RETOS Y ALCANCES DE LA INVESTIGACIÓN CONDUCTUAL

RETOS Y ALCANCES DE LA INVESTIGACIÓN CONDUCTUAL

Carro Pérez Ennio Héctor. Coordinador
Unidad Académica de Ciencias Jurídicas y Sociales (CV)

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EL ESTUDIO DE LA PERSONALIDAD COMO ESTILO INTERACTIVO

Valle Morfín María Esther, Rodríguez Pérez Maria Elena
may_rjm_1@hotmail.com
Universidad De Guadalajara
Centro De Estudios E Investigaciones En Comportamiento

Resumen
El estudio de la personalidad trae consigo  varios problemas conceptuales como son la clasificación de los sujetos de una manera reactiva que no concibe consistencias en el tiempo y situaciones por tanto no puede llegar a dar una predicción de la interacción del sujeto, por lo que sea propone remplazar el término personalidad por estilo interactivo para describir la tendencia del sujeto a interactuar de manera consistente en ciertas situaciones. Para esto se han llevado a cabo varios experimentos.  En el presente estudio se centrará en estilo interactivo de curiosidad para dar cuenta de estas consistencias así como de la metodología para abordarlo. Se llevo a cabo un experimento con tres sujetos, el cual consistía en tres fases donde el sujeto respondía ante contingencias no prescritas, logrando demostrar los perfiles de cada sujeto en donde cada uno respondía de manera consistente en el tiempo y diferente respecto de los otros. En el presente estudio, participaron 3 estudiantes universitarios en una tarea experimental del estilo interactivo de curiosidad, la cual consistió en tres sesiones dos de contingencia abierta y la última de contingencia cerrada. Las primeras dos sesiones estuvieron integradas por 4 ciclos de exploración del menú (o “navegación”) de un tiempo aproximado de 4 minutos y un tiempo de espera de dos minutos. . La última sesión consistió en 2 ciclos de exploración y 2 de espera similares a las sesiones anteriores. Se añadieron 2 últimos ciclos donde se señaló un requisito de respuesta: contestar trivias a un tema específico de los presentados en el menú. Se logró observar diferentes maneras de comportarse ante arreglos contingenciales, así mismo, se observaron consistencias en el tiempo de cada uno de los sujetos.

