenga más dificultad.
- Utilizar una indicación, por ejemplo  un gesto, que indique al niño/a que está hablando demasiado alto.
- Utilizar una grabadora o un vídeo  para grabarlo. Enseñarle la grabación y pedirle que evalúe su volumen. Es  conveniente utilizar esta técnica con cuidado para no dañar su autoestima.
- Recompensarle por hablar con volumen  adecuado.
Preguntas repetitivas
  
    - Para empezar, es aconsejable  respetar el intento de comunicación del niño/a y darle tiempo para que haga sus  preguntas cuando lo necesite. 
- Ofrecer y enseñarle el uso de  estrategias de relajación adecuadas, como por ejemplo, escuchar música con un  walkman fuera del escenario de la escuela, leer su libro favorito o utilizar un  juguete que alivie su estrés o cualquier otra cosa que resulte oportuna.
- Proporcionar información visual como  un horario para que sepa lo que va a pasar durante el día de forma que no  necesite preguntarlo.
- Cambiar o modular gradualmente las  respuestas a preguntas obsesivas. Por ejemplo, como respuesta habitual a la  pregunta: ¿me puedo ir ya? es: sí, puedes, acompañarla asintiendo con la cabeza  o con un gesto de las manos y gradualmente reducir la respuesta verbal hasta  que con un gesto baste.
- Utilizar las preguntas repetitivas  del alumno/a como oportunidad de aprendizaje. Se le puede decir que se  responderá a su pregunta cuando haya cumplido con una orden.
- Racionar gradualmente el tiempo del  que se dispondrá para responder a sus preguntas repetitivas, por ejemplo: No te  puedo responder ahora, pero puedo hablar contigo a las once durante cinco  minutos. Es muy importante que se cumpla este tipo de promesas.
- Permitir este tipo de preguntas sólo  en un lugar determinado, por ejemplo en el patio de recreo. Es importante que  tenga acceso a este lugar varias veces al día.
- Intentar ser explícito al limitar  estas preguntas e invitarle a que participe en una conversación más adecuada:  Esta pregunta es aburrida, ¿por qué no me preguntas otra cosa? o háblame sobre…
La enseñanza de habilidades  sociales 
  La competencia social exige el dominio de un amplio rango de  habilidades que se incrementan de manera compleja con la edad. Entre estas  habilidades se encuentran: la mecánica de cómo jugar un juego con otra persona,  expresar afecto a otro niño, escoger actividades de ocio, usar habilidades  conversacionales asertivas para realizar peticiones y asegurar que otra persona  respeta las reglas de un juego, enseñanza de cómo abordar a cualquiera que esté  realizando una actividad de interés teniendo en cuenta las necesidades de otras  personas.
  Una vía eficaz para la enseñanza de habilidades sociales a estos  niños  ha sido el uso de modelos con  niños sin SA. Tales interacciones aumentan las respuestas sociales de los niños  con SA. Para percibir el éxito de esta propuesta han de desarrollarse las  siguientes características:
  
    - La intervención con pares debe ser realizada en un entorno  positivo en el que las interacciones con los compañeros normales de igual edad  sean placenteras.
- Los pares deben ser apoyados en sus interacciones con los niños y  autistas sin enseñar directamente como deben portarse, (el objetivo de la  intervención es obtener interacción espontánea)
- Las sesiones deben desarrollarse con la suficiente frecuencia para  desarrollar simpatía de grupo.
- Los alumnos con SA deben ser menos que la mitad del grupo total.
Participar y hacer amigos
  
    - Puede que el niño/a necesite que se  le enseñen explícitamente las normas y convenciones que la mayoría capta de forma  intuitiva. Por ejemplo, cómo saludar, formas de ceder el turno o de finalizar  la conversación y cómo averiguar si el oyente tiene interés.
- Es posible que requiera que se le  aporten modelos de conversaciones normales, cuya práctica se corrija para ayudarle  a tomar conciencia de normas y estrategias determinadas. 
- Es importante promover entre los  compañeros del niño/a un sentimiento de tolerancia y comprensión hacia él.  También se debe animar a los demás niños a aproximarse al alumno/a,  quizás en el contexto de actividades de clase  estructuradas.
- Es posible que sea conveniente  reducir el tiempo de contacto no estructurado con los compañeros. El niño/a  puede funcionar mejor en actividades formales con algún tipo de organización  (por ejemplo en grupos con actividades educativas o lúdicas organizadas).
- Una manera de incrementar el nivel  de contacto social a la vez que se proporciona cierta estructura es organizar  juegos en los recreos para los niños más pequeños.
Incluirse en los grupos
  
