INTELIGENCIA HOLISTICA. Segunda edición

INTELIGENCIA HOLISTICA. Segunda edición

Fredy H. Wompner G. (CV)
Universidad de Los Lagos

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CAPITULO 2. FORMACION PARA DESPERTAR LA CONCIENCIA

Quienes tienen una visión materialista de la existencia enfocan la muerte de una manera negativa, pues no ven razón alguna para entenderla de otra forma. Consideran que el hombre no es sino una masa de carne mantenida con vida por ciertas funciones físico-químicas y controlada por una consciencia puramente cerebral; limitan la vida humana a un proceso mecánico que conoce su fin definitivo con la parada de dichas funciones y con la aniquilación de esta forma de consciencia. O dicho de otra manera, piensan que la muerte sólo conduce a la nada. Además, creen que el destino de cada ser humano está determinado por el azar y que la humanidad evoluciona únicamente bajo el efecto de un instinto colectivo de supervivencia.
Para quienes niegan la dimensión espiritual del ser humano, todo lo que ocurre en el escenario de la existencia es incoherente e injusto. Si piensan así, es porque viven constantemente en el mundo de los efectos, ignorando por completo el reino de las causas. Dicho de otra forma, no comprenden que el universo de las ilusiones y de las apariencias en el que permanecen, procede de una Realidad Cósmica donde reina el orden y la armonía. No son capaces de captar que lo visible, es la proyección de lo invisible y que lo finito no es sino una emanación de lo infinito. Prisioneros de la razón, construyen su vida sobre bases que juzgan racionales pero que, sin embargo, son tan frágiles como los ideales que persiguen. Ven transcurrir sus días inexorablemente, y avanzan con angustia hacia la muerte, ese fin último que ha sido como una cruz a lo largo de su vida. No entienden que el destino humano es muchísimo mas que el simple intervalo consciente que transcurre entre el nacimiento y la muerte de una persona. Un velo cubre su entendimiento y les impide ver lo que es evidente1 ; que el ser humano es dual. En efecto, posee un alma que se encarna en su cuerpo cuando al nacer inspira por primera vez, haciendo de él una entidad viva y consciente. En el instante en que el hombre exhala su último suspiro, el alma se disocia del cuerpo que había animado a lo largo de la vida terrenal y continua su existencia en otro plano, dimensión o universo. Así, la muerte no es sino el paso de un plano de consciencia a otro, el retorno a una condición que existía antes de la encarnación en este mundo de materia. O dicho de otra manera, corresponde a un renacimiento en el mundo invisible.
En lapso de tiempo que transcurre entre el nacimiento y la muerte, el hombre vive su destino tratando de soportar lo mejor posible los altos y bajos de su vida. Desde lo más profundo de su ser, aspira a la felicidad. Sin embargo, no sabe dónde ni cómo encontrarla. La busca en los placeres que puede procurarle su entorno material, pero la realidad cotidiana le demuestra que estos placeres son efímeros y dejan siempre un gran vacío interior. Este vacío es la dimensión del abismo existente entre el alma y el cuerpo en la mayoría de los hombres. Precisamente, para que el hombre pueda reconciliarse consigo mismo,  y volver a ser un hombre entero o integral es que se plantea “la educación holística”, una metodología integradora, que se preocupa por aquellos conocimientos, destrezas y competencias que servirán a los seres humanos para desenvolverse exitosamente en su existencia terrenal, pero también de aquellos elementos, aprendizajes y vivencias que le servirán para su crecimiento y evolución en el plano espiritual.
Si consideramos que solo el 3% de nuestra mente corresponde al conciente y por tanto es lo que utilizamos y existe un 97% que corresponde al inconsciente y por tanto no utilizamos. Esto significa que vivimos prácticamente dormidos o en el terreno del inconciente. Entonces surge la necesidad de despertar, de traer el inconsciente a nuestro consciente, de despertar la conciencia y vivir conocedores de el hondo significado de nuestra existencia. Para esto existen tres grandes factores de desarrollo personal como son: el uso del sentido critico, la transformación de las emociones y la disciplina interior. Estos factores de trabajo sobre uno mismo, en la medida que los ejercitemos continua y prolongadamente, nos ayudaran a ir progresivamente aumentando nuestro nivel de conciencia despierta. Les contare algo más de cada uno de ellos. 

