EL ALBA, SU ROL HISTÓRICO EN EL DESARROLLO ECONÓMICO Y SOCIAL DE AMÉRICA LATINA Y EL CARIBE

Pablo Brooks Lorains
brooks@fcsh.upr.edu.cu

2.1.2 El ALBA.  Conceptos y principios fundacionales

Se constituyó en La Habana (Cuba) el14 de diciembre de 2004 por el acuerdo de Venezuela y Cuba, con la implicación personal de los presidentes de ambos países, Hugo Chávez y Fidel Castro. El 29 de abril de 2006 se sumó al acuerdo Bolivia. Sus antecedentes más inmediatos están en los pronunciamientos y declaraciones en los eventos contra el ALCA, en el Acuerdo final del II Congreso Bolivariano de los Pueblos, efectuado el 9 de diciembre del 2007, en los planteamientos y estrategias de Fidel y Chávez. La Alternativa Bolivariana para América Latina y el Caribe (ALBA) es una propuesta de integración enfocada para los países de América Latina y el Caribe que pone énfasis en la lucha contra la pobreza y la exclusión social teniendo su base en doctrinas de izquierda. Se concreta en un proyecto de colaboración y complementación política, social y económica entre países de América Latina y el Caribe, promovida inicialmente por Cuba y Venezuela como contrapartida a el Área de Libre Comercio para las  Américas (ALCA), impulsada por Estados Unidos.

Las muestras del surgimiento del ALBA es la inauguración en La Habana de la oficina de Petróleos de Venezuela (PDVSA)  y  sobre todo  del  Banco Industrial de Venezuela que
trabajará con bienes financieros y económicos. Es la primera vez desde el triunfo de la Revolución  cubana que se establece un Banco extranjero, lo que abre un sin fin de oportunidades tanto para Cuba como para Venezuela. Cuba por su parte establecerá en Caracas una Filial del Banco Exterior de Cuba.

Hugo Chávez y Fidel Castro suscribieron acuerdos – marco de colaboración en las áreas eléctrica, de cooperación energética, de desarrollo y sobre negocios conjuntos en recursos humanos y tecnologías.
Chávez defendió a la nueva empresa de capital totalmente venezolano, como “una de las propuestas estratégicas del ALBA, que no solo funcionará para Cuba sino para todo el Caribe”.

En la declaración conjunta cubano-venezolana se dice: “ALBA no se hará realidad con criterios mercantilistas ni intereses egoístas de ganancia empresarial o beneficio nacional en perjuicio de otros pueblos”.

Para algunos economistas, la iniciativa venezolana es un proyecto consolidado que cada país podrá aplicar de acuerdo a sus necesidades y conveniencias. En el Centro de Investigaciones de la Economía Mundial (CIEM) se dijo: el ALBA y la reciente constitución de la Comunidad Sudamericana de naciones, que aglutina a 12 países latinoamericanos, son dos muestras de integración bajo las condiciones de la región sin el tutelaje de ninguna potencia.

El ALBA nos aparece como opción para lograr la integración latinoamericana y así hacer realidad el esfuerzo y sueño por el que lucharon Francisco de Miranda y Simón Bolívar; según Rodríguez (2004), forma parte de ese impulso que ha surgido como consecuencia de la aparición de nuevos liderazgos en la región para enfrentar las consecuencias generadas por el capitalismo y luchar por la idea de la independencia y complementación económica, una estrategia que beneficia a los pueblos. Es un proyecto en construcción, pero al mismo tiempo por sus principios constituye una alternativa, baste solo observar sus principios fundacionales:

  1. La integración prioriza la liberalización del comercio y las inversiones.
  2. La Alternativa Bolivariana para América Latina (ALBA) es una propuesta que centra su atención en la lucha contra la pobreza, la exclusión social, contra los altos índices de analfabetismos y de pobreza que existen principalmente de América Latina y el Caribe.
  3. En la propuesta del ALBA se le otorga una importancia crucial a los derechos humanos, laborales y de la mujer, a la defensa del ambiente y a la integración física
  4. En el ALBA, la lucha contra las políticas proteccionistas y los ruinosos subsidios de los países industrializados no puede negar el derecho de los países pobres de proteger a sus campesinos y productores agrícolas.
  5. Para los países pobres donde la actividad agrícola es fundamental, las condiciones de vida de millones de campesinos e indígenas se verían irreversiblemente afectados si ocurre una inundación de bienes agrícolas importados, aún en los casos en los cuales no exista subsidio.
  6. La producción agrícola es mucho más que la producción de una mercancía. Es la base para preservar opciones culturales, es una forma de ocupación del territorio, define modalidades de relación con la naturaleza, tiene que ver directamente con la seguridad y autosuficiencia alimentaria. En estos países la agricultura es, más bien, un modo de vida y no puede ser tratado como cualquier otra actividad económica.
  7. ALBA tiene que atacar los obstáculos a la integración desde su raíz, a saber:

