BIBLIOTECA VIRTUAL de Derecho, Economía y Ciencias Sociales

FORMACIÓN POR COMPETENCIAS DEL DOCENTE DE CATEGORÍA SUPERIOR DE LA UNIVERSIDAD DE CIENFUEGOS PARA LA GESTIÓN DE PROYECTOS DE INTERNACIONALIZACIÓN

Dayni D. Díaz Mederos



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1.2.2. La Gestión de Proyectos de Internacionalización del Desarrollo Científico Técnico en las Instituciones de Educación Superior.

Como se plantea en el epígrafe anterior, para alcanzar resultados óptimos en la gestión de PIDCT, en las Instituciones de Educación Superior, es necesario poder organizar un trabajo en equipo, que permita plantearse y resolver determinado problema técnico, científico, social o económico, utilizando las técnicas que han demostrado probada efectividad en este propósito, cuando han sido bien utilizadas.

La gestión de PIDCT en las IES se basa en una concepción que suele considerar a las universidades como institución intrínsecamente internacional y se remonta a una época en la que no existía conflicto entre los intereses particulares de cada país y el carácter internacional del conocimiento. Las primeras universidades europeas, Bolonia (1088), Oxford (1200), París (1213), Tolosa (1229), Salamanca (1239), Valencia (1245), Sevilla (1256), Cambridge (1284); constituyeron una comunidad científica. Había una sola lengua (el latín), existía un solo currículo, las universidades eran similares y los académicos y estudiantes peregrinos se sentían como en casa en cualquier lugar del mundo. Este modelo “unificado” en torno a los valores universales del conocimiento se agotó, y es el período entre el Renacimiento y la Revolución Industrial, en que “…la Universidad asumió su papel como entrenadora de profesionales y difusora de ideologías que respaldan el fortalecimiento del Estado, modelo que se reprodujo prácticamente en todo el mundo (Gacel, 2006).

No obstante, la esencia misma de la educación superior y del trabajo académico se halla vinculada a la búsqueda del reconocimiento mundial, por lo que trasciende el contexto nacional. Hoy, esta vocación internacional intrínseca es más evidente, cuando la globalización se ha convertido en un fenómeno que transforma todas las actividades sociales y cuando el conocimiento se convierte en factor clave para lograr el desarrollo sostenible de las naciones. En este contexto, “Las Universidades deben redefinir su misión y establecer nuevas metas y objetivos a su política de internacionalización, deberán enseñar a vivir juntos en la “aldea planetaria” y a desear esa convivencia, pero sin perder nuestra identidad como naciones.” (Tunnermann, 2000). Las universidades son internacionales por naturaleza, pero es un grave error pensar que esa esencia, que se deriva de su propia historia, garantiza la necesaria internacionalización de la Educación Superior en nuestros días. Se requieren políticas y estructuras administrativas bien pensadas y planeadas para imprimir una real dimensión internacional a la universidad, en correspondencia con los desafíos actuales.

La segunda mitad del siglo XX fue la época de mayor expansión de la educación superior a escala mundial, pero también fue la época en que se agudizó aún más la disparidad, que ya era enorme, entre países industrialmente desarrollados y países en desarrollo, en lo que respecta al acceso a la educación superior y las investigaciones (UNESCO, 1998). En la declaración de la UNESCO (2009) se plantea que: “La educación superior es tanto bien público como imperativo estratégico para todos los niveles educativos y base de la investigación, la innovación y la creatividad debe ser asumida con responsabilidad y apoyo financiero por parte de todos los gobiernos.”

En la misma, se enfatiza en que la ES constituye una base fundamental para la construcción de espacios más inclusivos y diversos para el progreso de la investigación, la innovación y la creatividad.

