RETOS EN LA FORMACIÓN DE PROFESIONALES LOGÍSTICOS: SERVICIO Y COMPETITIVIDAD

RETOS EN LA FORMACIÓN DE PROFESIONALES LOGÍSTICOS: SERVICIO Y COMPETITIVIDAD

Mauricio Igor Pecina Rivas (Compilador) (CV)
Universidad Autónoma del Estado de México

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COMPETENCIAS DEL LICENCIADO EN LOGÍSTICA INTERNACIONAL

Mtro. Mauricio Igor Pecina Rivas

 

INTRODUCCIÓN
Una preocupación constante de las instituciones de educación superior es la de preparar a sus estudiantes para que sean capaces de hacerle frente a las problemáticas que aquejan a la sociedad en la que se desenvuelve a la vez que a la global.
Crecimiento constante de la población, agotamiento de los recursos, contaminación, desigualdad en la distribución de la riqueza, falta de oportunidades para que las personas puedan desarrollarse, etc.
Los estudiantes de la licenciatura en logística no son ajenos a estas situaciones, de hecho su carrera está muy relacionada con varias de ellas, pues con su trabajo deben de ayudar en la adecuada distribución de bienes y servicios entre productores y consumidores en condiciones que propicien la reducción de costos, disminución de la contaminación y uso adecuado de los recursos de los que disponen, de manera que estos productos o servicios puedan ser llevados a los centros de consumo para la satisfacción de necesidades.
El propósito del presente ensayo es el de reflexionar sobre cuáles deben ser las competencias que debe tener el licenciado en logística para cumplir con el cometido que la sociedad espera de él, para ello se comenzará reflexionando sobre el concepto de competencia para posteriormente analizar aquellas recomendadas que debe de tener el licenciado en logística.