EL ESTUDIO DE LA PERSONALIDAD COMO ESTILO INTERACTIVO
Buena parte de las referencias al conocimiento psicológico está plagada de errores conceptuales o conceptos pseudocientíficos que no aportan mayor comprensión al hecho psicológico que las opiniones desde el sentido común (Ribes, 2004). La personalidad se ha estudiado para referirse a la manera de comportarse de una persona. Sin embargo, esta conceptualización trae consigo varios errores como son: la no identificación de la singularidad de cada sujeto; la clasificación de las personas a partir de un criterio de reactividad, y que no concibe una estabilidad intraindividual por lo cual no es posible la predicción de la conducta (Ribes- Iñesta, 2009). Para que esta clasificación logre tener relevancia se deben tomar en cuenta dos aspectos: que las interacciones sean consistentes en el tiempo en diferentes arreglos contingenciales, además, que estas relaciones tengan una relación funcional intrasujeto (Ribes, 1990).
Debido a lo anterior, el paradigma epistémico bajo el cual se tendría que analizar es el naturalismo. Se califica de “naturalista” aquella propuesta que parte del supuesto de que los fenómenos psicológicos se dan en la interacción de un organismo con su medio ambiente y, por ende, no es necesario recurrir a entidades “internas” para explicar el comportamiento. La noción clásica de personalidad, por ejemplo, involucra un error conceptual sistemático: atribuir propiedades causales de la conducta a rasgos o categorías estructurales de la personalidad (Ribes, 1990). 
Por su parte, un enfoque del naturalismo es el intercoductismo, el cual  ha propuesto que el objeto de estudio de la psicología es la interconducta del individuo (Kantor, 1924-1926). En esta postura teórica, las diferencias individuales son resultado de la experiencia de cada organismo como suma de esa interacción continua y ordenada de las acciones en relación con el ambiente (Ribes, 1996). Por ello, Ribes (1990) ha propuesto considerar a la personalidad como la condición interactiva resultante de la historia singular de cada individuo la cual constituye una categorial disposicional (Ryle, 1949) y representa la tendencia de un comportamiento en cierta circunstancia.
Por lo  anterior, Ribes (1990) propone la noción de “estilo interactivo”, en lugar de personalidad, para destacar las características modal, particular y consistente de las conductas que permiten la identificación de la individualidad como diferencia. Un estilo interactivo es la tendencia a interactuar de cierta manera como resultado de la biografía particular de cada individuo (Ribes, 2009). Ribes en 1990, propuso 12 estilos pero luego se restructuró la clasificación para considerar 8 estilos: tolerancia a la ambigüedad, curiosidad, persistencia al logro, tendencia al riesgo, dependencia de señales, toma de decisiones, tolerancia a la frustración, reducción de conflicto. Actualmente se han estudiado los siguientes: tendencia al riesgo, tolerancia a la ambigüedad, persistencia y curiosidad.
Los estilos pueden clasificarse dependiendo de las situaciones sociales genéricas dadas ciertas circunstancias. Estas situaciones no son particulares sino forman una colección de eventos donde se pueda observar las consistencias en los comportamientos a través del tiempo, consistencia entre diferentes situaciones, bajo condiciones libres y socialmente neutras. Estas propiedades lógicas del concepto de estilos interactivos se encuentran como categorías disposcionales (Ryle, 1949).
El objetivo de estudio de los estilo interactivos consiste en la identificación de los mismos teniendo en cuenta que la conducta del sujeto debe ser medida como una interacción en tiempo real, con situaciones experimentales definidas en términos de contingencia, donde el objetivo sea la identificación de perfiles interactivos.
Hasta ahora los estudios realizados sobre los estilos son los siguientes:
 Perseverancia
Estilo interactivo que se ha venido estudiando Contreras y Ribes (2005) definiendo perseverancia funcionalmente como: mantenimiento de la ejecución ante condiciones señaladas de requisito de respuesta creciente; elección de condiciones de mayor requisito correlacionadas con una mayor suplementación; mantenimiento o elevación de ejecución bajo condiciones adicionadas señaladas de suplementación no contingente, ante requisito de respuesta constante; señalización verbal y no verbal de los criterios de respuesta (Ribes, 1990).
Respecto de este estilo se llevo a cabo un experimento en el cual se presentaba en una pantalla de computadora dos  planillas vacías una del lado derecho y del lado izquierdo de la pantalla respectivamente, donde los participantes tenían que colocar 40 objetos de distintos tamaños, y de manera creciente. Del lado izquierdo el tiempo para llenar la planilla disminuía conforme la sesión pasaba mientras que del lado derecho se mantenía constante. Hasta que se completaba la hilera de izquierda a derecha se podía pasar a la siguiente línea. Si la pieza que colocaba era incorrecta era rechazada y se indicaba con un sonido. Se mostraban los puntos obtenidos por cada colocación y los puntajes acumulados. Los resultados demuestran que se pueden observar e identificar conductas consistentes a través del tiempo en los sujetos y estas diferencias pueden observarse en arreglos contingenciales. Sin embargo, en contingencias cerradas se muestran ejecuciones similares entre los sujetos (Ribes, E., Contreras, S., Martínez, C., Doval, E. & Viladrich, C., 2005).