    - Se puede crear un ambiente más  relajado y tolerante si los compañeros   conocen sus dificultades y le brindan apoyo. Es posible organizar grupos  de apoyo mutuo e incluso usar al grupo de iguales para ayudarles en el  desarrollo de una serie de estrategias útiles. 
- Puede que necesite que se le  “desensibilice” ante las actividades de grupo.
- Esto requiere que gradualmente se  solicite su participación en actividades que le supongan mayores niveles de  contacto. Para empezar, se puede hacer hincapié sólo en tolerar la proximidad  física. A continuación se puede pasar aumentar los niveles de contacto y  cooperación. Para llevar a cabo actividades de cooperación es probable que se  necesiten niveles altos de estructura y normas explícitas. Los jóvenes con  estos trastornos tienen grandes dificultades con la negociación intuitiva y  comprensión compartida de lo que es justo, etc... que gobiernan estas  situaciones.
- Es conveniente recordar que algunos  jóvenes no quieren hacer amigos o pasar todo su tiempo en compañía de otros.  Esto ha de ser respetado.
Entender a los demás
  
    - Cuando haya problemas hay que  intentar hablar de forma clara y lo más tranquilamente posible. Subir el tono  de voz y utilizar expresiones o gestos forzados, que se usan instintivamente  puede interferir en la comprensión del niño/a. Puede que se sienta alarmado o  sobrecargado por toda esta información adicional y que se distraiga y no  consiga entender el mensaje que se le intenta comunicar.
- Es importante no esperar que el  alumno/a pueda “leer entre líneas”. Es necesario explicar exactamente lo que se  quiere decir, especialmente cuando se trate del comportamiento en situaciones  sociales.
- Puede que se necesite informarle  sobre situaciones concretas, por ejemplo cómo saber si alguien está bromeando.
- Los juegos y actividades de interacción  que requieren que el niño/a piense sobre el punto de vista de otras personas,  pueden ser de utilidad. 
- Puede ser necesario enseñar  comportamientos determinados para situaciones concretas (por ejemplo, cómo  comportarse cuando alguien está enfadado). Lo más posible es que el alumno/a  siempre tenga dificultad para responder de forma natural o intuitiva, pero se  le puede enseñar lo que hay que hacer para evitar que las cosas empeoren. Se  trata, en realidad, de facilitarle un “guión”.
¿Qué hacer para evitar las  interrupciones?
  
    - En situaciones de grupo, usar un  objeto, como una piedra o una pelota de forma que sólo la persona que lo  sostenga tiene derecho a hablar.
- Puede que sea necesario explicarle  que el momento de intervenir en la conversación con un comentario es cuando se  produce una pausa. Es posible que necesite practicar para reconocer estas  pausas. Los vídeos de programas de televisión pueden ser de utilidad en este  cometido.
- En caso de que el niño/a continúe  teniendo problemas en reconocer cuándo y cómo intervenir en la conversación se  puede acordar una señal que será utilizada por sus interlocutores, ya sean sus  compañeros o los adultos que le acompañan, como forma de apoyo.
¿Qué hacer para evitar la descortesía?
  
