CIENCIA, INNOVACIÓN Y PRODUCTO

CIENCIA, INNOVACIÓN Y PRODUCTO

Luis Héctor Perego (CV)

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La Cooperación entre Empresas

En la lucha por la competitividad, el protagonismo de la cooperación entre empresas se incrementó notablemente en los últimos tiempos. Cierto cuerpo de la academia tiene a definir la cooperación en un sentido amplio, incluyendo en la misma por ejemplo temas  de la propiedad intelectual y del otorgamiento de licencias de producción.
La cooperación se sitúa en el centro del debate sobre las estrategias de crecimiento y de mejora de competitividad. Las cooperaciones entre empresas son realmente un signo de nuevo comportamiento competitivo, el cual se opone por definición, al sentido convencional de la palabra competencia. Las cooperaciones y alianzas tienen un papel significativo en el marco de las estrategias utilizadas por las empresas para internacionalizarse; las adquisiciones, las creaciones de filiales o representaciones, las fusiones y las exportaciones. (Brandenburger, A. M. y Nalebuff, B. J. 1996)
Estas formas de inversión eran estrategias de dominación, mientras que la cooperación puede calificarse de estrategia competitiva.
Las nuevas alianzas se sitúan dentro de un abanico de posibilidades de realización de transacciones en los extremos del cual se encuentran de un lado del mercado y del otro la empresa. Una alianza tiene rasgos comunes con el mercado si se establece entre empresas independientes que deciden libremente compartir o intercambiar recursos para llevar a término una actividad concreta durante un determinado periodo de tiempo, manteniendo su independencia una vez firmado el acuerdo. Es decir, que una vez firmado el acuerdo no existe subordinación jerárquica entre los participantes. Pero el acuerdo tiene rasgos de empresa en la medida que se caracteriza por ser estable durante un cierto período y esto crea relaciones de dependencia mutua entre las partes. (Marteau 2001)
Desde una vertiente tecnológica, vivimos en una situación de difusión acelerada de las tecnologías, en la cual las empresas que no saben hacer frente a los cambios quedan rápidamente fuera de juego. A causa del ritmo actual de difusión de las innovaciones ninguna empresa puede confiar en mantener durante mucho tiempo su superioridad tecnológica. El peso de una economía globalizada se impone.

Localización y competitividad

Las empresas tienden a establecerse en lugares donde exista logística de apoyo suficiente para poder desarrollar sus estrategias, o donde exista el tipo de consumidores para sus productos. De acuerdo con estos patrones, las firmas van concentrándose geográficamente en agrupamientos de empresas que participan en forma directa de las cadenas productivas o indirectamente a través de las industrias relacionadas, en la producción de bienes finales.
          El reconocimiento de la importancia de estos encadenamientos de valor a través de agrupaciones de empresas para la generación de economías externas a las firmas, que mejoran su productividad, ha generado un cambio fundamental en las políticas públicas de fomento empresarial, hacia el apoyo de clústeres regionales y locales. La Política de Competitividad identificará los clústeres con mayor potencial competitivo y promoverá el diálogo al interior de ellos, para favorecer su desarrollo.
Los clústeres también pueden incluir centros de innovación y universidades que apoyen a las firmas con soluciones de ingeniería y procesos técnicos mas avanzados. La formación y el desarrollo de clústeres promueven la competitividad de las firmas, gracias a que:

  • Al estar organizados alrededor de clientes y usos finales, enfocan mejor las necesidades de éstos, que son el corazón de la ventaja competitiva.
  • Crean mercados más eficientes y menores costos transaccionales para todos los jugadores del clúster y por ello dinamizan la productividad.
  • Son centros de innovación, por la extrema rivalidad que se da en algunas áreas y por la cooperación fluida que se da en otras.

En consecuencia, la política de productividad tiene como objetivo aumentar la competitividad internacional de la producción nacional, en un horizonte de largo plazo, por medio de las siguientes estrategias, cuya implementación debe ser un propósito nacional: 1) mejorar la productividad macro de la economía, asignando esta responsabilidad al Estado; 2) incrementar la productividad micro, que es competencia de las empresas, por medio del uso eficiente de sus recursos y la eficacia operacional; 3) fomentar el desarrollo y la innovación tecnológica; 4) mejorar la información y el clima de los negocios, de manera que las firmas puedan escoger la estrategia que más les convenga para  posicionarse sostenible y competitivamente en el mercado; y 5) apoyar el surgimiento y la articulación de clústeres regionales, internacionalmente competitivos.

"Mucho más importante que el mero acceso a los componentes y a la maquinaria, es la ventaja basada en el rol de la proximidad de agrupamientos con estrechas relaciones de trabajo, intercambio de know-how, etc. Los insumos son móviles, pero hay externalidades locales para el proceso de innovación e interacción entre la firma y los proveedores locales... proveedores y usuarios ubicados cerca uno del otro pueden generar ventajas de comunicación, un rápido y constante flujo de información e intercambio de ideas e innovaciones." (Porter, M. 1993).