REPRESENTACIONES SOCIALES DE DISCAPACITADO

REPRESENTACIONES SOCIALES DE DISCAPACITADO

Janeth Martínez Martínez (CV)
Universidad Nacional de Colombia

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CAPÍTULO 2: TRAZANDO EL RUMBO.
ACERCA DE LA METODOLOGÍA DE INVESTIGACIÓN.

“Ese proceso (el de la investigación1 ) es complejo y accidentado
porque debe construirse a partir y en contra del sentido
común “científico” que proporciona “explicaciones” simplonas o
determinaciones mecánicas revestidas de dialectos presumiblemente
rigurosos, donde el objeto se contempla bajo la luz de
pobres y escasas relaciones” (González,1994, 245).

En esta investigación atiendo a la construcción de las RS de discapacitado. En el apartado teórico hice énfasis en la construcción conceptual de las RS), posteriormente desarrollé el concepto de cultura como punto central para el análisis, donde el objeto a representar es discapacitado. Dejando para la última parte lo conceptual que compete a la relación cultura y discapacidad2 .

Para este trabajo resulta importante aclarar la perspectiva en que se desarrolla la investigación, para ello anoto algunos lineamientos generales siguiendo los interesantes postulados de Jorge González. La investigación para él es “…una labor siempre creativa, ajena al obsesivo seguimiento de recetas únicas y al empecinamiento en demostrar a-como-dé-lugar hipótesis tiesas, esclerotizadas. El trabajo de toda explicación consiste en proporcionar un marco de relaciones mediante las cuales convertimos una porción de lo que percibimos o nos afecta como realidad en un objeto intangible. Porque la ‘realidad’ no esta ahí, arreglada y peinada para que le saquemos una foto, ningún dato habla por sí solo, si no le hacemos hablar y no hay  ‘evidencia empírica’ que no sea evidencia construida” (1994, 242).

González me da la pauta para aclarar varias cosas, la problematización de alguna situación que se quiere conocer a través de un ejercicio investigativo, es una labor sumamente compleja, requiere un esfuerzo del investigador por ordenar ese intrincado panorama: que es realidad para ser investigada. La realidad en este sentido no está ordenada pero es ordenable, no está estructurada, es estructurable; ese es el ejercicio que pretendo en esta investigación.

Entiendo al investigador, no como ese ser ecuánime que pretende dar una visión real y objetiva de su objeto de indagación; sino como aquel sujeto que posee una trayectoria vital que se interesa por un asunto y echa a andar todo su bagaje cultural y disciplinario para estudiarlo, aquí podríamos preguntarnos, pero ¿entonces dónde queda la objetividad en la investigación?, afortunadamente Jorge González también nos resuelve esta incógnita, cuando nos dice: la acción de conocer pone en contacto a la realidad con el sujeto que la conoce y a medida que avanza el conocimiento hay más del objeto en el sujeto y más del sujeto en el objeto, el punto de vista perturba el objeto y toda observación “objetiva” está cargada de interpretación y, en el mejor de los casos de teoría.

En este orden de ideas cobran vital relevancia no sólo las técnicas y métodos aplicados, sino también el tipo de preguntas hechas antes, durante y al final de una acción de conocimiento, así como la tarea disciplinada del investigador de ser lo más explícito posible.

A partir de estas premisas sobre la investigación, en este capítulo pretendo mostrar más que un problema de investigación ajustado y preciso, la trayectoria que recorrí para plantearlo. Empezando por  el problema social de las RS             -relacionadas en un primer momento- por la diferencia que implicaba la discapacidad y el esfuerzo de afinar la mirada para llegar a plantear al discapacitado como objeto de representación, construyendo algunas preguntas y avanzando con una serie de hipótesis de trabajo que me permitieran acotar el complejo panorama al que me acercaba.

Debo aclarar, que la forma de construir el problema de investigación es a través del planteamiento de preguntas, siguiendo las breves recomendaciones de González y las de otros metodólogos que así lo sugieren; por ejemplo, acudo a la claridad de Felipe Martínez Rizo (1997), cuando responde a la pregunta:

 “Pero, ¿Qué es un problema de investigación? En forma breve, es una PREGUNTA3 ubicada en un cuerpo de conocimientos (teoría) y en una realidad empírica. Comentando… lo importante en la ciencia es la PREGUNTA. Ha sido el cambio en las preguntas lo que ha revolucionado la ciencia moderna y por consecuencia el conocimiento que hoy en día tenemos del mundo natural y del mundo social” (296).

