CONSTRUCCIÓN DE UN MODELO DE PLATAFORMA EDUCATIVA VIRTUAL PARA LA GENERACIÓN DE CONOCIMIENTO

Víctor Avendaño Porras
victor.avendano@hotmail.com

La educación mediada por tecnología, Educación online & educación a distancia

Pocos docentes y teóricos de la enseñanza dudan sobre el valor del internet como herramienta mediadora en la adquisición de conocimientos. Sin embargo, no faltan quienes se muestran muy escépticos sobre su verdadero potencial socializador, propedéutico, favorecedor del desarrollo personal y, en última instancia, de las destrezas, hábitos y actitudes que estas herramientas desarrollan y que hoy son necesarias para la vida postmoderna .
Entre las diferentes administraciones educativas surge un desmedido interés por instituir a toda prisa programas de alfabetización informática: llueven computadoras, impresoras, líneas de banda ancha, cámaras digitales, y otros dispositivos que casi nadie usa porque la formación del profesorado no puede seguir el ritmo trepidante de las nuevas tecnologías, y porque aun existiendo algunos profesionales preparados- nadie se ha preocupado por construir un diseño curricular global que integre el uso de estas tecnologías de manera natural en los procesos de enseñanza-aprendizaje. En tales circunstancias, el analfabetismo digital ya no es solo un problema de medios, ni siquiera de libre acceso a la información, sino de propuestas educativas coherentes que sirvan para conseguir un uso práctico y adecuado al desarrollo integral de la persona a partir del abanico de posibilidades que ofrecen las tecnologías educativas.
El universo digital pone al alcance de un click numerosos materiales de construcción , algunos servirán para elaborar sólidos cimientos, otros resultarán defectuosos, otros se anillarán o solo tendrán un reconocimiento efímero. Por tanto se debe educar a los estudiantes en el arte de construir; han de ser capaces de modelar conjeturas, teorías, conocimientos científicos, sistemas de valores y creencias, a partir de unos datos a los que cada vez se accede con mayor facilidad, y que con frecuencia confunden y abruman.
El peso educativo de las nuevas tecnologías de la información y la comunicación no recae en la i de información, de informática, de internet, sino en la c de comunicación, de construcción, de conocimiento, que debería ser cada vez más grande en detrimento de la mera exhibición de habilidades técnicas.
No cabe duda, que la escuela también tiene la obligación de formar a los estudiantes para desenvolverse y participar en un mundo digital, pero ello no implicará abandonar de la noche a la mañana el marco teórico en que se desarrollan los procesos de enseñanza-aprendizaje , sino más bien integrar las ventajas que ofrece la tecnología en proyectos educativos consistentes con los conocimientos y valores en que el estudiante deberá ser educado. Sólo de este modo podrá ser conciliada la formación humanística -de la que por desgracia adolecen muchos de los estudiantes- con la formación técnica, necesaria para satisfacer las demandas laborares.
En el imaginario de la internet, aparecen numerosos conceptos como ubicuidad, telepresencia, autoaprendizaje, simulación, gestión individualizada del conocimiento e interactividad, que la educación online ha ido haciendo suyos hasta conformar un falso paradigma educativo en el que los roles de docentes y estudiantes se flexibilizan y diluyen, acabando por ser intercambiables y, en algunas situaciones, carentes de significado .
Ahora bien, es un hecho que cada persona tiene su ritmo y estilo de aprendizaje; que siendo rigurosos no puede hablarse de atención a la diversidad en referencia a grupos de estudiantes específicos porque en realidad todos son diversos.
La flexibilidad es una de las grandes bases de los entornos de trabajo online. Garantiza una gestión individualizada del tiempo y lugar de trabajo, a la vez que permite a cada estudiante adaptar los objetivos del curso a su particular estilo de aprendizaje .
Por tanto el profesor debe tener un diagnóstico previo de la situación del estudiante a partir de las variables psicopedagógicas que modulan su estilo de aprendizaje; y con base a esta información, elegir las herramientas y estrategias docentes que mejor se adapten a sus necesidades .

