PROCEDIMIENTOS  DIDÁCTICOS PARA EDUCAR DESDE LA INSTRUCCIÓN  EN LA DISCIPLINA DE QUÍMICA, ASIGNATURA  BIOQUÍMICA EN EL PROCESO DE  UNIVERSALIZACIÓN DE LA EDUCACIÓN SUPERIOR

PROCEDIMIENTOS DIDÁCTICOS PARA EDUCAR DESDE LA INSTRUCCIÓN EN LA DISCIPLINA DE QUÍMICA, ASIGNATURA BIOQUÍMICA EN EL PROCESO DE UNIVERSALIZACIÓN DE LA EDUCACIÓN SUPERIOR

Leydis Enedina Hernández Salido (CV)
Universidad de las Tunas

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CAPITULO I. CONSIDERACIONES  TEÓRICAS    SOBRE EL PRINCIPIO DIDÁCTICO  EDUCACIÓN DESDE LA INSTRUCCIÓN EN EL PROCESO  DE UNIVERSALIZACIÓN DE  LA EDUCACIÓN SUPERIOR

 En este capítulo se abordan en secuencia lógica, elementos teóricos sobre el principio didáctico de educar desde la instrucción  como vía para elevar el aprendizaje en el proceso de universalización  de la Educación Superior. Se inicia con la fundamentación teórica de este principio   en el proceso enseñanza aprendizaje en la universalización de la educación superior. Continúa con la caracterización sobre el programa de Bioquímica de la Disciplina Química. Se analiza la situación actual del programa, con los logros y dificultades, y  la atención particular que se le brinda al desarrollo de esta actividad en el marco de la Filial Municipal de Manatí, la preparación  y orientación de la asignatura por los documentos rectores del MES y el departamento metodológico de la ULT.  Concluye el capítulo con unas conclusiones parciales de la situación actual.

1.1 Fundamentos teóricos que sustentan la unidad de la instrucción y la educación  en el proceso de universalización  en  la  Educación Superior

La universidad como institución social es fruto de una época muy diferente a la actual. En sus orígenes, las universidades se convirtieron en las instituciones que atesoraban todo el conocimiento de la sociedad. El desarrollo de las ciencias entonces, posibilitaba tal situación hasta la primera mitad del pasado siglo XX, era posible afirmar con bastante certeza que cuando una persona culminaba sus estudios universitarios estaba preparada para ejercer profesionalmente durante toda su vida.
Hoy no ocurre de ese modo. Ni los conocimientos se atesoran privilegiadamente en la sociedad, ni es posible pensar en tener desempeños profesionales exitosos sin una constante actualización. Educación para todos durante toda la vida es el objetivo supremo asumido por la UNESCO para caracterizar la nueva cualidad que debe estar presente en la educación en la época actual. Esta tesis es igualmente válida, cuando se profundiza en el verdadero papel correspondiente a las universidades de hoy.
Resulta lamentable observar en algunos países, fruto de procesos de formación desvinculados de la realidad productiva y social y ajenos a la dinámica de la actual transformación los conocimientos, cómo jóvenes recién graduados de las universidades se quedan prácticamente sin profesión unos pocos años después de egresados. Ese es el precio, cuando la universidad no se adecua al ritmo de estos tiempos y renuncia a transformarse en su interior para dar respuesta a las demandas sociales y productivas de la sociedad donde ella se inserta.
¿Cuáles son los cambios esenciales operados en la universidad de esta época, que imprimen al quehacer universitario una dinámica diferente a la de tiempos anteriores?
La universidad cubana de hoy no se estructura sólo a partir de determinadas demandas de tipo profesional, como ocurre en otros países, con un enfoque centrado en brindar rápida respuesta a las exigencias del mercado del trabajo, lanzando así a sus egresados a una competencia brutal por su subsistencia. No es esa la realidad cubana de hoy, y eso permite proyectar un modelo alternativo, con una mejor respuesta a las necesidades actuales del desarrollo económico y social.
 El paradigma está en brindar a la sociedad un profesional formado de manera íntegra, profesionalmente competente, con preparación científica para aceptar los retos de la sociedad moderna y con un amplio desarrollo humanístico para vivir en la sociedad de esta época y servirla con sencillez y modestia, con los valores como pilar fundamental de su formación”... (Horruitiner Silva,  P., 2006, p.7).