DESARROLLO
SOBRE EL CONCEPTO DE COMPETENCIA
El concepto de competencias es actualmente muy empleado en la bibliografía actual en temas que tienen que ver con administración en general y con el manejo de recursos humanos y materiales en particular, también es usado en educación en todos sus niveles. Al parecer ha llegado a ser considerada por la mayoría de las personas que se encuentran en los ambientes educativos y de capacitación como el paradigma actual hacia el que deben de tender sus esfuerzos.
Sin embargo, existe una gran variedad de conceptos que merecen ser analizados.
El concepto de competencias ha sido estudiado de manera vasta de la misma manera que ha sido aplicado en la industria y en la academia, entre estos estudios han surgido diversas definiciones del mismo, se le diferencia de otros conceptos con los que puede confundirse, se le clasifica en diversos tipos y también se le critica como algo que no cumple con los fines que propone.
El diccionario de la Real Academia Española (2012) da dos significados para el concepto de competencia. En el primero la define a partir de su etimología latina “competentia” que significa competir, y da las siguientes acepciones: “Disputa o contienda entre dos o más personas sobre algo, oposición o rivalidad entre dos o más que aspiran a obtener la misma cosa, situación de empresas que rivalizan en un mercado ofreciendo o demandando un mismo producto o servicio, persona o grupo rival y competición deportiva.”
El segundo enfoque del término tiene también su origen en la etimología “competentia” y posee varias acepciones, en primer lugar, “incumbencia”, también nos dice que puede ser la “pericia, aptitud, idoneidad para hacer algo o intervenir en un asunto determinado”, por último también puede ser la “atribución legítima a un juez u otra autoridad para el conocimiento o resolución de un asunto.”
Como se puede observar, los dos significados de la palabra competencia son diferentes, a la vez que guardan relación entre sí. Las acepciones derivadas del primer significado están relacionadas con conceptos como: (El Mundo.es, 2012) confrontación, debate, duelo, disputa, lucha, rivalidad, reto, pugna, desafío y enfrentamiento; mientras que las que se desprenden del segundo significado se pueden asociar con conceptos como: suficiencia, jurisdicción, destreza, habilidad, disposición, capacidad, talento, facultad, autoridad, dominio y poder.
La relación que existe entre ambas acepciones  podría encontrarse en que a la persona a la que por sus cualidades (pericia, aptitud) se le da la atribución para desarrollar una tarea, es alguien que ha  demostrado ser la persona idónea para ello, por medio de pruebas o exámenes que al ser superados lo distinguen de otras personas que no lo han podido hacer en el mismo nivel, y se le otorga por tanto el título de competente.
Partiendo de estudios que han realizado en sus áreas de trabajo e investigación, diversos autores han elaborado algunas definiciones del término competencias, a continuación se presentan de manera cronológica algunos de los más relevantes:
“Competencia es aquello que realmente causa un rendimiento superior en el trabajo” (McClelland, 1973)
“Una característica subyacente en una persona, que está causalmente relacionada con un desempeño bueno o excelente en un puesto de trabajo concreto y en una organización concreta” (Boyatzis, 1982)
“Conjunto de habilidades y destrezas necesarias para el desempeño de una tarea o conjunto de ellas, que incluyen factores individuales como habilidades de razonamiento, verbales, numéricas, espaciales y características de personalidad” (Cummings y Schwad, 1985)
“La capacidad de usar el conocimiento y las destrezas relacionadas con productos y procesos y, por consiguiente, de actuar eficazmente para alcanzar un objetivo” (Hayes, 1985)
“Una característica subyacente de un individuo que está casualmente relacionada con el rendimiento efectivo o superior en una situación o trabajo definido en términos de criterios” (Spencer y Spencer, 1993)
“Conjuntos de patrones de conducta que la persona debe llevar a cabo para rendir eficientemente en sus tareas y funciones” (Woodruffe, 1993)
“Posee competencia profesional quien dispone de los conocimientos, destrezas y aptitudes necesarios para ejercer una profesión, puede resolver los problemas profesionales de forma autónoma y flexible, y está capacitado para colaborar en su entorno profesional y en la organización del trabajo” (Bunk, 1994)
“Una habilidad o atributo personal de la conducta de un sujeto, que puede definirse como característica de su comportamiento, y, bajo la cual, el comportamiento orientado a la tarea puede clasificarse de forma lógica y fiable” (Ansorena Cao, 1996)
“Conjuntos de conocimientos, habilidades, disposiciones y conductas que posee una persona, que le permiten la realización exitosa de una actividad” (Feliú y Rodríguez, 1996)
“La competencia, inseparable de los razonamientos, está constituida por los conocimientos (declarativos, de procedimientos, etc.), las habilidades (menos formalizadas, a veces, llevadas a rutinas), los metaconocimientos (conocimientos de sus propios conocimientos, que sólo se adquieren por medio de la experiencia)” (Montmollin, 1996)
“Las competencias son repertorios de comportamientos que algunas personas dominan mejor que otras, lo que las hace eficaces en una situación determinada. Estos comportamientos son observables en la realidad cotidiana del trabajo e, igualmente, en situaciones test. Ponen en práctica, de forma integrada, aptitudes, rasgos de personalidad y conocimientos adquiridos” (Levy-Leboyer, 2003)
“La acción competente es una invención bien temperada, una variación sobre temas parcialmente conocidos, una manera de reinvertir lo ya vivido, ya visto, ya comprendido o manejado para enfrentar situaciones lo suficientemente inéditas para que la sola y simple repetición sea inadecuada, lo suficientemente familiares para que el individuo no se sienta totalmente desprotegido. (Perrenoud, 2003)
“Una competencia se define como la habilidad para satisfacer con éxito exigencias complejas en un contexto determinado, mediante la movilización de prerrequisitos psicosociales que incluyen aspectos tanto cognitivos como no cognitivos. (Rychen y Salganik, 2006)
