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EFICIENCIA, SOSTENIBILIDAD AMBIENTAL Y EQUIDAD INTERGENERACIONAL EN LOS MODELOS DE GENERACIONES TRASLAPADAS: LECCIONES DE POLÍTICA

Víctor Hernán Aguiar Lozano


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1.1.10 Rawls y el velo de ignorancia.

La pregunta fundamental de Rawls consiste en la posibilidad de determinar o encontrar principios de justicia universalmente obligatorios. Es decir, que sean aceptados por todos los miembros de una sociedad determinada. Su idea principal consiste en que tales principios sólo pueden ser objetivamente obligatorios cuando: fueran seleccionados por hombres, que puestos en una situación primitiva o estado de igualdad –punto original-. Cuando esos hombres deciden libre y racionalmente guiados por sus propios intereses (Müller-Planterberg, 2001).

Rawls propone una situación abstracta donde, en un acto conjunto, se escogen o eligen los principios sobre los cuales se asignarán los derechos y deberes básicos y de qué manera se determinará la división de los bienes sociales. Se decide de antemano los principios fundamentales de su sociedad. Esto se lo hace mediante la reflexión individual racional de lo que constituye el sistema de fines que perseguirá. De esta manera un grupo de personas –un parlamento por ejemplo- tiene que decidir lo que significará justo e injusto. La elección se la hace en la situación hipotética de igual libertad. De existir la solución a este problema, se determinará los principios de la justicia (Rawls, 1971a).

La idea de la posibilidad de un unánime acuerdo sobre, principios que sean justos o imparciales –justice as fairness, justicia como imparcialidad-, tiene similitudes con la teoría del contrato social de los siglos XVII y XVIII (Müller-Planterberg, 2001). En este caso se tiene como condición previa que las personas participantes no sepan cual será su futuro lugar en la sociedad real, sino que ellas se encuentren más bien detrás de un “velo de la ignorancia”. Como Rawls lo expresa:

Entre los rasgos esenciales de esta situación está el de que nadie sabe cual es su lugar en la sociedad, su posición, clase o status social; nadie sabe tampoco cuál es su suerte en la distribución de las ventajas y capacidades naturales, su inteligencia o su fortaleza, etc. Supondré, incluso, que los propios miembros del grupo no conocen sus concepciones acerca del bien, ni sus tendencias psicológicas especiales. Los principios de la justicia se escogen bajo un velo de ignorancia. Esto asegura que los resultados del azar natural o de las contingencias de las circunstancias sociales no darán a nadie ventajas ni desventajas al escoger los principios. Dado que todos están situados de manera semejante y que ninguno es capaz de delinear principios que favorezcan su condición particular, los principios de la justicia serán el resultado de un acuerdo o de un convenio justo. (Rawls, 1971a, p. 25).

Para Müller-Planterberg (2001) los hombres en el estado original tienen que tener, pese a la ignorancia de sí mismos, un mínimo de conocimientos básicos en economía, sociología y psicología para poder establecer principios que deben valer para la sociedad real. Los hombres en estado original son representativos, ya que cada uno de ellos se encuentra en la misma situación de todos los otros. Según este autor, la tarea de los teóricos de la justicia y los filósofos sociales es determinar los pasos o procedimientos de las -necesariamente justas- negociaciones de los hombres en estado original y establecer, porqué serán elegidos determinados los principios de justicia de esa sociedad.


 

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