LA AGENDA DE LA EFICACIA DE LA AYUDA EN AMÉRICA LATINA. Cooperación Hispano- Venezolana

LA AGENDA DE LA EFICACIA DE LA AYUDA EN AMÉRICA LATINA. Cooperación Hispano- Venezolana

Francisco José Tomás Moratalla (CV)

4.3.b-Algunas críticas a los indicadores de la Declaración de París.

Para darle seguimiento a los compromisos asumidos por la Comunidad Internacional en el marco de la Declaración de París, se establecieron, como sabemos, una serie de metas con sus correspondientes indicadores, (ver cuadro página 34 á 39). A estos indicadores se les dio seguimiento desde el Banco Mundial y la OCDE. Hasta la fecha se llevaron a cabo tres rondas completas de seguimiento, que desgraciadamente no incluyeron a Venezuela, una en el período 2005-2006, otra en el 2007-2008 (Bandeira 2010:15) y la última en el 2010-2011. En relación a los indicadores, también es posible establecer críticas, especialmente en cuanto a su calidad. En este sentido y tal como señala Banderia, existirían al menos tres críticas principales:

  1.  “…los indicadores 5 y 7 de la DP no contienen información útil para analizar la calidad. En el caso de los indicadores 5a y 5b, éstos se refieren al porcentaje de ayuda que el donante otorga usando los sistemas públicos de países que cumplen con su compromiso de tener sistemas públicos con buenas prácticas, mientras que los datos de las dos rondas (2005-2006 y 2007-2008 de seguimiento de los indicadores de la DP) sólo indican el porcentaje de ayuda que cada donante otorga usando los sistemas públicos de cualquier país receptor (ver OCDE, 2008b; anexo B). Los datos recopilados no son pues útiles, ya que también incluyen la ayuda que se otorga a través de sistemas públicos altamente ineficaces y corruptos, lo cual no se puede considerar como ayuda de calidad”. (Bandeira 2010:15)
  2. “Por otro lado, el indicador 7 de la DP trata de captar el “porcentaje de desembolsos de ayuda liberados de acuerdo con programas”, pero en la práctica mide “el porcentaje de ayuda no desembolsada dentro del ejercicio fiscal para el que se había programado” (meta a 2010), que no es lo mismo. Es decir, el compromiso consiste en lograr que los desembolsos de ayuda se otorguen en base a programas de medio plazo hechos públicos y no fuera de ellos, de forma ad hoc y opaca. Por lo tanto, lo que se trata de reducir son los desembolsos fuera de programas, que no se mide con el indicador que en la práctica se está utilizando” (Bandeira 2010:15).
  3. “Por último, no se analizan en este estudio los indicadores de coordinación o armonización del Gobierno de España por la imposibilidad que existe de asignar esta responsabilidad a ningún agente donante. Hay que tener en cuenta que a la hora de cooperar en un país concreto, se trataría de intentar coordinar la ayuda que dan todas las administraciones públicas españolas (GdE, Comunidades Autónomas y Ayuntamientos principalmente), junto con la que dan el resto de gobiernos donantes  del mundo, y con la que dan todos los organismos internacionales. Nos podemos encontrar así con el objetivo de tratar de coordinar en cada país receptor a cientos de administraciones públicas procedentes de todo el mundo, sin ningún vínculo jerárquico entre ellas. A eso habría que añadirle la cooperación de las ONG internacionales que trabajan en el país. Ingente tarea”. (Bandeira 2010:16)

En resumen para el autor se pueden sólo utilizar “…los indicadores 3, 4, 6 y 8 de la DP, como medidas útiles del grado de cumplimiento de los compromisos por parte de los países donantes desde 2006 hasta 2007/8”. (Bandeira 2010:16)

Aunque no es el objetivo de la presente tesis entrar a analizar en profundizar la calidad de los indicadores y metas propuestos en la DP, sino limitarnos a aplicarlos al caso de la AOD Española en Venezuela, sí nos interesan dos aspectos generales de la crítica propuesta por Bandeira, que pueden ser de gran interés en la presente tesis.

En primer lugar parece claro, partiendo de la crítica de Bandeira, que la DP presenta notables deficiencias a la hora de medir la eficacia de la ayuda. Estas deficiencias son mucho más acentuadas si de lo que se trata es de medir la eficacia del desarrollo, como vimos por las críticas de la CONGDE.

En segundo lugar y nuevamente sobre la base del análisis crítico de los indicadores, Bandeira concluye que “…a la hora tanto de asignar la cantidad de ayuda, como de elegir el instrumento para otorgarla, a los gobiernos de países pobres, el GdE no toma en consideración ni su grado de eficacia y transparencia en la gestión pública, ni su grado de respeto a los derechos humanos” (Bandeira 2010: 21). El argumento de Bandeira es importante por cuanto, pese a que el principal criterio para el otorgamiento de la ayuda es el de la existencia de elevados niveles de pobreza, el grado de respeto de los derechos humanos en el país receptor así como la transparencia y eficiencia del gobierno nacional deberían ser elementos clave a considerar a la hora de establecer las prioridades de la ayuda. En este sentido, en países de Renta Media Alta como Venezuela, que han experimentado notables progresos en términos de reducción de la pobreza y en los que la vigencia del régimen democrático es muy controvertida, es incluso más importante, si cabe, tener muy presentes dichos aspectos.

Como señala Bandeira, uno de los problemas “…que presentan los informes del Banco Mundial y la OCDE de seguimiento de los compromisos de la DP, es que no contienen datos para muchos países receptores de ayuda” (Bandeira 2010: 21), como por ejemplo Venezuela. Pero además, estos informes no abordan ni la cuestión de los derechos humanos ni la de la eficacia del gobierno, por lo que es necesario acudir a otras fuentes para poder disponer de información al respecto. En este sentido el autor hace referencia a los “Indicadores Globales de Gobernanza” de Kaufmann, Kraay y Mastruzzi (2010). Estos indicadores son utilizados en nuestro trabajo para medir tanto la calidad de la gobernabilidad de Venezuela como de sus instituciones, ver el ya mencionado anexo 1, páginas 181 á 186.