Un primer aspecto, de suma importancia, relacionado con la real capacidad de la universidad de dar respuesta a las demandas de este siglo, que se ha dado en llamar siglo del conocimiento, es la denominada masificación de la educación superior.
Como consecuencia de ello se aprecia una tendencia al incremento de los jóvenes en las edades comprendidas entre 18 y 24 años cursando estudios superiores. En algunos países, entre los cuales está incluida Cuba, esa población rebasa ya el 50 %.
En muchos lugares esa tendencia ha puesto en crisis las capacidades de las universidades, diseñadas para otros contextos, incapaces, con sus propios recursos, de dar respuesta a tales demandas de crecimiento. Unido a ello, surge el debate en torno a si tales crecimientos ponen en riesgo la calidad de esas instituciones.
Desde los inicios mismos del triunfo de la  Revolución, la política social del estado cubano ha implicado la inversión de cuantiosos recursos materiales, humanos y financieros  para atender la educación de todo el pueblo. La universalización por tanto, caracteriza el sistemático proceso de transformaciones  de la educación superior. La universidad cubana actual es una universidad científica, tecnológica y humanista. Esas tres cualidades la caracterizan esencialmente:
Carácter científico. Las universidades cubanas se van convirtiendo gradualmente, en centros de investigación científica donde profesores y estudiantes se vinculan a tareas científicas como parte de su quehacer cotidiano. La investigación científica está presente de manera esencial en todos los currículos, desde los primeros años de estudio y los estudiantes, durante su formación, se enfrentan a diferentes tareas científicas, participan en diversos foros estudiantiles y cumplen con un trabajo de diploma que, en calidad de evaluación final de culminación de estudio, permite demostrar, en una investigación concreta, el dominio de los métodos de la investigación científica. Todo estudiante universitario cubano, antes de la defensa final de su trabajo de diploma, ha realizado y defendido ya, ante tribunales competentes, varios trabajos científicos previos, denominados trabajos de curso.
Carácter tecnológico. El desarrollo tecnológico constituye hoy un pilar fundamental del quehacer universitario actual en Cuba. Una amplia red de carreras de ese perfil responde a las prioridades actuales –no sólo en la esfera industrial, sino también en la agropecuaria y de servicios garantizando la formación de los profesionales necesarios para asegurar la introducción de nuevos avances tecnológicos. Ello ha sido posible por la estrecha vinculación de las universidades con empresas, industrias, instalaciones productivas y de servicios, a partir de convenios de colaboración para vincular a esas instituciones con las universidades en acciones de mutuo beneficio y donde participan activamente los estudiantes como parte de su formación. En las carreras de esos perfiles, más de la tercera parte del tiempo total de estudios universitarios transcurre en esas entidades, cumpliendo diferentes tareas laborales.
Carácter humanístico. La clave para su comprensión está en una concepción de la universidad cuya visión de la formación rebasa lo instructivo, lo meramente cognitivo y centra su atención fundamental en el hombre, en el desarrollo pleno de su personalidad; por lo tanto, los aspectos significativos, conscientes, de compromiso social, devienen la prioridad principal.
Para lograrlo, no basta con introducir determinadas materias humanísticas en los currículos, se requiere de transformaciones curriculares de mayor importancia, en las que todas las disciplinas académicas, a partir de sus propias posibilidades de desarrollar “lo humanístico”, participen coherentemente de esta labor. Unido a ello, la universidad toda debe vivir un clima de influencias de tal tipo, abarcando no sólo a profesores y estudiantes sino a toda la comunidad universitaria, con un enfoque integral para esta labor.