Algunos aspectos teóricos del aprendizaje

Las universidades virtuales tanto en México como en el extranjero Instituto Tecnológico de Monterrey y la Universitat Oberta de Catalunya (ITESM, UOC) han resuelto el problema del modelo pedagógico basándose en la corriente educativa conocida como constructivismo. Concepción de Woolfolk , “modelo que enfatiza el papel activo del aprendiz en la construcción de la comprensión y en darle sentido y significado a la información a través de la actividad individual y social”. Dicho de otro modo, esta concepción considera al individuo como responsable de la construcción de su propio aprendizaje y significación, es decir de la construcción de un significado personal de cada aprendizaje, lo que le permite el uso de la información en diferentes contextos y la creación de actitudes y sentimientos alrededor de ella, tal condición permite la consolidación de ésta a largo plazo.
De acuerdo a Díaz Barriga:
1.- El estudiante es el responsable de su propio proceso de aprendizaje.
2.- La actividad mental constructiva se aplica a contenidos que ya poseen un grado considerable de información.
3.- La función del docente es engarzar los procesos de construcción del estudiante con el saber culturalmente organizado.
4.- Debe priorizarse la práctica en situaciones cotidianas, significativas relevantes a su cultura y conocimientos previos.

 

Estas aseveraciones tienen las siguientes implicaciones:
•         El estudiante debe estar los suficientemente consciente,  motivado y dispuesto para hacerse responsable de su propio aprendizaje.
•         El estudiante debe poseer suficientes conocimientos previos para poder significar el nuevo material.
•         El docente debe estar lo suficientemente preparado en estrategias de enseñanza, psicología del desarrollo y sobre el contenido para poder plantificar la metodología más pertinente para cada clase.
•         El profesor debe ser capaz de acercarse a sus estudiantes para poder vislumbrar los conocimientos previos de estos y preparar cada clase de manera que se utilicen las actividades más cercanas a la experiencia de estos.
•         El maestro debe estar motivado y dispuesto para trabajar de manera significativa.
        