    - Utilizar un “Círculo de Amigos” (o  similar) como un debate en el que los compañeros comentan al alumno/a cómo les  afecta su lenguaje.
- El niño/a necesitará oportunidades  para observar cómo hablan e interactúan sus compañeros con los demás. Además se  le deberá ayudar a ensayar e intentar estrategias basadas en estos modelos. El  vídeo puede resultar útil en el caso de que las situaciones “en directo” le  parezcan demasiado estresantes.
- Puede ser interesante enseñar al  niño/a vídeos de sí mismo interactuando de forma incorrecta, poniendo de relieve  la forma correcta de comportarse, dando pie a nuevas escenificaciones. Habrá  que hacerlo con mucho cuidado para no dañar su autoestima.
Imaginación  y rigidez
  Según el Riviere y Martos (2000), dado que la soledad y la  inflexibilidad (con sus consecuentes carencias lingüísticas, de negociación, de  cooperación en la acción con los demás, etc.) son comunes a cualquier persona  con SA, las consecuencias educativas resultan evidentes: estas funciones deben  enseñarse explícitamente.
  Se les debe procurar una atención flexible y personalizada,  que compense la rigidez e inflexibilidad que caracterizan a su inflexibilidad.
  Temas de conversación obsesivos
  
    - Es importante comprender las razones  por las que habla sin parar sobre el tema y empezar también a reducir la  frecuencia con que el tema se apodera de sus pensamientos y conversaciones.  Señalar “momentos especiales” en los que puede hablar sobre sus intereses y  disuadirle de que hable sobre ello en otros momentos.
- Se puede usar como incentivo para  que termine sus tareas la oportunidad de hablar sobre su tema favorito Si la  conversación obsesiva es una manera de que el alumno/a venza su ansiedad, se  deben encontrar otras maneras de ayudarle. 
- Asegurarse de que se elogia al  niño/ay que se le presta atención cuando no está hablando sobre sus intereses  (aunque sólo lo consiga durante un corto periodo de tiempo).
- Intentar usar su interés en hablar  sobre sus temas favoritos como forma de desarrollar el conocimiento sobre los  mecanismos de la conversación y de respuesta en un tema concreto.
- Enseñarle cuándo y con quién es  adecuado hablar sobre su tema de interés. Hay que ser muy explícito.
- Si el tema de obsesión es adecuado  socialmente buscar oportunidades para que   hable sobre ello con otras personas que compartan sus intereses.
- Con el consentimiento del alumno/a  (y posiblemente con su participación) indicar a los compañeros de clase sobre  cómo decirle claramente cuándo están ya hartos de un tema en concreto (puede  ser útil una palabra clave o una señal acordada previa mente para que todo el  mundo la use).
Insistencia en cumplir las normas
  
    - Es necesario ser consciente de que  el niño/a va a cumplir estrictamente cualquier norma. Por lo tanto es  importante pensar cuidadosamente sobre cómo se formalizan en palabras las normas  y dotarlas de algún tipo de flexibilidad.
- Debido a que va a tener dificultades  en comprender por qué las normas no siempre se cumplen, es mejor asegurarse de  que alguien, un adulto o un igual, le explique bien la situación, haciendo  hincapié en por qué la gente actúa de esa manera.
- Escribir para el alumno/a una serie  de “Relatos Sociales” para explicarle por qué la gente a veces incumple o se  salta las normas.
Prepararse para los cambios
  
    - Respetar la necesidad de rutina de  los niños/as y realizar un horario que la indique claramente. 
- Elegir una palabra determinada, un  dibujo o un símbolo para cada fase de la rutina cotidiana. Poner cada uno en  una tarjeta individual que se pueden colocarlas todas ordenadas en un álbum de  fotos.
- Acostumbrarlo a sacar la tarjeta  correspondiente al principio de cada actividad y guardarla al final. Ayudarle a  entender la relación entre cada tarjeta y la actividad a la que corresponde.
- Una vez que entienda la relación  entre las tarjetas y las actividades, colocar las tarjetas en el orden que va a  seguir la rutina durante medio día. Más adelante hacerlo con un día entero.
- Antes de empezar una actividad coger  la tarjeta, especificar lo que se va a hacer y lo que ocurrirá a continuación.
- Una vez que se haya acostumbrado al  horario se pueden ir introduciendo uno o dos cambios en la actividad.  Señalárselos con bastante antelación. El hecho de que se le avise con  antelación de lo que va a pasar puede ayudarle a asimilar el cambio. Es  especialmente importante que cada tarjeta represente actividades separadas,  para poder insertar en la rutina familiar las tarjetas de las nuevas  actividades 
- Puede que le cueste aceptar con  antelación algunos cambios, especialmente cuando conllevan nuevos lugares o  nueva gente. Las grabaciones de vídeo o las fotografías pueden ayudar a  prepararle.
- Puede ser útil que el niño/a lleve  algo que le es familiar a la nueva situación, tal como hacen los niños pequeños  con sus peluches.
- Usar un lenguaje simple y preciso  para explicar lo que está ocurriendo y decirle lo que ocurrirá después de la  actividad imprevista.
Dificultades sensoriales y motoras. 
  Los niños/as con este tipo de trastornos presentan un  retraso en el desarrollo de patrones motores y dificultades sensoriales.  
  Los estudios neurofisiológicos tienden actualmente a valorar  el autismo como un trastorno del procesamiento sensorial junto a un trastorno  de la atención selectiva, lo que justificaría los síntomas clínicos esenciales,  que implican una alteración de la reactividad sensorial, incluidas las  estereotipias, a través de un input sensorial repetitivo (Riviere y Martos,  2000).
  Reacciones  inapropiadas a los sonidos
  
