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ACTIVIDADES DOCENTES DIRIGIDAS AL DESARROLLO DE HABILIDADES DE TRABAJO INDEPENDIENTE EN LOS ESTUDIANTES DEL I SEMESTRE DEL CSIJ DESDE LA LENGUA INGLESA

Raidel Tejada Montejo



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CAPÍTULO I. FUNDAMENTOS TEÓRICOS QUE SUSTENTAN LAS ACTIVIDADES DOCENTES DIRIGIDAS AL DESARROLLO DE HABILIDADES DE TRABAJO INDEPENDIENTE

Este capítulo resume los fundamentos teóricos sobre los que se sustentan las actividades docentes, abordando esencialmente en sus epígrafes los fundamentos teóricos del desarrollo de habilidades de trabajo independiente en el proceso de enseñanza aprendizaje del Inglés y el análisis histórico de la evolución del problema.

Comienza ofreciendo una reseña histórica del desarrollo de la Educación de Jóvenes y Adultos, en particular los cambios curriculares, que se han efectuado y su incidencia en el desarrollo del trabajo independiente. A continuación se exponen los fundamentos filosóficos, psicológicos, pedagógicos y didácticos generales, que se asumen con el interés de desarrollar integralmente a los estudiantes del I semestre del Curso de Superación Integral para Jóvenes (C.S.I.J desde la enseñanza del Inglés.

1.1 Antecedentes históricos que sustentan la enseñanza del Inglés en la Educación de Jóvenes y Adultos.

En este epígrafe, se exponen los fundamentos sobre el devenir histórico de la enseñanza del Inglés en la Educación de Jóvenes y Adultos en Cuba, para ello se establecieron los siguientes indicadores:

- Apoyo del estado a la enseñanza del Inglés.

- Finalidad de la Educación de Jóvenes y Adultos.

En Cuba al igual que en los países de América Latina con “la evangelización” impuesta por los colonizadores y extendida hasta el siglo XVI, reconocida como génesis, se funda la primera escuela para la Enseñanza de Jóvenes y Adultos, creada en Santiago de Cuba por la Sínodo diocesaria en 1681. La finalidad de esta escuela era enseñar a los negros la doctrina cristiana y las oraciones antes de la jornada de trabajo.

En el siglo XVII, en Puerto Príncipe, Silvestre de Balboa funda una escuela para la educación de adultos, en la que se estudiaban: Gramática, Aritmética, Geometría, Lógica y Retórica en la sesión de la tarde. Estos aislados intentos no prosperaron porque no existía organización educacional en el país y no era de interés para los colonizadores educar a los colonizados. Los intentos de mayor trascendencia están asociados a la formación de la nacionalidad cubana.

En 1866, el maestro Rafael Morales y González (Moralito), quien fuera un mambí y alfabetizador en la primera Guerra de Independencia, fundó una escuela nocturna en la que ofrecía clases de Lectura, Escritura, Gramática y Aritmética a unos 80 jornaleros. La misma, de alguna manera llamó la atención de las autoridades españolas, quienes truncaron de inmediato el intento. Entre 1877 y 1886, el maestro Manuel Rodríguez dirige una escuela nocturna para los trabajadores y propaga la educación popular.

Durante la Guerra de Independencia, a partir del propio año 1868, los mambises de mayor nivel cultural alfabetizaban a los iletrados en los territorios liberados. La unidad en Cuba entre la alfabetización en particular, la Educación de Jóvenes y Adultos, la formación de la nacionalidad y las luchas independentistas es una cualidad distintiva y como evidencia legal, queda el acuerdo tomado en el primer Ayuntamiento de Cuba Libre.

En la Asamblea de Guáimaro (1869) Moralito contribuyó a la redacción de la Ley de instrucción pública de la revolución que entre otras bases declara que:

• La república proporcionará gratuitamente la instrucción primaria a todos los ciudadanos de ella, varones o hembras, niños y adultos.

• Los talleres de la república serán dotados de escuelas anexas.

La práctica alfabetizadora en los campos insurrectos y en las propias bases legales revelan los cimientos de la concepción auténticamente cubana: el principio de estudio-trabajo y la universalización de la enseñanza.