a. La pobreza de la mayoría de la población;
b. Las profundas desigualdades y asimetrías entre países.
c. Intercambio desigual y condiciones no equitativas de las relaciones internacionales.
d. El peso de una deuda impagable.
e. La imposición de las políticas de ajuste estructural del FMI y el BM y de las rígidas reglas de la OMC que socavan las bases de apoyo social y político.
f. Los obstáculos para tener acceso a la información, el conocimiento y la tecnología que se derivan de los actuales acuerdos de propiedad intelectual.
g. Prestar atención a los problemas que afectan la consolidación de una verdadera democracia, tales como la monopolización de los medios de comunicación social

  1. Enfrentar la llamada Reforma del Estado que solo llevó a brutales procesos de desregulación, privatización y desmontaje de las capacidades de gestión pública.
  2. Como respuesta a la brutal disolución que este sufrió durante más de una década de hegemonía neoliberal, se impone ahora el fortalecimiento del Estado con su base en la participación del ciudadano en los asuntos públicos.
  3. Hay que cuestionar la apología al libre comercio per se, como si solo esto bastara para garantizar automáticamente el avance hacia mayores niveles de crecimiento y bienestar colectivo.
  4. Sin una clara intervención del Estado dirigida a reducir las disparidades entre países, la libre competencia entre desiguales no puede conducir sino al fortalecimiento de los más fuertes en perjuicio de los más débiles.

12. Profundizar la integración latinoamericana requiere una agenda económica definida por los Estados soberanos, fuera de toda influencia nefasta de los organismos internacionales.

Las principales columnas del ALBA, son según Oneida Álvarez, la integración energética, la integración para el desarrollo de proyectos sociales, integración para el desarrollo de grandes obras de infraestructuras, el Banco del ALBA con el propósito de financiar proyectos de desarrollo social, para ello lleva adelante proyectos como PETROAMERICA, TELESUR y Empresas Gran Nacionales, en contraposición a las transnacionales, estos proyectos inciden directamente sobre el desarrollo social del ciudadano concreto de los países miembros.

2.1.3 El ALBA en la perspectiva de la integración latinoamericana.

Según Martínez  (2008) durante mucho tiempo, la integración de América Latina y el Caribe, ha sido una retórica. Durante décadas, coleccionó promesas, frases grandilocuentes y escasas reacciones reales de integración. El ALBA constituye una necesidad histórica, en este momento, al ser la única estrategia defensiva y la única estrategia de desarrollo a que podamos asirnos los latinoamericanos en los inicios del siglo XXI,

En ese reino de las frases vacías estuvo, al menos desde el triunfo de la Revolución cubana, en 1959 hasta la primera década del siglo XXI, cuando al parecer, la brillante y no ejecutada integración regional empieza a moverse en busca de su realización.

La historia de esa integración, puede resumirse en algunos puntos básicos. Ella siempre ha tenido brillantes perspectivas teóricas: la imbricación interna de una región con sólidos recursos naturales, con similitudes de estructuras y de modelos económicos colonial y neocolonial, con riquísima diversidad y afinidades culturales, con relaciones al interior de la región a veces conflictivas, pero formando parte de una comunidad histórica, con una singular fortaleza lingüística dada por la realidad feliz de que unos quinientos cincuenta millones de personas a lo largo de una vasta región puedan comunicarse oralmente en español o portugués brasileño Pero, esas coyunturas favorables no han pasado de ser posibilidades. Las causas de su frustración son diversas. Entre ellas se destacan la firme postura contraria a toda forma de integración propia de los latinoamericanos, por otra parte, de los gobiernos de los Estados Unidos, desde la doctrina Monroe hasta ahora.

Para esos gobiernos, su traspatio o zona de dominación, no podía hacer una integración que multiplicara, por acción de la unidad, la capacidad de resistencia de los dominados. Desde la abierta oposición al bolivariano Congreso Anfictiónico de Panamá, hasta el Área de Libre Comercio para la América y los tratados de libre comercio actuales, los Estados Unidos han hostilizado los proyectos integradores regionales y han planteado sus propuestas de integración de nuestros países como apéndices subordinados suyos.

