ESTRUCTURA DEL EMPLEO

María Irma Jarquín Ávila
Eduardo Meza Ramos

CAPITULO I

I. Introducción

El mercado de trabajo se analiza en el marco de la economía laboral, donde el trabajo se caracteriza como factor productivo, poseído por hombres y mujeres, este factor no se agota, por el contrario al utilizarlo durante el proceso productivo se adquiriere más capacidad y cualidades, que los trabajadores usan en distintas operaciones a lo largo de su vida productiva. Desde la ciencia económica se caracteriza y explica la orientación y tendencia que ha seguido la población económicamente activa, que insiste en acceder al mercado de trabajo, para asegurar su reproducción y beneficios en el transcurso de su tránsito por la vida misma y las instituciones, adoptando comportamientos y expresiones culturales hacia el empleo, que responden a su idiosincrasia.

El estudio del empleo formal que se tipifica como la demanda de trabajo, bien sean empleados, oficiales y profesionistas en las diferentes actividades productivas, permite avizorar la tendencia que requieren las empresas para mantenerse en el mercado, que cada día es más competitivo y exigente para satisfacer las necesidades de los consumidores. Por otra parte la oferta de trabajo, debe ser investigada para desentrañar  las  tendencias  que  ha  seguido  la  población  económicamente  activa (PEA), esta situación permite el análisis desde la perspectiva macroeconómica y microeconómica, utilizando las herramientas de la oferta y la demanda, instrumentos que tienen validez explicativa en mercados imperfectos y de competencia perfecta.

Si bien se pudiera argumentar que existe un efecto directo de las fluctuaciones de  la  población  en  relación  a  la  oferta  de  trabajo  y  que  se  esperaría  que  un incremento de la población por encima de la capacidad generadora de empleos, originara  un  desequilibrio  en  el  mercado  de  trabajo,  que  se  expresará  en  un incremento del subempleo y el desempleo, dicho supuesto no es abordado por la teoría  clásica,  ni  neoclásica,  puesto  que  los  modelos  suponen  que  existe  pleno empleo y que el desempleo, es solo transitorio, pues la aseveración teórica señala que son individuos que están en proceso de emplearse.

Pero tal afirmación no implica que se conceda al crecimiento de la población la causa y origen de los desequilibrios económicos, o que sea la razón fundamental de los problemas del empleo, pues se tiene la convicción de que el crecimiento real del empleo puede absorber, sin dificultad alguna, el crecimiento poblacional y la oferta de fuerza de trabajo que de él se deriva; sin embargo, al no existir un efectivo crecimiento económico,  la  dinámica  poblacional  incide  directamente,  profundizando  el desequilibrio en el mercado de trabajo.

Por otra parte, analizando la dinámica de la población de Nayarit fuente y origen de los participantes del mercado laboral, se tiene que ha evolucionado con la tendencia siguiente: en el año de 1930 estaba compuesta de 167 mil 724 habitantes, representando el 1% en la población nacional, y las mujeres eran el 50.7% de la población estatal, hacia 1950 la población del censo arrojó la existencia de 290 mil 124 personas, participando con el 1.1% en el total nacional, que ubicó a Nayarit en el lugar, las mujeres representaban el 50.1% de la población. Ya para 1970, la población ascendió a 544 mil 031 personas, diez años después, llegó a 726 mil 120 habitantes, en esa fecha se inicio el declive del crecimiento de la población, a partir de 1980, al parecer por los movimientos migratorios Meza, E. (2006). En la década del año 90 siendo gobernador de Nayarit Celso Humberto Delgado Ramírez, declaró que había nacido el ciudadano número millón, pero la realidad fue que en el conteo del 2005, la población fue de solo 949 mil 684 habitantes, reduciéndose la participación en el total nacional al 0.91%, ocupando el 29avo lugar nacional y con una población femenina ligeramente mayor, ya que representó el 50.6%, ver cuadro A1.1. Información que ilustra en la gráfica 1.1.