Una de las vías para cumplir con esas responsabilidades, lo constituye la importancia del entendimiento entre los directivos académicos con relación a aumentar la visibilidad internacional del personal docente y de investigación calificado, talentoso y comprometido en nuestras instituciones, a través de la creación en ellas y entre ellas, de polos y redes de excelencia en investigación, innovaciones en enseñanza / aprendizaje y nuevos abordajes en el servicio a la comunidad. Las redes y asociaciones internacionales de universidades ayudan a fortalecer el entendimiento mutuo y una cultura de paz.

Para estos fines se hace necesario un mayor nivel de financiamiento de la investigación y, por tanto, las instituciones deberían buscar nuevas formas de concebir la ciencia y la innovación, involucrando asociaciones multisectoriales, público-privadas, que involucren pequeñas y medianas empresas, agencias y organizaciones internacionales, entre otros.

Es por ello que, a pesar de la crisis económica que impacta también a las IES, la UNESCO, diversas asociaciones universitarias, y otras organizaciones a nivel internacional, han destinado Programas y presupuestos para catalizar la cooperación internacional, establecer estándares, construir capacidades y actuar como caja de compensación. Aunque en algunas IES todavía es deficiente la existencia de redes de excelencia, estas han aumentado en los últimos años a través de la gestión de PIDCT.

En cuanto a la actividad de gestión de PIDCT en la Educación Superior Cubana, el MES también considera que el rol de la universidad en el campo de la cooperación internacional al desarrollo, se puede expresar en 2 líneas fundamentales (Estrategia Maestra Internacionalización, MES 2007):

1 La Universidad debe propiciar el debate y la investigación en los ámbitos del desarrollo y la cooperación internacional.

2 La universidad y su relación con otros agentes sociales, en programas y proyectos de cooperación, tales como Organismos No Gubernamentales (ONGs), sector público, gobiernos locales y empresas.

A partir de los aspectos señalados, han sido establecidas las bases de la política internacional de este ministerio, en función del cumplimiento de la misión y de sus objetivos, concebidas a partir de dos vías fundamentales: acciones en el exterior y acciones en nuestro país, las cuales responden a intereses institucionales y de la nación. De esta forma, la cooperación internacional de las universidades se desarrolla de manera coherente con las disposiciones y documentos indicativos de los ministerios rectores de esta actividad en Cuba: el Ministerio de Relaciones Exteriores y el Ministerio para la Inversión Extranjera y la Colaboración (MINVEC, RES 15/2006.) siendo destacables igualmente, las relaciones con el Instituto Cubano de Amistad con los Pueblos y los Órganos Locales y Provinciales de Gobierno, de tal manera que la cooperación universitaria se torna una actividad de impacto a nivel territorial.

Una cuestión muy importante, es el hecho de que la cooperación interinstitucional se reconoce como una estrategia viable para elevar la calidad de los procesos, a través del aprovechamiento de las ventajas comparativas y competitivas de las instituciones, bajo un enfoque de complementariedad de esfuerzos, con énfasis en la solución de problemas y satisfacción de necesidades mutuas. Esta estrategia prevé el aumento de acuerdos y convenios, fortalecer la superación de los recursos humanos, complementar la investigación científica, intensificar la gestión de proyectos internacionales para apoyar las actividades sustantivas y mejorar la infraestructura, participación de los profesores e investigadores en eventos internacionales de relevancia, todo ello a partir del amplio uso de las Tecnologías de la Información y las Comunicaciones (TIC) para potenciar la colaboración.

Como elementos de gran valor, cabe señalar que, en los últimos años, las universidades cubanas se han incorporado a más de 200 espacios internacionales de diferentes tipos, unos con carácter de marcado intercambio científico o didáctico, otros de peso en la política universitaria mundial y algunos con incidencia en publicaciones o proyectos. De igual forma nuestros especialistas participan ya en más de 100 redes y en 12 proyectos de organismos internacionales.

