PLANEACIÓN Y REFORMAS ECONÓMICAS EN EL MÉXICO POSTMODERNO

PLANEACIÓN Y REFORMAS ECONÓMICAS EN EL MÉXICO POSTMODERNO

Jorge Isauro Rionda Ramírez (CV)

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ORÍGENES DE LA PLANEACIÓN EN MÉXICO

La planeación económica en México tiene sus orígenes al menos desde tiempos coloniales, cuando los misioneros tratan de realizar en Nueva España la Utopía de Tomás Moro. Son estas nuevas tierras las que ven los misioneros como vírgenes para una colonización/evangelización cristiana. Inventar la “Ciudad de Dios” es el anhelo principal de estas órdenes mendicantes. Europa se ve como corrupta y decadente, cautiva de la malignidad, insalvable y denostable.
Durante el periodo virreinal se replican muchas de las instituciones existentes en Europa pero también se inventa un nuevo orden virreinal donde se retoman ciertas herencias indígenas, pero por otra parte se crean las instituciones que son necesarias a las singularidades del nuevo continente y su población indígena, como inmigrante europea.
Existe la polémica entre los historiadores si al periodo que va de 1521 a 1821 debe concebirse como un orden virreinal basado en estamentos de orden feudal, o bien como un orden colonial que parte de una expoliación capitalista. Algunos consideran que debe ser tratada como virreinal el tipo de administración que se da durante el régimen de los Habsburgo, y como el segundo durante los Borbones. Muy posiblemente la forma de regulación se apegue a este último criterio. En ello tiene que ver el cambio de carga fiscal que se hace de su población, especialmente entre los criollos, por efecto de las guerras napoleónicas. El efecto de esto es el inicio de la guerra de independencia (movimiento que originalmente va por la autonomía de las colonias españolas ante la ausencia del Rey y posteriormente, por inconformidad de la Iglesia católica ante la persistencia de la Constitución de Cádiz aún en el regreso de Fernando VII, a la que se  le considera de abierto jacobismo, de independencia).
En tiempos independientes existen dos visiones de nación: la fomentista o de los conservadores que desean mantener las instituciones centralistas establecidas bajo un sistema de estamentos coloniales, y la de los reformistas o liberales quienes desean instaurar el capitalismo al estilo anglosajón en México bajo una economía republicana y democrática (liberal) al estilo de los Estados Unidos de América y de corte federalista.
Las reminiscencias virreinales y coloniales atávicas llevan a la nación a la disrupción de 1810 y las consecuentes a la guerra de Reforma, entre dos bandos: los conservadores que conciben lo ya establecido como lo propio a reproducir, y los liberales que desean un capitalismo liberal para la nación.
La planeación económica debe partir de un ideal o visión de la nación que se desea ser. En ello radica el valor de la constitución política. Por ello, desde el borrador de la constitución de Apatzingan de 1814 los ideales se plasman en una sucesión de tres constituciones: la de 1824 (que en realidad es una carta de buenas intenciones y de reivindicación de la independencia); la de 1857 (impuesta en gran medida por la invasión norteamericana de 1846 – 1848), y la de 1917 (resultado de la revolución mexicana y bajo presión norteamericana simulada por la persecución de Francisco Villa de ese mismo año por el ejército estadounidense en el territorio mexicano). La planeación económica en México persigue desde entonces los ideales implícitos en dichas cartas magnas. Desde el deseo de crear el Banco del Avío por Lucas Alamán hasta los constituyentes de Querétaro de 1915 - 1917.
Realmente el proyecto moderno de la nación mexicana se da desde la constitución de 1917 pero si bien la primera década del siglo XX evidencia la inoperancia del liberalismo en México, la segunda década (1910 - 1919) da pie a la contienda entre los intereses conservadores acunados en el campo y la naciente sociedad burguesa de las ciudades, entre quienes desean mantener el liberalismo porfirista y quienes desean inaugurar un nuevo régimen de orden más social democrático derivado de la propia revolución y del naciente proletariado industrial.
En la década que abarca de 1920  a 1929 se trata de pacificar a la nación, llevándola a ser una nación de caudillos a una nación de instituciones, labor realizada principalmente por el Gral. Álvaro Obregón y el Gral. Plutarco Elías Calles.
Sin embargo, la revolución mexicana si bien indica que el liberalismo no es un proyecto viable para una nación en desarrollo, deriva a una visión socialdemócrata de nación. No obstante, la nación se convulsa aún terminada la contienda revolucionaria. Destacan los movimientos cristeros del centro y occidente del país de 1926 y de 1936, el movimiento sinarquista de inicios de los años 30 en el Bajío y occidente del país, así como gobiernos "peleles" conocidos como el "maximato" callista. La planeación, más que indicativa o sugestiva, en realidad es solo nominativa.
Es realmente efecto de la administración del presidente estadounidense Franklin Delano Roosevelt que en México, durante la administración del presidente Lázaro Cárdenas Del Río que mediante la debida atención de Eduardo Suárez (secretario de Hacienda) se establece un plan económico viable y exitoso, que abre el periodo conocido como "desarrollismo" y "crecimiento estabilizador", o también llamado "Milagro mexicano". Paz y orden es lo que destaca la década de los años 30 del siglo pasado en México.
La corriente económica que posterior al liberalismo económico influye a México, como a América Latina es el keynesianismo, que no solo resuelve la crisis derivada de la Gran Depresión de 1929, surgida en los Estados Unidos de América, sino que emana en distintas tesis y modelos de crecimiento económico basados en el principio del multiplicador simple de la inversión, basado en el efecto del gasto público, el principio del acelerador, como del efecto de la propensión marginal a consumir como a ahorrar. Deriva por ello y con gran fuerza la tesis de la política monetaria como su contingencia basada en la política fiscal.
John Maynard Keynes emite una teoría conocida como el crecimiento económico inducido. Nace propiamente con Keynes la planeación económica en los años 30 del siglo pasado. Esquema de planeación que es el sustento de la economía nacional de corte endogenista, o de crecimiento basado en la demanda interna (gasto de gobierno principalmente), que causa el periodo conocido como desarrollismo o Milagro mexicano (1940 – 1972), crecimiento estabilizador que brinda un crecimiento del ingreso nacional promedio anual del 8% de forma sostenida con una estabilidad de precios que pronto pone a la nación como una economía competitiva y emergente.
El crecimiento demográfico, como la diversificación y especialización de las demandas sociales de una población creciente, pronto rebasa la capacidad del Estado como proveedor de bienes, servicios e infraestructura. Lo que para los años 70 se vela como una década de crisis para el llamado Estado de bienestar.