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LA DIMENSIÓN INMATERIAL DEL PAISAJE. UNA PROPUESTA DE DOCUMENTACIÓN, CARACTERIZACIÓN Y GESTIÓN DEL PATRIMONIO CULTURAL INMATERIAL

Juan Martín Dabezies Damboriarena


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EL PCI INVENTARIADO EN LA ZONA DE VILLA ANSINA

Como ya fue mencionado al comienzo del capítulo anterior, a continuación lo que se expondrá, son los resultados del relevamiento del PCI de Tacuarembó más allá de lo metodológico.

Estos resultados serán presentados de forma individual para responder a la lógica del capítulo anterior en el cual se presentaron las categorías de trabajo. En primer lugar se expondrán los resultados cuantitativos, como forma de mostrar los productos concretos del trabajo en el sentido de entidades generadas.

Por otro lado se presentan los resultados del análisis del material, más allá de las clasificaciones y codificaciones. Pero debemos dejar en claro que este trabajo no apuntó a una interpretación densa del material, ya que estamos trabajando en una aproximación primaria, cuyo objetivo principal fue la construcción metodológica.

ASPECTOS CUANTITATIVOS

En base a los resultados del trabajo de campo, se elaboraron las fichas mencionadas anteriormente. En total se trata de 39 fichas madre y de 107 fichas temáticas.

En la 1, se pueden ver todas las FM y sus cortes temáticos. Nótese que existen fichas temáticas que están presentes en más de una FM. Esto responde a que ese tema fue tratado por el mismo individuo en diversas ocasiones, formando parte integral del relato. Un elemento que resultó sumamente útil y que no fue incluido en las FM ni en las PU, fue el establecimiento de palabras clave.

ASPECTOS CUALITATIVOS

Se expondrán los resultados del análisis de la información relevada. Se procuró discriminar algunos temas dentro de las grandes categorías de trabajo. Estos temas serán los que estructuren este apartado.

Conocimiento del medio

Acerca de los “cerritos de indios”

Las referencias a los Cerritos de Indios como tales son escasas. En general se los identifica como algo extraño en el terreno, y en ocasiones se los conoce como “Cerros de los Charruas” y son muy útiles para “salvar al ganado en las crecientes”.

Los animales

Se realizaron referencias a la importancia que tienen las víboras parejeras (no venenosas), a las cuales no es recomendable matar porque eliminan a las víboras cruceras (venenosas), al igual que los gatos que controlan la población de víboras.

Existieron varias referencias al temor hacia las víboras cruceras, las cuales han causado muchas picaduras en la zona. Se esconden en los pajonales, o en lugares “con mucha mugre”.

Topónimos

Algunos de los topónimos y nombres de poblados están relacionados a la historia local. Algunas veces se trata de sucesos recordados, en otras aparece una narrativa sin tiempo, más parecida a la leyenda.

Los nombres de los pueblos responden con frecuencia al apellido de una familia o persona que vivió allí, o se les asigna por extensión el nombre de un accidente geográfico al que se encuentran asociados: ríos, pasos en los mismos, picadas, cuchillas.

Paso Casildo

Es un paso sobre el Arroyo Yaguarí y la zona que lo rodea. Se accede por la ruta 44 en dirección norte desde Villa Ansina, El nombre de Paso Casildo responde a un antiguo habitante del lugar, llamado Casildo.

Zapucay

Zapucay es el nombre de un arroyo que desemboca en el Río Tacuarembó, unos kilómetros más al norte de donde lo cruza la ruta 26, o sea de Villa Ansina. Por extensión, denomina también la zona que lo rodea. El nombre aparece escrito de diversas formas, “Zapucay”, “Sapucai”, según el mapa que se consulte.

Existen diversas explicaciones sobre este topónimo. Con algunas variantes, la historia se refiere a una persona que vio caer un sapo al arroyo y exclamo ¡sapu cai!. Dependiendo de la versión del relato, esa persona era un brasilero, o un esclavo liberado del Brasil.

Otra explicación de este nombre surge de su identificación como un vocablo Guaraní. Durante los festejos de la Virgen de Itatí (fiesta local más importante sobre la cual se hará referencia más adelante), tuvimos contacto con Chela, una invitada de la provincia de Corrientes, Argentina, que es guaraní hablante y además se ha dedicado al estudio de su lengua materna. Ella explicó el significado de la palabra “zapucay” en ese idioma.

Según ella, Zapucay en guaraní significa una emoción enorme que es manifestada hacia el exterior por el sujeto. “Pu” es el impacto interno, por ejemplo la risa; “ca” es cuando se hace externa esa manifestación. “Cuando pego un zapucay es que mi risa sumada se venía acumulando y manifiesto todo de una sola vez”.

Esta acepción del nombre “Zapucay” es retomada en los discursos religiosos de la Fiesta de la Virgen de Itatí, haciéndose referencia varias veces al “grito zapucay”, como un grito de alegría.

Yaguarí

En la cartografía oficial es el nombre de un río afluente del Tacuarembó Grande. Según una versión, el nombre se debe al gato yaguatirica, felino de la región que se conoce popularmente como gato de monte.

Los Vázquez

Poblado y área geográfica cercana a Villa Ansina, se accede por la ruta 26 hacia el este, y luego por un camino vecinal hacia el norte. El nombre responde a una familia fundadora de 17 hermanos de apellido Vázquez. La sucesión de propiedades entre los hermanos fue cada vez mayor hasta que las fracciones fueron muy pequeñas. El poblado atrajo a vecinos de la zona, pero actualmente está casi despoblado. Aún hay personas en la zona con ese apellido.

Paso del Borracho

Es el paso sobre el río Tacuarembó, al lado del cual creció el poblado de Villa Ansina, anteriormente denominado como el Pueblo de Paso del Borracho. El paso era lo que hoy es la playa, y se utilizaba para cruzar cuando no existía el puente.

El origen del nombre se asigna a un momento “cuando un borracho yendo a una yerra, cruzó y se ahogó”. Según otras versiones similares, “una persona que iba dirigiendo un carro cruzando el río estaba ebria y se dio vuelta”, muriendo aplastado por el carro. También hay versiones de que esta misma persona no se habría ahogado.

Rincón de los Costa

Se refiere al apellido de los primeros pobladores, los Costa. A ese Pueblo lo cortó la ruta 26. Atanasildo, el botero de Paso del Sauce, asegura que “los conoce porque pasaba, eran paso obligado. Además el bolichero era el que cortaba el pelo, y él iba a cortarse ahí. Era un boliche de terrón.”

Arquitectura tradicional

La identificación de la arquitectura tradicional se hizo a partir de la documentación de los materiales, las técnicas constructivas, la forma y función de esta y su organización espacial. También se documentaron ciertas creencias que recaen sobre este tipo de construcciones.

No se pudo documentar ningún proceso de construcción concreto porque es una técnica que casi no se practica, sólo se encuentran restos de ranchos y los conocimientos en las personas mayores que conocen la técnica.

Entre los materiales y fuentes de aprovisionamiento utilizados están la paja, el barro, la madera, la chilca y la caña. Estos materiales son combinados de diferente manera dando lugar a las diferentes técnicas constructivas conocidas: palo a pique y terrón.

Estructura espacial

El espacio doméstico rural está formando generalmente por un área en la que se localizan diferentes construcciones individuales, relacionadas cada una con espacios de actividad específicos. Es así que la ubicación, la forma y la función de las construcciones varían dependiendo del tipo que se trate: vivienda, galpón, baño, cocina. A pesar de la variación de materiales constructivos se mantiene casi siempre en cada uno de estos tipos de construcciones, una estructura y tamaños similares.

Las construcciones, suelen ser espacios rectangulares con pocas o ninguna división interior. Las dimensiones varían según la función de la construcción, siendo las más grandes las correspondientes a las habitaciones o vivienda principal. Éstas pueden tener una planta cuyas dimensiones aproximadas son 9 metros de largo por 6 metros de ancho. Las paredes cuentan con pocas ventanas, muy pequeñas. Las divisorias interiores pueden ser construidas con la misma técnica que las exteriores, pero también es común que se utilicen telas o tejidos rústicos, como la arpillera, clavadas y pintadas. Raramente se encuentran puertas entre una habitación y otra.