En lo que se refiere al crecimiento de la población en el período 1950 – 2005, se aprecia un decrecimiento importante, partiendo del período 1960-1970 que fue del 3.5% en la entidad, superior en un décimo al crecimiento poblacional nacional, siguió un decrecimiento y en el decenio 1990-2000, este índice fue de solo 1.1%, en tanto que el índice a nivel nacional fue de 1.9%, en tanto que en el quinquenio del 2000 al 2005, mientras en el país se observó una tasa de 1.02 en el estado fue de sólo 0.56%, véase cuadro A1.2.

Cabe mencionar que en el decenio 1990-2000, la población se ha concentrado en las zonas urbanas, prácticamente en dos municipios, Tepic, donde se ubica su capital, y Santiago Ixcuintla, concentran el 43% de la población en el año 2000. En lo que se refiere al crecimiento, motivado por la fuerte migración interna, Tepic registro un ritmo del 26.36%, en tanto que Santiago decreció en el 3.83%. En el quinquenio del 2000 al 2005, el 64.26% de la población se concentró en cinco municipios Xalisco con 42,893 habitantes;  Compostela  con  62,925;  Bahía  de  Banderas  con  83,739;  Santiago Ixcuintla con 84,314 y Tepic con 336,403 pobladores.

Ahora veamos la vinculación que se presenta entre la población total y la población en edad  activa  (PEA)0F con  la  finalidad  de  captar  el  significado  que  conlleva  la incorporación de este grupo de la población en actividades económicas. Tal vinculación nos permitirá apreciar la participación económica de la población y los índices de dependencia, así como observar sus tasas de crecimiento.

La población de 1990 ascendió a 824 mil 643 habitantes, en tanto que la población activa es del 67.76% y la PEA, de 28.25%, es decir de cada cien habitantes solo trabajan 28 y permanecen inactivos 37. Para ese año la población masculina era de 411 mil 57, de los cuales el 67.18 pertenecía a la población activa, y casi el 45% a la PEA, es decir de cada cien integrantes del PEA, 45 eran varones.

1  La PEA tiene dos acepciones, por una parte la Encuesta Nacional de Empleo Urbano, señala que “comprende a todas las personas de 12 años y más que realizaron algún tipo de actividad económica (población ocupada), o que buscaron activamente hacerlo (población desocupada abierta) en los dos meses previos a la semana de referencia; en tanto que para el Censo General de Población y Vivienda, se refiere a las personas de 12 años y más que en la semana de referencia se encontraban ocupadas o desocupadas. Ahora bien el censo declara que la población ocupada, son personas de 12 años y más que realizaron alguna actividad económica al menos una hora en la semana de referencia, a cambio de un sueldo, salario, jornal u otro tipo de pago en dinero o en especie; en este concepto se incluye a las personas que tenían trabajo pero no laboraron en la semana de referencia por alguna causa temporal, sin que hayan perdido el vínculo con su trabajo, por: vacaciones, licencia por maternidad, enfermedad, mal tiempo o porque estaban en espera de iniciar o continuar con las labores agrícolas, también a quienes ayudaron en el predio, fábrica, tienda o taller familiar sin recibir un sueldo o salario de ninguna especie, así como a los aprendices o ayudantes que trabajaron sin remuneración.

Visto por género, las mujeres sumaron 413 mil 586, de las cuales el 68.3% formaban parte de la población activa, sin embargo solo el 11.7% militaban en las filas de la PEA, pues la mayoría, el 54.6% resultó censada en la Población Económicamente Inactiva, por lo que vista la situación por genero, de cien mujeres, sólo 11 tenían los beneficios que brinda estar empleadas.

Por otra parte, para el año 2000, la población de Nayarit ascendió a 920 mil 185 habitantes, de los cuales están listos para trabajar 664 mil 142, que representa el 72%; pero el 34.65% forma parte de la PEA, siendo ligeramente superior la Población Económicamente Inactiva (PEI) que reporta el 36.95%. Ahora bien los hombres en edad de trabajar, representan el 71.43%; perteneciendo a la PEA el 48.6% y a la PEI el 21.9%.