    - Es aconsejable eliminar el mayor  número posible de ruidos extraños y solucionar los ruidos específicos, por  ejemplo las patas de las sillas que chirrían porque han perdido los tacos de  goma.
- A la hora de la comida se puede  utilizar un “relato social” para enseñar al niño/a lo que va a ocurrir, la  duración de la comida y lo que pasará en cuanto termine la comida, para  explicarle que el ruido se produce de forma natural y no con el fin de  molestarle o dañarle. Después de la comida permitirle alguna de sus actividades  preferidas para animarle a superarlo.
- Siempre habrá ciertos ruidos y  sonidos en el ambiente que le disgustarán. Es necesario exponerle gradualmente  a estos estímulos para incrementar su tolerancia y su habilidad para responder  adecuadamente cuando ocurran. 
Reacciones inapropiadas o malinterpretación del contacto  físico 
  
    - Para aproximarse al niño/a se debe  hacer de frente y avisándole verbalmente de lo que va a pasar, ej.: “Alison,  has hecho muy bien ese trabajo, choca esos cinco”.
- Con el permiso del niño/a y sus  padres, hablar con la clase sobre las dificultades del niño con el contacto y  animarles a mostrar tolerancia y comprensión. Discutir la forma de responder  cuando ella reacciona de esta manera.
- Comentar siempre con el niño/a el  incidente después de haber ocurrido. Utilizar un lenguaje claro y simple,  explicando por qué se produjo la situación y comentando las alternativas  disponibles, incitando a reacciones cada vez más adecuadas.
- Enseñarle algunas técnicas de  relajación para ayudarle a superar los incidentes. Pueden consistir en  ejercicios de respiración y relajación o en frases establecidas que se usan  para aliviar el estrés o la ansiedad.
- Escenificar situaciones y practicar  respuestas más adecuadas para ayudarle a estar cómoda con los contactos  imprevistos.
- Dejar que se siente al final de la  mesa o cerca del grupo pero ligeramente apartada. Puede que necesite bastante  espacio para sentirse a gusto. 
- En algunas escuelas puede ser  posible ofrecer sesiones de masaje y aromaterapia. Se pueden masajear las  extremidades que son las zonas con las que el alumno/a se puede sentir más a  gusto. Esta actividad tiene que realizarla personas gente con las que se sienta  seguro y cómodo y debe hacerse de acuerdo con los procedimientos de protección  de menores.
Hipersensibilidad a los estímulos visuales
  