Todas estas construcciones generalmente están dispuestas en el espacio de forma circular o semicircular, dejando un lugar trasero como espacio privado, en donde suele estar el pozo de agua.

Un poco más alejado a este espacio netamente doméstico, se documentaron varios espacios en donde se encuentra una pequeña huerta en donde se plantan poroto, zapallo, maíz, y otros vegetales para el consumo doméstico.

También forma parte de este paisaje doméstico, ciertos árboles frutales o de buena sombra. Desde que llegó el eucaliptus a la zona, se comenzó a plantar, pero también hay árboles más pequeños que se suelen plantar más cerca de las casas, como es el caso del naranjo, el transparente y la higuera. También la chirca es muy utilizada en la arquitectura tradicional, pero más que nada en la construcción de cercos para proteger las huertas o animales domésticos (aunque también como parte de la técnica de construcción de palo a pique).

Den lo que respecta a las construcciones del espacio doméstico, además de la vivienda principal es posible encontrar una construcción específica para la cocina, otra para el galpón, para gallineros o corrales, y en ocasiones el baño también está separado (ver 1).

Las construcciones correspondientes a cocinas, pueden tener una planta cuadrada o rectangular, con dimensiones aproximadas de 3 o 4 metros de lado. Éstas no cuentan con divisiones interiores, y pocas veces tienen ventanas, generalmente la entrada de luz y la ventilación se realizan exclusivamente por la única puerta que tienen de entrada. También hemos documentado construcciones más grandes, con dos usos diferenciados: un espacio para cocinar y otro para almacenar alimentos.

Fotografía -Estructuración exterior del espacio doméstico.

Los galpones son espacios con dimensiones similares a las viviendas habitacionales. Es común que se “reciclen” o reutilicen los ranchos, y cuando están muy deteriorados para habitar pasen a cumplir la función de galpón.

El baño es casi siempre el recinto más pequeño, en promedio tienen una planta de 2 metros de lado. Muchos de los baños documentados son casi siempre construidos en ladrillo, y bien pueden en muchos casos haber sido agregados posteriormente al espacio doméstico. A veces se encuentra adosado a la construcción o vivienda principal, aunque “saliendo” del contorno rectangular de ésta, y con una entrada exterior.

Caracterización de los materiales:

Paja: se obtiene de bañados permanentes y pajonales, en donde se corta manualmente con un gancho, una herramienta de fabricación doméstica compuesta por una hoja de serrucho a la que se le lima los dientes y se afila, ajustada a un mango de madera. Esta herramienta cuenta casi siempre con una cuerda en el otro extremo del mango que sirve para asegurar que no se pierda en el bañado. La paja se corta por mazos, medida que corresponde a la cantidad de paja que una persona puede agarrar con un brazo mientras la corta utilizando el otro.

Los lugares de aprovisionamiento pueden estar a unos cuantos kilómetros del lugar de construcción. Luego de cortada, la paja se traslada en tractor y /o camiones. En tiempos pasados esta tarea se realizaba en carro tirado por caballos. Luego de cortada se la deja secar 15 días antes de utilizarla para techar.

El acceso a esta materia prima es en general gratuito, porque no es apreciada por los productores ganaderos. El pajonal ocupa superficie del suelo dejándola inutilizable para el pastoreo del ganado vacuno y lanar, y por lo general, es quemado para “abrir campo” que pueda ser aprovechado.

El aprovisionamiento de paja es un trabajo realizado casi siempre por hombres, porque requiere de mucho esfuerzo, y es concebido como uno de los trabajos más duros, por las condiciones en que se realiza: agua hasta la rodilla o más arriba, mosquitos, calor, posible presencia de víboras y otros animales. Un informante mencionó que la paja debe ser cortada durante la fase menguante de la luna, asociación que apareció en otros momentos respecto a otros materiales.

Maderas: las maderas utilizadas pueden ser cortadas de montes de especies exóticas, como los montes de eucaliptos, o bien conseguidas en el monte indígena que crece alrededor de los ríos, fundamentalmente en el monte del río Tacuarembó Grande, que es sobre el que se encuentra la localidad de Villa Ansina. Las maderas utilizadas pueden ser de distintas especies arbóreas, nosotros registramos el uso fundamentalmente de tres tipos: arrayán, blanquillo y sauce. Según Atanasildo, el sauce es la mejor madera para hacer casas, es blanda, liviana y dura mucho.

Barro: El barro utilizado tanto para la construcción directa, como para la fabricación de elementos de construcción (ladrillos), se extrae de un pozo realizado en el mismo terreno en que se realiza el resto del proceso. Éste generalmente, se realiza cerca del pozo de agua o de otras fuentes que se encuentren cercanas: represas, tajamares.

Para la elaboración de terrones, varios informantes acuerdan en que la tierra debe ser arcillosa, para que “haga liga”, es decir para que tenga cohesión con el resto de los terrones e internamente. De lo contrario el terrón se desgranaría. No debe ser “saibrosa”, o sea amarillenta ya que esto significa que no presenta la plasticidad necesaria y puede desgranarse al deshidratarse.

Chirca o chilca: La llamada chirca es un arbusto que se consigue fácilmente dentro del terreno donde se construye, o en lugares muy cercanos. Es la especie de monte bajo predominante en la región, crece en todas las planicies medias del área cuando estas no se trabajan para cultivo de pradera de pastoreo. La forma en que se extrae no fue documentada ni caracterizada, aunque no parece implicar procedimientos complejos. Lo que si hemos documentado es su amplio uso en diferentes construcciones y espacios del ámbito doméstico (casa, corral, huerta, etc.).

Técnicas constructivas

Palo a pique: Es una de las técnicas utilizadas en la arquitectura tradicional. Se utiliza en diferentes tipos de construcciones, siendo las más comunes: cocinas, baños, graneros, gallineros y galpones.

El proceso constructivo se inicia con un primer paso que consiste en clavar en el piso cuatro horcones (postes gruesos de madera de más de 20 cm. de diámetro). Se crea así un cuadrilátero que da la forma básica de la planta al rancho. Luego entre horcón y horcón se clavan en el piso algunos postes de madera más pequeños que van a sostener las paredes. En forma perpendicular a los postes se colocan, y aseguran, cañas o maderas a una distancia constante, tanto por la cara interior como exterior de las paredes, formando un espacio hueco que va a ser el espesor de las paredes. Este espacio se rellena con chirca todavía verde, introduciendo las ramas enteras en forma vertical en el espacio que queda entre las cañas o maderas horizontales. También se pueden utilizar como relleno otros materiales; por ejemplo, se identificó y documentó un caso en que el rancho fue construido con chala de maíz. Por último, se realiza el embarrado: se recubre todo con barro mezclado con bosta (de vaca o de caballo). Este proceso se repite varias veces y se realiza exclusivamente con las manos. Actualmente se utiliza también una mezcla de barro y cemento Portland porque le da mayor duración y consistencia. El proceso generalmente culmina con un quinchado como techo (ver 2).

Como forma de mantenimiento se agrega bosta y barro. En un caso documentado, una construcción con 2 años de realizada ya fue re-embarrada dos veces. El principal agente de deterioro parece ser la lluvia.

Fotografía -Técnica constructiva "palo a pique"

Terrón: La técnica de terrón era una de las más utilizadas en la construcción de ranchos en el Norte del País, y concretamente en la zona de Tacuarembó. La construcción en terrón implica determinado grado de dificultad, se precisa destreza y colaboración de varias personas. Esta forma de construcción estuvo asociada en un momento histórico, primera mitad del siglo XX, a la forma del poblamiento rural, y a cierta solidaridad entre vecinos, que se refleja en los relatos de construcciones de ranchos.