La mujer ha mejorado su situación de participación en el trabajo, pues como ya habíamos dicho está por arriba del número de hombres, situación que se refleja en las que están listas para incorporarse al mercado laboral, en números absolutos representan 464 mil 080, el 72.9% es mayor de 12 años, y ya participan en la PEA el 20.9%, sin embargo la mayoría, mínima si se quiere, es decir el 51.7% forma parte de la PEI.

La población activa ha tenido un crecimiento absoluto y relativo en la década considerada, viendo la situación de la población por sexo, también han registrado incrementos absolutos y relativos. Sin duda lo más interesante y destacado ha sido la evolución que siguieron las mujeres, pues de solo participar el 11.7 en la PEA en 1990, pasó al 20.9% en el año 2000, aunque realmente podremos hablar de integración de la mujer cuando participe en igual condición que los hombres, sin duda ello traerá más prosperidad personal, a su familia y a la sociedad nayarita, si se considera que el trabajo y la producción son la esencia de la actividad material del hombre que hace posible el desarrollo espiritual y cultural de la humanidad (Meza E. 2001).

Del análisis realizado tenemos que mientras la población creció en el período de diez años en 11.6%, ha sido mayor el crecimiento de la población para incorporarse al mercado laboral, ya que significó el 18.9%, pero ha sido la población ocupada, señalada como PEA la que ha alcanzado el más alto crecimiento, con el 36.8%, se infiere que ese incremento se ha debido a la participación de la mujer, de acuerdo a los resultados por sexos, tenemos que en el período de los diez años la mujer duplicó su participación, al reportar un incremento del 100.5%, en tanto que los hombres solo se incrementaron 20.2% y engrosaron las filas de la PEI.

La evolución de la oferta laboral la apreciamos más claramente analizando la relación mutua de las variables población total y fuerza de trabajo, representada por la PEA, estas variables nos conducen al entendimiento de la interrelación entre crecimiento de la PEA y evolución demográfica; las cifras que expresa la PEA nos da la idea del crecimiento de la población productiva y de su expresión relativa respecto de la población total. Estos indicadores son importantes por reportar la tendencia que experimenta el factor trabajo.

Por una parte tenemos que entre 1990 y 2000, la población total creció de 824 mil 643 a 920 mil 185 personas, lo que significó un incremento del 11.6%, en el decenio; en tanto que de una PEA de 233 mil integrantes, se incorporaron 318 mil 837 personas, que tuvieron un crecimiento del 36.8%, en el decenio analizado. Lo más significativo es lo que representa la Tasa Bruta de Participación, que es la relación de la PEA con la población total y que alcanza el 28% de participación, en 1990 y de 35% en el año 2000, en tanto que la relación de la PEA y la Población en edad activa, que constituye la Tasa Refinada de Actividad, la cual da cuenta de las personas que si tiene empleo para la primer decena es de 42% y para el 2000 de 48%, lo que indica que a nivel general la tasa de población tuvo un ritmo de crecimiento menor que la tasa refinada de participación.

En lo que se refiere al año del 2007 la tasa bruta de población fue del 45%, mientras la tasa refinada de actividad fue del 63%. En el año 2007 se registró la tasa de crecimiento de la PEA más alto, que la de población, pues la primera reporta el 1.05, mientras que la población reportó un factor de crecimiento de 1.01, anual. En ese año el incremento de la PEA femenina ha sido mas alto al reportar el 1.08 anual.

Las variables e indicadores significativos de la estructura de la demanda y oferta laboral entre los años de 1990 al 2000, se pueden englobar de la siguiente manera: por el lado de la demanda, encontramos que las labores, oficios y empleos significativos, en el decenio analizado, han requerido la participación de los profesionistas, que incrementaron su presencia en un 118%, los comerciantes y dependientes se incrementaron en 120%, y los trabajadores domésticos en 204%. En tanto que las actividades económicas requirieron personal de acuerdo al siguiente comportamiento, en el año 2000, en agropecuarias participa el 26.3% en la industria extractiva, de transformación, construcción y electricidad el 17.8%; en el comercio el
18.6% y en los servicios el 37.1%.