Tendencia al riesgo.
La tendencia al riesgo  por Ribes y Sánchez en 1992 es estudiada con lo siguientes arreglos contingenciales: señalamiento de probabilidades concurrentes de mayor magnitud y costo; mantenimiento de una contingencia señalada constante; impredictibilidad efectiva de la suplementación; incompatibilidad de respuestas en la concurrencia; pérdida global o local de suplementación obtenida (Ribes, 1990). Definieron el riesgo como el responder ante una opción de mayor incertidumbre respecto de otra más o menos constante (Ribes, 2009).
Para el estudio de este estilo se creo una tarea de carreras de caballos que se presentaban de manera simultánea en una computadora. En donde en una carrera del lado izquierdo se indicaban los caballos favoritos que tenía más alta probabilidad de ganar pero con un monto más pequeño que la carrera del lado derecho opuesto no existía información al respecto, la probabilidad de ganar era menor y el monto era mayor. Los participantes (dos hombres y dos mujeres) tenían que apostar por un caballo en ambas carreras.
La tarea se dividió en 4 fases de quince ensayos variando la probabilidad de ganar en cada una de las fases y de las carreras respectivamente. Se demostró que los sujetos tenían un perfil consistente y diferencial a través del tiempo en contingencias abiertas, uno respecto del otro. (Señalar que la cantidad de ensayos en que se arriesgaban está influida por la ganancia.)
Tolerancia a la ambigüedad
La tolerancia a la ambigüedad ha sido estudiada por Fuentes en  2011 bajo una de las siguientes configuraciones contingenciales: carencia de relación entre la contingencia señal y la consecuencia; relación cambiante de contingencia entre la señal y consecuencia; cambio de relación previa entre señal y consecuencia a una relación opuesta dada la ejecución estable; cambio en una relación previa entre la señal y la consecuencia una relación indiscriminable dada una ejecución estable. Particularmente en el estudio realizado por Fuentes se llevo a cabo el  primer arreglo.
Se realizó un experimento  con 8 sujetos  en una tarea que consistía en tres fases tres fases, donde la fase 1 se dividió en 4 sesiones de 40 minutos aproximadamente, estas fases variaban respecto de la señal y la consecuencia, así como el grado de probabilidad y precisión. Las fases tres se realizó un mes después la fase 2. En estos experimentos se dividieron en dos grupos donde al grupo 2 se le dio una retroalimentación de su ejecución al cerrar la contingencia en la fase 3. Se tomó como medida el tiempo en que tardaban en dejar la tarea. En este trabajó se observó como el cierre de la contingencia de la tarea fue realizado por el participante, sin embargo, se logró observar un perfil consistente intrasujeto acerca de cómo interactuaban con ese arreglo contingencial.
Tolerancia a la frustración
Investigada por Peralta (2012) la tolerancia a la frustración se puede definir funcionalmente como: pérdida no señalada de consecuencias; interferencia o pérdida de consecuencias no contingentes; disminución brusca de la probabilidad de consecuencias; demora no señalada de la consecuencia; interferencia o bloqueo de la oportunidad de responder; incremento no señalado en la cantidad de respuestas; castigo negativo señalado no contingente.
La tarea consistió en la presentación de un rompecabezas en la computadora el cual los participantes tenían que armar, sin embargo, en algunas ocasiones no se podía colocar la pieza en el tablero sino hasta después de determinado número de intentos (10) que dependían de rangos perceptuales (15, 30, 45, 60, 75 %) las cuales hacían referencias a la piezas colocadas previamente en el tablero del total de la piezas. Estos bloqueos en la colocación de las piezas se realizaron de manera arbitraria. El participante tenía la opción de ver el rompecabezas, de reiniciar el juego, cambiar de rompecabezas o abandonar el juego. Los participantes tenía un número limitado de reinicios y cambios si lo sobrepasaban la sesión terminaba.
Para las contingencias abiertas o cerradas se manipula el parámetro de interferencias o bloqueo en la posibilidad de responder  y se obtuvieron como resultado consistencias intraindividuales en la manera de responder de los sujetos.
Curiosidad
La curiosidad ha sido abordada desde distintas áreas de conocimiento de la psicología. Berlyne (1950, en Loewenstein, 1994) clasificó a la curiosidad como perceptual o epistémica. La curiosidad perceptual se refiere a la excitación por la novedad de los estímulos y se ve reducida por el contacto continuo. La curiosidad epistémica está relacionada con el deseo de información. La curiosidad también puede clasificarse como específica o diversa. La curiosidad específica se describe como búsqueda de una pieza de información. La curiosidad de tipo diversa es la búsqueda relacionada con el aburrimiento y su disminución. Así mismo, Berlyne en 1971, menciona que existen situaciones donde se ve favorecida la elección de patrones de mayor complejidad en sujetos que estuvieron expuestos a estimulaciones previas de menor complejidad. Estas elecciones dependerán de factores tales como: intensidad, duración, novedad y complejidad de los objetos de estímulos del medio ambiente.