Los terrones son bloques o panes de tierra con pasto (ver 3), que se cortan con una pala recta, y que por lo general tienen el tamaño que la pala misma permite darles. Es fundamental que conserven la estructura del suelo con pasto y raíces porque, como veremos, esto constituye uno de los aspectos que otorga solidez y asegura una buena construcción. Para cortarlos, se busca una parte del terreno con la superficie lo más plana posible y que generalmente, tiene un terrón “bueno”. La tierra debe estar algo húmeda para poder cortarla, pero no tanto como para que el terrón se desarme. Al lugar de donde se extrae el terrón se le denomina “cancha”.

Fotografía -Detalle de una pared de terrón.

Las canchas de terrón se encuentran a pocos metros de las construcciones y, en la mayoría de los casos según los informantes, todavía se puede notar la depresión del terreno aunque los ranchos cuenten con unos cien años de construidos.

El comienzo de la construcción del rancho de terrón es similar al de la técnica de palo a pique. Se comienza creando la estructura de pilares (horcones) de madera y vigas también de madera. Se documentaron casos en que los ranchos no contaban con esta estructura de madera, si no que estaban hechos únicamente con los terrones.

Para levantar las paredes, se apilan los terrones sin agregar ningún material para unirlos. Luego de erigidas, se revocan con barro y pueden pintarse. Las paredes llegan a tener unos 50 cm de espesor. Los techos son de quincho, en algunos casos pueden tener un cielorraso de arpillera pintada.

El piso del rancho se arma con la tierra de los cupí (hormigueros de termitas), que es más dura. También se utiliza la propia superficie sin más, alisando y presionando para que permanezca firme. Ocasionalmente es necesario humedecer estas superficies con agua para otorgarles mayor firmeza.

Techado de quincho o quincha: El quincho o la quincha es un techo, cuya estructura está armada en base a maderas y cañas, y posteriormente con paja. Se realiza comenzando por una armazón o estructura de troncos de madera, que son dispuestos de manera que el techo quede a dos o cuatro aguas. Luego se realiza el envarillado, con madera o cañas, poniendo éstas en sentido transversal y clavadas a la estructura principal formada por postes de madera. A continuación se procede a colocar la paja, para lo que se precisan tres personas: una alcanzando los mazos de paja, otra sobre el techo colocándolos, y una tercera debajo del techo “dando punto” con un alambre y recortando.

El punto es lo que asegura la paja y la aprieta, se usa un alambre que se pasa por entre la paja, de abajo hacia arriba, a un lado de la varilla, y luego se vuelve a pasar hacia abajo por el otro lado, se engancha luego sobre sí mismo y se continúa llevando el alambre hacia la siguiente varilla y repitiendo la operación.

Según los entrevistados, la paja utilizada es la “paja blanca”, que es más larga, y también una variedad “colorada” más corta, que aparentemente es mejor para la quincha escama porque no hay necesidad de cortarla.

Existen tres variedades de quincho según la forma en que se confecciona y la forma final que adopta: quincha corrida, quincha escalera y quincho escama.

En la quincha corrida se ve todo el mazo de paja; es la que lleva menos material y menos tiempo de elaboración. Es quizás esto, y un criterio más utilitario, lo que hace que sea la forma más popular.

La quincha escalera se caracteriza por adoptar una forma escalonada en cuya superficie se pueden notar tres o cuatro capas de mazos de paja.

La superficie de la quincha escama viene dada, no por el largo de la paja, sino por el corte transversal de ésta. Es la forma de elaboración que lleva mayor cantidad de tiempo y mayor inversión de materiales; y si bien es la más gruesa y más duradera, también se la elige por su valor ornamental. Se envarilla cada 20 cm (“una cuarta”), y se coloca un mazo de paja a esa distancia. Para esto se utiliza una paja más corta. Algunos quinchadores queman la superficie luego de terminada para eliminar el “flequito” (sobrante de paja), al tiempo que pasan la escamadora, dándole la forma definitiva y apaga el fuego. La escamadora es una herramienta que consiste en una tabla escalonada que “escama” la paja. Este tipo de quincha implica por lo menos un mes de trabajo.

La duración de estos techos varía según la calidad de los materiales y de la manufactura. En casos de que estos elementos sean los mejores, un techo puede durar hasta 30 años sin tener que ser arreglado. El factor climático que más lo afecta es la lluvia; la inclinación de las aguas del techo puede ayudar a impedir la filtración de agua, evitando que la paja se pudra.

Actualmente se puede observar la combinación del techo de paja con el uso de chapas por fuera, lo que permite aprovechar algunas ventajas de los dos materiales: la chapa hace al techo más impermeable y la paja aporta el aislamiento térmico e impide la condensación de agua en el interior del techo.

Valoraciones

Es una práctica que se encuentra en mayor desuso que las otras formas constructivas tradicionales, de hecho la mayoría de las personas que realmente construyeron y/o vivieron en uno, fueron personas que hoy en día tienen más de 60 años.

Algo que debemos destacar, es la reutilización de ranchos abandonados que en ocasiones son usados como galpones, la gran mayoría en áreas rurales. Esta reutilización implica muchas veces la reconstrucción de algunas partes que no siempre se hace siguiendo la misma técnica constructiva. Por ejemplo, hemos documentado el aprovechamiento de una cimentación en terrón para construir las paredes con chapas. También se observó en algunos casos, que cuando se construye un nuevo rancho se hace en el mismo sitio que el anterior o muy próximo a él.

En las entrevistas surge la idea de que todos estos tipos de construcción presentan varias ventajas frente a las realizadas con materiales y técnicas más modernas. Sucede reiteradamente que los informantes califican las construcciones tradicionales como “más calientes en invierno y más frescas en verano”, y lamentan que estas formas constructivas estén entrando en desuso. Por otro lado, este discurso se vuelve contradictorio cuando se relatan las razones por las que se produjo el cambio en su tipo de vivienda, momento en el que la vivienda tradicional aparece asociada a situaciones de pobreza que ya fueron superadas.

También existen argumentos sobre el abandono de la técnica, vinculados a la dificultad de tales tipos de construcciones. Por ejemplo Atanasildo y su hermano argumentan que los galpones nuevos “los están haciendo con chapa porque es más fácil”, y que “si fuésemos varios como antes, los hubiésemos hecho con terrón”. Los Barreto afirman que “una casa de terrón bien hecha es más difícil que una de ladrillo, hay que manejar bien la pala para hacerla bien”. Boby, que participó en la construcción de algunos ranchos comenta que “había gente especializada, hacían el nivel a ojo.”

También está presente la representación de la vivienda tradicional, por ejemplo de ranchos de barro, como un elemento del pasado. Esta valoración a veces aparece como argumento que justifica la no realización y uso actual. Según la señora Barreto, el motivo de la sustitución de los ranchos fue “el modernismo de que todos querían su casa de ladrillo, como que era más pobre la de terrón”. “Antes había más casas de terrón, eran contadas las de ladrillo”.

Los dueños les asignan unos 100 años en algunos casos, pero sin tener datos muy exactos al respecto. Sin embargo, algunos de los ranchos documentados fueron habitados hasta hace unos 10 años o menos.

Actividades económico-productivas.

Actividades agropecuarias

En la zona rural, podemos distinguir entre las actividades de los grandes propietarios, y los medianos y pequeños productores.

Grandes propietarios: con predios de varias miles de hectáreas, estos productores se dedican a la cría extensiva de animales, principalmente vacunos y lanares. Las estancias contratan personas para diferentes trabajos o “tareas de campo”. La figura del peón de campo implica casi sin excepción hombres que realizan tareas con los animales, y que utilizan el caballo para las mismas.

La explotación agrícola más extendida en esta zona de tierras bajas es la del arroz. Hay relatos de arroceras desde hace muchos años, se cortaba el arroz con hoz porque no había tractor, y las taipas (pared de tierra para contener el agua y generar un embalse) se hacían a pala. A los trabajadores le pagaban por bolsa y les daban arroz con cáscara para procesar en la casa. Los primeros arroceros eran brasileros. Ahora hay muchos brasileros pero también hay algún uruguayo que practica ese cultivo.

Otro cultivo muy importante en la zona y que está creciendo rápidamente, es la plantación extensiva de eucaliptus. Localmente estas plantaciones se denominan granjas.

