RELACIONES LABORALES PATERNALISTAS EN LA INDUSTRIA DEL CEMENTO

RELACIONES LABORALES PATERNALISTAS EN LA INDUSTRIA DEL CEMENTO

Griselda Lemiez (CV)
Instituto de Estudios Histórico Sociales "Prof. Juan Carlos Grosso"

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3.3  El rol de  la mujer en el hogar y en la villa obrera

            Ausente durante largos años de la historiografía de los trabajadores, las mujeres se transformaron en un tema privilegiado por quienes, desde diferentes disciplinas, discutieron la posición de la mujer en la sociedad, el trabajo invisible y no remunerable  vinculado a la reproducción de la fuerza de trabajo, y los niveles de participación en el proceso generador de bienes relacionados con la industrialización. 1
            Diversos estudios  han demostrado que la participación femenina en la fuerza de trabajo fue importante y fundamental su contribución en el equilibrio de las relaciones familiares, que luego se trasladarían al ámbito laboral. Todos ellos contribuyeron a colocar el tema de la mujer como un campo particular de estudio, abriendo un camino para expandir nuevas y matizadas reflexiones que pudieron superar aquellas visiones indiferentes a  las complejidades de una sociedad de la cuál la mujer era parte.
             La presencia de las mujeres en la villa von Bernard plantea diversas cuestiones, en particular el lugar que  ocuparon en el seno familiar y en qué medida ellas formaron parte de la relación laboral paternalista. Ellas no participaban directamente del proceso productivo, ya que en la fábrica solo trabajaban hombres, pero de todos modos cumplían un rol importante dentro del núcleo familiar, ya que eran las encargadas de realizar las tareas hogareñas, cuidar a los niños y sobre todo de transmitir la educación sentimental. Era importante su aporte para lograr la armonía dentro del grupo familiar, lazos que luego se expresaban, por ejemplo, en las solidaridades vecinales. Por lo tanto su rol en el SFVO puede ser analizado en dos dimensiones: dentro y fuera del hogar:
            Dentro del hogar, vemos que las comodidades que tenían las casas de la villa beneficiaban a las mujeres. Un testimonio nos dice que “al tener el lavadero dentro de las viviendas, ellas no necesitaban salir afuera a lavar y pasar frío los días de invierno” 2. El momento de lavar la ropa era una situación bastante complicada para las mujeres ya que, si bien es cierto que las casas tenían un lavadero interno, el secado de la ropa era dificultoso por la gran cantidad de polvillo que cubría la villa. Muchas veces la ropa debía ser lavada nuevamente, sobre todo los días de mucho viento. 3           
            Las esposas de los trabajadores eran fundamentalmente amas de casa, y la atención a su marido e hijos, se adaptaba a los horarios que estos debían cumplir dentro de la fábrica y de la escuela. La posibilidad de contar con un espacio para el cultivo en sus hogares, hacia que gran parte de lo cosechado se utilizara en la elaboración de comidas y de diferentes dulces gracias a la gran cantidad de árboles frutales que se encontraban en la villa. El cuidado de los niños no era una tarea demasiada compleja, ya que la seguridad reinante dentro de la villa hacia que estos pudieran jugar en el exterior de los hogares largas horas y entretenerse, teniendo siempre presente  la recomendación de no acercarse a las zonas peligrosas.
            La posibilidad de contar con un jardín de infantes y una  escuela en la villa, también era una comodidad para las madres ya que evitaba que los niños tuvieran que trasladarse a la ciudad de Olavarría. Solo comenzaban a viajar si decidían seguir estudiando para poder completar sus estudios secundarios. En resumen, el trabajo invisible y no remunerado que realizaba la mujer, vinculado a la reproducción de la fuerza de trabajo, le otorgaba  a ellas  un rol especial.