Hay una larga historia de sabotajes imperialista a cualquier  atisbo de integración autóctona, en no pocas ocasiones aprovechando la codicia, la miopía y la corrupción de las oligarquías latinoamericanas. Hay tres episodios bélicos entre países vecinos, en los cuales fue frecuente la infeliz combinación de los intereses estadounidenses y la rebatiña por las salpicaduras entre oligarquías llamadas nacionales. También hay en la segunda mitad del siglo XX el intento de utilizar la integración subordinada a Washington como muro de contención de la Revolución Cubana (Alianza para el Progreso), la concepción mutilada de una integración comercialista, encerrada en ejercicio irrelevantes de rebajas de aranceles para  beneficios sustantivos de filiales de empresas transnacionales, carente de estrategias social, energética, de infraestructura y de la defensa del medio ambiente. En la Primera Cumbre Iberoamericana de Guadalajara, Fidel Castro expresó, ¨  siempre hay un canto de Sirena para los eternos navegantes en que nos hemos convertido ¨.

A lo anterior se agregó la irrupción del neoliberalismo y su dogmática aplicación en América Latina. Dejarlo todo a merced del mercado y la iniciativa privada, abrir mucho más las economías a las transnacionales, retirar al Estado de su función reguladora, desintegró en buena medida la escasa integración que hasta la década de los 80 existía.
El llamado “regionalismo abierto” recomendado por la CEPAL como intento de solución ecléctica entre la ya abandonada sustitución de importaciones y la triunfante apertura neoliberal, resultó ser muy abierto en términos de permitir la entrada del capital transnacional y competir entre nuestros países por acceder a los mismos mercados de los Estados Unidos y Europa, y muy poco regional en cuanto a propiciar una integración autónoma que sirviera para solucionar los enormes problemas del subdesarrollo, pobreza y justicia social.

Una vez fracasado el neoliberalismo, su pensamiento único, sus promesas de derrame de  riqueza nunca  cumplidas, a pesar de no estar derrotada esta corriente de pensamiento y de políticas, América Latina vive otro momento histórico. Los viejos modelos de integración (Mercado Común Centroamericano, CARICOM, MERCOSUR, Comunidad Andina, ALADI) buscan las vías de adaptación a la realidad que está presente en la nueva concepción de la integración que comenzó a andar, el ALBA; que aplica una lógica diferente respecto a las ya tradicionales definiciones de integración, zona preferencial, unión aduanera, mercado común, entre otras.

El ALBA es incompatible con esas definiciones, por las siguientes razones: introduce la solidaridad y la cooperación en un escenario donde hasta entonces solo existían los intercambios mercantiles y las ventajas comparativas de mercado, se entiende la integración, ante todo, como unión de acciones para resolver en lo más inmediato los graves problemas sociales acumulados, en salud y educación, sin olvidar el comercio, la empresas conjunta, la estrategia energética y la complementación productiva.

El ALBA ofrece perspectivas reales de eliminación de las asimetrías, a partir de lo siguiente:

  1. Propone la creación de los Fondos Compensatorios o de Convergencia Estructural.

2· La generación de instrumentos a través de los cuales se busque no solo que los países “en desarrollo” puedan acceder al ALBA, sino que además principalmente esos países pueden mejorar sus conducciones productivas y competitivas.
3· Una definición clara respecto a las economías que serán objeto de trato especial y diferenciado
4· Una identificación de trato especial y diferenciado no solo hacia la totalidad de cada una de las economías, sino también hacia el interior de cada una de ellas.
En tal sentido, promueve el desarrollo social no solo entre países sino al interior de cada país.

El ALBA, es calificado muchas veces como un proyecto ideológico, en realidad lo es, también es cierto que todo proyecto de integración de alguna manera responde a los intereses de determinadas clases y grupos sociales, desde el punto de viste político, es claro que el ALBA es impulsado por los gobiernos de izquierda y  nuevos lideres políticos que son críticos del neoliberalismo y se pronuncian por un modelo diferente de distribución del poder y la riqueza, cada uno con sus matices. Desde este punto de vista su éxito debe tender a fortalecer y ampliar la base social de los nuevos movimientos, incluido los que promueven el socialismo del siglo XXI.

Para Osvaldo Martínez, el ritmo de avance de la integración, en el futuro estará marcado por dos grandes temas, ellos son:

1) La gran deuda social acumulada, y la posibilidad de que esta sea curada, sociedades más equitativas, en términos en la región lo que nunca ha sido, un tema que se conecte con la vida de los latinoamericanos como pueblo, de acceso al trabajo, la educación, la salud.
2) El otro tema sería la cultura, que debe ser defendida frente a la globalización y la banalidad. Para ello es necesario crear los mecanismos reales adecuados que permitan que así sea.

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