Pequeños propietarios: los medianos y pequeños productores combinan plantación de vegetales para consumo (“para el gasto”) y para la venta, y la cría de animales domésticos. Generalmente también algunos de los integrantes trabajan para otros como asalariados desarrollando otras tareas.

Prácticas productivas para consumo doméstico

Encontramos ciertos elementos que corresponden a prácticas productivas, más que nada vinculadas al consumo interno y por tal motivo a los pequeños propietarios, pero no en exclusividad. En varias ocasiones dentro de los grandes propietarios, existen prácticas productivas para el consumo interno, muy similares a la de los pequeños productores

Animales: en casi todos los pequeños productores se encuentran diversos tipos de animales, que generalmente se utilizan para consumo doméstico. Por lo general se cuenta con gallinas que proveen de huevos, en ocasiones patos, gansos, pavos. También se crían algunas vacas lecheras, para el consumo de leche y la elaboración de otros productos: queso, dulce de leche.

El chancho también es frecuente, se utiliza su carne en tocino, chorizos, etc. Uno o dos caballos también forman parte del conjunto, son el medio principal de transporte en el campo, y se los utiliza en tareas como arar.

La huerta o quinta: es un área pequeña de tierra en la que se plantan verduras para comer frescas: perejil porotos, zanahorias, ajos, cebollas, lechugas, acelgas y otras plantaciones. El caso de Ataasildo es muy curioso porque planta zapallo de tronco en el monte (sin ningún tipo de cuidado) para consumo propio.

La chacra: es una extensión mayor de tierra en la que se plantan algunas especies que sirven más para ser almacenadas. Los cultivos más frecuentes son zapallo, ajo, cebolla, maíz, boniato, papa,. Nos relatan de varios cultivos que se dejaron: algodón, girasol.

Pesca

Algunas personas pescan para consumo propio, aunque en otros casos esta actividad también tiene un matiz recreativo: campamentos de pesca en ríos con amigos. La pesca artesanal se realiza con aparejo.

No se registró la pesca como una actividad económica de peso en la zona, aunque la pesca ilegal a grandes escalas es un secreto a voces. Según varios entrevistados, esta práctica ilegal es realizada por brasileños que se llevan el pescado para vender en Brasil. La pesca se realiza con redes y dejaría “seco de pescados al arroyo”.

Se pescan distintas especies: bagres, pintados, tarariras. Según algunos entrevistados, se pesca mejor en las lagunas, porque los ríos están sufriendo una pesca incontrolada por parte de extranjeros, sobre todo brasileros.

Caza

Caza de chanchos jabalí: se realiza con rifle y con perros. Se le dispara a la presa y luego los perros se encargan del resto matando al chancho. Se conserva la carne haciendo chorizos. El perro tiene un rol importante en esta técnica de caza, “cuando el chancho quiere atropellar a uno, los perros lo dan vuelta poniéndose adelante y te protegen”. Cuando los perros sufren heridas causadas por los jabalíes, se les pone azúcar para ayudar a cerrar los tejidos más rápido, “se curan más ligero que cosiéndolos”. A veces los perros mueren en esta tarea.

Caza de carpincho: los cazan con “armada” una trampa hecha con un lazo de alambre que se coloca en los caminos de los carpinchos en el bañado. Las personas que relatan esto dicen que es fácil cazar capincho, lo más difícil es cargarlo para venderlo. Actualmente la caza del carpincho está prohibida, pero se realiza de todas formas aunque en pequeñas cantidades.

Feria ganadera

Se documentó la actividad comercial de una feria de ganado (remate) de las cercanías de Villa Ansina, en Paso Casildo.

Los asistentes concurren a comprar o a mirar, como punto de reunión y encuentro. Muchos están muy atentos a la dinámica del remate mientras otros aprovechan la oportunidad para encontrarse, charlar en un ambiente familiar.

Los entrevistados señalaron que antes en los remates había fiestas camperas. Y eran actividades más solidarias y cooperativas “la gente se ayudaba sin pedir nada a cambio, también se juntaban para vacunar”.

Felisbero señala que hace unos 10 años, las ferias eran de 2000-3000 reces. “Eran más grandes y con más gente porque había menos ferias, ahora al haber más son más chicas. El ganado se llevaba a caballo, no en camiones como ahora”.

Contrabando

La cercanía de la frontera con Brasil promovió que la actividad de contrabando fuera usual, y una fuente importante de ingresos para muchos habitantes de la zona. Aún hoy lo es, aunque por ser una actividad ilegal no es fácil acceder a información sobre ella. No sucede lo mismo con los relatos de contrabando en el pasado, que muchas veces adquieren una dimensión épica. El punto de interés es tanto ver las relaciones del territorio más allá de las fronteras políticas, como los recorridos realizados por los contrabandistas eludiendo los caminos principales.

Según nos señala María “traían caña de Brasil en barriles de contrabando para vender. Iban a caballo y lo traían de ´carguero´. También se contrabandeaba fariña de mandioca, café, tabaco”. Las comitivas estaban compuestas por varias personas, solo hombres, y viajaban siempre de noche. Generalmente iban con alguien que era brasilero y que conocía el territorio allá.

Oficios

Domador

Este oficio es muy común en el campo, y en ocasiones es uno de los tantos oficios con los que cuenta un trabajador rural. Uno de los entrevistados en el Bar el Sol28, en Villa Ansina, no cuenta que cuando era domador, domaba de a 10 o 12 caballos, “en verdad los campereaba pa hacerlos prácticos para las tareas del campo”. Explica que para enseñarle se debe tirar del caballo, tirándole de las orejas. Nos comenta sobre el trato a veces duro entre los encargados de manejar los caballos y de las destrezas que convierten a uno en un buen domador.

Botero

Atanasildo, uno de los informantes clave, era botero en el Paso del Sauce a metros de donde vive actualmente. “Mucho tiempo que la gente no podía pasar porque no había bote”. “Hubo un tiempo que había mucha gente buscando trabajo por acá y se cruzaban por el paso”.

Lavandera

En Zapucay había lavanderas, lavaban ropa para los granjeros y los peones de granja. Francelina, que fue lavandera, lavaba en una tabla en la zanja de agua, sin pileta. Llevaba las bolsas de ropa en un petiso al arroyo Tacuarembó.

Dinora es hija de madre lavandera, Amadora Ferreira (fallecida), una de las lavanderas más conocidas de Villa Ansina. A Amadora los estancieros le traían la ropa en camioneta y ella tenía que llevarla al arroyo, donde la enjabonaba y fregaba en las rocas. El proceso consistía en enjabonar la ropa, ponerla al sol y lavarla nuevamente. Amadora se sentaba en una roca pequeña y fregaba en las rocas más grandes.

En esa época había unas 5 o 6 lavanderas de las cuales ya no hay ninguna. Amadora generalmente se juntaba con una lavandera a compartir la instancia de trabajo. En ocasiones Dinora la ayudaba.

Luego, Amadora pasó a lavar en un pozo de agua próximo a su casa. Ese pozo aún existe y está en buen estado. En el pozo se lavaba en una batea de madera que estaba al lado del mismo. Las ropas se colgaban en los alambrados próximos.

Hilanderas/os y tejedoras/os

Las hilanderas procesan el vellón, que es la forma en que la lana sale de la esquila. Para obtener una hebra con la que se pueda tejer, realizan un proceso que consta de diferentes pasos: lavado, cardado, hilado, y a veces teñido.

1.Lavado. Primero se lava con agua caliente para sacarle la cera, después con agua fría y luego con jabón y agua fría, golpeándola con una tablita para que no se apelmace. Después de sacado el jabón se exprime y se vuelve a golpear con la tablita y se deja secar. El lavado se hace todo a mano, un vellón lleva tres horas de trabajo.

2.Cardado. El siguiente paso es “abrir” la lana para aflojarla y deshacer los nudos, y cardarla, o sea peinarla con las cardas que son dos cepillos de alambre entre los que se peina la lana. De aquí sale la mecha para hilar (ver 4).