Por todo lo anterior, la pregunta que se plateó para este estudio fue cómo son las consistencias intraindividuales que corresponden al estilo interactivo de curiosidad a través de la dimensión que implica responsividad a contingencias no prescritas. Así pues, fue necesario diseñar una situación experimental para tal efecto. Preferentemente, la situación diseñada debería considerar los tipos de curiosidad según Berlyne para hacer contacto con la literatura tradicional a la vez que se estudia desde una noción alternativa de personalidad. Por último, se buscó evaluar el efecto del cierre de la contingencia al señalar el criterio de respuesta esperado.
La situación experimental implicó el uso de una tarea programada en donde el participante podía leer sobre 6 temas de interés general o jugar 4 juegos en la computadora. Para los temas, se podían escribir preguntas o leer información adicional. Esto con el propósito de emular la navegación por internet pero con opciones controladas. Se programó que el participante pudiera “navegar” por el menú durante 4 minutos y luego aparecía una pantalla con la leyenda “Debes esperar unos minutos”. Al cabo de dos minutos de espera, el menú estaba disponible de nuevo. Esto se repitió durante cuatro ciclos para cada sesión experimental.
Las sesiones experimentales se llevaron a cabo en un cubículo de 3 x 3 metros equipado como oficina de un investigador. En el espacio del escritorio, se dejaron rompecabezas desarmados de madera y de cartón así como la información presentada en el menú pero impreso en hojas blancas. Al participante no se le dio instrucciones de ningún tipo. Se le sentó en el escritorio y se activó el programa de navegación. Se le dejó sólo en la oficina y al pasar aproximadamente 25 minutos, el investigador abría la puerta para preguntar si había terminado.
Las sesiones se grabaron de dos maneras. Utilizando el software “Hypercam” de versión libre, se grabó la actividad en pantalla. Además, se filmó la actividad en el cubículo con una cámara de video colocada estratégicamente.
El diseño experimental consideró tres sesiones. Las primeras dos sesiones estuvieron integradas por 4 ciclos de exploración del menú (o “navegación”) de un tiempo aproximado de 4 minutos y un tiempo de espera de dos minutos. La última sesión consistió en 2 ciclos de exploración y 2 de espera similares a las sesiones anteriores. Pero, se añadieron 2 últimos ciclos donde se señaló un requisito de respuesta: contestar trivias a un tema específico de los presentados en el menú. Los temas a preguntar se señalaron al inicio de cada ciclo con lo que se pretendió “cerrar” la contingencia como condición control para evaluar el estilo interactivo. La sesión uno y dos estuvieron separadas por varios días. La sesión 2 y 3 estuvieron separadas entre ellas por, al menos, un mes. Esto con la finalidad de evaluar la estabilidad del estilo a través del tiempo.
Participaron 4 estudiantes universitarios del área de ciencias exactas e ingenierías de una universidad  pública; 2 hombres y 2 mujeres. Para construir el perfil interactivo correspondiente al estilo de curiosidad de cada uno de ellos, se dividió la actividad de cada participante en períodos de un minuto. Se analizaron ambas grabaciones (en pantalla y la filmación con la cámara) para contabilizar el número de segundos que cada participante dedicó a responder a la navegación en la computadora o a manipular los objetos de estímulo del escritorio (rompecabezas y material impreso). Los perfiles para cada participante mostraron patrones de ejecución distintos pero con consistencias intraindividuales. Por ello, está manipulación experimental puede ser útil en la evaluación de la curiosidad como estilo interactivo. Estos hallazgos se discutieron tanto en términos de la literatura tradicional como desde la perspectiva del interconductismo. También se abordó la necesidad de diseñar una situación experimental equivalente para evaluar las consistencias intraindividuales no sólo a través del tiempo sino a través de situaciones contingenciales.
Debido a todo lo anterior, se puede observar que el estudio de los estilos interactivos provee un mejor entendimiento de aquello que por años se llamó “Personalidad” y permite una mejor predicción de la interacción de sujeto con su ambiente, pues no sólo toma en cuenta las consistencias intraindividuales sino emplea situaciones genéricas y socialmente abiertas para obtener perfiles que permitan la identificación de las tendencias de comportamiento del sujetos en situaciones similares a las que se presentaron en laboratorio.
Los estudios anteriores de la curiosidad, tenían como base teorías la información como es el caso de Berlyne apelaban a constructos hipotéticos fuera del área de comportamiento por lo cual no eran pertinentes para su análisis.
Por su parte el estudio de estilos interactivos permite reconocer la individualidad de los sujetos, crear arreglos contingenciales que nos permitan observar no sólo las consistencias intrasujetos sino también identificar el modo de interacción que establece el individuo en situaciones especificas bajo condiciones socialmente neutras, y de igual manera, bajo condiciones de contingencias cerradas.
Así pues, se puede concluir que cada individuo posee un perfil idiosincrático de riesgo, frustración, curiosidad, tolerancia y ambigüedad diferencial dependiendo de la circunstancias de manera que los estilos interactivos se identifican como funciones repetibles en diferentes momentos.