Del análisis de las definiciones anteriores se puede observar que estas poseen al menos dos elementos comunes: en primer lugar, todas hacen referencia a que las competencias son un conjunto de características de las personas, estas características pueden tomar las formas de conocimientos, habilidades, destrezas, conductas, aptitudes, disposiciones y hasta de rasgos de personalidad. En segundo lugar, se observa que en todas se menciona que estas características hacen a las personas capaces de dar unos resultados en la tarea que se les asigna, que son mejores de los que se obtendrían si no las tuvieran, y así se habla de obtener: rendimiento o desempeño superior, bueno o excelente, eficaz, eficiente, de forma autónoma, flexible, lógica, fiable y exitoso.
Un elemento implícito en las definiciones de competencia es el que esta se demuestra que se tiene cuando se desempeña una actividad, entonces, la competencia no es sólo un conocimiento que se adquiere y queda guardado en la persona, por el contrario, para que la competencia se pueda demostrar debe haber una prueba de su existencia, que puede ser un desempeño dado durante la realización de una actividad, también puede ser un producto, elaborado a partir de ciertos estándares previamente acordados.
Un tercer elemento que no se menciona en todas las definiciones, ya que al parecer en algunas también queda como algo implícito, es el que la tarea se desarrolla en una situación concreta, lo que implica que la competencia se aprende para aplicarse como una política ante una situación que puede resultar repetitiva. Perrenoud menciona que la situación puede ser algo repetido o novedoso para lo que se tiene preparación en alguna otra situación un poco parecida, esta definición implica entonces que la competencia puede ser algo adquirido y que puede incluir la capacidad de resolver situaciones no afrontadas antes, sino que son resueltas con creatividad al momento de presentarse.
Es muy importante el hecho de que las competencias son algo que puede ser adquirido, sobre todo analizando el tema desde el punto de vista de la educación. Entonces tanto en la formación académica adquirida en la escuela, como en la capacitación para el desempeño del trabajo se pueden desarrollar actividades específicas encaminadas a lograr que las personas logren adquirir ciertas competencias para tener un desempeño deseado en una actividad determinada.
Como lo menciona el informe Delors (1996), en el mundo existen una gran cantidad de problemas que aquejan a la humanidad, los grandes avances de la ciencia y la tecnología no han logrado abatir esta problemática y en muchas personas existe un desánimo a pesar de ellos. La pobreza, la discriminación y la falta de oportunidades, llevaron a la UNESCO a solicitar a Jacques Delors que junto con un equipo de educadores redactaran un informe sobre los retos de la educación para el siglo XXI. El resultado fue un análisis de algunas de las problemáticas más grandes que enfrenta la sociedad mundial y la propuesta de una mejor educación como la fórmula para tratar de lograr esa “utopía necesaria”
Tal vez la aportación más importante del informe Delors sean los cuatro pilares de la educación: Aprender a conocer, aprender a hacer, aprender a vivir juntos y aprender a ser. En uno de ellos (aprender a hacer) se menciona literalmente la palabra competencia, sin embargo, por lo visto en las definiciones anteriores, las competencias incluyen tanto aspectos cognitivos como no cognitivos que se expresan por medio de tareas, por lo en realidad implican a los cuatro pilares.
En lo referente a “aprender a hacer” el informe menciona lo siguiente:
“Conviene no limitarse a conseguir el aprendizaje de un oficio y, en un sentido más amplio, adquirir una competencia que permita hacer frente a numerosas situaciones, algunas imprevisibles, y que facilite el trabajo en equipo, dimensión demasiado olvidada en los métodos de enseñanza actuales. En numerosos casos esta competencia y estas calificaciones se hacen más accesibles si alumnos y estudiantes cuentan con la posibilidad de evaluarse y de enriquecerse participando en actividades profesionales o sociales de forma paralela a sus estudios, lo que justifica el lugar más relevante que deberían ocupar las distintas posibilidades de alternancia entre la escuela y el trabajo.”
El proyecto Tuning es una iniciativa surgida en Europa y derivada del Proceso de Bolonia, por medio del cual se pretende que los países miembros puedan reconocer las titulaciones de los estudiantes de otros países parte del acuerdo; la adopción de un sistema internacional de créditos, tal como en México lo propone el acuerdo 279; también busca promover una mayor calidad de la educación superior que se dé de manera homogénea entre las universidades de los países miembros, respetando la autonomía de cada una y las diferencias culturales entre países; todo ello facilitaría una mayor movilidad de estudiantes y docentes entre las instituciones participantes. La manera de conseguir estos propósitos es por medio de modelos curriculares basados en competencias, que son propuestas en el proyecto Tuning después de una investigación internacional sobre cuáles son las más necesarias para los profesionistas, según profesores, empresarios y asociaciones empresariales.
Debido a que la búsqueda de una mejor calidad educativa en el nivel superior no es un deseo o necesidad exclusivo de Europa, en América Latina se está llevando a cabo un proceso semejante, en él han participado universidades de 19 países de la región en cuatro grandes líneas de trabajo: Definición de competencias genéricas y específicas de algunas titulaciones propuestas, definición también de distintos enfoques de enseñanza, aprendizaje y evaluación de estas competencias, homologación de créditos académicos y propuesta de acciones para buscar la mejor calidad de los programas.
El proyecto Tunning Latinoamérica da dos propuestas de definición de competencias, estas son las siguientes: “las capacidades que todo ser humano necesita para resolver, de manera eficaz y autónoma, las situaciones de la vida” (Documento 1, 1995), otra definición es esta: “complejas capacidades integradas, en diversos grados, que la educación debe formar en los individuos para que puedan desempeñarse como sujetos responsables en diferentes situaciones y contextos de la vida social y personal, sabiendo ver, hacer, actuar y disfrutar convenientemente, evaluando alternativas, eligiendo las estrategias adecuadas y haciéndose cargo de las decisiones tomadas” (Cullen, 1996)