Próceres redentores también fueron alfabetizadores: el Padre de la Patria, Carlos Manuel de Céspedes, y el Mayor, Ignacio Agramonte, quien en las academias que fundaban en los territorios liberados y en los que acampaban sus tropas, auspiciaba el estudio de Lectura, Escritura, Gramática, Aritmética, Inglés, Anatomía, Patología Externa y Cirugía. Ello es expresión de aunar en la capacitación las respuestas urgentes a los horrores de la guerra: el auxilio de los heridos.

Estas y otras acciones educativas realizadas por los patriotas muestran su saldo positivo: de una población analfabeta en 1871 del 70% de la población blanca y un 95% de negros y mulatos, en el censo de 1889 se reconoce la disminución de la tasa al 63% de analfabetismo. Estos datos hablan de la contribución mambisa alfabetizadora a la identidad de la Educación de Jóvenes y Adultos en Cuba: la unidad de la alfabetización y de la educación en general a las luchas independentistas, la formación de la cultura y la nacionalidad cubana.

Durante la guerra de 1895, también los mambises se ocupan de fundar escuelas en los territorios liberados para alfabetizar a las tropas y a los campesinos.

En 1896, Joaquín Varona González alfabetizaba en la manigua. El maestro Daniel Fajardo Ortiz redactó una nueva cartilla, basada también en el método silábico desde el fomento del amor a la patria.

José Martí, hizo también mucho y bueno por la Educación de Jóvenes y Adultos fue su Presidente Honorario e inspector-maestro. Conocía y aprovechaba los conocimientos sobre la psicología de la edad juvenil y adulta, las formas de organización de acuerdo con las características de los estudiantes, empleaba el método explicativo y la elaboración conjunta para la formación de estos. El análisis de sus conferencias posibilita reconocer su dominio e interés por desarrollar una educación científica sobre la base de la unidad dialéctica instrucción-educación, no excenta de su palabra “galana”.

En 1891, funda en Tampa la Liga de Instrucción. Dentro de sus preocupaciones, Martí insiste en la incorporación de la mujer a la educación, en la lucha contra el analfabetismo y la educación funcional, entre otras.

El estudio histórico, lógico y comparativo sobre la Educación de jóvenes y adultos durante este período de fundación, evidencia la unidad de la educación en Cuba con las gestas emancipadoras, y la formación de la nacionalidad y de la cultura sobre la base indispensable de la soberanía. Muestra también que solo la voluntad política conduce la verdadera alfabetización y educación de los ciudadanos.

Durante la época neocolonial (1900–1958) se suceden aislados intentos por fomentar el estudio de determinados oficios (interés del sector privado). Como manifestación popular se creó la Universidad Popular José Martí, por Julio A. Mella (1923), esta institución fue clausurada por el gobierno en 1927.

En la época antes mencionada, tiene una línea difusa, en tanto las condiciones políticas, económicas y sociales que existían en Cuba, siendo estas diferentes al resto del continente: la independencia como colonia (1898) la alcanza con mayor retraso en comparación con América Latina, y con el lastre de la Enmienda Platt.

Esta situación no impide que se sucedan manifestaciones contundentes en este sentido, en tanto si se evidencia el interés de los cubanos dignos por elevar el nivel cultural de los obreros durante esta etapa; de ello es evidencia las acciones del patriota Antonio Guiteras Holmes quien creó la organización revolucionaria.

La Joven Cuba (1934), que dentro de sus fines fundamentales estaban: necesidad de luchar contra el analfabetismo (se abrirían con ese fin aulas diurnas y nocturnas) y facilitar el estudio universitario para obreros y campesinos. Este proyecto tampoco fructificó por oposición del gobierno.

Se puede hablar también de las Escuelas Especiales para Adultos, en la que se enseñaba inglés, para ampliar las posibilidades en el acceso al mercado del trabajo. En este período es antecedente directo del cambio radical en la Educación de Jóvenes y Adultos, asociado a la lucha liberadora definitiva llevada a cabo por el Ejército Rebelde, liderado por nuestro Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz (1956 y 1959).