EL USO DEL SENTIDO CRÍTICO

Millones de estudiantes de todos los países del mundo entero van diariamente a la escuela y a la universidad en forma inconsciente y automática, sin entender verdaderamente la razón de esto.
Los estudiantes se encuentran obligados a estudiar distintas ciencias como matemáticas, física, química, geografía, etc., Su mente está recibiendo información continuamente, pero jamás en la vida se detienen un momento a pensar el objetivo de esa información. ¿Por qué es necesario conocer todo eso?.
La mayor parte de los estudiantes de hoy día viven realmente una vida mecanicista y sólo saben que tienen que recibir información intelectual y conservarla almacenada en la memoria que resulta frágil y limitada, no comprenden la trascendencia de sus conocimientos. La mayoría de los estudiantes y profesores no tienen sentido crítico de lo que estudian, no se les ocurre pensar jamás sobre lo que realmente es esta educación, van a la escuela, al colegio y a la universidad, porque siguen la inercia habitual de la sociedad y no se les ocurre alguna vez preguntarse a sí mismos: ¿Por qué estoy aquí? ¿A qué he venido? ¿Cuál es realmente, el verdadero motivo secreto que me trae aquí?
Esto es por que la mayor parte de las personas viven con la Conciencia Dormida, actúan como verdaderos autómatas, estudian en forma inconsciente, sin usar el sentido critico, sin saber realmente la verdadera razón de por que deben estudiar aquello que siguen.
Es lamentable ver a tantos autómatas empapándose de conocimientos en distintas escuelas, colegios y universidades, recibiendo información que deben conservar en la memoria sin saber la verdadera razón de su existencia. La mayoría de los estudiantes de hoy  sólo se preocupan por avanzar de cursos y estar mejor preparados para ganarse la vida, para conseguir empleo, etc., La formación de los sistemas educacionales es muy superficial, desagregada, vana e incoherente, a los jóvenes se le hace aprender a veces ciertas materias que en la vida práctica no sirven para nada, pareciera ser que hoy en día lo importante en la educación es avanzar al siguiente nivel o curso, y acumular títulos y certificados.
Es necesario por tanto el dejar de ser autómatas, usar el sentido critico y despertar la conciencia, descubrir por sí mismos qué significa esta lucha tan terrible por aprobar cursos y niveles esforzándose al máximo y sufriendo angustias y preocupaciones.
Una persona que pasa victoriosa cierto examen, no significa que tenga la conciencia despierta y conozca el verdadero significado que ocupa en su existencia aquella materia en la cual fue examinado. El estudiante repite en forma mecánica, aquella materia que estudió y en la cual fue examinado. Eso no es estar verdaderamente conciente de aquella materia. En la vida práctica hemos conocido personas muy inteligentes y que jamás sacaron buenas calificaciones. Son conocidos escritores y grandes matemáticos que en la escuela fueron pésimos estudiantes, ejemplo de ello fueron Tomas Edison, Albert Einstein y otros tantos más.
Esta claro que avanzar de curso no significa necesariamente ser muy inteligente. Hay personas que jamás han terminado su enseñanza y que son muy inteligentes holísticamente, y aquí no puede dejar de venírseme a la mente el caso del Jefe Seattle 2 que le escribe una carta llena de sabiduría y verdades al propio presidente de los Estados Unidos y sin haber pisado nunca un colegio o una Universidad. Hay algo más importante que estudiar ciertas materias y es precisamente, tener plena conciencia del sentido de la existencia, el rol social y la verdadera importancia de aquellas materias que se estudian.
La mayor parte de las personas se casan, forman sus hogares, tienen hijos, nietos, envejecen y al final se mueren después de haber vivido su existencia completamente dormidos, inconscientes, repitiendo como siempre el mismo drama doloroso de la existencia. De nada sirve llenarnos la cabeza de teorías y más teorías, y de conocer de Newton, Hawkings, Fredmann, etc., si tenemos la conciencia dormida, si no tenemos conciencia objetiva, clara y perfecta sobre nosotros mismos, sobre las materias que estudiamos, sobre la vida práctica. ¿De qué sirve la educación si no nos hacemos creadores, conscientes, inteligentes de verdad? Necesitamos ser inteligentes holísticamente y este tipo de inteligencia solo despierta en nosotros cuando despierta la conciencia.