SOBRE LA LICENCIATURA EN LOGÍSTICA
La licenciatura en logística es relativamente reciente en México, surge a partir de la gran necesidad que tienen organizaciones de todo tipo de hacer eficientes sus procesos de planeación, transporte, distribución, almacenaje y comunicación, para hacer llegar sus productos a aquellos lugares en que se necesitan, ya sea que se trate de materias primas, bienes intermedios, productos terminados e incluso servicios.
La logística es un término originalmente creado en el ámbito militar, se le relaciona con el movimiento eficiente de pertrechos de guerra, armas, personas, vehículos, combustibles, alimentos, etc. Logística viene de lógica, lo que significa que el movimiento de los productos debe de realizarse de la manera mejor pensada posible, es decir, en el menor tiempo y con los menores recursos (costos).
Sin embargo, existe una paradoja al hablar de los conceptos de tiempo y costos, pues al ponerlos como objetivos de una actividad, se encuentra que son opuestos, ya que la reducción de tiempo para la entrega de un producto incrementa los costos, por ejemplo al mover mercancía vía aérea en lugar de hacerlo vía marítima, por otro lado, al reducir los costos puede darse también una disminución del nivel de servicio, reflejado en un aumento en el tiempo de entrega del producto, por ejemplo al reducir el nivel de inventario de producto terminado, puede ocasionar que el cliente al buscar un producto no lo encuentre y tenga que esperar un tiempo, si está dispuesto a hacerlo, para recibirlo.
Por tanto, se tiene la primer característica del licenciado en logística, que sería el tener un pensamiento lógico para realizar su trabajo de la manera más eficientemente posible, sin embargo, aún no tenemos una competencia, pues como se mencionó, estas son características, que hacen capaces a las personas de dar resultados esperados y se demuestran cuando se realiza una actividad en una situación concreta, por lo que el pensamiento lógico debe de ser ahora traducido en aspectos cuantificables.
Por ello se recurrirá a los otros dos conceptos de los que se habló anteriormente, costos y nivel de servicio. Como se mencionó, son dos propósitos opuestos al aplicarlos en una situación concreta. La persona que sabe combinarlos eficientemente tiene conocimientos tanto de administración como de economía, pues en ambas disciplinas se discute sobre el manejo eficiente de los recursos, de los que una de sus características es que son escasos.
El nivel de servicio deberá ser el más alto posible y el costo de su prestación el más bajo, sin que esto implique un sacrificio del uno al otro. No existe una receta mágica para conseguir esto, pues intervienen un sinnúmero de variables, como el tipo de mercancía de la que se trate, las características del mercado, la competencia, etc. En algunos casos el cliente estará dispuesto a esperar por su producto, como en el caso de un automóvil, aunque en otros casos, el cliente simplemente conseguirá un nuevo proveedor del insumo que busca, sin pensarlo dos veces.
El nivel de servicio puede tomar entonces las formas de tiempo de espera para recibir su producto o servicio, también puede tratarse del número de veces que asiste a un lugar a adquirir un producto y logra encontrarlo (fill rate), una tercera forma que puede adoptar el nivel de servicio puede ser el estado en el que recibe su producto, es decir, sin daños y en general con las características esperadas.
Al igual que la administración, podría decirse que la logística es tanto una ciencia como un arte, ciencia pues se vale de técnicas y métodos probados para dar resultados, como es el análisis matemático para la formulación de casos, que emulen situaciones reales concretas, el estudio estadístico de situaciones pasadas, así como la previsión de situaciones futuras. En cuanto a arte, es claro que no existen dos organizaciones iguales, incluso entre franquicias en las que todas han adquirido un “know how” común. Lo que puede funcionar para una empresa, puede que no sea así para otra, pues son diferentes las personas que las conforman, así como el entorno en el que operan (político, económico, socio-cultural, legal, etc.) Se sabe, de hecho, que la administración es situacional, es decir, que depende de la situación interna y externa en la que operan las empresas para el proceso de toma de decisiones.
Por lo tanto, aquí se encuentran una nueva competencia del especialista en logística, debe ser una persona capaz de tomar decisiones que implican mucha responsabilidad, afectando tanto a su organización como a la de sus clientes. Estas decisiones tendrán costos y resultados (nivel de servicio), lo que puede implicar que la empresa para la que trabaja continúe o no en el mercado.
Las decisiones que tomará el especialista de la logística en ocasiones tendrán el sustento de herramientas matemáticas como la estadística, el cálculo diferencial e integral, o los métodos cuantitativos como el simplex, aunque en ocasiones no existirá ese respaldo, por lo que tendrá que hacerlo basándose en sus conocimientos y experiencia previa, o en una simulación mental de los resultados esperados al emprender un determinado rumbo de acción.
Entonces el logístico deberá de tener un manejo adecuado de las herramientas matemáticas para la toma de decisiones, empezando por saber interpretar la realidad y poder convertirla en ecuaciones que puedan ser resueltas matemáticamente. Como ejemplos se tiene el planteamiento de rutas de distribución, niveles de compra a proveedores, punto de reorden,  niveles de inventario, etc.
En algunas ocasiones el manejo de las herramientas matemáticas puede requerir el uso de herramientas informáticas, que pueden ser Excel o algún otro software especializado en modelos estadísticos o cuantitativos, por lo que será necesario entonces no solo conocer, sino dominar las herramientas computacionales que ayudan en la toma de decisiones. También es sumamente indispensable el tener la capacidad para traducir los fenómenos de la vida diaria en números, de manera que variables tales como los tiempos de entrega, costos, niveles de inventario, etc., puedan convertirse en ecuaciones, variables o modelos con las que se puedan realizar operaciones.