3.Hilado. Se realiza con un huso o “fuso”, o bien con una máquina casera de hilar, un pié de máquina de coser a pedal con una rueca de madera. Consiste en tornear la fibra para obtener una hebra. Algunas realizan un nuevo lavado después de hilar la lana.

4.Teñido. Para teñir la lana se pueden utilizar anilinas, o bien plantas o ropa vieja teñida. También se pueden utilizar plantas, como la carqueja, el molle y la yurabeba. De esta manera se obtienen los colores verde, morado o amarillo, respectivamente. La carqueja es el único vegetal que deja bien verde. También se usa el eucaliptus.

Fotografía -Hilandera Chica de Ansina cardando la lana. También se observa la máquina de hilar a la izquierda de la fotografía.

Una modalidad del tejido artesanal es el tejido en telar. El telar artesanal o casero consiste en dos palos gruesos y un hierro en el cual se enlaza la lana al hacer la urdimbre. Este telar se pone en sentido vertical y se trabajaba parado, separando los hilos con la mano para tejer y con una tabla para apretar el tejido.

Según Chica, ella antes fabricaba mantas y ponchos. A veces es necesario hacer el tejido en dos partes porque no alcanza el ancho del telar. “En una semana se puede hacer un jergón hilando toda la lana”. Para fabricar un poncho se trabajan dos vellones de lana, que es la parte de arriba de la lana de la oveja. El garreo y la barriga no la usan porque es una lana muy corta.

Ladrillero

En este caso se documentó en profundidad, todo el proceso de fabricación de los ladrillos, en video, audio y fotografía. Se realizaron varias entrevistas y observación participante durante 25 días.

El caso relevado es de una familia que practica el oficio de ladrillero, y que actualmente va por la tercera generación. Este oficio es practicado por toda la familia: Roberto (el padre de familia), Ethel (la mujer de Roberto), Fernando (el hijo de ambos, de 11 años) y Luis (hermano de crianza29 de Roberto).

El predio está ubicado en Pueblo de Arriba y cuenta con unas 10 hás. Está compuesto por un pequeño curso de agua que actualmente está rodeado por una serie de depresiones originadas por la extracción de tierra para la elaboración de los ladrillos.

Los dos hermanos empezaron a trabajar a los 10-11 años. Aprendieron de su padre, quien empezó con la olería. Fue accidentalmente, cuando se hizo su propia casa de ladrillos. Él vendió su máquina de esquila para comprar el terreno que tenía casas de terrones. Luego le empezaron a demandar ladrillos y se dedicó a la producción. Ellos no saben cómo aprendió su padre.

Según Luis, los principales gastos del trabajo provienen de las herramientas, de su mantenimiento y la leña para quemar. El aserrín lo traen del aserradero de al lado. La tierra es de ellos y la bosta se las da todo el mundo porque incluso “estás limpiando el campo”. La última vez que quemaron usaron solo bosta seca y no precisaron leña.

Las distintas etapas del trabajo se detallan a continuación:

1.Extracción de la tierra y abono.

Las dos materias primas fundamentales del proceso de trabajo son la tierra y el abono. También el agua juega un rol fundamental. La disponibilidad de la tierra adecuada y del agua es un requisito muy importante en la elección de un lugar para producir ladrillo.

Los dos mayores, Roberto y Luis, ayudados por Fernando, toman la capa de tierra superficial hasta unos 50 cm de profundidad, la llevan en carretilla hacia el pisadero donde la depositan. La tierra que se junta para el pisadero es de dos tipos: “negra y gredosa”, de las cuales se echa la misma proporción.

Fotografía -Roberto y Luis extrayendo la tierra para preparar el pisadero

Para llenar el pisadero se utilizan unas 100 carretillas de tierra y unas 30 de abono. El pisadero es una depresión de unos 4 mts de diámetro por 75 cms de profundidad en donde se coloca el barro con la mezcla de bosta para ser pisado por el caballo.

La selección del abono tiene que ver con la humedad del mismo. En verano está más seco y hay que humedecerlo, se usa también la cáscara de arroz o aserrín pero no es tan bueno como el abono. “En una hora se sale a buscar el abono, en los momentos libres que uno tiene y se va juntando”. Juntar el abono de caballo dura entre 2 y 4 horas en total. “Lo más difícil es preparar el pisadero.” (ver 6)

Fotografía -Luis mezclando la tierra, con la bosta y el agua en el pisadero

2.Sobado del barro

El pisadero se prepara para el sobado colocando agua, dejándose reposar toda la noche. La tierra queda rodeada por un canal por donde circula el agua al ser introducida, también es desde ahí donde se palea el barro que el caballo no llega a pisar.

Para el pisado del barro y el abono, se utiliza un caballo o dos. En ese caso uno va con jinete y el otro de tiro, si es uno solo, va con jinete. El pisado del barro dura todo un día, aunque se descansa al medio día (ver 7).

Tiene que quedar “como una goma” y con “olor a barro”, si se hacen ladrillos con el barro mal mezclado éstos se rompen, pero generalmente pierden muy pocos ladrillos, un uno o dos por ciento.

Cuando terminan de pisar, lo alisan superficialmente con la tabla que usan para el molde y después de 20 minutos le ponen aserrín para que no se seque.

Fotografía -Luis sobando la mezcla del pisadero

3.Cortado del ladrillo

El cortado del ladrillo se realiza luego que la mezcla está finalizada. Consiste en dar la forma definitiva del ladrillo. Lo que se obtiene en esta etapa es un ladrillo crudo o adobe.

Con una carretilla llena, cargada con 10 palas de barro se obtienen unos 25 ladrillos con un molde que genera 2 por vez. El molde mide 25 cm de largo por 12,5 de ancho. Los moldes los hizo Roberto, y estas medidas las dispuso él, corresponden al ancho del bloque. Su padre los hacía más grandes: 30 por 15 cm. “Los ladrillos de antes eran más grandes pero se fueron achicando. Cuanto más chica mejor para el productor de ladrillos”. El barro hay que apretarlo en el molde, es un trabajo repetitivo, siempre se hacen los mismos movimientos.

Fotografía -Roberto cortando el ladrillo con el molde que ellos mismos fabricaron.

Las mesas de trabajo las “inventaron” ellos. Cuenta Roberto que su padre cortaba poniendo el barro en un cajón, porque no tenían carretillas. Después tuvieron carretillas de tablas (ver 8).

Luego de cortar los ladrillos, se dejan secar en una “cancha”. La cancha es una superficie lisa y limpia en donde los adobes se dejan reposar para que se sequen. Una vez secos y sólidos, están preparados para ser colocados en el horno y proceder a su cocción (ver 9).

Fernando, el hijo de Roberto, sabe cortar y tiene su “canchita”, en la que saca unos 100 ladrillos. Roberto hace años que no corta ladrillos, se encarga Luis, porque es un trabajo que no le gusta.

Recuerda Roberto que en otras épocas cortaban hasta 4000 ladrillos por día, y además hacían todo el recorrido desde el pisadero hasta la cancha con el molde.

Fotografía -Luis secando los ladrillos crudos en la "cancha".

4.Quemado del horno

Para quemar los adobes se construye un horno con forma de pirámide trunca, con espacios huecos en la base. Estos huecos se denominan “bocas” y es donde se hace el fuego de la cocción. Una vez armado el horno, se recubre con barro para conducir el calor hacia la parte de arriba, de forma que no se disipe por los lados laterales (ver 10 y 11).

La dirección y potencia del viento es determinante para una correcta cocción. Con el viento norte “pasás un laburo, tenés que meterle fuego por los dos lados y quemar hasta la tardecita que para un poco”. Después de 2 horas se tapan las bocas de uno de los lados, para que el fuego suba directamente.

Fotografía -Luis y Roberto armando el horno.

Fotografía -Luis colocando leña en las bocas del horno.

En verano queman desde el mediodía para tomar una parte de la noche cuando la tarea se torna más agradable. Queman durante unas 8 o 10 horas seguidas. Después de apagado tienen 24 horas para que salga el vapor por arriba. Para que se enfríe deben esperar unos 3 días en verano.