El desarrollo de una vida cultural activa, la participación sistemática de estudiantes y profesores en proyectos sociales comunitarios y en general, el vínculo de la universidad con programas sociales de envergadura, fortalecen esa labor y propician un clima favorable para el logro de tales objetivos.
La universidad cubana de hoy no se estructura sólo a partir de determinadas demandas de tipo profesional, como ocurre en otros países, con un enfoque centrado en brindar rápida respuesta a la formación académica. Tiene como misión bajo la dirección del Partido Comunista de Cuba y el Gobierno, formar, consolidar valores patrios y de profundo sentido humanista, a la par que genera ,preserva y promueve conocimientos , habilidades y competencias que se reflejan en la formación integral del profesional , la educación postgraduada , las actividades  de ciencia, tecnología  e innovación y la extensión universitaria, con pertinencia , actualidad ,eficacia , eficiencia y racionalidad, acorde  con las exigencias de la sociedad.
El proceso de formación tiene dimensiones y el mismo se emplea para caracterizar el proceso sustantivo desarrollado en las universidades con el objetivo de preparar integralmente tanto a los estudiantes  de pregrado  como a los de postgrado. Las tres dimensiones en síntesis   permiten desarrollar en las competencias profesionales para asegurar el desempeño laboral exitoso siendo su esencia el vinculo entre estudio y el trabajo a esta  le corresponde la dimensión desarrolladora, mientras la labor educativa deviene elementos de primer orden  en el proceso de formación ,debe ser asumida por todos los docentes desde el contenido de cada disciplina y abarca todo un sistema reinfluencias que sobre el joven se ejerce desde su ingreso hasta su graduación.,a esta dimensión se le denomina educativa.
 Mientras la que permite preparar  a un profesional dotándolo de conocimientos  y las habilidades esenciales de su profesión, prepararlo para emplearlo  a desempeñarse como tal, en un determinado  puesto de trabajo, se le denomina dimensión instructiva.
El proceso de formación tiene ideas rectoras en las cuales se materializa el indisoluble nexo existente entre las tres dimensiones del proceso de formación. Tales ideas rectoras no tienen carácter temporal, transitorio, ni obedecen  a la necesidad coyuntural de atender, en un momento dado, determinados aspectos  de dicho proceso, ellas son una consecuencia directa del modo  en que la educación superior cubana  sume la formación de los profesionales  y por tanto, constituyen invariantes de ese proceso.
A continuación ofrecemos las ideas rectoras:
1. la unidad entre la educación y la instrucción.
2. La vinculación del estudio con el trabajo.
De la primera que es el objeto de análisis y concreción  de nuestro trabajo pudiéramos decir que según (Horruitiner 2006) es la más importante de la educación superior, donde se expresa la unión indisoluble  entre los aspectos instructivos y educativos del proceso de formación.

En esencia esta idea rectora persigue como propósito no sólo centrar la enseñanza en los aspectos cognitivos sino organizarla de modo que ellos se integren dialécticamente a los aspectos significativos, afectivos, conscientes y de compromiso social.
Esta idea lleva consigo la comprensión de la necesidad de educar al hombre a la vez que se instruye, y para hacerlo se utilizan todas las posibilidades brindadas por la comunidad universitaria y la sociedad en general; incluidas, por supuesto, cada una de las materias de estudio a partir de sus propios contenidos. Más aún, la labor educativa desde el contenido de las disciplinas o asignaturas constituye un elemento primordial de esta relación.
Una breve reflexión sobre el concepto de contenido de una asignatura o disciplina académica, permite comprender mejor la afirmación anterior. El contenido, como categoría pedagógica, expresa aquella parte de la cultura relacionada con el objeto de estudio cuya asimilación es necesaria durante el proceso de formación para lograr los objetivos propuestos.
Dicho de otro modo, precisar el contenido supone identificar, en el objeto estudiado, aquellas cualidades, características, rasgos, que han de ser incorporados al proceso de formación para asimilarlos, según el papel y el lugar demandado por cada una de las materias de estudio Tradicionalmente este concepto se enfoca en forma limitada, restringiéndolo a sólo un aspecto: el conocimiento.
El conocimiento, como parte del contenido, caracteriza el modo en que el sujeto refleja en su conciencia el objeto de estudio, a partir de identificar aquellas cualidades propiedades de su interés. Ello se concreta en un sistema de conceptos, principios, leyes, teorías, etc. El conocimiento forma parte del contenido de la enseñanza, es su aspecto gnoseológico, pero no lo agota; es sólo uno de sus componentes.
Unido a ello es necesario comprender que cuando el hombre estudia un objeto no sólo refleja en su conciencia los rasgos o cualidades de su interés. En esa relación objeto-sujeto ya explicada, éste se estudia no sólo con el propósito de conocerlo, de caracterizarlo gnoseológicamente, también es necesario transformarlo, actuando sobre él.