    - Proporcionar al alumno/a una zona de  trabajo sin distracciones. Se logra girando su pupitre hacia la pared para  limitar los estímulos visuales. Es muy importante que sólo se utilice esta zona  de trabajo cuando se pretenda que trabaje solo. En otras ocasiones debe ser un  miembro más.
- Limitar las distracciones visuales  del entorno haciéndolo lo más estructurado posible. Las zonas y las hojas de  trabajo y los espacios de exposición no deberían consistir en una acumulación  de información visual desordenada.
- Las hojas de trabajo deberían ser  diferenciadas para evitar la saturación y a la vez proporcionar información  visual útil, como por ejemplo, dónde empezar, dónde terminar, dónde colocar las  respuestas, etc...
- En las situaciones en que se prevea  que va a estar inundado de estímulos visuales, sugerirle que se centre a  algunas cosas en concreto. Esto se puede hacer con una grabación en vídeo de  una situación e ir señalando lo que es relevante y a lo que debería prestar  atención.
- Hablar con el niño/a sobre sus  dificultades con el manejo de los estímulos visuales. Puede proporcionarle una  visión introspectiva de lo que puede sentir, y de la charla se pueden derivar  algunas estrategias personales.
- Si tiene problemas para establecer  contacto visual, lo mejor es respetarlo. Sin embargo, es conveniente enseñarle  formas socialmente aceptables de mantener un mínimo o nulo contacto visual. 
Destrezas para el trabajo. 
    Según Colley, (2005) por lo general los alumnos con Síndrome  de Asperger puede que tengan dificultades para planificarse el trabajo. El  pensamiento abstracto también puede causarles dificultades y, si se les da a  elegir, seguramente preferirán leer sobre hechos reales que sobre ficción. Los  alumnos con Asperger con más habilidades seguramente tendrán una memoria  sorprendente, en especial con aquellos temas que les interesen más. Normalmente  estos alumnos son muy trabajadores e inteligentes, pero frecuentemente sus  problemas pasan desapercibidos.
  Pueden tener dificultades en la  adaptación a los ritmos y organización del trabajo escolar; dificultades para  adecuarse a los tiempos de trabajo escolar, sobre todo cuando hay un excesivo y  rígido perfeccionismo que lo lleva a centrarse en detalles de la tarea y a una  realización minuciosa y lenta de la actividad, etc.
  Motivación
    Una de las mayores dificultades  con las que tienen que enfrentarse los educadores y padres en la enseñanza es  la ausencia de motivación. Para paliar esta dificultad es necesario:
  
    - Fomentar la elección del niño de los materiales estimulares usados  en la enseñanza.
- Premiar los intentos comunicativos. Ello mejora más significativamente  la motivación a la comunicación que usar técnicas de aproximación sucesiva.
- Merece la pena utilizar cualquier  interés compulsivo como fuente de recompensas y motivación, ej.: “Si terminas  este trabajo para las 10:30, entonces tendrás 10 minutos para tu proyecto sobre  el espacio”.
- Las expectativas sobre la cantidad y  la calidad del trabajo a realizar tienen que ser explícitas y detalladas. Es  mejor empezar con objetivos a corto plazo y gradualmente ir aumentando su  duración.
- Es posible que los incentivos  externos de algún tipo sean útiles. Sin embargo, hay que recordar que es mejor  ofrecer recompensas pequeñas y frecuentes y que se debe tener cuidado al  escoger las recompensas. Siempre resulta útil indagar sus ideas para encontrar  posibles recompensas o incentivos. La gama habitual de recompensas para la  clase puede no ser eficaz.
- Intentar utilizar sistemas visuales  para hacer saber si lo está haciendo bien y cuánto falta para obtener la  recompensa elegida. Esto es especialmente importante cuando tenga que superar  retrasos significativos.
Organización personal
  
    - Darle si hace falta un mapa para que  se oriente en la escuela o proporcionarle la ayuda de un compañero/a.
- Hacer una lista de lo que se  necesita para cada clase. Indicar su uso en caso de necesidad.
- Marcar el principio de las tareas  con un símbolo, ej.: un semáforo en verde al principio y en otro color al  final.
- Agrandar las hojas de trabajo e  indicar claramente dónde deben colocarse las respuestas con separaciones o  colores.
- Señalar las zonas donde sentarse o  estar de pie en los espacios abiertos con un aro de gimnasia, una alfombrilla,  un cojín en el que sentarse, etc...
- Confeccionar un horario con símbolos  o palabras para que lleve a casa. 
Exceso de dependencia
  