REFERENCIAS
Berlyne, D.E. & Croizer, J. B. (1971). Effects of complexity & prochoice stimulation on exploratory choice. Perception & Psycholophysics, 10, 242-246
Contreras, M (2005) Estudio del estilo interactivo de perseveracia. (Tesis inédita de maestría). Universidad de Guadalajara, México, Jalisco.
Fuentes, E. N. (2011) Propuesta experimental para estudio del estilo interactivo de tolerancia a la ambigüedad. (Tesis inédita de maestría). Universidad de Guadalajara, México, Jalisco.
Kantor, J. R. (1924-1926). Principles of Psychology (vols. I y II). N. Y.: Alfred Knop.
Loewestein, G. (1994). The Psychology of Curiosity: A review and reinterpretation.  Psychological Bulletin, 116, 75-98
Peralta, C. E. (en prensa). Estilo interactivo de tolerancia a la ambigüedad. (Tesis inédita de maestría). Universidad de Guadalajara, México, Jalisco.
Ribes Iñesta, E. (1990). Psicología general. México: Trillas.
Ribes, E. & Sánchez S. (1992) Individual consistencies as interactive styles: their relation to personality. The Psychological Record, 42, 369- 387.
Ribes, E. (2004). ¿Es posible unificar los criterios sobre los que se conoce la psicología? Suma Psicológica, 11 (1), 9-28.

Ribes, E., Contreras, S., Martínez, C., Doval, E. & Viladrich, C. (2005) Individual consistences across time anda tasks: a replication of inteactive styles.  The psychological Record, 55, 619- 631
Ribes- Iñesta, E. (2009). La personalidad como organización de los estilos interactivos. Revista Mexicana de Psicologia, 26, 145-161.
Ryle, G. (1949). The concept of mind. Nueva York: Barnes & Noble.