            Fuera del hogar, además de cocinar para las fiestas del club de Calera Avellaneda, y preparar variados platos, tenían también la posibilidad de practicar todos los deportes, y también de aprenderlos. Eran ellas las encargadas de coordinar las actividades sociales desplegadas en la villa obrera. Las viviendas de la villa se encontraban muy cerca una de la otra y esto permitía que intercambiaran recetas de cocina y porciones de platos ya  elaborados.
            Las fiestas comunitarias en la villa, eran los momentos donde se lucían las mujeres mediante la cocina, ya que se preparaba una gran cantidad de platos típicos del lugar de origen de las familias inmigrantes. Era en este tipo de actividades donde se reunían todas las mujeres de la villa, desde las esposas de los trabajadores hasta las esposas de los jefes.
            La autora Nélida Eirós, en su estudio sobre una perspectiva historiográfica de la mujer y el trabajo, nos dice que la familia pasó a convertirse en un agente muy importante porque la sociedad dependía más exclusivamente de ella para cumplir ciertas funciones vitales. Las instituciones de la familia y el trabajo, divididos en unidades geográficas y emocionales, están  especializadas en sus actividades separadas sin mutua interferencia. Existen dos mundos: las normas adscriptivas, particularistas, que gobiernan la familia, y las normas universales que dominan el mundo del trabajo. La industrialización, a través del cambio tecnológico y la organización del trabajo fuera del hogar, provocó esta especialización y diferenciación de las funciones de la familia.4 Para el caso de Calera Avellaneda, vemos que existían ciertas normas  informales que regían el funcionamiento de la fábrica y que, a su vez, formaban parte de las pautas normativas de las familias obreras, como por ejemplo la solidaridad, el respeto y la  ayuda permanente para quienes la necesitaran. Esas normas tenían relación directa con la disciplina  de los trabajadores dentro y fuera de la fábrica.
            Comúnmente se  legitima el lugar de la mujer en el hogar, donde reproduce entre otras cosas, la educación para sus hijos. Esa educación resulta fundamental al momento de incorporar hábitos, costumbres y valores que garantizan la unidad de la familia. La empresa garantizaba la educación primaria y la formación en un oficio y, a su vez, transmitía valores que eran incorporados y difundidos por los mismos trabajadores. Aquí es donde aparece la mujer que, mediante la educación en el hogar, transmitía pautas de comportamiento. Eran éstas  funcionales a la empresa, ya que desde la familia se trasmitían valores y buenos modales que luego se trasladaban al ámbito laboral, garantizando la buena conducta de los trabajadores dentro de la fábrica.
            La educación sentimental, que  estaba a cargo de las mujeres, le otorgaba la autoridad que compartía junto al hombre. Dentro del SFVO vemos que el rol que cumple la mujer en el hogar, es el de civilizar y moralizar las conductas del grupo familiar. Si bien este es  un rasgo visible en cualquier familia obrera, en el caso de Calera Avellaneda  vemos que en todo momento se difunde desde la empresa el ejemplo de buenas conductas, que deben inculcarse en la unidad familiar.
             Al interior del espacio privado de la familia nuclear, las mujeres recurrían a los códigos culturales dominantes y las instituciones sociales en que se basaba la política paternalista. La mujer, sea por intereses económicos, por amor o por acuerdo, o por una mezcla de estos, acataba el código moral dominante de la villa obrera:

“Yo siempre le recordaba a mi marido todas las cosas que nos daba la empresa, todo eso que yo sabia que en otros lugares jamás conseguiríamos, por eso se lo recordaba cada vez que se renegaba con la empresa porque lo venían a buscar a trabajar a cualquier hora… Nosotros teníamos que ser agradecidos con ellos, por todo lo que nos permitían disfrutar…” 5

            De esta forma, el código moral que predominaba en la villa obrera se cumplía con participación importante de la mujer, que en muchos casos era la encargada de mantener la calma  y estabilidad dentro del seno familiar. Como ya hemos mencionado, desde la empresa se propiciaba el matrimonio, como condición necesaria para poder acceder al préstamo de las casas que integraban la villa. Así, el matrimonio, se convertía en la institución encargada de mantener el orden, tanto familiar, como social, y en el elemento fundamental al momento de alcanzar el equilibrio y la estabilidad dentro de la empresa.
            En cuanto a la separación de la familia y el trabajo se han realizado observaciones de orden teórico y de comprobación histórica. Entre las primeras se ha señalado la  confusión entre normas y conductas: lo que la gente en realidad hace puede tener poco que ver con lo que cree que está haciendo, y con lo que cree que debería hacer. Por otra parte, se ha enfatizado la evolución de las funciones y la búsqueda de los orígenes de dichas funciones que están desapareciendo. Coincidimos con la autora Nélida Eirós en que bajos estos parámetros de análisis, subyace el peligro de descontextualizar ciertos conceptos y realizar un análisis de cómo las instituciones funcionan unas con otras más que como la gente cruza los límites institucionales. 6      
            En Calera Avellaneda, los límites institucionales no quedan muy claros, ya que existía una conexión constante entre el ámbito de trabajo representado por la fábrica  y  el ámbito privado representado por la institución familiar. El nexo aparece en la consigna: “La gran familia de  Calera Avellaneda”. Esto nos demuestra que la noción  de familia nuclear difundida por la empresa, era la base de la idea de “la gran familia”. En esta frase aparece el recuerdo de una comunidad y de un lugar ideales, que coincide con el discurso histórico de la empresa. En los testimonio de las mujeres que vivieron en la villa obrera, se ve claramente la introducción de la empresa en los espacios públicos y privados de la familia obrera:

“La empresa estaba en todo momento que la necesitábamos, desde la organización de grandes fiestas para nosotros que vivíamos en la villa, hasta cuando mi hijo se enfermó  y teníamos que trasladarlo a Buenos Aires, enseguida se enteraron y se encargaron de todo”.7

            En fin, las mujeres de los trabajadores cumplían una función importante dentro del hogar. La esposa era el centro de la familia, el foco de las relaciones emotivas, la influencia crucial sobre hijos. 8 La integración al mundo del trabajo era un proceso complejo que se lograba a través de diversas vías. La primera era la enseñanza recibida en los hogares, donde los hijos de los obreros empezaban a familiarizarse con la vida en la empresa a través de  los tiempos que la fábrica imponía a la vida doméstica.

“Toda la familia estaba al tanto de los turnos de trabajo del jefe de la familia,  que podía ser de 4 a 12 hs, de 8 a 16 hs  o de 20   a 4 de la mañana  9   

            Esta idea nos ayuda a construir la forma en que se organizaba la vida en el pueblo, especialmente la familia obrera, donde las pautas y reglas de la fábrica, como por ejemplo los turnos, delimitaban el funcionamiento de las familias obreras.

“Cuando mi marido estaba trabajando en el turno de que entraba a las 4  de la mañana y salía a las 12 del mediodía, , tenia que tener todo listo, es decir, la comida, así que cocinaba  temprano y después los chicos sabían que no tenían que hacer ruido porque el papá dormía la siesta, porque tenía que descansar… 10

            Vemos también que  la mujer del patrón  cumplía un rol importante dentro de la empresa. Pese a que las decisiones administrativas de la fábrica no la involucraban, era ella quien tenía un acercamiento a las mujeres de los trabajadores, asesorándolas en su comportamiento y en el modo de llevar adelante la unidad familiar. Esto nos permite ver que tal vez, sin la presencia de la esposa del Patrón que se encargara de atender diferentes aspectos sociales, el modelo paternalista no hubiera funcionado de igual manera. Se percibe que ambos asumían roles de similar importancia, pero desiguales en el tenor de cada responsabilidad.11
            La mujer de von Bernard, estaba muy ligada a su marido al momento de desplegar las medidas sociales que formaban parte del modelo paternalista. Como asegura el testimonio de un ex integrante de la villa obrera, cuando llegó la mujer del Patrón a  Calera Avellaneda, “la vida social se hizo más intensa”.12 En la mayoría de las familias, es el padre quien organiza y trata de dirigir al resto de los integrantes. Esta era la función que cumplía von Bernard, padre de la empresa familiar Calera Avellaneda, pero las medidas tomadas por él se complementaban con las acciones que llevaba a cabo su esposa. Ella mantenía contacto con las familias de los trabajadores, haciéndose cargo de resolver diversas situaciones:

“Si necesitabas algo, sabias que él (refiriéndose a von Bernard) o su esposa te ayudaban. En más de una oportunidad, mis hermanos necesitaron asistencia médica y cuando ellos se enteraron  enseguida se preocuparon por saber si estaban bien o necesitan algo. Yo no sé como hacían pero siempre estaban enterados de todo lo que pasaba en la villa, las cosas buenas, y a veces las malas, cuando ocurrían enfermedades o accidentes”.13

            Eran frecuentes en la villa, las reuniones del personal jerárquico en la casa del        Patrón, reuniones de las que participaban las esposas del personal técnico y administrativo, es posible que estos encuentros funcionaran como  redes  informales de comunicación de  lo que ocurría dentro de la fábrica y  de las familias que habitaban  la villa obrera. Si se trataba de mantener un modelo familiar  y difundir el matrimonio como fundamento de la disciplina en la fábrica, eran  las esposas de los patrones  quienes mantenían un contacto cotidiano con las familias de los trabajadores.14
            En el caso de Calera Avellaneda, Wladimira Cantinelli colaboró con su esposo en la actividad social al igual que ocurría en los otros casos de SFVO ya citados.  También en Algodonera Flandria y Loma Negra, las esposas de los patrones se convertirían en parte importante del buen funcionamiento de este modelo de relaciones sociales,  ya que ellas tenían una fuerte influencia sobre las mujeres de los trabajadores y ese vínculo cercano les permitía controlar y ver lo que ocurría dentro de cada familia obrera.

1 Lobato, Mirta; ob. cit,  pág.171.

2 Testimonio de  una ex obrero  de Calera Avellaneda  y ex vecino  e la Villa obrera von Bernard: Carlos Lobano, Olavarría, 05/10/2006.

3 Testimonio de  una ex vecina de la villa obrera von Bernard: Mabel De  Souza, Olavarría, 02/10/2006.

4 Eirós Nélida: “Mujer y trabajo: Una perspectiva historiográfica”. Anuario del IEHS Nº 5, Tandil, 1990, pág. 222.

5 Testimonio de  una ex vecina de la villa obrera von Bernard: Mabel De  Souza, Olavarría, 02/10/2006.

6 Eirós Nélida; ob. cit., pag 223.

7 Testimonio de  una ex vecina de la villa obrera von Bernard: Mabel De  Souza, Olavarría, 02/10/2006.

8 Hobsbawm, Eric: El mundo del trabajo. Estudios históricos sobre la formación histórica de la clase obrera. Editorial Critica, Barcelona, 1987, pág. 231.

9Testimonio de  una ex obrero  de Calera Avellaneda  y ex vecino  de la Villa obrera von Bernard: Carlos Lobano, Olavarría, 05/10/2006.

10Testimonio de  una ex vecina de la villa obrera von Bernard: Mabel De  Souza, Olavarría, 02/10/2006.

11 Eni de Mesquita, Samara: “La casa y el trabajo de mujeres brasileñas en el siglo XlX.” Anuario IHES, Nº 6, Tandil, 1993, pág. 141.

12 Alonso de Rocha Aurora: "Gente del cemento". En  Temas de Historia Oral. Primer encuentro nacional de historia oral. Municipalidad de la Ciudad de Buenos Aires, 1995, pág. 302.

13  Testimonio de  una ex vecina de la villa obrera von Bernard: Mabel De  Souza, Olavarría, 02/10/2006

14 Barbero, Maria Inés y Ceva, Mariela: “La vida obrera en una empresa paternalista”en F. Devoto y M. Madero (dir.): Historia de la vida privada en la Argentina. La Argentina entre multitudes y soledades. De los años treinta a la actualidad, T3, Taurus, Buenos Aires, 1999, pág. 174.