Una asignatura o disciplina, al caracterizar su objeto de estudio, no puede limitarse a identificar sus aspectos gnoseológicos, sus conocimientos. De igual modo resulta necesario identificar los modos de actuar empleados por el sujeto para dicha transformación, que igualmente habrán de incorporarse al contenido de la enseñanza. De tal modo se entiende en la educación superior cubana el concepto de habilidad. Es aquella parte del contenido que caracteriza la integración del sujeto con el objeto de estudio.
Las habilidades han de convertirse en herramientas, métodos de trabajo, del dominio del estudiante para poder enfrentar y resolver los diferentes problemas que se le presentan durante su formación. Entonces, tanto los conocimientos como las habilidades forman parte del contenido de la enseñanza, y por tanto ambos, deben estar presentes en los programas de estudio.
 Esto no siempre ocurre así. Por lo general, los programas de las asignaturas expresan sólo el sistema de conocimientos que el estudiante debe dominar durante su aprendizaje y es poco frecuente la aparición de los métodos de trabajo propios de esa asignatura. Es una importante omisión, que limita el aprendizaje en la misma medida en que ellos quedan indefinidos.
El estudiante entonces estará obligado a enfrentarse a los problemas por sí solo, a partir de su propia experiencia, y sobre la base del método de ensayo-error, hasta lograr dominar esos métodos. Esto quiere decir, en otras palabras, que es tan importante precisar en un programa de estudio un determinado concepto o ley, como las habilidades, los métodos de trabajo característicos y esenciales de esa materia.
Pero el concepto de contenido no se agota con esos dos componentes. Cuando, el sujeto interactúa con el objeto de estudio, el resultado mismo de esa interacción proporciona al sujeto un determinado significado social de este objeto. Ese es otro y muy importante aspecto del contenido de la enseñanza. Realmente el más importante, y la educación superior cubana lo incorpora como el tercer componente del contenido: el valor. Los valores son igualmente parte del contenido y como tal, se requiere precisarlos en los programas de estudio y trabajarlos pedagógicamente para lograr la incorporación por parte de los estudiantes a su personalidad.

Para estructurar el trabajo metodológico dirigido a educar desde la instrucción, cada colectivo de disciplina y/o asignatura ha de lograr de forma explícita determinar las potencialidades educativas de cada uno de los contenidos a impartir; por lo que resulta muy importante no limitar la influencia educativa de una asignatura a la realización, en determinados momentos, de comentarios de actualidad, recordatorio de fechas significativas o simplemente dar a conocer un hecho relevante.
El objetivo central del proceso docente-educativo en la Educación Superior es la formación integral del estudiante. Por tanto, la formación de los estudiantes sería ineficaz si el proceso docente-educativo quedara sólo en la apropiación, por los estudiantes, de determinados conocimientos y habilidades, sino que conjuntamente con ello y de manera esencial es necesario desarrollar también los valores que determinan su profesión.

