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ACCIONES COMUNITARIAS PARA FAVORECER LA PREPARACIÓN DE LA FAMILIA EN EL DESARROLLO DE LA GIMNASIA CON EL NIÑO DE CUATRO Y CINCO AÑOS EN LAS CONDICIONES DEL HOGAR

Nelson Lorenzo Labrada Aguirre



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1.2 La comunidad y el desempeño de la familia, en el desarrollo integral de la niña y el niño de cuatro y cinco años.

El hombre evolucionó fundamentalmente por la necesidad de sobrevivir, desarrollando nuevas características mentales y físicas. Así vemos como a través del tiempo surgen tendencias y elementos de juicio para garantizar los beneficios de las actividades físicas organizadas.

Los movimientos fueron necesarios al hombre desde que utilizó su energía cinética como estímulo óptimo para la realización de actividades dirigidas a subsistir en su lucha contra la naturaleza. La carrera, el salto, la natación, los escalamientos, la lucha, fueron manifestaciones instintivas desarrolladas en la comunidad primitiva.

Por tal motivo la comunidad será el mayor ámbito donde cada hombre o mujer desarrolle sus principales cualidades.

En la obra “El Desarrollo de la Comunidad”, se afirma que la comunidad se puede definir como: “unidades sociales dentro de un área determinada. Cuando se habla de comunidad nacional, de la comunidad de países latinoamericanos, de la comunidad británica, de la comuna de habla hispana, se alude a unidades sociales más o menos amplias, que tienen uno o varios rasgos o elementos en común: el idioma, los intereses económicos o una tradición idéntica” (Pozas: 1964; 21)

En esta definición se aprecia una postura sociológica, incluye componentes como la organización e integración social, la existencia de normas de conducta aunados a intereses comunes, el sentido de solidaridad que en ocasiones se traduce en etnocentrismo aislado, que muchas veces se sustenta en un pasado histórico donde se han construido las formas de control social.

De igual manera Ezequiel Ander-Egg, en una de sus obras más utilizada para el trabajo comunitario titulada “ Metodología y Práctica del Desarrollo de la Comunidad”, define a la comunidad como “una agrupación o conjunto de personas que habitan un espacio geográfico delimitado y delimitable, cuyos miembros tienen conciencia de pertenencia o de identificación con algún símbolo local y que interaccionan entre sí mas intensamente que en otro contexto, operando en redes de comunicación, intereses y apoyo mutuo, con el propósito de alcanzar determinados objetivos, satisfacer necesidades, resolver problemas o desempeñar funciones relevantes en el ámbito local” (Ander-Egg:1998;33)

Su definición es bastante completa, y no la limita solo a los miembros que la integran, sino que aborda también otros elementos como la identificación, comunicación e intereses, conciencia de pertenencia de una cohesión social y mutuo reconocimiento, que implica un sentimiento de aceptación de lo propio y de los otros que encamine a la agrupación a una vida común, con conciencia de coparticipación y al disfrute del espacio de la superficie terrestre, desenvolviéndose en las diferentes esferas de la vida social, como la comunicación, las necesidades y problemas y sus objetivos que se tienden a alcanzar colectivamente, así como los roles y status que cada uno desempeña, por lo que brinda los elementos dirigidos a ser enmarcado dentro de un enfoque sociológico.

El autor de la tesis asume este concepto dado por Ezequiel Ander-Egg, y expresa su valoración conceptual como: ampliación de la familia, tipo de organización social cuyos miembros se unen para participar y defender objetivos comunes. La comunidad la integran individuos unidos por vínculos naturales o espontáneos y por objetivos que trascienden a los particulares. El interés del individuo se identifica con los intereses del conjunto.

Teniendo en cuenta esta valoración hay que especificar que dentro de la comunidad no se puede ver aislada a la familia como elemento que la integra, pues esta se enriquece de la cultura comunitaria y aporta cultura a la comunidad en todos los ámbitos, literario, artístico, deportivo etc.

Familia (ciencias sociales), grupo social básico creado por vínculos de parentesco o matrimonio presente en todas las sociedades. Idealmente, la familia proporciona a sus miembros protección, compañía, seguridad y socialización.

El estudio de la familia es un proceso complejo, de indagación científica de diferentes disciplinas de las ciencias sociales.

La pedagogía como una de esas ciencias debe retomar y sistematizar aquellos elementos que le resulten indispensables para la conformación de una pedagogía familiar; se trata del enriquecimiento de la obra de diferentes pedagogos universales donde se pueden encontrar sus antecedentes; si bien es un tema poco profundizado desde esta ciencia y que no se agota con su intervención, resulta ser un tema más bien del campo de las ciencias de la educación.

Con el avance de otras ciencias como la Sociología y la Psicología, con las características de otro contexto histórico, delimitado fundamentalmente por las necesidades socioeconómicas específicas, se requiere una nueva interpretación sobre la familia, que retome su definición, sus funciones, y en especial la educativa, así como las vías, métodos y formas en que se desarrolla y el trabajo pedagógico de la escuela con la familia.

La familia siendo para la sociedad una institución social con status jurídico propio, con determinado modo de vida peculiar, conforme a las condiciones de vida objetivas y subjetivas, mediatiza la relación sociedad-individuo. Constituye el grupo primario en el cual se vive y se adquiere la propia identidad con los principales rasgos o características como sujeto y personalidad. (G. Martínez, 2003).