La humanidad tiene un noventa y siete por ciento de Subconciencia y tres por ciento de Conciencia. Es necesario, por tanto, despertar la conciencia y convertir al subconsciente en consciente. Necesitamos hacer sinapsis con los dos hemisferios del cerebro.
El ser humano no sólo sueña cuando su cuerpo físico duerme, sino que también sueña cuando su cuerpo físico no duerme, cuando está en estado de vigilia. Es necesario dejar de soñar, es necesario despertar conciencia y ese proceso del despertar debe ser propio de la formación, por lo que es necesario que los estudiantes abandonen el miedo a disentir para que aprendan a pensar por sí mismos y así puedan analizar las teorías que estudian. Deben aprender a hacer uso del sentido critico de sus estudios, de la sociedad, de si mismos, etc.. El miedo es una de las barreras de la Inteligencia holística. El estudiante con miedo no se atreve a disentir y acepta como artículo de fe ciega, todo lo que digan los distintos autores. Tampoco de nada sirve que los maestros hablen de intrepidez si ellos mismos tienen miedo. Los maestros deben estar libres de temor, no deben temer la crítica, el que dirán. etc., de esta forma no pueden ser verdaderamente inteligentes en el sentido holístico.
El verdadero objetivo de la educación debe ser acabar con el miedo y despertar definitivamente la conciencia, puesto que la persona llena de temor no se atreve a disentir de la opinión ajena, no construye su propia estructura del conocimiento y no logra sentirse con libertad creadora, vive por tanto esclavo de un mundo de conocimientos adoptados y preso en una prisión de fundamentalismo teórico que no es capaz de cuestionar. Pensemos por un momento que seria de la física hoy en día si Einstein no hubiese en su momento cuestionado el absolutismo de la física Newtoniana, si Copérnico no hubiese cuestionado el modelo planetario geocéntrico o si Colon no hubiese creído en la redondez de la tierra. Pues bien todos estos personajes dieron muestras de ser inteligentes holísticamente.
Es función de todo educador holístico, evidentemente, la de ayudar a todos y cada uno de los estudiantes de su clase a estar completamente libres del miedo y hacer uso de su sentido critico, a fin de que puedan actuar en forma espontánea sin necesidad de que se les diga que hacer y es necesario que los estudiantes dejen el miedo para que puedan tener libre iniciativa, espontánea y creadora. Cuando los estudiantes por iniciativa propia, libre y espontánea, puedan analizar y criticar libremente aquellas teorías que estudian, dejarán entonces de ser entes mecánicos, subjetivos y comunes.
Es necesario que exista la libre iniciativa para que surja la inteligencia holística y creadora en los estudiantes. Esto requiere darles libertad de expresión creadora, espontánea y sin condicionamiento de ninguna especie, a todos los alumnos y alumnas a fin de que puedan hacerse conscientes de aquello que estudian. El libre poder creativo sólo puede manifestarse cuando no tenemos miedo a la crítica, al que dirán, a las reglas, etc., cuando usamos el sentido critico y nos atrevemos a pensar libremente sin condicionamientos de ninguna especie.
La mente humana está degenerada por el miedo y el dogmatismo, y se hace urgente regenerarla mediante la libre iniciativa espontánea y libre de miedo. Necesitamos hacernos conscientes de nuestra propia vida y ese proceso del despertar debe estar presente en la formación de cada persona. De poco nos habrá servido la escuela si salimos de ella inconscientes y dormidos. La abolición del miedo y la libre iniciativa dará origen a la acción espontánea y pura, donde los estudiantes deberían tener derecho a discutir todas las teorías que están estudiando. Esta metodología de foro o debate es más fecunda y adecuada que la enseñanza frontal y unilateral. Sólo así, mediante la liberación del temor y la libertad de discutir, analizar, meditar y criticar sanamente lo que estamos estudiando, podemos hacernos conscientes de esas materias y no meramente “grabadoras humanas” que repiten lo que acumulan en la memoria.

