LA EDUCACIÓN PARA LA DEMOCRACIA: LA EXPERIENCIA DEL IFE

LA EDUCACIÓN PARA LA DEMOCRACIA: LA EXPERIENCIA DEL IFE

Carlos Alejandro Montes de Oca Estrada (CV)

Volver al índice

11. Conclusiones

Con todos los hallazgos referidos en el apartado anterior, podemos concluir – como lo planteamos en la hipótesis - que el programa “Educación para la democracia” del IFE no se justifica, puesto que no incide significativamente en sus pretensiones de formar a la ciudadanía en esa orientación, por lo que nos parece resulta una simulación.

Que la responsabilidad de la formación ciudadana es una actividad de todo el Estado, en la que las autoridades educativas, tanto federales como locales, deben asumirla en serio y plenamente.

Que las autoridades correspondientes deben llevar a cabo una política educativa para la democracia con el concurso de todos los expertos en la materia y comprometerse a aplicarla inmediatamente.

La legitimidad misma de la democracia descansa en parte en lograr una profundización de la cultura democrática. Así el desafío de lograr este cambio de cultura no puede ser subestimado. Frente a ello nos preguntamos: ¿Cómo puede el sistema educativo las escuelas formar futuros ciudadanos comprometidos con valores democráticos cuando otras instituciones (el sistema de justicia, el sistema electoral, el sistema de partidos políticos, las instituciones productivas, las familias, las instituciones religiosas, por ejemplo) reflejan y reproducen valores y prácticas autoritarios? ¿Cómo promover las actitudes democráticas en contextos donde el gobierno o la oposición política al gobierno no autorregulan su participación con normas ajustadas a la práctica democrática? Es claro que la acción de las escuelas sólo puede contribuir parcialmente a la conformación de una cultura democrática en procesos de cambio social más amplios en los que otros cambios institucionales serán esenciales y no con paliativos o simulaciones desde la propuesta del IFE.

Es claro que la acción de las escuelas sólo puede contribuir parcialmente a la conformación de una cultura democrática en procesos de cambio social más amplios en los que otros cambios institucionales serán esenciales y no con paliativos o simulaciones desde la propuesta del IFE.

No se reconocen las profundas disparidades que las estructuras económica-políticas generan en las condiciones de vida de los alumnos, en su capital cultural y sus repercusiones en el trabajo docente; tampoco se tocan las rígidas jerarquías, la pesada burocracia, la corrupción y simulación entre la Secretaría de Educación y las cúpulas del sindicato de maestros

Mientras para el Banco Mundial la eucación pública deba ser rentable y varias de las áreas educativas señaladas en el “Acuerdo para la Calidad Educativa” (7) reciente signatura, se abran a la participación del capital privado, como la capacitación docente, la certificación de habilidades, la evaluación, se sigue negando a capacidad acumulada y los conocimientos generados en torno de la escuela pública en los institutos y universidades mexicanos, así como la participación de los actores centrales: los docentes mismos.

En la perspectiva neoliberal del BM merece atención solamente la pobreza extrema. La pobreza y a sus secuelas en las familias de los escolares es un factor que explica el fracaso escolar, por lo que atender la pobreza extrema de los alumnos es insuficiente, cuando se requiere un cambio en la política económica y social que ponga en el centro la creación de condiciones favorables para alcanzar el disfrute de la plena democracia y los derechos humanos de más de 60 millones excluidos, por lo que no es suficiente darle unos pesos a las familias en extrema pobreza para quitarles el hambre, porque para que los padres puedan brindarle a sus hijos las bases educativas que les permitan aprender en la escuela requieren condiciones para gestionar una vida digna, y no de zozobra, inseguridad, falta de tiempo y de calma que padecen actualmente.

Notas:

1. El Banco de México reportó en 1996 que 75 por ciento del dinero depositado en los bancos del país estaba en manos de 2.5 por ciento de los “ahorradores”, mientras el restante se lo disputaban 97.5 por ciento de los cuentahabientes; en quince años se produjo una concentración de riqueza tan injusta como la que existió aquí durante el virreinato. Eso no fue suficiente: la Constitución fue modificada para que un ciudadano mexicano, hijo de extranjeros, pudiera ser presidente de la República, obtuviendo la primera magistratura del país, encabezando “un gobierno de empresarios por empresarios para empresarios”, en sus propias palabras.

1. En los Artículos 26 y 27 de dicha Carta pusieron énfasis en la necesidad de desarrollar una cultura democrática para acompañar las reformas políticas democráticas. En particular, el artículo 27 estipula que “se deberá prestar especial atención al desarrollo de programas para la educación de la infancia y la juventud como un medio de asegurar la persistencia de los valores democráticos, lo que incluye la liberad y la justicia social” (OEA, 2004).

2. El neoliberalismo: consiste en el adelgazamiento o abdicación de responsabilidades propias del Estado, como las propias en materia educativa, expresándose a través de políticas modernizadoras tendientes hacia la privatización, la descentralización, la reducción del presupuesto público para el rubro educativo, así como la modificación curricular al servicio del mercado, bajo el encuadre regulador de sistemas de evaluación de la función de los centros escolares y del desempeño docente tanto en el medio rural como en el urbano en todo el continente.

3. Entre 1940-1970 el analfabetismo entre adultos se abatió significativamente, en un 26%, así como la población mayor de quince años sin ninguna instrucción pasó del 75.6% al 31.6%. Sin embargo, para 1985, el índice escolar de la población era de 5.11 grados, mientras que sólo una pequeña franja social ha tenido acceso a la educación superior.

5. No debemos olvidar que la época en que se implanta esta teoría en América Latina, es cuando se dan - los 70 y 80 – las luchas guerrilleras y otros focos de resistencia social sobre todo en Argentina, Bolivia y México, y en Chile en 1973 se da el golpe de Estado y se instaura una dictadura militar y por su parte en Argentina en esa misma década se lo mismo, como contraparte a la implementación de la guerra fría, donde en el plano político ideológico eran fundamentales para, en este caso, el fortalecimiento del capitalismo ante su corriente ideológica opuesta: el socialismo.

6. En la década de los sesentas y setentas, representó el periodo de máximo crecimiento de instituciones y matrícula de la educación en México, donde esta idea del crecimiento y desarrollo implícitos y necesariamente articulados a la educación se dio como base de la política social y educativa de la nación. Se desencadena una política de institucionalización de la teoría, que impacta en muchas partes del mundo, Latinoamérica y nuestro país no son la excepción.