Comercialización

En Montevideo cada ladrillo se vende a $2-3. Ellos lo venden a $1,5. Lo subieron este año de 1 a 1,5 porque hacía tres años que no lo subían, pero ahora como había más trabajo se pudo hacer. Ellos no le venden a barracas porque pagan mal. Antes le vendían pero ya no, solo en ocasiones cuando les sobran ladrillos.

Afirman que el bloque no es gran competencia porque es de peor calidad, es más húmedo, aunque admiten que es mucho más rápido construir con bloque (de hecho su casa tiene una parte construida con bloques).

Práctica/uso

El arado de la tierra

Para arar la tierra, existen diferentes prácticas: el arado con bueyes y con caballos. Se utiliza principalmente en la chacra, y está siendo sustituido por el uso del tractor.

Algunas personas argumentan que cambiaron de buey a caballo porque este último es más rápido, aunque otros afirman que el buey es mejor. Bebe Barreto nos afirma que llegó a trabajar en 40 cuadras con arado de caballo. El arado con bueyes lo utilizan muy pocas personas, y se documentó el proceso de amansamiento de estos animales para trabajar la tierra:

María, una mujer rural de la zona de Zapucay que vive en el campo con su hija Margarita y su marido Bebe, sigue utilizando su arado y los bueyes ya “que un caballo sólo es más difícil”. La mayoría de la gente abandonó el uso de los bueyes por el tractor, aunque algunas personas prefirieron el uso del caballo para arar. Ella prefiere el buey porque se cansa menos que el caballo. Ella aprendió a manejar los bueyes porque “se crió con buey”.

Respecto a los pros y contras de los bueyes, Maria dice que

los “pampas” (raza) son muy fuertes y buenos pero se agarran moscas en el ojo porque no pueden limpiarse al estar con el yugo y terminan cancerosos. Por eso lo mejor es que sean “enmascarados30” para que no se le llene de moscas.

Fotografía -María y Margarita colocando el yugo a los bueyes. Obsérvese que el buey que acaricia Margarita, es un buey “enmascarado”.

Los bueyes tiran del arado con yugo, anillo, cuata. El arado va atado al yugo, el cual se ata a las guampas. A veces no se usaba yugo, sino canga que tira desde el pecho. A ella le gusta más porque el animal queda más libre, puede mirar para el costado y sacarse las moscas. La madera que va sobre el cuello de los bueyes hay que trabajarla para que no los lastime, el sauce es buena madera para eso.

Generalmente se araba con yuntas de 2 bueyes, a veces una yunta pero a veces más de dos. Al costado de la yunta se ubicaba el tocador, quien guiaba a la yunta con una caña o palo con un clavito en la punta, con el que tocaba a la yunta.

Molienda con mortero de madera

La molienda con mortero de madera es una práctica que era muy común en los núcleos familiares de los poblados de la zona. Se llevaba a cabo generalmente para procesar el maíz y elaborar gofio, harina, mazamorra y polenta.

El mortero era un elemento fundamental en la cocina. Puede ser de varias maderas. El ceibo es más fácil para trabajar la madera. Algunos los hacen de madera dura como por ejemplo el eucalipto, aunque a veces se raja. El mortero se hacía por fuera con un corta hierro y el agujero se hacía con un taladro y quemando al final por dentro del mortero.

Muchas personas conservan sus morteros, su fabricación casera hace que muchas veces tengan un valor afectivo agregado. En ocasiones registramos morteros heredados de generación en generación, que actualmente estando fuera de uso, son conservados por su carácter simbólico (ver 13).

Fotografía -Mortero de madera perteneciente a Francelina (Pueblo de Arriba). Actualmente no lo utiliza más pero lo guarda como recuerdo de su niñez.

La mazamorra: Es el producto de la molienda de maíz con mortero de madera. El pisado del maíz era una actividad familiar que involucraba a las mujeres pero ocasionalmente a los hombres. El maíz se guardaba por un tiempo en galpones (ver 14).

El maíz se pisaba en un mortero de madera con dos manos de moler, se agregaba agua caliente, se golpeaba hasta que salga la cáscara y luego se hacía la mazamorra. Luego la ponían al horno a secarla, no a tostarla. El arroz también se pisaba para sacarle la cáscara.

Según Bety de Pueblo del Barro, “La mazamorra que se vende hoy no es igual a la que se hacía antes. La mazamorra linda es la que uno pisa en las casas, la que se compra ahora no es lo mismo, es más dura”

Harina de maíz: este tipo de harina se utilizaba fundamentalmente para la elaboración de pan casero. Se utilizaba el “maíz catete” (el maíz blanco). El proceso de elaboración era el siguiente: se secaba bien, se molía con molinillo y luego con molino de hierro fundido.

Fotografía -Granero de la casa de la família de ladrilleros, en donde se guarda el maíz cosechado.

Gofio: se elaboraba con ese mismo maíz, el cual se colocaba en la cocina, se tostaba y luego se molía.

Café de cebada: También se registró el procesamiento de cebada, la cual se trillaba con caballo y se cortaban con hoz. Revolvían la cebada y cuando estaba negra sacaban el café de cebada.

Prácticas culinarias

Las prácticas culinarias que se pudieron relevar estaban vinculadas a los huevos de Ñandú y a la elaboración de diferentes comidas a partir de la carne, que es el tipo de alimento que predomina en la zona.

Huevo de ñandú

Se usa mucho el huevo de ñandú para cocinar, se dice que equivale a 12 huevos de gallina. Una receta con el huevo es poner grasa en un sartén, hervir, poner cebolla verde picada y romper el huevo en el sartén.

Productos de carne

En la memoria oral de la zona existe una idea extendida de cómo la carne se ha convertido en un recurso escaso. A mediados del siglo XX, en las estancias se otorgaba carne como forma de pago, y en ocasiones se regalaba.

La elaboración de chorizos y de charque eran una de las formas de conservación que se utilizaban cuando no existía luz eléctrica. Los hombres en la campaña solían carnear y cortar los trozos y las mujeres preparaban los chorizos, los salames, “con recetas de nuestras abuelas: 2 medidas de carne, una de grasa de tocino pimienta y sal”. “Se perdió el hacer charque porque ahora comer con sal no se puede”. Cada cual carneaba para sí y sólo se regalaba a las mujeres que ayudaban. Para la preparación se invitaban vecinas y así se juntaban en los ranchos dónde se había carneado para compartir recetas y los quehaceres de la vida doméstica.

Manifestación artística

Este relevamiento en la zona apuntó a los músicos locales. Si bien existen varias personas en la zona que participan en las fiestas tocando algún instrumento o cantando, existen tres músicos locales a los cuales se hace referencia constantemente. Fue posible solamente entrevistar a dos de ellos, ya que el tercero estaba realizando un trabajo zafral fuera de la localidad.

Francisco Loza

Él aprendió a tocar en Montevideo, con un amigo, con él aprendió lo básico y luego fue autodidacta. Para él hacer música en Ansina es muy difícil, no hay apoyo, no hay forma de vivir de la música, además del peligro de tocar temas inéditos por temor a que alguien se los robe.

Antes se podía trabajar de la música pero ahora en los bailes casi no hay música en vivo. Su padre era músico y viajaba en un carro cuando lo llamaban para una fiesta. Francisco lo acompañó en varias ocasiones y nos señala que los bailes de hace 20 años, eran muy diferentes a los actuales. La música era solamente en vivo y sin amplificación, y el músico debía tocar toda la noche sin parar. En ocasiones su padre demoraba semanas en volver porque iba de fiesta en fiesta. Hay constantes alusiones a la movilidad de este tipo de práctica.

También nos asegura que los vínculos entre los vecinos eran mucho más estrechos y que en las fiestas se juntaban todos los vecinos. En ocasiones eran improvisadas.

Hitler Soca

Es el bandoneonista más reconocido de la zona. Llegó a tocar en varios bailes con una orquesta: Zapucay, diversas Escuelas de la zona, Laureles, Sierra de Arecuá, Minas de Zapucay, Las Flores, La Barranca, Pueblo del Barro, Pueblo Las Flores, Paso Los Novillos, Cerro Pelado. “La gente llevaba algo para tomar y comer y así se armaban los bailes. Para ganar dinero ´pasaban una boina´”.

