BIBLIOTECA VIRTUAL de Derecho, Economía y Ciencias Sociales

NECESIDAD DE UNA REVOLUCIÓN EDUCATIVA EN MÉXICO

Horacio Mercado Vargas y Litzajaya Mercado Vargas




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CAPÍTULO VII. “LA INVESTIGACIÓN COMO UNA COMPETENCIA DEL POSGRADO”

7.1.- La investigación y la educación

La educación es el medio de evolución y cambio, que busca resolver los problemas que se le van presentando a esta. Se han desarrollado enfoques, en relación con las maneras de llevar a cabo el proceso educativo. Así, encontramos a las Competencias Educativas.

Las competencias educativas se basan tanto en la economía, como en la administración e intentan aproximar la educación a estas disciplinas, en un intento por crear mejores destrezas, para que los individuos participen en la actividad productiva.

Considerando que los estudios de posgrado: Maestría y Doctorado se han de encaminar en cualquiera de dos líneas: profesionalización e investigación, sobre todo en la Maestría, dado que los estudios doctorales deben cuidar más la formación de investigadores, como consecuencia de los cual es menester el desarrollo de dominios o competencias en investigación, que los alumnos deben adquirir durante su formación.

Los posgrados han de buscar que los alumnos desarrollen el gusto por la investigación, para lo cual es pertinente: indagar, buscar, cuestionar, dudar, preguntar, argumentar, proponer e innovar. lo que hace despertar un espíritu de investigador, esto mismo se transforma en competencia, lo que se puede evidenciar cuando se adquieren comportamientos observables, que integran actitudes, valores, aptitudes, conocimiento apropiado y rasgos de personalidad. Aunque se tienen criterios para formar en investigación, cuyas dimensiones son: las cognitivas, tecnológicas, comunicativas y socioafectivas; los alumnos del posgrado, tienen un bajo desempeño en la elaboración de propuestas, ponencias, proyectos y protocolos de investigación.

7.2.- Desarrollo y difusión del concepto competencia hacia la educación

En los años 70 se vivió una crisis, lo que propició un desarrollo y difusión del enfoque sobre las competencias. La crisis laboral de la sociedad, hizo replantearse el concepto de “especialización” como clave de la formación profesional.

Surge una nueva concepción de competencia:

A partir de los hallazgos de McClelland (1973), que llegó a demostrar que la inteligencia de por sí no es un factor que se correlacione con el éxito en la vida, con el desarrollo de las sociedades, se elaboró el concepto de competencia como conjunto de características que subyacen en la personalidad con una relación causal con resultados superiores de actuación.

El desarrollo científico y de las nuevas tecnologías; los cambios producidos en los procesos económicos y financieros y la aparición de nuevos problemas sociales y culturales a nivel mundial, obligaron a repensar el proceso educativo. De aquí surgen varias propuestas, entre las que distinguimos la de las Competencias Educativas.

Las Competencias Educativas se basan tanto en la economía, como en la administración e intentan aproximar la educación a estas disciplinas, para crear mejores destrezas, para que los individuos participen en la actividad productiva.34

Por ello, las necesidades y demandas educativas, requieren ahora de una atención urgente en forma directa y permanente. En este sentido, uno de los requerimientos inmediatos es la construcción de competencias.

La educación basada en competencias, es una nueva orientación educativa que, pretende dar respuestas a la Sociedad del Conocimiento.

Este modelo se origina en las necesidades laborales y, por tanto, demanda que la escuela se acerque más al mundo del trabajo; esto es, se destaca la importancia de la relación necesaria entre las instituciones educativas y sector laboral.

Es imprescindible el desarrollo de las habilidades para construir competencias, esto significa ubicar el conocimiento, recuperarlo, transformarlo y relacionarlo con los conocimientos que ya poseen para crear o desempeñar algo de manera eficaz y eficiente.

Resulta importante resaltar los principios de la UNESCO para la educación:

 Aprender a ser.

 Aprender a pensar.

 Aprender a conocer.

 Aprender a hacer.

 Aprender a convivir.

Los cuales involucran aprender a aprender.

Las competencias, se empiezan a manejar en la década de los setenta en el ámbito empresarial para designar aquello que caracteriza a una persona capaz de realizar una tarea de concreta de forma eficiente, de donde se extendió rápidamente, en particular al ámbito educativo, se aplicó a la formación profesional y después alcanzó todos los niveles educativos.

De tal manera que, la aceptación de las competencias en la educación obedece a que permiten integrar los conocimientos, las habilidades, y las actitudes que se busca desarrollar en las escuelas, y romper así con las propuestas, que daban más importancia a la teoría en detrimento de la capacidad de responder a problemas o situaciones de la vida real.

De acuerdo con lo anterior, el modelo de las competencias en el ámbito educativo, se ha aplicado en muchas regiones del mundo. Ello como consecuencia de que organizaciones internacionales, consideran que es pertinente su aplicación para responder a los cambios dinámicos que se están dando en esta sociedad global.

Sin embargo, se ve que a todas luces este enfoque responde más a una visión neoliberal y acorde con las necesidades de las grandes corporaciones y a las necesidades de una élite capitalista dominante, más que a las necesidades de la sociedad humana.

Es en este contexto países como: Inglaterra, Canadá, Australia, Estados Unidos y toda la Unión Europea, son pioneros en la aplicación del enfoque de competencias, lo consideran como una herramienta para mejorar las condiciones de eficiencia, pertinencia y calidad en la educación. Buscando, que por medio de él, se mejore su economía, y los egresados de las instituciones educativas se puedan incorporar de la mejor manera al mercado laboral, o quizá continuar con sus estudios.

En las sociedades actuales, el conocimiento se ha convertido en uno de los valores más importantes. De tal manera que se puede considerar que el valor de una sociedad está representado por el nivel de formación de sus ciudadanos, lo que les permite posibilidades de mejoramiento en diversos ámbitos de su vida. Pero, el conocimiento pierde vigencia rápidamente, lo cual obliga a que todos los individuos y particularmente los profesionales, se vean en la necesidad de aprender continua y sistemáticamente, de manera que sus competencias no se vuelvan obsoletas.


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