Un modelo es una representación de la realidad, puede tomar formas básicas como la de un dibujo o una maqueta, o algunas más complejas como ecuaciones, gráficas, tablas, textos y hasta procesos de simulación en computadoras. Entonces el solo uso del software y el equipo informático no es suficiente, es necesario saber convertir los datos reales en modelos en los que se pueden manipular las variables, para poder tomar decisiones sobre los resultados. Hablamos entonces de que debe tener una capacidad mental que implique habilidades tales como el análisis y/o la síntesis.
Las decisiones tomadas implican dinero, tales como costos de transporte, almacenaje, impuestos de aduana, etc., por ello es necesario ser lo suficientemente consciente de las repercusiones económicas de las decisiones tomadas. Los costos pueden ir desde unos cuantos miles hasta varios millones de pesos.
Dentro de la organización, el departamento de logística se relaciona con otras áreas de la empresa, siendo finanzas justamente una de ellas. Para una fábrica, el costo de obtención de un producto se llama costo de ventas, pero para una empresa comercializadora el costo de mover un producto hasta el punto donde se requiere se llama “landed cost”, el cual también es analizado para determinar la utilidad de los productos que son vendidos por una empresa.
Frecuentemente el especialista en logística deberá consultar al responsable de tesorería de su empresa para poder realizar sus operaciones de transporte, almacenaje y demás relacionadas con el movimiento de la carga. Dependiendo del tipo de organización para la que trabaje, los principales gastos pueden implicar: pago de fletes, combustible, mantenimiento de unidades de carga y transporte, aranceles y otros impuestos al comercio exterior, compras de insumos, almacenajes, maniobras, custodia, permisos, etc. Otros gastos mayores pueden ser la construcción de una nueva unidad de producción o de almacenamiento, la adquisición de unidades de transporte, etc.
Es necesario aprovechar los beneficios fiscales que se otorgan en los distintos lugares donde se realicen operaciones, estos pueden ser tales como la deducibilidad de las compras, la consolidación de operaciones para distintas empresas, los beneficios de la desgravación arancelaria de los tratados comerciales, etc.
En conclusión, las operaciones logísticas tienen costos significativos para las empresas, por lo que es necesario tomar decisiones que reduzcan los costos y que al mismo tiempo mantenga e incrementen el nivel de servicio, de una manera sostenible en el tiempo.
El siguiente punto es justamente la sostenibilidad o sustentabilidad, que se relaciona mucho con el cuidado de la ecología y el medio ambiente, sin embargo, este es sólo uno de sus elementos. Es cierto que las empresas deben de preocuparse por el cuidado de la naturaleza, su deterioro es ya preocupante para todas las personas, y es el transporte uno de los aspectos que más contaminación causan a la atmósfera, así como los envases los que más contaminan el suelo y las aguas. Las estrategias para reducir el consumo de combustible no solamente traen consigo reducción en los costos de operación de las empresas y los precios de los productos, sino que también reducen la emisión de gases contaminantes a la atmósfera. El otro aspecto de la sostenibilidad es precisamente el económico. La reducción de costos y de contaminantes no debe afectar aspectos como la calidad del producto ni el nivel de servicios, pues esto repercutirá inminentemente en la utilidad de las empresas.
El profesional de la logística debe tener por tanto una visión de largo plazo, para hacer que su empresa perdure en el tiempo, así como que coadyuve al cuidado del entorno micro, meso y macro en el que opera.
Debido al fenómeno de la globalización, las empresas más exitosas son aquellas que operan en distintos países, por medio de la importación y exportación, los contratos de servicios y franquicias, la inversión extranjera directa y de cartera, etc. Es impensable que alguien que se dedique a la logística realice operaciones sólo en un país o sólo en un idioma. Hoy en día, las empresas tienen distintos tipos de estrategias como lo son la multinacional y la trasnacional. En el primer caso, las empresas llegan a otros países y operan como si fueran entidades locales. Adquieren sus insumos de proveedores nacionales, y venden también al mercado doméstico sus productos, importan y exportan sin ser estas sus actividades sustanciales. Por el otro lado, están las empresas trasnacionales, que son empresas internacionalmente integradas, pues obtienen o producen sus insumos en ciertos países del mundo, producen sus bienes intermedios en otros y llevan a cabo sus procesos finales de producción todavía en otros, sobre todo, naciones en desarrollo, para vender sus productos finales a países desarrollados.
Todo ello hace impensable el que una persona de la logística pueda ser ajena a tener una cultura internacional, el dominio de otros idiomas, el trato con personas de diferentes culturas y formas de pensar. Enfoques hacia el trabajo, los jefes, el sexo opuesto, el gobierno, la distancia interpersonal, los gestos, etc., hacen necesario que la persona que va a tener trato con ellos sea tolerante, domine idiomas distintos al suyo y esté abierto a aprender siempre cosas nuevas.
A continuación se analizan algunos artículos que tratan sobre las competencias específicas que debe tener el profesional de la logística.
El Dr. Paul Dittmann, de la Universidad de Tennessee (2012) menciona que hace diez años el líder en la cadena de suministro se desempeñaba sobre todo en “un rol funcional basado en la habilidad técnica de áreas discretas.” Sin embargo, hoy en día la necesidad de las empresas por especialistas hace que se requieran personas que manejen todo el proceso de la cadena de suministro, el cual se extiende de extremo a extremo, iniciando con los proveedores y concluyendo con los clientes de alguna parte del mundo.
Según el Dr. Dittmann, las características del administrador de la cadena de suministro se pueden agrupar en cinco cualidades clave:

  • Orientación global
  • Pensamiento sistémico
  • Liderazgo inspirador en influyente
  • Técnica inteligente
  • Habilidades superiores de negocio

La cualidad de orientación global se refiere básicamente a tratar eficazmente con proveedores y clientes de todo el mundo.
El pensamiento sistémico consiste en pensar en la cadena de suministro como un sistema, se deben comprender las conexiones e interdependencias en las funciones de adquisiciones, transporte, manufactura, marketing y ventas.
El liderazgo inspirador e influyente consiste en fomentar estrechas relaciones interpersonales que generen credibilidad en la organización, debe también de construir y gestionar equipos de personas, y de comunicar sus mensajes de manera convincente. Sólo así logrará construir una cadena de suministro de clase mundial.
En lo referente a técnica inteligente, el jefe de la cadena de suministro debe ser no sólo diestro en el manejo de Tecnologías de la Información (TI), sino que también debe de tener la pericia para seleccionar la tecnología y las herramientas que faciliten su labor en el futuro.
Las habilidades empresariales superiores implican que el líder de la cadena de suministro debe de hablar el lenguaje de los altos ejecutivos con la misma facilidad con la que trata aspectos técnicos de la flota de camiones.
Carlos Oviedo (2013), menciona qué es lo que buscan las empresas al momento de revisar un currículum del área de operaciones y logística. Entre ellas menciona que es conveniente mencionar que el candidato es capaz de:

  • Dirigir y encargarse de las actividades operarias de intercambio de la empresa.
  • Conocer procesos de registro, manejo y control de operaciones de producción.
  • Distribución logística de productos a nivel nacional.
  • Elaboración e implementación de planes de trabajo y creación de presupuestos.
  • Autorizar a proveedores de servicios según procedimientos de la empresa.
  • Liderar y supervisar el trabajo del personal.
  • Establecimiento asertivo de relaciones comerciales.
  • Elaboración y mantenimiento de tarifarios de servicios.
  • Reportar resultados a oficinas regionales.
  • Manejo eficiente de programas computacionales.
  • Habilidades numéricas y verbales.
  • Dominio avanzado de inglés.
  • Cualidades y valores como: proactividad, análisis, dinamismo, responsabilidad, buenas relaciones interpersonales, liderazgo, trabajo en equipo, disposición de servicio, cooperación, planificación y organización, resolutividad, integridad, facilidad de trabajo bajo presión, disponibilidad para viajar, etc.

Como se puede apreciar, no difiere mucho de las mostradas por Dittmann, tal vez sólo se muestran un poco más desglosadas, pues también incluyen aspectos como liderazgo, habilidades administrativas, técnicas e interpersonales.
El mismo Oviedo (2012) muestra en un artículo los aspectos que son cuestionados en una entrevista de trabajo sobre operaciones y logística, y que les gustaría a las empresas que el sustentante contara con varios de ellos. Además de lo mencionado anteriormente en este documento, vale la pena mencionar los siguientes:

  • Valores en el ámbito profesional: responsabilidad, compromiso con la empresa, creativo, estratégico, disciplinado, organizado y eficiente.
  • Planificación e implementación de estrategias operativas
  • Saber trabajar en equipo.
  • Capacidad de resolver conflictos.
  • Disponibilidad de horarios