LA TRANSFORMACION DE LAS EMOCIONES

Es de conocimiento común que las emociones influyen en nuestro actuar y en el desarrollo de nuestra vida. Un caso claro de una emoción que influye negativamente en nuestra vida es el miedo, el miedo obstaculiza el cambio, el progreso e impide la libre iniciativa. La mala situación moral y económica de millones de personas, se debe fuera de toda duda a eso que se llama miedo, inseguridad, falta de fe.
El temor detiene todo progreso interior, nos aleja de la felicidad, nos resta la capacidad de crear y visionar un futuro mejor. Desde el punto de vista psicológico, resulta muy curioso e interesante saber, que el Temor suele a veces disfrazarse con la ropa del Amor, ya que la mayoría de las personas internamente tiene muy pocos Valores Espirituales, la gente internamente pobre, busca siempre afuera, algo para completarse. La gente internamente pobre vive, de temor en temor y como es natural se apega al marido, a la mujer, a los padres, a los hijos, algunas posesiones materiales y a las viejas tradiciones, etc., etc., etc.
A quien lo gobiernan las emociones y teme a todo lo nuevo se encuentra en un estado de pobreza psicológica. Un ejemplo claro de esto es que todo viejo enfermo y pobre en lo psicológico está por lo común lleno de miedo y se aferra con ansia infinita al dinero, a las tradiciones de familia, a los nietos, a sus recuerdos, etc. como buscando seguridad. Muchas personas también tienen una marcada tendencia a imitar lo ajeno. Eso de imitar es producto del miedo y la imitación destruye totalmente la libertad creativa, la capacidad de soñar y construir su propia vida en función de sus propios proyectos, ideales y gustos.
En los colegios o universidades, los educadores cometen el error de enseñarles a los estudiantes a través de la imitación, por ejemplo en las clases de pintura y dibujo se les enseña a los alumnos a copiar, a pintar imágenes de árboles, casas, montañas, animales, etc, eso no es crear, eso es imitar y copiar. Lo importante no es imitar sino sentir la honda significación de la belleza y saberla transmitir, pero para ello se necesita que no haya miedo, apego a las reglas, o temor al que dirán o a la amonestación del profesor. Es importante que los educadores comprendan la necesidad de que los estudiantes desarrollen el poder creador.
El ser humano, desgraciadamente es un autómata dormido a quien lo gobiernan sus emociones, inconsciente de si mismo, que sólo sabe imitar. Imitamos prácticamente todo; imitamos la ropa ajena y de esa imitación salen las distintas corrientes de la moda, imitamos las costumbres ajenas aún cuando éstas estén muy equivocadas, imitamos los vicios, imitamos todo lo que es absurdo, lo que siempre se vive repitiendo en el tiempo, etc., todo por temor de ser distintos, innovadores, únicos e irrepetibles seres creadores de nuestro entorno.
Es importante que aprendamos la ciencia de transformar nuestras emociones, de convertir el miedo en una fuerza impulsora, un reto a nuestra condición, un desafió a nuestra libertad, un enemigo al que se debe vencer para crecer interiormente. Es oportuno que los estudiantes conozcan la verdadera libertad, para que sin temor alguno pueda aprender a pensar por sí mismos, libremente, sin condicionamientos de ninguna especie. La mente que vive esclava del qué dirán, la mente que imita, por temor a violar las tradiciones, las reglas, las costumbres, etc., no es mente creadora, no es mente libre, no es menté holística.
La mente de las personas es como una cárcel fuertemente custodiada, lugar donde no se permite que nada nuevo entre, lo nuevo sólo puede ocurrir donde no existe el miedo y la desconfianza, donde no existen apegos a las cosas, al dinero, a las personas, a las tradiciones, a las costumbres, donde las emociones no gobiernan sino son gobernadas y transformadas en nuevos ingredientes de nuestra psicología.