De este modo, el modelo pedagógico incluye actividades dirigidas por el profesor, actividades de autoestudio, actividades de aprendizaje colaborativo y resolución de problemas situados en el contexto del estudiante y de acuerdo a la realidad de la práctica profesional.
En un estudio publicado en el 2003, la ANUIES, Asociación Nacional de Universidades e Institutos de Educación Superior, sobre  el uso de las tecnologías de comunicación e información para la virtualización de la educación superior en México se obtuvieron las siguientes conclusiones: una de las primeras evidencias que reveló el estudio fue el hecho de que al orientarse, más que a la educación a distancia a la virtualización de la educación superior, o sea, al uso y aplicación de las TIC para apoyar procesos educativos, se incrementó la participación de las IES y se puso de manifiesto el hecho de que las instituciones educativas del nivel terciario cuentan, en términos generales, con una importante infraestructura tecnológica que, en muchos casos, está subutilizada. El mismo estudio señala que el 61.3% de las instituciones de educación superior afiliadas a esta Asociación cuentan con la tecnología base para impartir cursos virtuales, evidentemente un análisis técnico mas prolijo se requerirá para indicar las cuestiones tecnológicas más especificas para el inicio de una universidad virtual, sin embargo resulta claro que, al menos en teoría, las instalaciones tecnológicas básicas están presentes en la mayoría de las universidades nacionales.
En cuanto a este punto existen muchos estudiosos que hablan de lo que el maestro debe saber para encarar los retos del siglo XXI, así Delors en 1997 en su informe a la UNESCO menciona cuatro pilares básicos: Aprender a conocer, aprender a hacer, aprender a vivir juntos, aprender a ser. Por otra parte, Darling-Hammond en 2002 menciona la necesidad del docente de dominar el contenido de su enseñanza, de dominar las estrategias pedagógicas adecuadas para los distintos tipos de inteligencia y diferentes estilos de aprendizaje, el conocimiento de cómo motivar a sus estudiantes y el dominio de las TIC. Resulta interesante además mencionar que de acuerdo al estudio de la ANUIES, el 92% de las Universidades nacionales están capacitando ya a sus docentes para dominar este listado de competencias, por lo que en consecuencia no debería ser imposible encontrar a profesores formados con estos requerimientos. Indudablemente este supuesto debe ser contrastado con la realidad y tomando en consideración el contexto.
Como se mencionó anteriormente en este mismo trabajo, existen centros educativos que ya se encuentran ofertando programas de educación a distancia, entre las instituciones nacionales se reconoce el trabajo del Instituto Tecnológico de Estudios Superiores Monterrey (ITESM) que cuenta ya con 20 años de experiencia en la prestación de este servicio y de acuerdo a los datos proporcionados por el portal de la institución, ha entregado a la sociedad 21,779 graduados. A nivel internacional se puede observar el ejemplo de la Universidad Oberta de Cataluña (OUC), que reporta en su propio portal que cuenta actualmente con 37,000 estudiantes inscritos. Estos dos ejemplos nos sirven de referencia para citar la viabilidad de este tipo de modelos educativos.
Una constante de los trabajos acerca de la educación virtual es la resistencia tanto de los profesores como de la sociedad en general para este tipo de educación. Acostumbrados a los sistemas de educación presencial tradicional apoyada con el uso de la tecnología, la sociedad mexicana enfrenta con reticencia los cambios surgidos por esta era de la globalización y, quizás este sea el obstáculo más difícil de librar por cualquier proyecto de educación virtual.
En un estudio del 2003, Yolanda Martínez  menciona que parte de la problemática de la educación a distancia se encuentra en el rechazo de este modelo de educación por parte de los profesores y estudiantes. Se requieren entonces, nuevos estudios de campo para verificar el paradigma de educación virtual y los problemas para aceptar conceptos no tradicionales.
En cuanto a las competencias requeridas por el estudiante, estas no son, en apariencia,  distintas de las requeridas para cualquier proceso educativo de modelo constructivista, las del aprendizaje permanente, para el manejo de la información y para el manejo de situaciones, por lo que en teoría, la mayor parte de los estudiantes del estado deben estarse formando para desarrollar estas competencias.
Por otro lado hay algunas consideraciones que se deben tomar en cuenta al hablar de ambientes virtuales de aprendizaje, las cuales se describen a continuación:
•         El carácter de la comunicación. En las aulas tradicionales, todas las comunicaciones se realizan de manera oral y no verbal, siendo la mayor parte de las interacciones enmarcadas en el lenguaje corporal. En el aula virtual no existe este tipo de interacciones, siendo la mayor parte de la comunicación regulada por el proceso de escritura y lectura. Tanto los tutores virtuales y los compañeros usan la escritura para comunicarse entre sí. Por tanto, los estudiantes en ambientes virtuales, deben lograr el desarrollo de un grupo de competencias nuevas para la comunicación, y expresarse a través de la escritura, no sólo en lo académico, sino en lo sentimental. Asimismo, Se deben desarrollar competencias eficaces para la lectura, para la identificación rápida de las ideas principales de los textos, tanto de los académicos como de comunicación personal. Esto en función de lo que afirman Grekin y Fridman acerca de que la comunicación en La internet tiene rasgos particulares diferentes a la comunicación cara a cara.