Por otra parte, la oferta de empleo, siguió la tendencia siguiente: la población disminuyó su participación en el total nacional de 1.1% en 1980 al 0.9% en el 2000; por lo que pasó del lugar 26º, al 28º, pero para el año 2005 Nayarit se ubicó en el 29º lugar. La estructura de la población cambió, mientras en 1970 los hombres representaban el 50.7% y las mujeres el 49.3%, en el 2000, los hombres representan el 49.6 y las mujeres el 50.4; la tendencia ha continuado y para el 2005 las mujeres representan el 50.6 y los hombres el 49.4. En lo que se refiere a la evolución de la PEA, la tasa bruta de participación indica un crecimiento de la participación en la población total, al pasar del 28%, en el año 1970, al 35% en el 2000; y alcanzó el 45% en el año 2007.

En este mismo orden de ideas, la tasa refinada de actividad, creció del 0.42 al 0.48, para llegar al 63% en el año 2007; redundando, de los ocupados que participan en la PEA. Otros indicadores del período 1990-2000, son los siguientes: durante el decenio la Población total creció en 11.59%; pero la población económicamente activa se incremento en 18.86%, de la PEA, el personal que efectivamente está ocupado fue del 36.84% en tanto que los que conforman la PEI crecieron al mismo ritmo de la población, véase el cuadro A1.3.

Por otra parte al difundir los resultados de la Encuesta Nacional de Empleo, el INEGI informó  que  para  el  cuarto  trimestre  de  2006,  la  población  de  14  años  y  más disponible para producir bienes y servicios en Nayarit es de 423.3 mil (60.8% del total), cuando un año antes fue de 416.6 mil (60.9%). Este incremento de 6.8 mil personas es consecuencia del crecimiento demográfico, así como de las expectativas que tiene la población de participar o no en la actividad económica. Mientras que cerca de 79 de cada 100 hombres en estas edades son económicamente activos, en el caso de las mujeres solamente 44 de cada 100 están en esta situación.

La  población  de  nayarit  tiene  presencia  en  el  mundo  por  su  participación  en  el mercado de trabajo, y si bien no se contabilizan aquellos nayaritas que tienen éxito y logran un buen empleo, sí sabemos de gente que paga para trabajar, tal es el caso reportado por Narváez (2005) quien señaló que una supuesta empresa denominada Agencia de Trabajo Fuerza Innovadora defraudó en Nayarit a mil 500 habitantes de los municipios de Tuxpan, Santiago Ixcuintla y Ruiz, a quienes ofreció llevarlos a trabajar a Estados Unidos, y "desapareció" tras cobrar 6 mil 500 pesos a cada uno.

En el desempeño de las labores también acompañando a los adultos participan niños quienes al volverse parte del conjunto de asalariados, mujeres y menores presionan a la baja los salarios de los trabajadores hombre adultos, en un círculo nada virtuoso, López (2006) señala que las labores repetitivas que los menores desarrollan, no proporcionan ningún estímulo para su desarrollo ni propician la conservación de conocimientos adquiridos en la escuela. Un gran porcentaje de ellos deserta de la escuela o ni siquiera ingresa en ella, situación que se agudiza si se refiere a la población indígena, Pacheco y González (2002) analizan la participación de niños y niñas en las labores agrícolas de Nayarit.

La participación infantil en las actividades laborales, botones en los centros comerciales, aseadores de calzado en las plazas públicas, limpiadores de carros, monaguillos en las iglesias católicas, músicos en bandas, no es nueva, la historia registra  que  en  la  fábrica  de  Bellavista,  cercana  a  Tepic,  Nayarit,  STEN  (2006) existían condiciones laborales similares a las que imperaban en todos los centros fabriles durante el Porfiriato. En 1877 la Casa Barrón-Forbes empleaba a 215 obreros (100 hombre, 25 mujeres y 90 niños); quienes trabajaban entre 14 a 16 horas diarias, otorgándoles sólo 10 minutos para la comida. Los obreros vivían en casas construidas por la fábrica, carentes de servicios y con una renta de 37 centavos mensuales.