El hombre moderno debe aprender a pensar con verdadera libertad, actualmente se encuentra aprisionado entre ideas conservadoras y reaccionarias, está prácticamente lleno de miedo. El ser humano tiene miedo a la vida, miedo a la muerte, miedo al futuro, a los comentarios, a perder el empleo, a violar los reglamentos, a la infidelidad, etc.. Si realmente queremos volvernos creadores en el más completo sentido de la palabra, debemos hacernos conscientes de toda esa serie de imitaciones que desgraciadamente nos tienen atrapados. Cuando logramos analizar y comprender cada una de las imitaciones con las que vivimos, nos hacemos conscientes de ellas y como consecuencia lógica, nace entonces en nosotros en forma espontánea, la decisión de superarnos, de vencer el miedo, nace el poder de crear.
También es notorio y lamentable que muchas personas hoy en día vivan esclavas de la intriga, de la envidia, de las costumbres de familia, del deseo insaciable de ganar posiciones y subir al tope de la posición social. Por esta razón se vuelve muy importante que los profesores les enseñen a sus estudiantes, la necesidad de no imitar todo este orden pernicioso, sin valores, sin ética y sin verdadera libertad de conciencia. Es de la misma forma necesario que los alumnos aprendan en su educación a crear libremente, a pensar libremente, a sentir libremente y no solamente a seguir pasivamente la rutina y la inercia de la sociedad en la que están insertos.
La transformación de las emociones es una ciencia netamente existencial que nos ayudara a convertir el miedo, la desconfianza, inseguridad y otros defectos de nuestra mente en fuerzas impulsoras de cambios, crecimiento y desarrollo personal. Para esto es necesario simplemente tomar conciencia del estado de pobreza espiritual en el que nos encontramos y querer cambiar, aspirar a la plenitud del ser.  Recordemos aquella parte del sermón de la montaña que dice “bienaventurados los pobres de espíritu, porque de ellos es el reino de los cielos”, pasaje que se puede interpretar como bienaventurados los que toman conciencia de su pobreza de espíritu3 y sienten la necesidad de cambiar, ellos podrán alcanzar la plenitud de su existencia.  
La inteligencia holística es una manifestación del estado de conciencia en que se encuentra el ser humano, es un don que nos permite descubrir nuestra relación con los seres humanos, con la naturaleza, con todas las cosas. La educación holística ayudará a los estudiantes despertándoles la conciencia y la inteligencia, llevando a los jóvenes por el camino del verdadero progreso interior. No es suficiente que los estudiantes asistan a sus instituciones de educación para recibir información de todo tipo, se necesita algo más, se necesita una formación holística para despertar Conciencia. Es necesario que los estudiantes salgan de los sistemas educacionales maduros, conscientes de verdad, inteligentes holísticamente, para que no se conviertan en simples piezas automáticas de la maquinaria social. Rara vez en la vida está el ser humano tiene la conciencia despierta realmente, y cuando logra este estado siquiera por un momento, como en los casos de infinita significancia, se ve por un momento a sí mismo en forma íntegra. Esos momentos son inolvidables.
Ser Auto-Consciente es algo muy difícil, pero se puede llegar a este estado aprendiendo a vivir alertas y vigilantes de momento en momento (Véase Marcos 13; 33 y Mateo 25; 13). Si queremos llegar a estar plenamente concientes necesitamos conocernos a sí mismos en forma íntegra. Es necesario observarnos, analizar y comprender cada uno de nuestros defectos, estudiándonos a sí mismos en el terreno de la mente, emociones, hábitos, instintos y sexo. La mente tiene muchos niveles, regiones o departamentos subconscientes que debemos conocer a fondo mediante la auto-observación, el análisis, la meditación de fondo y la profunda comprensión intima. Cualquier defecto puede desaparecer de la región intelectual y continuar existiendo en otros niveles inconscientes de la mente. Lo primero que se necesita es despertar la conciencia para comprender nuestra propia vanidad, egoísmo y superficialidad. Después comienza el ego a morir de momento en momento (Véase Mateo 17;24). Solo muriendo el ego nace el Ser verdaderamente consciente en nosotros y sólo este ser puede vivir una existencia plenamente conciente.

