PLANEACIÓN Y REFORMAS ECONÓMICAS EN EL MÉXICO POSTMODERNO

PLANEACIÓN Y REFORMAS ECONÓMICAS EN EL MÉXICO POSTMODERNO

Jorge Isauro Rionda Ramírez (CV)

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LO LABORAL EN MÉXICO

La modernidad impulsa no solo mejoras en la organización de la producción sino en la propia organización social del trabajo. Si bien es impreciso demarcar una fecha de inicios de la modernidad, se puede afirmar que al menos ésta se viene dando desde el siglo XVI, y que la 1ª.  revolución industrial inicia la llamada revolución de la administración científica que logra organizar la producción donde el trabajador trabaje al ritmo de la empresa.

El movimiento de trabajadores viene a iniciarse en naciones que inauguran el capitalismo tal como lo es Inglaterra, Holanda, Alemania, Francia, principalmente. Pronto irradia al nuevo mundo donde en los Estados Unidos de América, para 1880 se logra establecer la jornada de 8 horas al día. En Europa occidental el movimiento obrero logra la legislación laboral (desde mediados del siglo XVIII), especialmente en Francia. De hecho en México se legislan las primeras instituciones laborales precisamente dentro de la administración del Segundo Imperio (Maximiliano de Habsburgo), similar a la vigente en Austria, Bélgica, Prusia y Francia.
Los logros tenidos en Europa es el derecho a la organización sindical, el derecho de huelga, la estipulación del salario mínimo, prestaciones laborales como derecho de vacaciones, prima vacacional, de antigüedad, aguinaldo, liquidación, jubilación y pago de horas extra.
La legislación laboral mexicana establecida durante el periodo del segundo Imperio vive una latencia durante el periodo liberal que significan los 33 años que dura la dictadura del Gral. Porfirio Díaz. Donde existen de jure pero no de facto, cuestión que atiende el interés no solo de la empresa mexicana sino de los empresarios extranjeros radicados en el país. Precisamente John Kenneth Turner en su conocido libro “México bárbaro” describe la situación de los trabajadores indígenas mexicanos en tierras yucatecas, propiamente en los campos henequeneros, donde se habla de abierta esclavitud, entre otros grupos donde también se toca la situación de los indígenas mayos de Sonora exiliados de sus tierras y llevados a cumplir trabajos forzados en los campos de henequén en el sur del país.
La modernidad logra ventajas en materia de eficiencia productiva, pero en el aumento sostenido de la productividad la clase obrera pugna por un mejor reparto económico, raíz y origen de los movimientos socialdemócratas en la nación mexicana. En 1900 Henry Ford ve necesario otorgar mejores salarios a sus trabajadores para mantener la igualdad entre la oferta y la demanda ante el inminente aumento de la productividad de la mano de obra a efecto de la propia modernización de la empresa capitalista. Si la producción crece de manera sostenida, los salarios de los trabajadores también deben hacerlo en el mismo ritmo para sostener un esquema económico estable.
Los demócratas norteamericanos influyen en Latinoamérica inspirando muchas de las tesis de los socialdemócratas. Destaca la administración de Franklin Delano Roosevelt. La invención del Estado de bienestar otorga a los trabajadores la posibilidad de una plaza bajo base definitiva, con ganancias laborales por antigüedad. Al término de la segunda guerra mundial los estadounidenses imponen su legislación laboral a las naciones vencidas, así como muchas de sus instituciones laborales, todas ellas de corte demócrata (o socialdemócrata).
La revolución mexicana logra instituir los principales baluartes en la constitución de 1917. El artículo 123 de dicha carta magna enuncia el fundamento para redactar la Ley del trabajo donde aparecen las figuras del derecho a huelga, de asociación de trabajadores u organización de trabajadores, la jornada de trabajo de 8 horas y la estipulación del salario mínimo, entre otras. Aquí el trabajo no se trata como una mera mercancía, como lo ven los liberales, sino como el fundamento de vida de una sociedad que se dignifica con base a él, orientación de tipo socialdemócrata.
Los regímenes posrevolucionarios aprenden a crear clientelismo como a conciliar políticamente a los movimientos sociales otorgándoles concesiones, destacan las de corte laboral. El régimen político priísta logra la unidad y la paz social concediendo a los trabajadores nuevas prestaciones en materia laboral y un trato preferencial ante la Secretaría del trabajo, donde las demandas de los mismos ingresan “con el pie derecho”.
La estatización de los sindicados, inicio del charrismo, es una estrategia de la clase patronal como del Estado mexicano para controlar el movimiento y la organización obrera. No obstante el llamado voto duro del PRI parte de su capacidad corporativa al incluís a las organizaciones de trabajadores dentro de sus fórmulas confederadas. El reciente triunfo electoral de este partido se explica porque no obstante las administraciones neoliberales dadas desde 1982 en México, y aún las respectivas de ultraderecha como lo son las del PAN, se explica por la existencia de sindicatos alineados al PRI, quienes logran ventajas laborales como premio a su “disciplina” de partido.
El arribo de la corriente neoliberal da al traste al Estado de bienestar socialdemócrata, vigente en el país de 1934 a 1982. Periodo donde la clase trabajadora mexicana logra sus principales éxitos en materia laboral. En el neoliberalismo se desea tratar al trabajo como una simple mercancía, tal como se le trata en el periodo liberal del siglo XIX e inicios del XX. Un mercado laboral donde el control de los medios de producción como propiedad privada establece una relación de desigualdad entre el capital y el trabajo, en desventaja de este último, por lo que la organización sindical viene a equilibrar la balanza mediante la estipulación del llamado “contrato colectivo”, donde la masa laboral es tratada con la misma regla y corre los mismos riesgos, así como es uniformemente beneficiada por la negociación obrero-patronal.
La búsqueda de la clase patronal por anular las ganancias laborales de los trabajadores en México se vienen dando de forma sistemática y continua. Tan solo de 1989 a 2011 se dan 336 iniciativas en el Congreso para reformar el derecho laboral mexicano. En ello la clase patronal encuentra acomodo desde el seno de los partidos de derecha tales como el PAN, PVEM y el PRI. Las reformas a grandes rasgos lleva a la flexibilidad laboral como al nuevo sindicalismo democrático. Estos dos aspectos ponen punto final a prestaciones de especial importancia para los trabajadores tales como:

  1. Prestaciones por antigüedad.
  2. Jubilaciones dignas.
  3. Salario mínimo digno.
  4. Desliga de responsabilidades de los patrones respecto a sus trabajadores mediante el uso en la contratación de empresas espurias outsourcing, que anulan derecho de vacaciones, seguridad social, aguinaldos, primas por otras prestaciones, principalmente.
  5. Condiciona el derecho de huelga a parámetros ventajosos para la clase patronal, donde la presión que la clase obrera queda condicionada a una fuerza menor, conveniente para no pagar salarios caídos, prestaciones caídas, entre otras.
  6. Por otra parte, desea mantener el control de los sindicatos mediante la vieja fórmula de charrismo y el clientelismo de partido, muy favorable para el PRI.
  7. El pago de horas extra tan devaluado permite la contratación precaria de horas extras muy baratas, siendo que las horas extras en la anterior legislación se pagan doble.

Un efecto inminente de la reciente reforma laboral es el estrechamiento inminente del mercado interno al contar con una menor masa salarial (que suma la demanda agregada en gran parte). Pero no interesa el mercado nacional ni el empresario mexicano, el plusvalor que no se coloca en la demanda interna se canaliza a la exportación, favorables para el empresario extranjero radicado en el país.
En los últimos 30 años las ganancias de los empresarios se han duplicado a costa de una relación salarial cuya proporción disminuye a la mitad. En el actual ingreso nacional la masa salarial es la sexta parte de la masa de beneficios. Cuestión que en 1980 era una situación equivalente a la tercera parte (la mitad de la actual). Evidentemente la reforma laboral será un catalizador de las ganancias. No se dudo que para el 2020 la proporción sea de una octava parte.
La tesis que ampara la necesidad de incentivar la acumulación de ganancias viene con base al modelo de Arthur Lewis (estadounidense merecedor del premio Nobel de economía de 1979), quien afirma que existiendo un alto grado de subempleo de la mano de obra, el congelamiento del salario real funciona como un “acelerador” de la acumulación de ganancias, las que se pueden reinvertir en la economía propiciando un crecimiento que tiende a acelerarse en le largo plazo. Sustento que en 1965 México adopta como fundamento de indizar el salario mínimo a la inflación nominal. Lamentablemente los empresario mexicanos solo destinan una sexta parte de sus ganancias al crecimiento de sus empresas por varias cuestiones:
Un mercado interno muy restringido, precisamente por la existencia de salarios muy bajos y poco empleo.

  1. Altos riesgos y poca cobertura de seguros para los inversionistas.
  2. El alto grado de monopolización de los mercados nacionales como internacionales.
  3. Poca cultura emprendedora entre la clase empresarial.
  4. La clase empresarial imita los estándares de consumo de las naciones de alto nivel de ingreso, para el caso mexicano los EUA, donde se dilapida mucha de la ganancia obtenida. Debe recordarse que el capital es apátrida y “amátrida”.

La actual estagnación de la economía capitalista, materializada en la reciente crisis subprime (2008), indica que el crecimiento de las empresas encuentra pocas posibilidades en todo el orbe, si bien el mercado interno está totalmente restringido, el mercado externo pocas posibilidades ofrece a las empresas exportadoras.
Por otra parte se debe indicar que la reforma laboral obedece a seguir blindando la economía mexicana ante la crisis económica internacional, la cual por profunda, no ha pegado a la nación dado que la ventaja de contar con uno de los salarios reales más bajos del mundo ha atraído inversión extranjera directa que en gran medida explica que se cuenten con ya cerca de 170 mil millones de dólares en reservas internacionales, lo que explica la aparente estabilidad cambiaria del peso ante las principales divisas internacionales, de las que destaca el dólar (que oscila entre 12.80 y 13.20 promedio anual).
La existencia de nuevas ventajas en materia de legislación laboral para la clase patronal no solo otorga un salario real atractivo sino un trabajo precarizado ventajoso para una mejor relación laboral para esta clase social, a costa de pérdidas evidentes para los trabajadores. Cuestión que se suma como otra ventaja competitiva que compite con otro de los temas delicados de la economía mexicana con apertura: la laxitud de las normas de producción que rigen la cuestión ecológica.