En la actualidad, parte del mercado de trabajo de Nayarit lo conforman jornaleros agrícolas que enfrentan graves problemas como son: las deficientes condiciones de vida que tienen en los lugares a donde van a trabajar, y los bajos salarios que perciben, pues con lo que cobran sólo cubren la tercer parte de las necesidades más elementales de sus familias, por lo que tienen que incorporar al trabajo a varios miembros de su familia para poder sobrevivir, incluidos menores de edad, señala Castellón (2007). Sin embargo el análisis del mercado de trabajo de Nayarit se realiza atendiendo a datos oficiales.

Por otra parte cabe señalar que a nivel nacional existen signos de la informalización de la economía, tal es la baja en la cobertura de la seguridad social, destacada por Boltvinik, J. (2006), quien señala que entre 1991 y 2005, la PEA aumentó en 11.6 millones mientras la población asegurada del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) pasó de 9.7 a 12.6 millones, por lo cual la cobertura marginal de la seguridad social fue de sólo 33%. Si se remontara esa tendencia por los resultados obtenidos quizá se reflejaría en un incremento del PIB nacional.

1.1Objetivos e hipótesis de la investigación

Los objetivos de esta investigación son analizar la dinámica que describe la demanda de empleo que permita comprender la estructura económica, la oferta poblacional y el mercado de trabajo en Nayarit. Para lograr este objetivo se analiza la población, la oferta y la demanda de trabajo, lo que permitirá evaluar el impacto en las principales variables exógenas sobre el equilibrio del mercado de trabajo estatal, en términos de empleo e ingresos laborales de la población.

Se explora las posibles especificaciones de las funciones de demanda de trabajo a nivel del estado. Se enfatiza en esta indagación, la identificación de las elasticidades de la demanda de trabajo con respecto a los niveles de actividad económica de Nayarit, medidas por el PIBE, y con respecto a la evolución de los salarios reales, medidos por las series existentes del salario mínimo legal promedio.

La hipótesis que guía el trabajo, atiende el planteamiento de la síntesis neoclásica que reivindica el principio clásico de la autorregulación del mercado y argumenta que la economía tiende de manera natural al equilibrio con pleno empleo, pues el desempleo involuntario es visto como un estado temporal que puede ser superado, Mungaray, A. y J. Ocegueda (1999). En consecuencia se sostiene que el empleo está en función del producto que genera la sociedad, contabilizado en el PIBE y de las remuneraciones de quienes participan en el proceso productivo.

Se plantea esta hipótesis para develar la elasticidad de las variables influyentes mediante un modelo econométrico del empleo, que permita encontrar evidencia empírica de acuerdo a los modelos teóricos, relativos a este fenómeno.

1.2 Alcance y limitaciones de la investigación.

En este trabajo se analizan la situación de la población, el empleo la PEA, el costo del trabajo. Por otra parte, mediante un modelo econométrico se proyecta el PIB de Nayarit y se estima un modelo de demanda de trabajo, con los resultados obtenidos se explica la tendencia que ha seguido la estructura del empleo. Si bien la población general ha venido decreciendo en las últimas tres décadas; la población económicamente activa se ha venido incrementando en las actividades productivas y es importante la participación de la mujer y los profesionistas.

Se utilizaron las estadísticas publicadas por escrito y en páginas electrónicas del Instituto Nacional de Geografía e Informática (INEGI) que forman parte de los censos de población y vivienda y de los censos económicos e industriales así como informes de dependencias públicas.

Por otra parte la limitación la ubicamos en que no se incorporaron todos los elementos, que componen la herramienta de la oferta y la demanda, sin embargo al calcular del modelo econométrico se indaga la evidencia empírica para aclarar el panorama de la estructura del mercado laboral del estado.

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