LA DISCIPLINA INTERIOR

La disciplina interior es el cultivo de la resistencia. A nuestra sociedad actual le encanta cultivar la resistencia, ya que se nos impulsa a resistir todo tipo de tentaciones. Nos resistimos al dinero mal habido, al poder sin escrúpulos, a los placeres desmedidos de los sentidos, a la pereza, a no estudiar o a no trabajar, a violar los reglamentos, etc.
Existe entre las personas el concepto equivocado de que cuanto más resistimos, cuanto más rechazamos, nos hacemos más fuertes y mejores personas. Sin darnos cuenta que cuanto más luchamos contra algo, cuanto más lo resistimos, más fuerte hacemos a este enemigo.  Sor Teresa de Calcuta, un ser verdaderamente iluminado, de inconmensurable amor hacia los mas desvalidos de la India e incuestionablemente inteligente holísticamente, solía decir “No me inviten nunca a una marcha contra la guerra por que no asistiré,...pero invítenme a 100 marchas a favor de la paz y gustosa iré a todas ellas”.
Lo anterior se explica porque cuanto mas resistimos algún defecto de nuestra personalidad menor es la comprensión. Si luchamos contra el vicio de la bebida, ésta desaparecerá por un tiempo; pero como no la hemos comprendido a fondo en sus raíces o causas, volverá después de unos meses o años con más fuerza. Muchos también son los que rechazan la Codicia, los que luchan contra ella, los que se disciplinan contra ella siguiendo determinadas normas de conducta; pero como no han comprendido de verdad todo el proceso de la codicia, resultan en el fondo codiciando no ser codiciosos. Igual pasa con la ira, se aprenden a resistirla; pero ésta continúa existiendo en otros niveles de la mente subconsciente aun cuando en apariencia haya desaparecido de nuestro carácter, y al menor descuido de la guardia, el subconsciente nos traiciona y entonces tronamos y relampagueamos llenos de ira cuando menos lo esperamos y tal vez por algún motivo que no tiene la menor importancia. Igual situación con los celos, se lucha contra ellos y al fin creen que ya los extinguieron; pero como no los comprendieron, es claro que éstos aparecen nuevamente en escena precisamente cuando ya los creíamos bien muertos.
Vivimos cercados de múltiples disciplinas opresoras, pero sólo es necesaria un tipo de disciplina; la disciplina interior, una disciplina de la libertad, del progreso interior, ya que sólo en libertad auténtica, surge en la mente la llamarada ardiente de la comprensión. La libertad creadora no puede existir jamás en un armazón. Necesitamos una disciplina de la búsqueda de la verdad, una disciplina que lleve a la libertad y que nos permita comprender nuestros defectos psicológicos en forma íntegra. Necesitamos con urgencia derribar muros y romper grilletes de acero para ser libres.
Si a tantos estudiantes se les dice lo que deben hacer y lo que no deben hacer, y no se les permite comprender y experimentar,¿dónde entonces está su inteligencia? ¿Cuál es la oportunidad que se le ha dado a la inteligencia?.
Cualquier tipo de inteligencia y en particular la inteligencia holística sólo viene a nosotros cuando estamos verdaderamente libres para investigar por si mismos, para comprender, para analizar independientemente sin el temor a la amonestación y a la critica. Los estudiantes miedosos, asustados, sometidos a terribles disciplinas, jamás podrán saber, jamás podrán ser inteligentes holísticamente4 .