La labor de plantear estas interrogantes requiere de la mayor claridad posible, es por esto que propongo que sea un conjunto articulado de preguntas y así evitar el incluir dos o tres elementos dentro de una misma pregunta. Las hipótesis de trabajo son las respuestas tentativas a la(s) pregunta(s) que plantea el problema. Aclaro un poco más sobre las hipótesis siguiendo a Rocha, las hipótesis –propone-  pueden ser  “inventadas”, en el sentido de ser el resultado de la creatividad del investigador, pero deben ser evaluadas en la perspectiva que corresponde al marco teórico con el que se está trabajando. También pueden ser sugeridas por, o deducidas de la teoría, lo que también demanda imaginación de mucho vuelo (2005, 9). Las hipótesis se comprenderán como juicios de carácter conjetural4 que nos sirven de guía para ordenar las posibilidades de elementos a analizar que nos brindará la empíria. Los hipótesis en esta investigación son hipótesis de trabajo, las que al ser atendidas darán respuestas preliminares a reconocer en el desarrollo del trabajo. 

2.1 Las preguntas iniciales: Acerca del problema social.

Un problema social es el germen a partir del que surge un problema de investigación, el primero responde a las interrogantes que nos surgen al observar, sentir y vivir el mundo que nos rodea, esas incógnitas que nos llaman la atención, nos intrigan y sobre las que queremos “saber, por qué pasa lo que pasa”. Las segundas se refieren como ya he propuesto, a esas preguntas cargadas de teoría y empíria que nos permiten investigar y construir conocimiento. 

La Antropología e Historia orientan mi mirada, es por eso que reconozco que dentro de éstas se promueve el observar y entender la diversidad cultural y sus trayectorias históricas; sin embargo, hay un grupo que a mí parecer han mirado muy poco estas disciplinas: los discapacitados.

Mi llegada al tema se dio en el año 2000, cuando tuve la fortuna de conocer a una mujer con secuelas de Poliomielitis, la que me permitió conocer a través de su amistad una forma de ver y vivir la vida diferente. Es el momento en el que empiezo a “ver” el fenómeno social de la discapacidad, en este proceso sorpresivamente comienzo a notarlo cada vez más como un problema social; es decir, un problema de y para la sociedad.

Empiezo a observar algunas de las variables relacionadas con el fenómeno y a preguntarme sobre ellas5 , como el hecho de que la discapacidad esté directamente asociada a factores de pobreza, pero ¿será posible que haya discapacitados ricos?, ¿es diferente la experiencia de discapacidad  para hombres y mujeres6 ?, ¿en que consiste esa diferencia?, ¿qué particularidades tiene la discapacidad según el ciclo de vida?, ¿los discapacitados se quieren y los quieren?, es decir ¿qué pasa con el mundo de los afectos en la discapacidad?,  ¿cómo y quien los atiende, los ayuda, apoya ?, ¿qué pasa con los que no tienen ningún tipo de atención, ayuda o apoyo?, ¿qué beneficios poseen como individuos y como grupo?, ¿qué pueden y que no pueden hacer?, ¿qué pasa con la integración o desintegración?, ¿son felices o tristes?.

Con este arsenal de preguntas inicié la búsqueda en la literatura antropológica sobre el tema, donde encontré algunas referencias en monografías de antropólogos y sociólogos clásicos (Benedict, Mead, Evans-Pritchard y Parsons), así como de algunas pistas sobre aspectos históricos relacionados con el tema;  encontré sólo la referencia de un libro publicado por la Universidad Nacional de México sobre la historia de la discapacidad en el México prehispánico, el cual nunca he localizado físicamente. Pude recabar algunas informaciones sobre la concepción de la anormalidad y lo monstruoso en el mundo clásico y la edad media.  Fue muy interesante revisar esta literatura por la litografías de personas con discapacidades físicas que eran pensadas e interpretadas a través de la religión y el mito. 

Con todo esto observé que aún en la actualidad los discapacitados no pueden ser vistos como iguales, “normales” por la sociedad, ésta los estigmatiza y opera a partir de ideas no necesariamente ciertas sobre ellos.

A la par de esta información ya venía acercándome a la teoría de las RS revisándola pensé que sería interesante construir a través de ellas el objeto discapacidad.

Aterricé estas inquietudes a partir de asumir que quiero descubrir las ideas que tiene la gente sobre la discapacidad y que las hace pensar de determinada manera y actuar como lo hace.

1 El paréntesis es mío.

2 Sé que es importante e interesante en el tema de la discapacidad las discusiones sobre los modelos, así como la historia y evolución de las investigaciones que se han realizado en el tema; sin embargo creo que no es pertinente presentar estas discusiones en esta tesis.

3 Propongo que sea un conjunto de preguntaS (la mayúscula es intencional) articuladas, para poder abarcar la complejidad de la que he estado hablando.

4 PADUA, página 37.

5 Estas preguntas responden a un momento especifico de mis reflexiones, las planteo como aparecieron en ese momento, en ningún momento tienen una intención peyorativa.

6 En 1998 me gradué como licenciada en Etnohistoria con una investigación sobre género, de ahí que surgiera la pregunta.