PERFIL DEL PROFESOR DE METODOLOGÍA DE LA INVESTIGACIÓN EN EDUCACIÓN SUPERIOR

Fidias G. Arias

CAPÍTULO 2

MARCO  TEÓRICO

 

Modernidad vs. Postmodernismo:

El Debate acerca de los Métodos de Investigación Cuantitativos y Cualitativos

A continuación se presenta una introducción a la discusión sobre Modernidad vs. Postmodernismo, necesaria para la comprensión del debate entre los métodos cuantitativos y cualitativos de investigación.
 El Postmodernismo comprende la corriente filosófica que se ocupa de analizar la naturaleza y significado del conocimiento. No obstante, son muchos los académicos de diversos campos que han debatido sobre una definición más precisa acerca de lo que se considera Postmodernismo. Concretamente, los postmodernistas objetan la validez de la ciencia y cuestionan, tanto al racionalismo, como al movimiento conocido como Modernidad (también llamado Modernismo).
El pensamiento moderno surge con la finalidad de interpretar la Modernidad, entendida como un proceso de cambios sociales, culturales, económicos y políticos que se desarrollaron a partir de la mitad del siglo XVI en el mundo occidental.
“La principal característica de la modernidad es la fe en la razón, cuyo poder permitirá el desarrollo del conocimiento humano para transformar la naturaleza y lograr el progreso social” (Sandín, 2003, p. 69).
Cabe mencionar que el Modernismo alcanzó su mayor auge durante la Ilustración en el siglo XVIII, etapa en la que concentró sus esfuerzos en la pretensión de crear una ciencia objetiva, leyes universales y principios morales. No obstante, este movimiento tuvo fuertes opositores.
Mucho antes del surgimiento del postmodernismo, el conocimiento generado en la modernidad ya había sido puesto en tela de juicio por Friedrich Nietzsche, quien introduce nuevas perspectivas en su visión del acto cognoscitivo.


Entre los principales cuestionamientos de Nietzsche (citado por Cano, 2001), se mencionan:


Epistemológico: duda del razonamiento en cuyo interior se hallaría una entidad con ingreso privilegiado, denominada “mente”,  y de que la verdad se encuentre en el exterior para ser percibida por el sujeto.


Ontológico: es escéptico ante la presencia de esencias universales.
     Metafísico: duda de que exista una naturaleza humana eterna e inmutable.
En general, los postmodernos niegan la posibilidad de utilizar en las ciencias humanas, los esquemas y modelos del siglo XIX, inspirados y surgidos en las ciencias naturales. Para el postmodernismo, la ciencia se deslinda de la objetividad clásica de la modernidad. Así mismo, plantea que las categorías de tiempo y espacio deben ser consideradas como construcciones conceptuales y no como hechos del mundo objetivo.
El concepto de saber se aleja radicalmente de lo que se considera científico y confiable, para aproximarse a la posición de que éstas son categorías de la experiencia humana.
Más tarde, surgieron pensadores radicales, partidarios de la corriente denominada sistémico-constructivista. Sus principales representantes son los pensadores Von Foerster y Von Glaserfeld, quienes hacen énfasis en la anti-objetividad o subjetividad cuando se percibe la realidad. Sobre este aspecto, resulta pertinente la idea de Von Foerster (1990), quien afirma que “... la objetividad es una ilusión de que las observaciones pueden hacerse sin un observador.”
 Por lo tanto, para el mencionado autor, el mundo que debe ser considerado es el subjetivo y dependiente de la descripción que hace cada observador. En consecuencia, las propiedades pertenecen a las descripciones o representaciones mentales y no a los objetos.


Principales Paradigmas de Investigación: Positivista y Post-positivista
            Thomas S. Kuhn (2004), ha definido los paradigmas como “…logros científicos universalmente aceptados, que durante algún tiempo suministran modelos de problemas y soluciones a una comunidad de profesionales” (p. 14).
En términos más concretos, un paradigma constituye una concepción filosófica integral que se vincula con un tipo de método de investigación (Cook y Reichardt, 1986).
            De esta manera, adoptar un paradigma implica asumir una naturaleza de la realidad que se estudia (supuesto ontológico), una forma de relación entre el investigador y el objeto o realidad investigada (supuesto epistemológico) y el modo con el que se obtienen los conocimientos acerca de dicha realidad o supuesto metodológico (Lincoln y Guba, 1985).
            Son muchas las clasificaciones que se han elaborado sobre los paradigmas de investigación. No obstante, en este trabajo fue considerada como la principal la que identifica dos modelos opuestos: el paradigma positivista, también llamado cuantitativo o empírico analítico; y el paradigma post-positivista, denominado cualitativo, naturalista o interpretativo.


El Paradigma Positivista

El paradigma positivista, también llamado hipotético-deductivo, cuantitativo, empírico-analista o racionalista, surge en el siglo XIX y tiene como fundamento filosófico el positivismo.
El positivismo es una corriente filosófica cuyo origen se le atribuye a los planteamientos de Auguste Comte (1798-1857), según los cuales, sólo se admite como válidos los conocimientos provenientes de las ciencias empíricas. No obstante, se ha dicho que algunos de los preceptos positivistas surgen en el siglo XVIII, gracias a los filósofos David Hume y Saint-Simon (Meza, 2003).