El Ejército Rebelde, al igual que las tropas mambisas, creó escuelas para alfabetizar a los campesinos y a los integrantes del propio ejército. De estas acciones educativas se destacan las dos direcciones establecidas por el Segundo Frente Frank País: una para los analfabetos y los ya alfabetizados. En esta misma etapa se funda el Departamento de Educación, que elaboró un plan que incluía el manejo adecuado del idioma, el cálculo y la escritura.

Los gobiernos de turnos se desentendieron de la Educación de Jóvenes y Adultos, y con ello apoyaron la educación elitista y utilitaria para este gran grupo.

Con el Triunfo de la Revolución en 1959, la fundación de la Educación de Jóvenes y Adultos en Cuba, cierra y se inicia su institucionalización. Recibe como legado: 304 escuelas para este nivel educativo, 1 369 maestros, 27 965 alumnos, con programas tomados de la Educación Primaria.

De acuerdo con el Censo de Población de 1953, existían en el país un millón de analfabetos, lo que representaba el 23,6%, distribuido el 11% en zonas urbanas y el 41,7% en zonas rurales.

En 1960, el compañero Fidel Castro Ruz, anuncia en la Asamblea General de la ONU, efectuada en Nueva York, que Cuba emprendería una campaña para erradicar el analfabetismo en un año. La Gran Campaña de Alfabetización en 1961 trajo como consecuencia la reducción del analfabetismo hasta un 3, 9%, en menos de un año. Cuba se declaró “Territorio libre de analfabetismo” el 22 de diciembre de 1961 y solo en 1964 es que la UNESCO reconoce este hecho. Esta campaña se desarrolló con 267 000 alfabetizadores quienes alfabetizaron a 707 212 de los 979 207 iletrados localizados.

Como acción complementaria y de diversificación, en 1961 se crearon las primeras escuelas de idiomas en Cuba, las que se integraron a la Educación de Adultos en 1969, como otra opción de superación para los trabajadores. Para las mujeres se creó el plan Ana Betancourt.

En 1962 se inicia la Batalla por el Sexto Grado (seguimiento o posalfabetización) que institucionalmente se denomina Educación Obrera Campesina. El 24 de febrero de ese mismo año, se crea la Educación de Adultos como subsistema. Posteriormente se organizó el Curso Secundario (1963) al que más tarde se le llamó la Batalla por el Noveno Grado institucionalizado como Secundaria Obrera Campesina (SOC), que es antecedente de la Batalla por el Noveno Grado. Al mismo tiempo se trabajaba en la flexibilidad de estos planes como forma de capacitación en las empresas y organismos bajo el nombre de Planes Especiales, cuya finalidad era dar acceso educativo a los obreros bajo cualquier condición. Dentro de ellos se pueden citar: los Planes Especiales de la Pesca.

Por último, se crea la Facultad Obrera Campesina (FOC) en 1969, cuyo nivel de egreso es el equivalente al Nivel Medio Superior o Bachillerato.

En los primeros años de la Revolución, se abrió el espectro de posibilidades para la Educación de Jóvenes y Adultos: aulas en centros de trabajo, escuelas vespertinas o nocturnas, aulas independientes, centros pilotos ( para centros de trabajo con turnos rotativos), escuelas con clases dos veces por semana, escuelas especiales con cuatro variantes ( para cubrir necesidades específicas de organizaciones sociales y políticas, trabajadores de la pesca, Ejército Juvenil del Trabajo, planes de reducción en centros penitenciarios, entre otros ) y los exámenes libres.

Con el perfeccionamiento del Sistema Educacional Cubano, realizado en el año 1976 por el Ministerio de Educación de Cuba, la Educación de Jóvenes y Adultos pasa a formar parte del Sistema Nacional de Educación, como un subsistema que se caracteriza por complementar la labor educativa de las diferentes organizaciones de masas y políticas del país.

La figura del maestro Raúl Ferrer Pérez se asocia indisolublemente al nacimiento y fortalecimiento de la Educación de Jóvenes y Adultos en la etapa revolucionaria. En el mismo 1959 trabaja al frente de un grupo de maestro bajo los criterios de la necesidad de la educación de masas y de la educación permanente.