Cuando las personas quieren hacer algo nuevo, algo distinto, cuando sienten la necesidad de salirse de ese armazón de prejuicios, hábitos y tradiciones, entonces el entorno familiar aprieta más los grilletes de la prisión y se oponen rotundamente a las aspiraciones de cambio. La formación holística enseña a conciliar el orden con la libertad. El orden sin libertad es tiranía. La libertad sin orden es anarquía. Libertad y orden sabiamente combinados constituyen la base de la formación holística. La disciplina interior que debemos imponernos es aquella del progreso interior, del crecimiento espiritual, la del hombre verdaderamente libre, el que piensa libremente y se encuentra en paz con sigo mismo.
La disciplina destruye la sensibilidad humana y esto está ya totalmente demostrado por la observación y la experiencia. Debido a tantas disciplinas y reglamentos, las gentes de esta época han perdido totalmente la sensibilidad y se han tornado crueles y despiadadas.
Para ser verdaderamente libres, se necesita ser muy sensibles, empáticos y humanistas. Es importante que los educadores comprendan la necesidad de conciliar inteligentemente la libertad y el orden, y esto es posible mediante la atención consciente. La atención consciente excluye eso que se llama identificación; cuando nos identificamos con las personas, con las cosas, con las ideas, viene la fascinación, y esta última produce sueño en la conciencia. Hay que saber poner atención sin identificarse. Cuando ponemos atención en algo o en alguien y nos olvidamos de sí mismos, el resultado es la fascinación y el sueño de la conciencia. Observad cuidadosamente a un cinéfilo. Se encuentra dormido, todo lo ignora, se ignora a sí mismo, está hueco, parece un sonámbulo, sueña con la película que está viendo, sus personajes y su historia. Las personas deben poner atención en sus actividades sin olvidarse de sí mismos para no caer en el sueño espantoso de la Conciencia dormida.
La siguiente práctica ayudara a vivir vigilantes con la conciencia despierta. Corresponde a dividir la atención en tres partes, Sujeto, Objeto y Lugar, esta práctica corresponde de hecho a atención consciente. Cuando no cometemos el error de identificarnos con las personas, las cosas, las ideas, etc., estimulamos el despertar de la conciencia y quien quiera despertar conciencia en los mundos superiores, debe empezar por despertar aquí y ahora (Zen 5). Cuando el estudiante comete el error de identificarse con las personas, las cosas, las ideas, cuando comete el error de olvidarse de sí mismo, entonces cae en la fascinación y el sueño.
La disciplina interior que debemos desarrollar es aquella que nos obliga a poner Atención Consciente. Pondremos un ejemplo. El hombre que se olvida de sí mismo ante un insultador se identifica con él y cae en el sueño de la conciencia, entonces se encoleriza y lo ataca, hiriéndolo o matándolo, lo que lo llevara inevitablemente a la cárcel. Aquel que no se deja impresionar con el insultador y no se identifica con él, es decir que no se olvida de sí mismo, sabe poner atención consciente, y en ese estado sería incapaz de darle valor a las palabras del insultador, o de atacarlo y herirle o matarle. Todos los errores que el ser humano comete en la vida, se deben a que se olvida de sí mismo, se identifica, se impresiona y cae en el sueño o aturdimiento de la conciencia.

1 Se recomienda revisar la obra “La nube sobre el santuario” de  Karl von Eckartshausen.

2 Esta carta la podrá encontrar en la sección de anexos del libro.

3 En realidad se trata de una pobreza psicológica (miedo, inseguridad, indiferencia, etc.) que es la manifestación del estado de conciencia en que se encuentra la persona.

4 Véase el capitulo nº 4, “La inteligencia holística”.

5 Arte chino de la meditación  en el “Aquí y el ahora”.