NUEVO PARADIGMA DE LA DROGA EN CABO VERDE

Jorge da Costa Sousa Fernandes Semedo

CAPITULO I. GENERALIDADES. EVOLUCIÓN Y CONCEPTOS ETIMOLÓGICOS HISTÓRICOS DE LA DROGODEPENDENCIA.

La cuestión de la drogodependencia se inscribe en uno de los fenómenos más incidentales en la sociedad y  sus efectos evolutivos en la persona. Se trata de una posibilidad de satisfacer deseos y aparentes frustraciones a superar desde una incursión bioquímica que puede hacer sentir algún tipo de placer.
El ser humano conoce que no todo lo que da placer es bueno para el organismo, y en el caso de la droga perjudica el cuerpo, la mente, la familia y la sociedad, estableciéndose una fórmula muy cuántica que mientras mayor es el consumo mayor es el perjuicio.
Cada  ser humano puede tener mayor o menor resistencia a la droga, más nadie, consigue controlar las reacciones bioquímicas que ella provoca en el organismo una vez que se ha experimentado y ya se alcanza cierto nivel de compenetración con esta, formando parte del metabolismo de la sangre sin poder renunciar a ella con la facilidad como se renunciaría a otros tipos de consumos perjudiciales para el organismo y no propiamente de esta naturaleza tan perjudicial, como decir, por ejemplo, determinado tipo de alimento.
No se puede confundir placer químico con felicidad, la droga causa momentos de alegría que desaparecen provocando un vació intenso para el propio experimentador con reacciones diferentes de persona a persona, y volviéndose incontrolable para esta en dependencia de el grado asumido para su consumo y comportamiento social, una vez que ya ha entrado en ese difícil camino de experimentación.
Lo que caracteriza la transición entre el segundo y el tercer milenio es un gran avance tecnológico en todas las áreas de la sociedad, y como tal, también acontece en el campo de las drogas, pues surgen nuevas sustancias, nuevos experimentos y también nuevos comportamientos que difieren de hace un tiempo atrás cuando los patrones de consumo por no decir de personalidad para hacer uso de estas, diferían de las actualizaciones en curso de esta época.
Se habla de un mercado consumidor, que lógicamente es abastecido por diferentes vías, sigue siendo ilegal, pero existe, y también cambian sus denominaciones como mercado subterráneo por ejemplo o mercado negro por su  popularidad en franca burla al control estatal que supuestamente tiene dominio de las formas mas tradicionales del ejercicio gubernamental y estructural para su dominio administrativo.

Sin embargo, la práctica ha venido demostrando que no siempre es axial, y cada vez  hay una  mayor distancia para arribar a soluciones determinantes, quizás debido a esa falta de enfoque integral de cómo enfrentar un fenómeno como la tóxico dependencia que ha calado las sociedades mas avanzadas o menos avanzadas estructurando mecanismos fuera de ese supuesto control, ya considerados por algunos como inexistente o atenuado en el mejor de los casos sin llegar a determinar sobre sus bases sustentables.
A lo anterior se le incorpora la propaganda negativa sobre tal fenómeno, sobre todo, su incontrolabilidad a nivel del mismo orden internacional globalizados que viene sentando falta de perspectivas de vida para determinadas capas poblacionales y preexcursiones de crisis sistemáticas que solo consiguen determinar a la inesperanza de un futuro mejor que no sea otra variante que el propio mercado donde la relación entre droga y usuario comienza a ser fija.

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