Se le reconoce como líder natural de la Gran Campaña de Alfabetización, en la que ocupa la responsabilidad de Vicecoordinador Nacional. Posteriormente en el Ministerio de Educación dirige el Departamento de Educación Obrera Campesina y por último ocupa la responsabilidad de Viceministro de Educación, la que puede resumirse en los aspectos siguientes: crea bases organizativas y metodológicas pedagógicas para la Educación de Adultos, introduce métodos para la evaluación cualitativa, promueve la integralidad y el enfoque interdisciplinario y global en ese nivel, revaloriza la elaboración de medios de enseñanza. Su obra escrita, se abre en dos líneas que a la par se complementan: la lírica y la pedagógica. Valdría solo citar el libro Vademecun, para el sexto grado. Su legado deriva tres principios: la practicidad y hacer es fundamental en la tarea pedagógica, enseñar a hacer haciendo y el aula es taller.

Los primeros años de existencia del subsistema también se dedicaron a la investigación y al experimento con el fin de avalar su identidad como nivel educativo, de las que se derivan como rasgos distintivos dentro de otros: la voluntariedad y la conciencia para la participación.

El quinquenio 1976- 1980 abre con dos hechos relevantes: la Batalla por el Noveno Grado y reconocimiento legal y político: […] la Educación de Adultos, en el cumplimiento de sus funciones laborar activamente para que los planes que se han propuesto organismos y organizaciones de masas que procuran elevar el nivel de escolaridad de los trabajadores sean alcanzados” .

En tanto en la Constitución de la República se especifica que: “[…] el Estado Cubano, como poder del pueblo, en servicio del propio pueblo, garantiza que no haya personas que no tengan acceso al estudio, la cultura y el deporte”, también se plantea que: “[…] los hombres y mujeres adultos tienen asegurado este derecho, en las mismas condiciones de gratuidad y con facilidades específicas que la ley regula mediante la Educación de Adulto […]” .

Esta educación estableció un plan de estudios de siete años: dos de nivel elemental, dos de secundaria y tres de media superior, que se llevó a la práctica a partir de 1976 con el Perfeccionamiento del Sistema Educacional Cubano.

Según el investigador Canfux Gutiérrez, los principios que rigen la Educación de Jóvenes y adultos en Cuba son: pasividad y creatividad, continuidad, flexibilidad, participación, gratuidad y voluntariedad. La pasividad expresa el sentido actual que tiene la educación sin exclusiones. Conlleva la atención a toda la población sin discriminación de raza, credo, sexo y ubicación donde se habita donde quiera que se encuentre.

Como consecuencia y parte del continuo perfeccionamiento de la educación en Cuba, en el curso 1991-1992 se incluyen en los planes de estudios de la EDJA, las características psicopedagógicas de los participantes, que la hace distintiva de los otros subsistemas educacionales.

En el año 2001, una de las acciones inscriptas dentro de la Batalla de Ideas es la reestructuración y la ampliación de las opciones educacionales particularmente para los jóvenes, se instituye el estudio como fuente de empleo, se crean los Centros de Superación Integral para Jóvenes y nace la tarea Álvaro Reinoso, tanto para los desvinculados del estudio y el trabajo como para aquellos cuyas empresas o industrias viven una reconversión estructural. Se enriquecen las opciones de la Educación de Jóvenes y Adultos en el país.

Se puede concluir que:

• La Educación de Jóvenes y Adultos en Cuba ha estado en correspondencia con las condiciones socioeconómicas, políticas, sociales y culturales del país, sin detrimento de las condiciones educacionales internacionales, fue evolucionando, desde una finalidad centrada en enseñar a los negros la doctrina cristiana y las oraciones antes de la jornada de trabajo, hasta instituir el estudio como fuente de empleo tanto para los desvinculados del estudio y del trabajo como para aquellos que las empresas o industrias donde trabajan estaban en reconversión estructural, en fin complementar la labor educativa de las diferentes organizaciones de masa y políticas del país.

• La EDJA en Cuba se ha caracterizado por su asociación con las gestas emancipadoras y sobre las bases de la formación de la nacionalidad y la creación de la identidad cultural.

• Los logros educativos en este tipo de educación han revelado el incuestionable principio de la voluntariedad política de Estado y el gobierno para ofrecer una educación sin exclusiones con la participación popular.


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