Para Kolakowski (1988) el positivismo es un conjunto de reglas que rigen el saber humano y que tiende a reservar el nombre de “ciencia” para las operaciones observables. Como enfoque se opone a los planteamientos metafísicos de toda clase, por tanto, es contrario a la reflexión que no puede fundar sus resultados sobre datos empíricos, o que formula juicios de manera que los datos no puedan ser refutados. En consecuencia, el positivismo asume que sólo las ciencias empíricas son fuente aceptable de conocimiento.
Otra de las características relevantes del positivismo se refiere a su postura epistemológica. En este sentido, el positivismo supone que la realidad está dada y que puede ser conocida de manera absoluta por el sujeto cognoscente y de lo único que hay que ocuparse, es de encontrar el método adecuado y válido para “descubrir” esa realidad (Dobles, Zúñiga y García, 1998). 
En particular, asume la existencia de un método específico para conocer esa realidad y propone el uso de dicho método como garantía de verdad y legitimidad del conocimiento. Por tanto, la ciencia positivista asume el supuesto de que el sujeto tiene una posibilidad absoluta de conocer la realidad mediante un método, el cual se le ha denominado “método científico”.
Otro aspecto importante del positivismo es el supuesto de que tanto las ciencias naturales como las sociales, pueden hacer uso del mismo método para desarrollar la investigación. Los científicos positivistas suponen que se puede obtener un conocimiento objetivo del estudio del mundo natural y social. Para ellos las ciencias naturales y las ciencias sociales utilizan una metodología similar por cuanto consideran que los sistemas sociales son semejantes en su estructura y funcionamiento, a los sistemas físicos y biológicos.
Desde esta perspectiva se considera que el método científico es único y el mismo en todos los campos del saber, por lo que la unidad de todas las ciencias se fundamenta en el método: lo que hace a la ciencia es el método con el que tratan los “hechos”. Así mismo, con este método, se buscan los hechos o causas de los fenómenos sociales con independencia de los estados subjetivos de los individuos.
De acuerdo con Dobles, Zúñiga y García (1998), los postulados del positivismo se resumen en los siguientes:

 A modo de síntesis, Kolakowski (1988), plantea cuatro reglas fundamentales de la doctrina positivista:
Primera regla: la regla del fenomenalismo, la cual expresa que no existe diferencia real entre esencia y fenómeno.
Segunda regla: la regla del nominalismo, por la que se afirma el reconocimiento de la existencia de algo cuando la experiencia conduce a ello.
Tercera regla: niega todo valor cognoscitivo de los juicios de valor y de los enunciados normativos.
Cuarta regla: la fe en la unidad fundamental del método de la ciencia. Trata de la certeza en que los modos de adquisición de un saber válido son fundamentalmente los mismos en todos los campos, igualmente son idénticas las etapas de elaboración de la experiencia a través de la reflexión teórica.
Implicaciones del Positivismo en la Investigación


Es importante destacar que, estudios realizados por Valarino (1991), Damiani (1996) y Hurtado de Barrera (2000), coinciden en señalar el predominio que ha tenido en la educación superior venezolana, el denominado método empírico analítico, hipotético deductivo o simplemente método científico, derivado del paradigma positivista o “cuantitativo”. No obstante, en los últimos años (resulta difícil precisar a partir de cuándo), se han incorporado algunos contenidos y cursos relacionados con la metodología cualitativa.


El Paradigma Post-positivista

También llamado paradigma cualitativo, fenomenológico o interpretativo, se propone el estudio de los significados de las acciones humanas y de la vida social. Esta concepción intenta sustituir las nociones científicas de explicación, predicción y control del paradigma positivista por las de comprensión, significado y acción.
 Según Martínez (1997), la diferencia fundamental entre el paradigma positivista y el post-positivista se ubica en su gnoseología o teoría del conocimiento. En el post-positivista se supera el esquema positivista que considera la percepción como simple reflejo de las "cosas reales" y el conocimiento como copia de esa realidad. Al contrario, para el post-positivismo, el conocimiento es considerado como el resultado de una interacción dialéctica entre el conocedor y el objeto conocido.
Los investigadores cualitativos se concentran en la descripción y comprensión de lo particular del sujeto, más que en lo generalizable. Se preocupan por comprender la realidad social desde los significados de las personas implicadas. Se estudian creencias, intenciones, motivaciones y otras características de los hechos sociales no observables directamente, ni susceptibles de experimentación.


Supuestos Básicos del Paradigma Post-positivista o Cualitativo
                       A continuación se presentan una serie de supuestos descritos por Sandín (2003):

Aspectos Distintivos entre los Paradigmas de Investigación Cuantitativo y Cualitativo
Las corrientes filosóficas que respaldan los paradigmas cuantitativo (Positivismo) y cualitativo (Post-positivismo y Fenomenología), constituyen el origen de una serie de divergencias en la forma de asumir la realidad o de enfrentar un objeto de estudio. 
No obstante, es importante señalar que en la actualidad el debate se ha concentrado más en los aspectos técnicos y metodológicos y se reconoce que debe existir flexibilidad en cuanto a la distinción y utilización de los métodos y técnicas cuantitativas y cualitativas de investigación. Así mismo, hoy día se considera la posibilidad de integrar y complementar los métodos cuantitativos y cualitativos.

En cuanto a las diferencias entre los paradigmas, son los varios autores que han realizado comparaciones (Cook y Reichardt, 1986; Sandín, 2003; Hernández Sampieri y otros, 2006). A continuación se presentan las principales diferencias que posteriormente se resumen en el Cuadro 1 (p. 20):

 

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