    - Tan pronto como el alumno/a haya  aprendido unas cuantas destrezas, establecer un momento cada día en que pueda  practicarlas independientemente. Asegurarse de que lo que se le está exigiendo  está dentro de sus posibilidades. Esta estrategia está dirigida a desarrollar  la independencia del alumno/a y no la tarea en sí.
- Elogiar a Michael cada vez que  complete una tarea sin apoyo. Enseñarle la forma de comunicar que ya ha acabado  su tarea, ej.: verbalmente, con una tarjeta donde ponga terminado, guardando el  material, etc...
- Animar a todos los que apoyan al  niño/a en cualquier momento del día a que gradualmente le dejen solo. Deben  darle libertad pero estar preparados para intervenir cuando lo necesite.
- Asegurarse de que se ayuda al  alumno/a a organizar su material y de que ha entendido y ha comenzado la tarea  antes de reducir el apoyo. Inicialmente el adulto podría empezar por redirigir  su atención hacia otro niño que esté cerca para ayudarle.
- Animar a los compañeros del niño/a a  proporcionar apoyo en lugar de un adulto, ej.: sacándole a jugar, trabajando  con el ordenador. Puede que sea necesario prevenir una ayuda excesiva en  incontrolada.
¿Qué hacer con los deberes?
  
    - Trabajar con los padres, tenerles  informados y buscar formas de ayudarles a motivar y organizar al niño/a.
- Asegurarse de que el profesorado da  instrucciones claras que puedan ser entendidas por los padres además de por el  alumno/a. Puede que él no entienda las instrucciones que se han puesto por  escrito una vez que se le saca del contexto de la escuela. Una grabadora puede  ser de utilidad.
- Convocar una reunión para establecer  las normas para el trabajo en casa, en la que estén presentes los padres, el  profesor de apoyo y el niño/a. Ver y oír a todos discutiendo sobre el tema  puede beneficiarle y así no tendrá dudas sobre lo que sabe cada uno.
- Establecer un enfoque unificado por  parte del profesorado. La consistencia es esencial y no sirve de nada que un  profesor le castigue mientras que otro ignora el problema. El alumno/a podría  estar totalmente confundida o aprovecharse de esta inconsistencia.
- Los castigos no suelen ser eficaces  y pueden empeorar el problema.
- Intentar pensar en algo motivador en  lo que el niño/a podría trabajar. Hablar con él para ver qué podría motivarle.  Puede que sea algo inhabitual pero fácil de proporcionar. Además, seguir  ofreciendo reconocimiento público por sus esfuerzos.
No es recomendable tomarse a título personal las conductas  inadecuadas del niño/a con Síndrome de Asperger o Autismo de Alto  Funcionamiento. No es una persona manipuladora o intrigante, si no que por lo  general, las dificultades de conducta son el resultado de sus esfuerzos para  sobrevivir a experiencias que pueden ser confusas, desorientadoras o  aterradoras. Las personas con SA son, en virtud de su discapacidad,  egocéntricas. La mayoría tienen extrema dificultad para la comprensión de las  reacciones de los demás. 
  El  objetivo de tener en cuenta estas características es llevar a cabo el  desarrollo de intervenciones creativas para ayudarles a aprender conductas  alternativas apropiadas. Enseñando, ampliando y reforzando las habilidades  comunicativas relevantes, resulta posible sustituir la conducta inadecuada, de  modo que, dicha conducta se hace mucho menos frecuente o se elimina totalmente.
  Sin olvidar que cada  caso es único e irrepetible y que requiere la evaluación de los profesionales  de la salud, estas orientaciones únicamente intentan guiar en el camino  educativo (Estévez, 2009). 
  “No trates de cambiar al alumno. Donde sea posible, ajusta  el entorno para que sea adecuado para él, y fomenta las interacciones sociales  y la inclusión. Todo esto puede sonar como una enorme cantidad de trabajo para  un solo alumno. Pero el trabajo extra dedicado a los alumnos con Síndrome de  Asperger también puede beneficiar al resto de compañeros de clase” (Colley,  2005).
   
     
       1 En el Anexo XI  (Diapositivas Sesión 7) se describe gráficamente el protocolo de derivación y  consulta.