LA AGENDA DE LA EFICACIA DE LA AYUDA EN AMÉRICA LATINA. Cooperación Hispano- Venezolana

LA AGENDA DE LA EFICACIA DE LA AYUDA EN AMÉRICA LATINA. Cooperación Hispano- Venezolana

Francisco José Tomás Moratalla (CV)

2.2-MARCO PROGRAMÁTICO.

2.2.a-Del II Plan Director 2005-2009 al nuevo Plan Director 2009-2012.

Junto con el marco jurídico, el Programa de Cooperación Española ejecutado entre el 2006 y 2010 se enmarcó, ya desde la perspectiva puramente programática, en la vigencia del II PD 2006-2008, así como en la transición hacia el III PD 2009-2012 y sus primeros años de ejecución.

Los Planes Directores deben de entenderse como una “declaración global del enfoque español a la cooperación internacional para el desarrollo que se basa en los objetivos estratégicos recogidos en la Ley de Cooperación Internacional para el Desarrollo” del año 1998 (MAEC 2009b: 13).

En relación al período de vigencia del II PD, éste inició “una fase de reformas en la política española de cooperación al desarrollo, que suponen un fuerte aumento del esfuerzo de la Ayuda Oficial al Desarrollo (AOD) total; una marcada orientación de la política a los Objetivos de Desarrollo del Milenio (ODM); mejoras en la planificación y los instrumentos de la ayuda; y reformas en el marco legal e institucional” (Sanahuja 2008: 37). El III PD continuó con las reformas orientadas tanto a mejorar la cantidad como la calidad de la ayuda en un contexto de creciente complejidad para llevar adelante las reformas, debido tanto al cambio de las autoridades responsables de la Cooperación a partir del año 2008, tras asumir un nuevo gobierno con el cambio de legislatura en España, así como por los crecientes efectos negativos de ya presentaba la crisis económica internacional.

A los efectos del presente trabajo, la transición entre ambos PPDD tuvo importancia por cuanto el III PD profundizó la apuesta española por la mejora de la eficacia de la ayuda, realizada en el II PD, al definirse “por encima de todo lo demás” como “El PD de la calidad y la eficacia de la Cooperación Española”.

Al mismo tiempo el III PD abordó, aunque quizá de manera tangencial e indirecta, la que autores como Sanahuja consideraban una de las carencias del II PD; nos referimos a la necesaria reflexión sobre las modalidades de cooperación con Países de Renta Media (PRM), (Sanahuja 2008: 44). Para ello en el III PD se propuso una nueva priorización geográfica que brindase un tratamiento diferenciado para los PRM en sus distintas categorías (Baja, Media y Alta) (MAEC 2009a: 208-212). En este sentido, Venezuela pasó a ser considerado como “país preferente” en el II Plan Director, a país para la “consolidación de los logros de desarrollo” en el III PD. En el primer caso se proponía “una atención focalizada y puntual dirigida a zonas geográficas y sectores sociales con menor desarrollo” para lo que “se utilizarán los instrumentos más adecuados para hacer frente a la situación de vulnerabilidad de esos territorios y poblaciones menos favorecidos” a través de la formulación y ejecución de un PAE, (MAEC 2005:73-74). En el segundo caso el III PD remarcó la condición de Venezuela como PRMA, incluído en las prioridades geográficas del Grupo C, en el que se debía negociar con las autoridades nacionales un Marco de Asociación, (MA) “para la consolidación de los logros de desarrollo” (MAEC 2009a: 211). Dicho cambio supone reforzar la atención focalizada y puntual que proponía el II PD, para la cooperación con países preferentes, pero concretando y ampliando las herramientas y sectores a abordar a aquellos más adecuados a los PRM como Venezuela, a saber: 1- “El fortalecimiento de políticas públicas inclusivas que promuevan el desarrollo de zonas geográficas y sectores sociales más desfavorecidos, a través de asistencias técnicas especializadas”, 2- “La promoción de la Cooperación Sur-Sur”, 3- “La promoción del desarrollo regional a través de la asociación entre países” y 4- “El fortalecimiento de la provisión de bienes públicos globales” (MAEC 2009a: 211).

En cuanto a los contenidos, el nuevo PD consolidó las “grandes apuestas del ciclo anterior, como eran los servicios sociales básicos (educación, salud, agua y saneamiento), género en desarrollo, gobernabilidad democrática o cultura y desarrollo; dando un impulso renovado a prioridades emergentes como el desarrollo rural y la lucha contra el hambre, el medio ambiente y la lucha contra el cambio climático, la participación del sector privado y el trabajo decente para generar un patrón de crecimiento inclusivo, o la consideración de una política coherente de migración y desarrollo” (MAEC 2009a:11).