Dice que el bandoneón se ha dejado de tocar debido a que la nueva música es más rápida. Ya no se escucha el tango, milonga, vals o el paso doble, como antes. Ahora es más cumbia con órgano, etc.

Cultos y creencias

Son varios los cultos y creencias que hay en la zona. El problema de su relevamiento es que en ocasiones se requiere un enfoque etnográfico más denso para acceder a éstas.

Huevos de ñandú.

Se trata de una creencia en la forma de recoger los huevos de ñandú sin que éstos abandonen el nido. El avestruz olvida el nido luego que alguien saca los huevos si no se toman precauciones, según Atanasildo “él patea”, o sea rechaza los huevos.

Para Atanasildo, “uno debe pararse viendo la posición del sol y no puede quedar la sombra arriba del nido”, de esa forma el avestruz no abandona el nido volviendo más tarde por los huevos que quedaron.

Ranchos quemados.

Según Atanasildo, “cuando un rancho se quema, el lugar queda lisiado” (queda maldecido) y si se construye otro encima también se quemará. Por eso siempre hay que construir el nuevo rancho en un lugar nuevo.

El viento.

Cuando el hornero hace el nido en el piso es viento fuerte. El viento pasa por donde no está la casa del hornero, si está en un bajo, entonces el viento pasa por un alto.

Cura de empacho

Según Bety el empacho “es cuando el gurí tiene fiebre alta, no quiere comer, se le nota que tiene el cuerito despegado, estralla”. Se le llama “tirar el cuerito”, consiste en estirar la piel del niño en una zona particular de la espalda. También se utiliza el té de cenizas: “una cuchara de cenizas puesta un día en un vaso agua fría no más”.

Ritual

Benceduras y simpatías

Bencer es una práctica muy extendida en la zona. Es un ritual que se realiza para lograr algún fin, cualquiera, desde la cura de un dolora hasta hacer llover. Existen personas (generalmente mujeres) que están especializadas en bencer. Los entrevistados no saben exactamente como se hace, porque ninguno de ellos es especialista. Pero coinciden en que se trata de una invocación en portugués y el manejo de algunas plantas medicinales.

Las simpatías están destinadas más que nada a lograr algún tipo de objetivo, no tanto a cuestiones de la salud. Según Bety, “para hacer llover se escondían cosas de una persona hasta que llovía y se entregaban”.

Fiesta Gaucha De La Virgen De Itatí

Se trata de una celebración anual que comenzó hace 10 años por iniciativa del cura de la parroquia católica, el Padre Miguel Berriel.

Fotografía -Autoridades eclesiásticas regionales en la fiesta de Itatí.

Tiene tres momentos principales en cuanto a lo ritual: la ceremonia del cambio de traje de la Virgen de itatí, con lo que se da comienzo a la fiesta, una misa “gaucha”, y una procesión de caballería gaucha hasta un rodeo donde se celebra una fiesta campera. Las actividades se realizan durante un fin de semana en espacios abiertos, públicos, y convocan a una buena parte del pueblo.

Ceremonia del cambio de traje: Se ofreció en el estrado distintas manifestaciones del baile y la música popular uruguaya y argentina. Se promueve un discurso que quiere justificar y explicar el proceso de culto a la virgen de Itatí, “una antigua tradición que combina elementos guaraníes y españoles”, y se incorpora el tema de la identidad “gaucha”.

Despojar a la virgen del vestido que lleva, quiere significar el despojarse del mal, siguiendo la tradición cristiana. “El que robaba, que ya no robe, sino que e fatigue trabajando con sus manos en algo útil”. Mientras un grupo toca el tema de la virgen especialmente realizado para el evento, comienzan a vestir a la virgen con sus nuevas telas.

Misa gaucha, procesión y fiesta campera: A la mañana del día siguiente (domingo) se realizó una misa en español y unas frases en guaraní.

Fotografía -Procesión de la virgen por la calle principal de Ansina.

Fotografía -El ruedo de la fiesta: el día de las celebraciones paganas.

En el campo de destreza se manifiestan los distintos jinetes, mientras los relatores describen las actuaciones e intercalan alguna payada de por medio.

La gestualidad de los jinetes es tan importante con el desempeño con el caballo, sus movimientos haciendo que golpean al caballo, agitándolo, magnifican la performance.

Fotografía -Actividades del ruedo. Jineteadas criollas.

Prácticas medicinales

A veces hay personas especializadas, “curanderos” o “yuyeros”, pero también hay conocimientos y prácticas generalizadas. La dificultad en las comunicaciones para algunas zonas de difícil acceso y la falta de médicos son las principales razones que argumentan los pobladores para el uso de estas prácticas.

Curanderos: En Zapucay cuando alguien se enfermaba era muy complicado porque no había médicos y era difícil trasladarse, máxime cuando había crecidas. El curandero era un viejito llamado Daorindo Von Der Pitten, y curaba con yuyos y vendajes con trapos y agua fría. También usaba enemas para los intestinos. También existía otro curandero popular llamado Pishinango.

Parteras: Eran mujeres que ayudaban en los partos. Generalmente era una actividad remunarada, que se pagaba con dinero o con comida u otro elmento de valor. Estas mujeres iban a la casa de las parturientas y las asistían. Actualmente no hay parteras en esa zona.

En Pueblo del Barro recogimos el testimonio de Beti y sus hijos. En el pueblo vivía una partera “que si estuviera viva tendría cinto y pico de años, fue la partera de aquí de todos nosotros pero hoy nadie tomó su oficio, sus hijas no se animaron a agarrar ese oficio”.

Uso de plantas o “yuyos”: en base a varias entrevistas, se relevaron los siguientes usos curativos:

Palma de la india, carnicera: cálculos en la vesícula: se curaba con yuyos, no se operaba.

Llantén: úlcera. Se toma con agua, puede ser con el mate.

Hinojo o funyo: puntadas, digestión, para que se e hinche el pecho cuando se da de mamar. Con el mate.

La ruda, el romero, el orégano: para el estómago, los nervios.

El taco de reina: sirve para el colesterol, para bajar la presión.

La hoja de la higuera: para bajar la presión, no tomaba remedio.

El ajo: es bueno para la gastritis, hay que tomarlo en ayunas.

El quiebra piedras (yuyo rastrero): es buena para la vesícula, hay que tomarla una semana y descansar. Es diurético y baja la presión. El cola de caballo es igual.

La hoja de mercurio: se usaba para curar heridas.

Una enfermedad que en la zona diezmó mucho a los pobladores, fue la fierbe amarilla para la cual no había cura con yuyos o benceduras.

Una práctica medicinal muy extenidda es el uso de ventosas para congestiones o cuadros similares. Según Nahir de Turupí, se debía colocar un algodón con alcohol azul en un recipiente de vidrio curvo que funcionaba de ventosa, el cual se debía colocar boca abajo en la espalda del enfermo. El fuego se apaga al poner la ventosa en la espalda y de esa forma se extrae el dolor.

Memoria Oral

Constantemente las entrevistas y charlas nos remiten a un pasado en comunidad que se vivía en los poblados de la zona que ahora han desaparecido: Zapucay, Turupí y Los Vazquez. Se trata de un pasado en donde los vínculos entre los pobladores eran más estrechos, en donde las familias eran más numerosas, más pobres pero trabajadoras. En donde la reciprocidad era mucho más fuerte, y en donde existían diversos tipos de fiestas de pequeña escala que servían para reforzar los vínculos sociales. Claro que esta es una visión totalmente descriptiva y superficial, ya que en estos pasados idealizados existen enormes contradicciones que no permiten explicaciones racionales en términos economizantes. Contradicciones que deberán ser analizadas en el maro del pasaje a la modernidad, ya que estos poblados están recién entrando en ella de forma muy acelerada y descontrolada, generándose como consecuencia más clara el despoblamiento rural.

