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EFICIENCIA, SOSTENIBILIDAD AMBIENTAL Y EQUIDAD INTERGENERACIONAL EN LOS MODELOS DE GENERACIONES TRASLAPADAS: LECCIONES DE POLÍTICA

Víctor Hernán Aguiar Lozano


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1.1.4 Generaciones Traslapadas e incertidumbre

El tratamiento anterior del Modelo de Generaciones Traslapadas ha sido hecho en un mundo ideal de certezas. Las personas, se supone, tienen total conocimiento sobre el futuro, lo que no es cierto. Por este motivo, la teoría de la elección bajo incertidumbre puede ser útil para volver al modelo más aplicable a la realidad.

Sobre todo, si se trata de introducir una dimensión ambiental y más aún ecológica dentro del modelo de generaciones traslapadas, la incertidumbre estará presente. El tratamiento del modelo de generaciones traslapadas puede ser extendido al caso de un modelo con incertidumbre, si utilizamos una función de utilidad para la generación representativa del tipo von Neumann-Morgenstern, una utilidad de valor esperado de tipo lineal con probabilidades objetivas (Mas-Collel et al., 1995): (1.2).

Otra manera de introducir, la incertidumbre dentro de este modelo es utilizando las expectativas (Lozano, Villa, & Monsalve, 1997). El problema radica en identificar y en justificar el uso de un tipo de expectativa sobre otra. En los últimos quince años, algunos economistas han sugerido abordar el problema, ya no con la hipótesis de expectativas racionales, sino con la noción de reglas de aprendizaje (Lucas, 1986; Marcet & Sargent, 1989). Con estas hipótesis, el modelo MGT a veces converge al estado estacionario, lo que hace de éste un posible estado económico de largo plazo. Sin embargo, otros han mostrado que esta propiedad sufre de una "falta de generalidad inherente" (Lozano et al., 1997): aunque ciertas reglas de aprendizaje en ciertos modelos producen equilibrios económicamente significativos, otras reglas en otros modelos sólo aumentan el número de trayectorias de equilibrio posibles (Grandmont & Laroque, 1991). Debido a la falta de generalidad, Lucas (1996) cree que es imposible entender el problema de la indeterminación de equilibrios por métodos puramente matemáticos.

El reto de Lucas para encontrar un método puramente matemático ha llevado a que se exploren métodos de dinámicas de aprendizaje que tengan un alto grado de generalidad. Actualmente se cree que el ingrediente necesario para alcanzar esa generalidad es la diversidad de expectativas: la admisión de muchas reglas de expectativas diferentes en el mismo modelo parece reducir la posibilidad de que las características cualitativas del modelo dependan de unas reglas particulares de expectativas o de unos parámetros específicos (Lozano et al., 1997).

1.1.5. Criterios de óptimo económico

Teorema del bienestar y óptimo de Pareto.

El criterio estándar para analizar el óptimo de una economía, es el establecido por el economista italiano Vilfrido Pareto. Una situación es considerada Pareto óptima si una economía utiliza sus recursos y tecnologías eficientemente, tal que no sea posible cambiar la organización de la producción y distribución de bienes para que un consumidor esté mejor, sin empeorar la situación de otro. Este concepto no garantiza la equidad o criterios de justicia. Una asignación puede ser óptima en el sentido de Pareto pero completamente desagradable desde el punto de vista de casi cualquier juicio ético. Sin embargo la optimalidad en sentido de Pareto es un test mínimo para la deseabilidad de una asignación, al menos garantiza la ausencia de derroche (Mas-Collel et al., 1995, p. 312).

Desde este criterio se establecen dos teoremas fundamentales de la Economía del Bienestar. El primer teorema fundamental establece las condiciones bajo las cuales las condiciones de mercado son: óptimo de Pareto. Es una expresión formal de la mano invisible de Adam Smith. Estas condiciones establecen que haya mercados completos y que los participantes sean tomadores de precios. Se resume en que todo equilibrio competitivo es Pareto-óptimo. El segundo teorema fundamental establece las condiciones bajo las cuales un óptimo de Pareto puede ser soportado como un equilibrio de precios con transferencias. Se resume en que toda asignación que sea óptima en el sentido de Pareto puede ser alcanzada como un equilibrio competitivo luego de una adecuada redistribución de suma cero de la riqueza (Mas-Collel et al., 1995, pp. 552,551).

Mejoras en el sentido de Pareto con transferencias.

El Primer Teorema no implica, que el bienestar social es mayor en una economía competitiva y descentralizada. En cuanto al Segundo Teorema, argumenta que cualquier asignación Pareto-óptima puede ser alcanzada como un equilibrio competitivo siempre que se haya hecho una apropiada redistribución de recursos (Hochman & Rodgers, 1969). Luego, el óptimo social puede lograrse como un equilibrio competitivo si es acompañado de una apropiada política social. Nótese que un óptimo social no requiere que el "planificador" maneje centralizadamente a la economía para dirigirla hacia el óptimo social, sino que arregle una distribución inicial de las dotaciones y deje luego a los mercados competitivos privados encontrar su propio camino hacia el óptimo social (Mas-Collel et al., 1995).


 

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