En el año 2009 se creó la red RELARIES (Red Latinoamericana de Relaciones Internacionales de Educación Superior) de la que las universidades cubanas y el MES son miembros. Dicha red incluye entre sus normativas, la capacitación de los trabajadores de las Direcciones de Relaciones Internacionales (DRI) y prioriza garantizar estándares de calidad y evaluación de indicadores de desarrollo científico técnico a partir del Manual de Santiago (2007). El referido manual fue concebido por varios especialistas que ahora conforman la red y es aplicable a cualquier IES. En algunas universidades cubanas (Universidad de Oriente, UCLV y otras) se pone en práctica en la actualidad.

De forma general, la gestión de proyectos de cooperación internacional ha transitado por tres etapas diferentes en el desarrollo de la Educación Superior Cubana (Rodríguez y Fundora, 2008), que se sintetizan a continuación:

Etapa 1902-1959

No existía un sistema de educación superior como tal, sólo había 3 universidades públicas. En el período, se producen algunos encuentros importantes a nivel internacional, en los que la universidad cubana juega un rol destacado.

En 1949, se celebra el Primer Congreso de Universidades Iberoamericanas, con la participación de delegados de varios países, incluida Cuba, así como otras naciones y representantes de la UNESCO. La delegación cubana participó con ponencias, que ayudaron en los resultados alcanzados por el Congreso, y ello abrió una puerta para la cooperación internacional.

Etapa de 1959-1990

El Estado cubano encamina sus esfuerzos a la creación de una fuerte infraestructura universitaria que pasara las fronteras nacionales, donde la colaboración bilateral establecida con las universidades de la comunidad ex-socialista, contribuyó al crecimiento, desarrollo y consolidación del subsistema, permitió la formación científica de los profesionales de la educación superior, la incorporación de una pedagogía de avanzada, contar con asesoría de alto nivel y apoyo material.

Etapa de 1990 hasta la actualidad

La gestión de proyectos bilaterales, interuniversitarios y multilaterales con Organismos Internacionales y Organismos no Gubernamentales, se empezó a intensificar a partir 1996. Las necesidades de desarrollo potenciaron la necesidad de trabajar con más fuerza en la gestión de PIDCT con organismos rectores en las esferas diplomáticas, económicas y científicas y utilizando todas las relaciones en la esfera universitaria.

En el año 1997, se conformó un Grupo de Gestión de Proyectos Internacionales, dentro de la Dirección de Relaciones Internacionales del MES y se han creado mecanismos con este fin en varias universidades y centros de investigación, que han aumentado su nivel de gestión para la captación de proyectos. En la tabla 1 del Anexo 1 se muestra la cantidad de proyectos internacionales en ejecución en la red de Centros de Educación Superior (CES), en el periodo comprendido entre los años 1996-2006. En la figura 2 del Anexo 1, se aprecia el monto financiero ejecutado anualmente por proyectos.

Todos esos proyectos han contribuido a construir el potencial científico que ostenta hoy el claustro universitario cubano, pero a pesar de la importancia que ha alcanzado el EBC, resulta pertinente especificar que, en la gestión de PIDCT, hasta el momento de la presente investigación, no se ha visualizado este enfoque aplicado a su gestión.

Si bien es cierto que se desarrollan cursos, se elaboran manuales, en algunas universidades cubanas (ISPJAE, UCLV, UCA, Oficina de Proyectos de DRI_MES y otros centros de Educación Superior), no se han encontrado identificadas las competencias que debe tener el líder científico universitario para la gestión de PIDCT, y por tanto, tampoco se ha visualizado hasta el momento, un programa de formación por competencias, que contribuya a potenciar el desarrollo y evaluación de las mismas, para tributar a una mayor eficiencia, eficacia y pertinencia de esta actividad.

En el próximo epígrafe se abordarán los elementos generales que conforman los programas de formación por competencias. Posteriormente se hará alusión a su importancia y funcionalidad para el desarrollo de las competencias de la gestión de PIDCT en las Instituciones de Educación Superior.


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