Turupí

El Poblado: El espacio que corresponde al pueblo es de unas 10 hectáreas. Antes en el pueblo, había muchas casas, unas 50 casas como mínimo. Según Nahir “estaba una al lado de la otra, la mayoría eran de terrón o de palo a pique”.

Fotografía -Ranchos abandonados en Turupí

El pueblo contaba con unos 200 habitantes, con 80 niños en la escuela, atendidos por un maestro solo. El pueblo tenía un destacamento pequeño, del cual quedan restos de su ubicación.

Nahir cuenta que fue con 2 años que se mudó allí. Vivía en una casa de terrón, larga, con 4 piezas, construida por su abuelo y su tío. Era de techo de paja con la cocina afuera. La casa duró 100 años, y se cayó porque la abandonaron.

Los Vazquez.

Este pueblo surge como consecuencia de un gran fraccionamiento de una propiedad que pertenecía a la familia Vázquez. La cantidad de hermanos (fracciones) que se generaron es una cifra un tanto incierta, pero se estima que eran unos 17.

Estas fracciones fueron pobladas por varios de estos hermanos y luego se acercaron más vecinos de la zona y el poblado contaba con unas 100 personas. En el pueblo la vida estaba basada en el núcleo familiar, con productores de pequeña escala con finalidad doméstica fundamentalmente. Las principales fuentes de trabajo eran las estancias vecinas, las cuales se fueron tecnologizando y necesitaron cada vez menos personal.

Luego de otros fraccionamientos más los terrenos ya eran muy pequeños para mantener la unidad doméstico productiva por lo que se fueron abandonando.

Zapucay

Este poblado ocupa una zona un tanto más amplia, compuesta por varios grupos de concentraciones de casas, todas ellas actualmente abandonadas. No son muchas las referencias a las formas de vida en este poblado. Las referencias más recurrentes son a la escuela de Zapucay, a la cual asisitían unos 200 niños que llegaban de varias zonas a caballo.

La unidad de producción era la familiar, y la práctica de agricultura a pequeña escala (huertas) y la cría de animales de consumo doméstico como cerdos y gallinas eran muy común.

Los Trabajos

La fuente de trabajo principal de estos poblados eran las estancias, en donde había hasta 12 peones por estancia: el casero, el chacrero, etc., mientras que ahora hay uno o dos. El sustento de las familias se producía en las quintas propias. “El pueblo era un pobrerío”, nos dice la Sra Barreto, que recuerda con nostalgia ese pobrerío que según ella también era más sano.

La madre de Nahir vendía huevos y con el dinero que ganaba, compraba el surtido para la casa. Esto fue en el año 1941, fecha en que se recuerda una gran sequía.

Comercios

Si bien existían varios comercios pequeños, la Pulpería de Turupí era la más importante de la zona. Era una casa comercial de gran importancia en la zona, abastecía a toda la zona de los productos traídos desde otros lugares. Allí se podía comprar provisiones y se podía beber, funcionaba también como bar. También era como una pensión porque venía gente con el cargamento desde Montevideo, una vez por mes.

Todos los estancieros de la zona compraban en la pulpería y realizaban el pago a fin de año. A fin de mes todos estaban ansiosos esperando la mercadería, y en ocasiones con las crecientes del río se dificultaba el abastecimiento.

Atanasildo recuerda que “en ese tiempo había un mundo de boliches, había 6 boliches”. La gente se juntaba los fines de semana, tenían para jugar a las bochas, había pencas. “En la pulpería, había lugar para los peones y para los ricos, donde se pagaban las cuentas. Había rejas porque dos por tres se peleaban a facón.”

Había un barco que abastecía a la pulpería con mercadería de Montevideo. Ésta era transportada desde el barco en carros tirados por caballos, que cargaban 1500 kgs cada uno. El barco venía cada tres meses y navegaba por los ríos Yaguarí y Tacuarembó.

Bailes y festejos

Es un tema que surge con mucha frecuencia en las entrevistas, teñido de nostalgia y cierta idealización. Los festejos, las actividades recreativas de los pueblos de campaña, dan cuenta de una red de relaciones sociales muy estrecha, especialmente teniendo en cuenta los múltiples vínculos de parentesco que existían entre los pobladores.

La escuela era un centro social importante, allí se organizaban pencas (carreras de caballos en pista) a beneficio de la escuela “para juntar plata para los niños pobres”, que contaban con 400 asistentes.

Según nos relata Nahir, en las noches las personas se reunían y “había baile en una casa, lotería en otra, bailanta en otra, truco en otra”. En la Escuela de Turupí también se celebraban bailes. Los bailes se realizaban con música de instrumentos, guitarra, acordeona, bandoneón, o bien con vitrola a la que había que darle manija.

Comunicaciones

El transporte y las comunicaciones en estos poblados eran dificultosos. Al ser zonas bajas las crecientes del río causaban el aislamiento de la zona y la falta de alimentos.

Luego la caminería tuvo enormes mejoras pero también tuvo consecuencias fatales para los poblados que quedaron lejos de las grandes vías de circulación.

Despoblamiento

Según el Sr Viera, la causa principal del despoblamiento rural de la zona fue la exagerado fraccionamiento de los campos, la falta de trabajo y la consolidación de vías de comunicación principales y secundarias. Según él “aquellos pueblitos que quedaron lejos de la carretera fueron desapareciendo. Mirá Ansina o Pueblo del Barro, que están en la 26, están cada vez más grandes”

Uno de los clientes, de 60 años aproximadamente afirma que los pueblos se terminaron porque “los sueldos no daban y (los habitantes) se amontonaron en un lugar donde no hay una fuente de trabajo”. Por otra parte, también “Ahora pobreza no hay, falta de ganas de trabajar. Tenemos dos quintas pero cuando se va a buscar empleados no se consiguen.” También responsabiliza a los actores políticos,

Siempre los políticos se acordaron de los ricos, para hacer un camino pa los pobres nada. Solo aparecen cuando está llegando la elección ahí se mueren por figurar y escuchar los pedidos de la gente luego se esconden.

Fotografía -Abandonos de la zona. Huellas del despoblamiento rural.

Otros

Extranjerización de la tierra.

Pudimos reconocer diversas formas de posicionarse frente al empleador según su nacionalidad, generalmente propietario de grandes campos. En el caso de empleadores argentinos o uruguayos, existe una buena percepción de los mismos, afirmando que si bien cada vez es menor el trabajo ofrecido (disminuye mano de obra), las condiciones laborales son aceptables.

Pero en el caso de los empleadores brasileros, la percepción sobre ellos es muy negativa, ya que se afirma que generalmente no emplean mano de obra uruguaya y que sus empleados son brasileños y trabajan informalmente en muy malas condiciones.

También es normal que se afirme sobre estos propietarios brasileños, que evaden impuestos y que su actitud frente a la tierra es totalmente destructiva. Referente a la pesca, también existen varios relatos que testimonian la pesca ilegal en los ríos y para contrabandear el pescado para el Brasil.

Idioma

En casi toda el área relevada existe lo que se denomina DPU (dialectos del portugués en el Uruguay). Para muchos de los pobladores ésta es su lengua materna, pero fue duramente reprimida a través del sistema escolar, y la mayoría de la población habla también la versión regional del castellano que se habla en el resto del país.

Esta lengua o dialecto particular está muy vinculada a la infancia de los informantes y a sus vínculos familiares más estrechos, pero al mismo tiempo tiene un estatus inferior.

En la zona se la denomina de varias formas, algunas despectivas: portuñol, carimbao, brasilero. Nahir menciona los problemas con la lengua, como se “mezclaron la lengua brasilera y la española”. Su maestra no la dejaba hablar “mal” a ella, pero sus padres sí. “Fue una dificultad la escuela para nosotros”. Ella y su hermano son de los pocos que hablan “bien”, aunque a veces entre ellos hablan en “carimbao”. Su valoración es que “el carimbao es para la gente que no quiere hablar ni castellano ni brasilero”. Ella no enseñó esta lengua a sus hijos, “siempre les enseñé bien a mis hijos”.


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