•         Disposición afectiva. Se refiere a la necesidad del individuo de ser reconocido como tal, valioso y único. Dicha necesidad del individuo se ve satisfecha en la interacción con otros seres humanos, con el trato diario, el reconocimiento a sus virtudes y su identificación como distinto en el grupo social. En las aulas tradicionales, tanto el maestro como los compañeros se encargan de satisfacer este requerimiento. Siendo el trabajo del aula virtual un trabajo en solitario en el que el alumno debe encontrar la forma de satisfacer estas necesidades en el ambiente virtual, quizás en la interacción sincrónica y asincrónica con el tutor y los compañeros, en los foros o chats con los demás integrantes de estas aulas sin paredes.
•         Motivación. En el aula tradicional los docentes tienen entre sus manos la tarea de exigir a sus estudiantes los cumplimientos de las actividades de aprendizaje, además, se encargan de verificar la disposición del estudiante para el trabajo, es decir, se encargan del control del proceso enseñanza aprendizaje. En contraste, en el aula virtual, el estudiante es el único responsable de su propio trabajo, amén de que existen estrategias informáticas para verificar su trabajo ya que la falta del contacto cara a cara lo despoja de la  interacción de supervisión docente estudiante. Por tanto, el estudiante debe desarrollar la competencia de trabajo autorregulado, de autocontrol, para el cumplimiento de sus actividades diarias, evitando sucumbir a la tentación de la pereza dado que no se encuentra la autoridad presente. Tal competencia presupone un control de los deseos inmediatos del estudiante por una habilidad de dilatar la satisfacción de otros deseos, es decir, requiere de una motivación intrínseca que debe ser alentada y cultivada por el trabajo del tutor virtual.
•         Estrategias de manejo de recursos. A diferencia del aula presencial donde el docente controla lo que se hace, marca los tiempos y está presente en el momento en el que el estudiante lo solicita, en el aula sin paredes, los propios estudiantes son los que disponen la regulación del tiempo de estudio, la organización de las actividades, los ambientes donde trabajan y la forma en que solicitan ayuda. Son estas actividades las que se refieren cuando mencionamos el término de estrategias de manejo de recursos. La administración del propio esfuerzo es una competencia requerida para el trabajo en los ambientes virtuales dado que en la soledad del hogar o del cibercafé, no estará presente el profesor para determinar qué, cuándo y cómo deben hacerse las actividades, para determinar cuándo se requiere de ayuda extra, ya sea de los compañeros o del profesor.
•         Estrategias para el aprendizaje permanente. No resulta ninguna novedad afirmar que tiene más éxito académico el discente que es capaz de buscar información por si solo, de seleccionarla, de repasar la información y de elegir por si solo la forma en que ha de elaborar tal información. Sin embargo, en la soledad de la computadora, ajeno al contacto humano, el estudiante de ambientes virtuales requiere de estas competencias más que ningún otro, ya que realiza la mayor parte de sus actividades en aislamiento de otras personas. Entre estas herramientas metacognitivas encontramos la capacidad para buscar, seleccionar y sintetizar información; conocimientos acerca de sus propios estilos de aprendizaje y sobre las formas más eficientes de repaso y estudio; además de, las habilidades requeridas para la comprensión de lectura a niveles universitarios.
•         Estrategias para el aprendizaje colaborativo. Mencionado por primera vez por Vigotsky, el aprendizaje entre iguales o aprendizaje por pares que se refiere al intercambio activo de información y estrategias, de ayuda entre condiscípulos del mismo curso, ya sea a través de correos, de chats o de foros. Es decir, para estudiantes que se encuentran en medio de un viaje solitario de aprendizaje siempre resulta necesario encontrar compañeros en el mismo medio de transporte, que puedan ayudarlo a entender cognitivamente una tarea o un contenido, compañeros a los que se pueda solicitar ayuda en el momento que se necesite. Esto requiere de habilidades para comunicarse y de valores como el respeto, la tolerancia, la consideración, la solidaridad y la igualdad.
Tal como Morín  (1999), lo mencionara en su trabajo sobre las competencias docentes, “El hombre enfrenta las incertidumbres por todos lados, es arrastrado hacia una nueva aventura durante todos los días de su corta vida por el planeta. Es necesario que aprenda a enfrentar las incertidumbres, puesto que se vive en una época cambiante y ambivalente donde todo está ligado. Es por esto que la educación del futuro debe volver sobre las incertidumbres ligadas al conocimiento.”
