EL MUNDO DE HOY Y LOS ENTORNOS VIRTUALES

EL MUNDO DE HOY Y LOS ENTORNOS VIRTUALES

Miguel Ángel Guerrero Ramos (CV)
Universidad Nacional de Colombia

Volver al índice

De cómo la sociedad transforma las subjetividades

Hay momentos coyunturales y muy precisos en la vida en los cuales la sociedad nos presiona más de lo debido. Unos momentos en los cuales la sociedad nos insta a cambiar drásticamente todo lo que de alguna u otra forma es el complejo andamiaje de nuestros sentires, nuestras ideas, nuestras formas de relacionarnos con los demás, e incluso la misma forma que tenemos de mostrarnos ante las personas que hacen parte de nuestro entorno.

Se trata de momentos sumamente claves en nuestras vidas. De momentos singularísimos y muy probablemente atiborrados de turbulencias emocionales y sobresaltos psicológicos, de menor o mayor escala, que hacen que pasemos de ser una persona en concreto a ser otra distinta. Unos momentos que hacen que pasemos a ser una entidad con una psiquis estructurada de cierta forma y con ciertas particularidades, a ser la misma entidad con una psiquis estructurada de una forma un tanto diferente y con unas particularidades que también han variado dentro de los esquemas de un cambio ineludible.

Eso, en otras palabras, quiere decir que hay ciertos momentos, unos momentos situacionalmente muy precisos entre las nervaduras de nuestro existir, que hacen que cambiemos consciente o inconscientemente algunos detalles en nosotros. Más exactamente en nuestra forma de vestir, en nuestra forma de hablar y expresarnos, o hasta en la misma forma de contemplar ciertas ideas que podemos o no albergar en nosotros, esto, con el fin de que podamos adaptarnos mucho mejor a un nuevo ambiente a una nueva persona o a una nueva situación social determinada.

En lo que atañe a este punto podríamos mencionar varios ejemplos, o podríamos mencionar también varias situaciones. Cuando entramos por primera vez al colegio, o a la universidad, o a un nuevo trabajo, o incluso cuando comenzamos a compartir con una nueva pareja, son algunos ejemplos básicos y elementales de los momentos que en el presente texto nos pertocan. Unos momentos que provocan en nosotros cambios de vestuario o expresión y que van encaminados a que nos sumerjamos o nos veamos imbuidos de lleno en algún estereotipo en específico. Es decir, en un entramado simbólico en concreto dentro del cual creemos que podemos ser aceptados o, si no, por lo menos sí mucho mejor comprendidos por una o varias personas determinadas a las que nos importa caer bien o, siquiera, dar una buena impresión.

En lo que respecta a este complejo y cotidiano asunto de los estereotipos, hay que decir que hasta el día de hoy la mayor parte de lo que es su estudio social, se ha concentrado, al momento de abordar el tema emocional o siquiera el afectivo, en el tema de los prejuicios. No obstante, todo el componente afectivo humano y, en general, todas las emociones humanas, son algo que siempre se ha revelado como una cuestión sumamente esencial y abarcadora. Las emociones, de hecho, nos atraviesan por completo. Están en todo lo que somos, puesto que todo lo que nos permite ser, o todo lo que usamos a diario, nos hace sentir de una u otra forma en específico. De ahí la importancia de ver el asunto de los estereotipos, e incluso el asunto mismo de las formas de ser en realidad, desde un punto de vista que aborde la manera en que todo esto incide emocionalmente en todas las personas.

Ahora bien, es necesario decir para muchos jóvenes de hoy en día, no hay un momento más coyuntural y que ofrezca más presión sobre nosotros, que cuando salimos por primera vez, llenos de incertidumbres y expectativas, al mercado laboral. Un cambio, este, realmente drástico hoy en día que provoca todo tipo de acciones y variaciones emocionales en los jóvenes. Esto, en sí, no encerraría mayor problema, a no ser porque dichos cambios pueden encerrar o conllevar en sí ciertos aspectos negativos. En principio, un joven puede ser presa de la angustia y la confusión si ve que no puede lograr adaptarse adecuadamente a un entorno, o si ve que por más que cambie su forma de ser y mostrarse, muchas veces muy a su pesar y con gran fuerza de voluntad, no consigue ningún resultado positivo.

Ya para terminar, dejaré, a manera de reflexión, algunos otros aspectos, propios de estos cambios y de esos momentos de los que hemos estado hablando, que podrían afectarnos de forma negativa. Dichos aspectos son los siguientes:

  1. El hecho de que hoy en día vivimos en un mundo con exceso de información y con exceso de estereotipos, algo que podría provocar en nosotros confusión e incertidumbre en un momento clave o coyuntural de nuestras vidas en el cual debamos adaptarnos a un nuevo ambiente y no sepamos a qué estereotipos en concreto debemos incorporarnos.
  2. La forma en la cual esos momentos de cambio de los que hemos estado hablando en este texto, nos llevan a cuestionar el sentido de nuestras vidas, aunque dependiendo de nuestra capacidad de resiliencia y a otros factores sicológicos, este también podría ser un aspecto positivo, algo que nos podría ayudar a cuestionarnos para nuestro propio bienestar.
  3. Otro posible aspecto negativo estriba en el hecho de que en el entorno de las redes sociales informáticas, se manejan ciertos estereotipos con los amigos y cierta información que podría quedar visible a un alto rango de público, una información que luego podría entrar en conflicto o en tensión con otros entornos de nuestras vidas como el laboral.
  4. El hecho, más temible y fatalista, que de tanto cambiar de patrones simbólicos y culturales y, con ello, de emociones y sentires, no sepamos luego identificar apropiadamente nuestros propios sentires y emociones.