El concepto familia ha sido uno de los más tratados en las ciencias sociales y se ha profundizado en cada etapa del desarrollo de la humanidad, por ello han aparecido nuevas definiciones y reconceptualizaciones de varios autores y diversas fuentes, desde diccionarios monotemáticos, enciclopedias, obras de destacados especialistas, entre psicólogos, filósofos, sociólogos, pedagogos, juristas, demógrafos.

En general han prevalecido los criterios relacionados con la naturaleza del vínculo, la significación afectiva de la relación, la cohabitación, el carácter mediador entre el individuo y la sociedad, su significado social, su amparo y reconocimiento jurídico.

Para este trabajo la familia constituye una institución formada por un grupo de personas unidas por lazos consanguíneos y/o afectivos, que conviven en un espacio común durante un tiempo significativo, donde se satisfacen necesidades materiales y espirituales, se establecen relaciones afectivas estables.

Es el grupo donde se manifiestan importantes motivaciones psicológicas con el cual se identifica y se desarrolla un fuerte sentimiento de pertenencia, se enfrentan y se tratan de resolver los problemas de la vida en convivencia, (Patricia Ares, 1990; Pedro Luís Castro, 1996; Mayda Álvarez, 1996).

Teniendo presente las diferentes aristas y valoraciones, el autor se somete a definir como familia, al espacio existente en todos los elementos de la vida natural, material y espiritual, especies definidas por rasgos similares como personas, objetos, animales u otras que defienden a través de la sociedad sus propias características, hábitos, sentimientos, etc.

El trabajo educativo y formativo que ejerce la familia con sus hijos, requiere de forma general de una previa preparación y organización, lo cual se ha de producir en interacción con todas las demás tareas que estas ejercen en su vida cotidiana dentro del ámbito social.

Se debe tomar conciencia por la familia en su papel insustituible, de lo necesario que es conocer el desarrollo infantil de su niña o niño y cómo realizar las acciones educativas en las condiciones del hogar, y de forma específica, lograr una mayor sistematicidad en cuanto al afecto, la comunicación, la formación de hábitos y en las acciones lúdicas, de forma que se pueda lograr un desarrollo integral de estos.

El accionar de la familia sobre la educación de sus hijos en las condiciones del hogar, juega un rol fundamental y esta depende en gran medida, del nivel de vida, la cultura y la educación que estas posean; así como, para conocer las particularidades del desarrollo motor de la niña y el niño en cada grupo de edad, constituyendo un importante indicador que facilita tanto a los educadores como a la familia una guía para la acción educativa.

Con esta información se puede influir positivamente en el pequeño, promoviendo las condiciones idóneas para su desarrollo.

Es por ello que se aplica en nuestro país el programa “Educa a tu Hijo”, y que ofrece a la familia la posibilidad de guiar el desarrollo y la educación de la niña y el niño, basándose en los mismos principios del programa que se desarrolla en la institución infantil. (Olga Franco, 2004).

La óptima aspiración para la educación preescolar es lograr el máximo nivel de desarrollo integral posible de las niñas y niños. Dicho fin es la meta que guía y orienta, tanto el proceso educativo como la preparación de la familia.

¿Cómo lograr el máximo nivel de desarrollo integral de las niñas y niños?

Es importante tener en cuenta que aunque las niñas y niños, pasan por estadíos similares a lo largo de su desarrollo, se debe considerar que las características generales pueden variar en cada uno, de acuerdo a sus particularidades individuales.

La etapa preescolar del desarrollo (0 a 6 años) se caracteriza por grandes cambios en el desarrollo motor. Es la etapa de la adquisición de las habilidades motrices básicas: caminar, correr, saltar, escalar, trepar, cuadrupedia, reptación, lanzar y capturar.

Estas habilidades motrices no solo aparecen por efectos de maduración biológica, sino también de la actividad práctica de la niña y el niño en el medio que lo rodea. Desde el primer año de vida, el niño comienza a orientarse en el entorno, a conocer su cuerpo y a realizar sus primeras acciones motrices.

Partiendo de la organización de su propio cuerpo, el niño progresivamente ampliará su espacio, logrando establecer la relación espacio – temporal.

Por tal motivo la familia debe de sensibilizarse y tomar conciencia del papel que le corresponde en la educación de sus hijos en las condiciones del hogar, mediante las acciones que les brinda el programa Educa a tu Hijo. Por lo que, todos los factores de la comunidad, incluyendo la familia, deben de tener bien definido, qué hacer y cómo hacerlo, para lograr el máximo nivel de desarrollo integral posible de las niñas y niños.

Esta atención no solo es desde el punto de vista físico, sino intelectual y cognitivo, para los cuales se han elaborados programas de desarrollo multilateral y armónico de las niñas y niños, como de educación sensorial, afectiva y motriz. Franklin Martínez (citado por G. Becquer, 1999)

Para el logro de esta aspiración, se deben cumplimentar las acciones comprendidas en las distintas funciones que mediatizan el desempeño de roles, las relaciones interpersonales, los afectos familiares, la identificación entre miembros, la empatía y la cohesión.

Esto ocurre en un proceso que pudiéramos asemejar a la ontogénesis en el cual va enriqueciendo sus actividades hasta desarrollar y desplegar plenamente sus funciones, donde los miembros adultos tienen una actitud más o menos consciente ante el contenido, los objetivos y los métodos de las actividades que realizan en el hogar.

El autor considera el valor que ocupa en este programa la preparación alcanzada por la familia para la continuidad de las acciones educativas en condiciones del hogar para la estimulación del desarrollo integral de las niñas y niños; teniendo en cuenta su nivel cultural y modo de vida.


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