Una preocupación parecida a la de Morín es mencionada por Latapí   “Las Universidades del país viven hoy transiciones difíciles. Las presiones demográficas y sociales, las exigencias políticas, las angustias presupuestales, los cambios culturales y educativos y sobre todo los retos de la economía nacional e internacional, las abruman y las enfrentan a decisiones nada fáciles. Se les exige calidad, se les obliga a modernizarse, a ser eficientes, a preparar los cuadros que requiere el mercado, a desarrollar una cultura empresarial, a innovar en sus métodos pedagógicos y en sus procesos de gestión, a evaluarse y acreditarse sobre bases sólidas; y se les propone la sociedad del conocimiento como el paradigma obligado del futuro: si el conocimiento es -y lo será cada vez más- el eje vertebrador de las economías globalizadas, corresponde a los sistemas educativos y sobre todo a las universidades generar, proveer y distribuir ese conocimiento indispensable.”  Este es pues, el reto que las universidades del estado de Chiapas han dejado de cumplir, esta es la asignatura pendiente. El tiempo es el juez más severo en cuanto a los esfuerzos y los resultados en las sociedades, y el tiempo para resolver el atraso en la educación superior en Chiapas está pasando. Las opciones son pocas, quizás la más viable sea la discutida en este trabajo, la universidad virtual.
Con la llegada del siglo XXI ya no es posible plantearse si es necesaria la incorporación de las nuevas tecnologías a la educación. Sería como cuestionar si los avances en medicamentos y en cirugía deberían usarse para el beneficio de los pacientes. El uso de las TIC no solo es una necesidad en la creación de la sociedad del conocimiento, sino también un derecho para los estudiantes ya sea que se formen o no en las aulas de las universidades del estado de Chiapas.
En este tenor y tomando en cuenta los elementos antes referidos se puede llegar a dos hechos importantes: 1) El actual rezago y falta de atención a los chiapanecos en cuanto a la oferta de la educación superior está muy por encima de lo que las actuales opciones universitarias pudieran ofrecer, es decir, ninguna de las instituciones educativas del estado, puede ofrecer resolver u ofertar espacios para la población que no ha sido atendida y que está en el rango de estudiar este nivel educativo. 2) Cualquier intento gubernamental de atender a esta población abandonada requeriría de una inversión muy onerosa, de la búsqueda de recurso humano capacitado y de la construcción de espacios educativos que no podrían terminarse a corto plazo.
Es en esta coyuntura que aparece como la única opción razonable y viable a corto plazo la creación de una Universidad virtual del estado de Chiapas. Esta resolvería el problema del presupuesto dado que no es necesaria la construcción de gran infraestructura ya que puede usarse la infraestructura existente; no se requiere gran cantidad de recursos humanos, y por tanto no se necesita de una inversión muy onerosa.
Por otro lado, la opción de un medio flexible de educación permitiría que aquellos ciudadanos que por su lugar de residencia, recursos económicos o laborales no pueden estudiar en el modelo tradicional, tengan una opción para acceder a la educación superior a distancia.
Evidentemente, no es esta una opción exenta de problemas y de obstáculos. En el camino deberán resolverse aspectos como la creación de los ambientes virtuales de aprendizaje y de los objetos virtuales de aprendizaje, de la conectividad y de las necesidades administrativas que genera cualquiera institución pública, educativa. Sin embargo ninguno de estos obstáculos aparece como insalvable. Es por tanto, la opción virtual, la opción más viable para resolver los problemas antes mencionados.
No obstante, el mayor de los problemas no reside en las cuestiones económicas, laborales, de infraestructura o de recursos humanos, sino en la resistencia de los individuos a todo aquello que signifique un cambio, la que consiste en considerar las opciones virtuales como equivalentes a las opciones presenciales o a no quererse adaptar a la comunicación mediada. La resistencia de las autoridades a invertir en nuevas tecnologías y a concebir el proceso de aprendizaje diferente al presencial.
Sin embargo, el sistema educativo mexicano, y en concreto el del estado de Chiapas, no puede dejar a un lado evolución educativa. Se debe crear una sólida actitud en los jóvenes ante el imparable crecimiento e influencia de los medios de comunicación.
El sistema educativo tiene que aceptar que no puede quedarse al margen, sino que debe apropiarse de las herramientas tecnológicas que la sociedad desarrolla, introduciéndolas como medios que hacen posible una comunicación eficaz en sus salones de clase. La función que desempeñan los medios de comunicación y las nuevas tecnologías deriva del considerable desarrollo de los mismos y de su creciente poder de influencia sobre la información y los estados de opinión; esto es lo que hace ineludible una formación específica del alumnado en el manejo crítico de la información.
Por tanto, un buen profesor debe convertirse en un analizador crítico de esta información y ayudar a los estudiantes a ser reflexivos y selectivos. La educación no se puede encuadrar en un período temporal, sino que se camina hacia una enseñanza permanente, es decir, que dura toda la vida, lo que nos permite la adaptación coherente con el mundo cambiante actual.
La presencia de los medios de comunicación y las nuevas tecnologías en los salones de clase viene motivada por dos planteamientos. Por una parte, estas tecnologías proporcionan nuevas vías de comunicación en el ámbito escolar, por otra, una escuela incorporada en la sociedad debe contemplarlas como uno de los factores de transformación de la estructura social.
Al defender una política educativa virtual no se pretende que vaya a sustituir la que ya se lleva a cabo en los pueblos y ciudades actuales. Las escuelas seguirán existiendo. Lo que ocurrirá es que a los centros escolares se les superpondrán redes educativas a través de las cuales se desarrollarán procesos educativos para el nuevo espacio social. 

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