 Aunque tales acciones son importantes y propician un clima educativo favorable para el desarrollo de las actividades docentes; lo esencial es lograr la transmisión de un mensaje educativo coherente, aprovechando para ello todas sus potencialidades educativas de los contenidos, para que la función de educar desde la instrucción, no resulte superficial.
Para lograr lo anterior el profesor tiene que tener conciencia del papel educativo de los contenidos que ofrece y saber qué hay que realizar para que, además de mostrar el contenido, se pueda formar al estudiante (Escandell, 2003).
Según Sariol (2004), el profesor de la Educación Superior, debe caracterizarse  por el continuo perfeccionamiento de los aspectos cognoscitivos que le permitan a través de su diario actuar la conformación de valores y el desarrollo de las vías, métodos y formas  que propicien vertebrar los diferentes elementos instructivos  con el acervo educativo de los educandos, para lo que debe estar identificado plenamente con un grupo de características esenciales que definen el modelo de profesor contemporáneo, entre las que se encuentran: ser ejemplo ante sus estudiantes dentro y fuera de su Universidad, dominar en profundidad el contenido de su disciplina así como la didáctica especial,  que le permita impartir la docencia con calidad.
Dominar el campo de acción y las esferas de actuación del profesional que está formando y poner su asignatura o disciplina en función de ello. Dominar las características psicológicas de los estudiantes universitarios. Debe lograr un Proceso Docente – Educativo de calidad, que se caracterice por ser: problémico, productivo, científico, democrático, y  poseer maestría pedagógica.
Según lo planteado en el artículo 27 de la R/M210/2007 el profesor es el responsable de que  la asignatura que imparte posea la calidad requerida, desarrollando una labor educativa desde la instrucción. Para ello debe poseer una adecuada preparación pedagógica y dominar los contenidos de la asignatura, así como orientar, controlar y evaluar  a los estudiantes. Logrando su formación integral.
Para lograr el enfoque integral, mediante el cual desarrollar la labor educativa y político-ideológica, la universidad ubica en un primer plano no sólo los conocimientos y habilidades a formar en los estudiantes, sino también, los valores como componentes claves de su personalidad (Estrada. 2003).
En este sentido la clase contemporánea juega un papel fundamental, uniendo de forma sistémica todas sus categorías   didácticas, que conjuntamente con su relación hacen una mezcla perfecta de qué enseñamos, cómo enseñamos, qué debemos lograr en los estudiantes y para qué, concluyendo  con la valoración del nivel de logros alcanzados.
El proceso educativo, en el sentido estrecho, y el instructivo se dan en una unidad dialéctica, o sea, cuando se instruye se educa y viceversa. Cuando el proceso educativo (en sentido amplio) se desarrolla de una forma sistémica se convierte en proceso enseñanza aprendizaje que es un proceso educativo de carácter sistémico con una fundamentación esencial y teórica que se desarrolla de un modo eficiente dirigido a la educación y a la instrucción.
El aprendizaje encamina al desarrollo de la  personalidad del educando para su preparación para la vida. (Álvarez de Zayas, 1989). Con este planteamiento podemos inferir que el proceso de enseñanza aprendizaje responde a un proceso pedagógico  que tiene como rasgos esenciales el ser un proceso sistémico .procesal, bilateral, contradictorio y legal que unido a los componentes didácticos del proceso enseñanza aprendizaje como son, objetivo, contenido, método, medio y evaluación forman una mezcla integrada y sistémica para lograr la formación integral esperada.
La  educación desarrolladora, que a juicio de la autora tiene una estrecha relación con el desarrollo de  hábitos , habilidades ,valores los cuales regulan el comportamiento y que los conocimientos aumenten , posibilitando la adquisición de nuevos conocimientos a partir de los obtenidos anteriormente, según la teoría de Vigotsky de la Zona de Desarrollo próximo y la Zona de desarrollo actual lo cual permite desde la guía del docente una educación desarrolladora con  la cual va guiando ,desarrollando ,orientando y estimulando al educando.
La Pedagogía estudia el proceso educativo. La Didáctica estudia el proceso de enseñanza aprendizaje, por tanto estudia los procesos educativos e instructivos cuando tienen un carácter sistémico. Los procesos de enseñanza-aprendizaje son  intencionales, planificados y creados, no son espontáneos, sino pretendidos y provocados. Esta intencionalidad del objeto de estudio y la práctica institucional producto de decisiones  planificadas es lo que confiere a la Didáctica su compromiso  con  la práctica educativa.