Nuevamente puede observarse que se incluyen tanto aspectos de administración estratégica, como operativos e interpersonales, por lo que queda entonces superada por completo esa creencia de que el profesional de la logística debe ser un técnico especialista en cuestiones operativas, con mal carácter y dificultad en su comunicación personal con otros individuos.
Por último, el organismo CONOCER realizó en 2011 un estudio sobre perfiles ocupacionales. Por medio de la aplicación de encuestas a empleadores, definió cuáles son las competencias específicas que deben tener las personas que se dedican a ciertas actividades productivas, a fin de definir normas técnicas de competencia laboral, en cuatro niveles. Por ejemplo, en el campo de la logística, no se puede evaluar de la misma manera a un director general de una empresa de transporte, que a un director de área de la misma organización, un coordinador de departamento o a un operario de un montacargas o un tractocamión.
Las competencias a su vez, las divide en: Transversales, técnicas y de sustentabilidad e innovación.

Los grandes sectores para el área en estudio son:

  • Logística y cadena de suministro.
  • Transporte.
  • Comercio.
  • Financiero.

En cada uno de ellos se definen las competencias para personal del área en los cuatro niveles mencionados.
Dentro del sector logística y cadena de suministro, se realizó el estudio para el perfil ocupacional de controladores de tráfico para transportes distintos del aéreo. Como es de esperarse, predominan las competencias del tipo operativo como controlar entradas y salidas de vehículos de carga, monitoreo general de rutas, programación de tiempos de recorrido, tramitación de embarques y supervisión y coordinación de operadores.
Para el sector transporte, el profesional de la logística debe enfocarse en puestos como director, gerente, coordinador o jefe en servicios de transporte. Las competencias mencionadas para estos puestos son: la administración correcta de recursos humanos, financieros y materiales; solución de conflictos internos de la organización y con clientes y proveedores; comunicar asertivamente las instrucciones, asumir responsabilidad en la toma de decisiones enfocadas al logro de objetivos planteados, mantener la calidad del servicio en la organización, propiciar empatía con los distintos niveles jerárquicos.

CONCLUSIONES
La logística ha evolucionado con el tiempo, junto con la globalización, las grandes empresas se han expandido por el mundo entero, diversificando sus estrategias para obtener los mejores beneficios, actuando en algunos casos como multinacionales y en otros casos como trasnacionales. Junto con las organizaciones, las personas que las dirigen y trabajan en mandos medios y operativos también han cambiado en sus funciones, responsabilidades y retos.
Conscientes de estos cambios, las empresas han incrementado las expectativas que tienen de las personas que van a dirigir y laborar en la operación de sus cadenas de suministro (abastecimiento-producción-distribución).
El rol de estas personas ha pasado de ser simples operarios encargados del movimiento de mercancías a ser administradores-tomadores de decisiones importantes que repercutirán en la empresa, en su funcionamiento, eficiencia, crecimiento o salida del mercado. Por ello, además de las competencias técnicas, deben de poseer competencias de liderazgo, comunicación, motivación, asertividad, negociación, etc., es decir, competencias interpersonales para ganarse la confianza de las personas y poder comunicarse fácilmente con individuos de todos los niveles dentro de su propia organización, así como con aquellos de otras organizaciones con las que mantengan negocios.
Debido a que las operaciones logísticas implican costos, es necesario tomar las decisiones más lógicas que mantengan un nivel de servicio al cliente en su nivel más alto posible, con los costos más bajos permitidos.
Por todo lo anterior, es necesario que las escuelas en las que se forman los profesionales de la logística consideren todos estos aspectos para incluirlos en su currículo. De manera que los planes de estudio incluyan unidades de aprendizaje enfocados además de los aspectos específicos de la carrera, otros como la administración y las finanzas, la calidad, la negociación, el liderazgo, la comunicación asertiva, la capacidad de emprender y la toma de decisiones. Es necesario conocer la opinión de los que laboran en el área en sus distintos niveles, así como los estudios más recientes sobre cómo se va modificando el sector y las expectativas que tienen de las personas que laborarán en él.

REFERENCIAS
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