EL DESARROLLO LOCAL COMPLEMENTARIO

Mario Blacutt Mendoza

El modelo de Robert Solow (EE.UU 1924)

(“A Contribution to the theory of economic growth”)
Se lo conoce como el modelo neoclásico de crecimiento y tomó como punto de partida el modelo de Harrod-Domar. En 1956 afirmó que los determinantes del crecimiento econó-mico eran, por un lado, la mano de obra y el capital y, por el otro, el progreso técnico. Usando esta división, estimó que hasta cuatro quintos del crecimiento del producto por trabajador en los EE.UU se debió al progreso técnico. Asimismo, sostuvo que el nuevo capital creado tenía ventajas sobre el viejo, debido a que estaba estructurado con tecno-logía más avanzada. En su modelo critica al de Harrod-Domar, sobre todo, rechaza el principio “del filo de la navaja” debido a que el sistema, según él, puede ajustarse a cualquier crecimiento de la mano de obra sobre la base de una tendencia expansiva. También critica su estructura según la cual, las condiciones para el crecimiento se basan en el producto de la tasa de ahorro por la relación capital/producto relación que según Harrod-Domar, mantendría constante el progreso tecnológico. De este modo, dice Solow, para incre-mentar la tasa de crecimiento simplemente habría que incrementar la tasa de ahorro (Keynes habría considerado esto como una herejía) y, por lo tanto, la inversión, a través, posiblemente, de las medidas fiscales. Para mejorar el modelo de Harrod-Domar, Solow dejó de lado el coeficiente K/Y, que mostraba  la relación trabajo/producto = L/Y para reemplazarlo por la relación = Y/L es decir,  la relación producto/trabajo, la que sería independiente de la tasa de ahorro y, por lo tanto, de la inversión. Esta nueva relación dependería completamente del ritmo del progreso  tecno-lógico. El modelo de crecimiento de Solow se basa, fundamentalmente, en la conocida función Cobb-Douglas (“Technical Change and The Aggregate Producción Function”) Este modelo y la teoría implícita, da lugar a una segunda fase del neoclasicismo, la que está en vigencia hasta hoy. La función de producción fue aplicada a la economía de los EE.UU en el periodo com-prendido entre los años 1909 y 1949. En los datos pertinentes se encontró que la producción por hora de cada trabajador =Y/L, en promedio, había aumentado de 0.623 a 1.272 dólares constantes, lo que significó que la producción se había duplicado en los 40 años transcurridos. También descubrió que la función de producción propuesta por él, se había desplazado hacia arriba en un 80%, en una senda de rendimientos crecientes al comienzo y una de rendimientos decrecientes al final. Sólo el 12%  del incremento de la producción sería imputable al aumento del capital por trabajador = K/L, mientras que el 88% se atribuía al cambio tecnológico.

Mas tarde, otro economista, Edward Denison, descompondría los determinantes de crecimiento en sus partes constitutivas, entre ellas, el progreso técnico. Los principales determinantes del crecimiento serían: la calificación del trabajo, el capital, la mejora de la asignación de recursos en la economía, las economías de escala y el progreso tecnológico o conocimiento. Se ratificaban así las pruebas de que el cambio técnico era el principal determinante del crecimiento del producto por unidad de trabajo = Y/L. Antes de estos descubrimientos empíricos, se había considerado que el crecimiento era una síntesis del aumento de la productividad de todos los factores. Como de costumbre, los extremistas aparecieron y dijeron que la acumulación del capital, esto es, la inversión, había perdido su importancia en el proceso productivo. El progreso técnico quedó identificado como un “residuo” dado que no es claramente “observable”, tal como  lo es el capital y también la mano de obra. En su tercera obra (“Technical Progress, Capital Formation and Economic Growth”) Solowdice, con gran autoridad, que la formación de capital es una condición necesaria pero no suficiente para el crecimiento de la productividad en el corto y el largo plazo al mismo tiempo que incluye en el “residuo” la salud, la educación y, claro, la investigación. Este punto de visa excluia el crecimiento de los recursos naturales y de la población. Por último, dijo que la calificación de la mano de obra y la inventiva contrarrestan la tendencia decreciente de los beneficios. Los neoclásicos actuales afirman que en los EE.UU que el coeficiente Y/L ha mejorado, esto es, se produce más por cada trabajador, por lo que ha existido un incremento en los salarios reales y en el nivel de vida. Más tarde, Paul Romer y Robert Lucas desarrollaron alternativas al modelo de Solow. Todos estos modelos dieron las pautas para el modelo del “Desarrollo Endógeno”, del que hablaremos con mayor detenimiento en otros capítulos dedicados al desarrollo local propiamente dicho.

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