 A  juicio de F.Addine (2005), el profesor enseñando, aprende. La educación instrucción  constituye una de las leyes de la didáctica  y tuvo sus inicios  hace varios siglos desde el surgimiento de la misma, constituye una ley porque define en su esencia  el rasgo de la relación  objetivo – contenido. Pero también es un principio porque determina el principio, inicio, punto de partida, idea rectora y regla fundamental. La didáctica es una ciencia pedagógica, teórico-práctica que incluye las técnicas para la dirección del proceso de enseñanza que tiene como objeto la  dirección del aprendizaje. (Chávez, Rodríguez 2009).
En las primeras etapas del proceso de hominización del  hombre el trabajo  jugó un importante elemento desarrollador siendo el trabajo  la condición básica y fundamental de toda la vida Humana y lo es en tal grado que, hasta cierto punto podemos decir que el trabajo  ha creado al propio hombre ( Engels, 1970),p.499.
Esta reflexión nos ayuda a comprender el desarrollo dialéctico del surgimiento del hombre como ser social y en las mismas podemos entender los inicios de la transmisión de las experiencias  acumuladas  de unos hombres a otros, de esta manera se observa el desarrollo de un fenómeno objetivo que luego se denominó Educación. El término instrucción según Delci Calzado Lahera (2001) se refiere solamente a la actividad del hombre dirigida a la adquisición  de conocimientos y habilidades.
Autores como López (1996), Korolev y Gmurman (1978) el concepto instrucción  expresa el resultado de la asimilación de conocimientos, hábitos y habilidades, se caracteriza además por el nivel de desarrollo del intelecto y de las capacidades creadoras del hombre. La instrucción presupone determinado nivel de preparación del individuo para su participación en una u otra esfera de la vida.
Este proceso se refiere  básicamente al sistema de información, a los conocimientos y a los procedimientos  que los estudiantes deben alcanzar en función de la concepción curricular al que se insertan.
Su empleo  en la Pedagogía fue evolucionando. Inicialmente estuvo en correspondencia con el sentido literal de dicho término, la formación de una imagen o modelo, luego en el decurso histórico – social, por instrucción de fue entendiendo el resultado de la asimilación sistemática de conocimientos  y métodos de la actividad cognoscitiva.
En el proceso de desarrollo de la pedagogía se observó la tendencia a hiperbolizar la instrucción  en las escuelas, el maestro se iba centrando en la transmisión de conocimientos y no trabajaba la formación de habilidades, valores, convicciones.

En los procesos de desarrollo de las dos categorías (educación –instrucción) se evidencia  la unidad y la lucha de contrarios. La educación y la instrucción son dos fenómenos objetivos que en el proceso de su desarrollo  se excluyen y se presuponen, mutuamente, en su movimiento  unas veces se unen y otras se separan.
Como término educación se define como un sistema de influencias planificados ,organizados sobre la base de la dirección pedagógica determinado sus objetivo   más general la formación multilateral y armónica del educando  cuyo núcleo central debe estar la formación de valores para que se integre a la sociedad donde vive  y contribuya a su desarrollo.(López,1996).
La autora coincide plenamente con los criterios enunciados por Delcy Calzado la Hera y por Julián López debido a que,  la lucha entre la instrucción y la educación determina el cambio cualitativo en la formación de la personalidad, conduce a niveles superiores del desarrollo en el proceso de unidad y con ello al surgimiento de nuevos  contrarios .La lucha incesante  de estos dos contrarios es una de las fuerzas  motrices del desarrollo.
La contradicción entre educación e instrucción expresa la correlación objetiva y el nexo entre ellas como tendencia en la evolución del proceso pedagógico social e individual. No puede existir educación sin instrucción y no hay instrucción si en este proceso no existe el componente educativo, que transforme, desarrolle y evolucione la personalidad.
La contradicción planteada se presenta  como fundamental  en el proceso de instrucción y educación   y ha sido la fuente fundamental de  su movimiento, estos contrarios se excluyen  y penetran mutuamente  haciendo del desarrollo de la personalidad un proceso complejo y muy dinámico.
La función social del maestro se centró históricamente en la instrucción, se dicotomizó lo educativo de lo instructivo, no se aprovecharon  las potencialidades educativas  del contenido, no se planificó como un sistema el trabajo docente educativo. Esto trajo como consecuencia problemas en la formación de valores y convicciones.
Desde la didáctica el principio de educar desde la instrucción debe servir de fundamento a los  docentes universitarios como la estrategia para perfeccionar  la educación integral de los estudiantes, desarrollando desde lo educativo las esferas cognitivas, afectivas, volitivas y físicas que preparan al hombre para la vida. Se le atribuye a la Didáctica un segmento del campo educativo: la  instrucción. La cual está destinada a generar estrategias de acción en el proceso   educativo.

Como conclusiones parciales. El análisis realizado de los referentes teóricos que sustentan el principio didáctico de educar desde la instrucción en el proceso de enseñanza aprendizaje permite resumir que constituyen  una prioridad elemental, debido a que este principio es   un importantísimo eslabón en la formación del profesional. En  los mismos se expusieron los sustentos teóricos de destacados pedagogos que le permitieron a la autora la sistematización de  los fundamentos teóricos para enriquecer sus conocimientos teóricos y la práctica del problema profesional detectado.