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  Otras cinco preguntas parecerían pertinentes:
¿La viabilidad del neo desarrollismo de izquierda sería una  versión renovada de la ilusión de la época del estado de bienestar de una  burguesía nacional latinoamericana, que tome distancia del imperialismo  estadounidense, que redistribuya ingresos, alivie la pobreza, alfabetice,  realice una reforma agraria? ¿Sería la  renovación de la tesis cepalina de un desarrollo basado en un mercado regional  para el capital latinoamericano, con mercados internos alimentados con clases  medias de alto padrón de consumo, una industria competitiva, generadora de  impulsos de innovación tecnológica y de crecimiento sostenible, con un Estado  capaz de redistribuir ingresos mediante una amplia base impositiva, con  democracia, sin bolsones de creciente marginalidad y exclusión social? ¿Es  viable la tesis de la transformación productiva con equidad social? ¿En cuales  condiciones y durante cuánto tiempo sería viable esa tesis?
  ¿La viabilidad de un neo desarrollismo de derecha sería el  retorno a los golpes de Estado (civiles o militares), a los Estados  autoritarios, a las dictaduras de seguridad nacional, a los fascismos  latinoamericanos?
  En la historia latinoamericana reciente y pasada los intentos  de reformar el espurio capitalismo periférico (parafraseando a Prebisch)  terminaron ahogados en sangre  por golpes  de Estado instrumentados por las oligarquías latinoamericanas, los oligopolios  trasnacionales y el patrocinio de las embajadas estadounidenses: la Colombia  con Gaitán en 1952, la Guatemala con Jacobo Arbenz en 1954, el Paraguay de 1936  con Franco Ojeda y de 1954 con Federico Chávez, el Santo Domingo con Juan Bosch  en 1961 y 1965, la Argentina con Juan Domingo Perón en 1955, el Brasil con Joao  Goulart en 1961 y 1964, la Honduras del 2009 con Manuel Zelaya, una larga y  casi interminable lista. Ninguno de esos procesos de reformas se proyectaba  como anticapitalistas ni antiimperialistas ni mucho menos socialistas, sin  embargo, fueron experiencias arrasadas. 
  No se mencionan acá ni la guerra “encubierta” mantenida  durante toda la  década de los años 80s contra  el gobierno del Frente Sandinista en Nicaragua; ni el golpe de Estado en 1973  contra el gobierno de la Unidad Popular en Chile empujado por la transnacional ITT,  el gobierno de los EUA, los sectores de la oligarquía chilena que percibían  como amenazas las reformas del Gobierno de la Unidad Popular y los sectores más  reaccionarios de las “constitucionalistas” fuerzas armadas chilenas; ni la invasión  estadounidense contra la pequeña isla de Granada durante el gobierno de la  Nueva Joya –organización miembro de la Internacional Socialista al igual que  muchos de los actuales gobiernos en la Europa de la Unión Europea- presidido  por Maurice Bishop; ni el quirúrgico ataque militar contra la guardia nacional  panameña, rápida invasión, corta ocupación del país, secuestro del entonces  Presidente de Panamá –el general Noriega- e imposición de nuevos gobernantes  más dóciles que el antiguo e incómodo aliado.  
  Recientemente la Revista de la CEPAL publicó una entrevista  inédita a Raúl Prebisch en la que su fundador ofrece un balance de los logros y  deficiencias de la CEPAL2  y,  lo que resulta más revelador e interesante, las innumerables presiones y  escaramuzas de la oposición de los EUA a los diversos proyectos de la CEPAL  entre 1949-1963. Pareciera que es la primera vez que uno de los cepalinos  originales revela públicamente este tipo de tensiones. Pareciera que lo que  faltara en la CEPAL es la consideración de los factores socio-políticos  internos junto a los factores socio-políticos externos en lo referido a las  políticas estadounidense hacia la América Latina y el Caribe -sobre todo las  llamadas políticas de seguridad de los EUA. Sin embargo, quizás sería demasiado  o injusto de esperar, ya que se trata de una agencia de la Organización de  Naciones Unidas que los EUA intentaron infructuosamente de subsumir en la OEA  –objetivo que no lograron por la oposición de Prebisch-, ya que para hacer  honor a la verdad, la CEPAL de los años 50s y 60s del siglo XX de hecho realizó  no pocos aportes. 
  Otra cuestión sería proyectar a la CEPAL y a la figura de  Raúl Prebisch hacia el futuro y preguntarnos si aún tienen ideas o aspectos que  aportar para el futuro de la América Latina y el Caribe. Indudablemente, la  vida y obra de Prebisch y de los que con él formaron el equipo fundador de la  CEPAL, evolucionaron a lo largo del tiempo. En cuanto a su proyección hacia el  futuro de la América latina y el Caribe, todavía tendrían cosas que decirnos en  la medida en que la región transite del neoliberalismo al  neodesarrollismo/neocepalino. En cuanto al tránsito del  neodesarrollismo/neocepalino al socialismo en el siglo XXI, seguramente  encontraríamos muchas de sus limitaciones e insuficiencias, pero también  podríamos encontrar algunas ideas para reflexionar. 
 “Nos tienen miedo porque no les tenemos  miedo”.
  Canción hondureña 
1 Mario Seccareccia, Keynesianism and public investment: a left keynesian perspective on the role of goverment expenditures and debt, en: Studies in political economy, a socialist review #46, spring 1995, Ontario, 1995.
2 David Pollock, Daniel Kerner y Joseph L. Love “Entrevista inédita a Prebisch: logros y deficiencias de la CEPAL”, Revista de la CEPAL 75, Santiago de Chile, dic 2001.