ESTRATEGIAS EDUCATIVAS

ESTRATEGIAS EDUCATIVAS

Horacio Mercado Vargas
Litzajaya Mercado Vargas

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LA ENSEÑANZA Y EL APRENDIZAJE

Con frecuencia se trata de separar a la enseñanza del aprendizaje, sobre todo cuando a la enseñanza se le ha considerado como simple transmisión de la cultura de la generación adulta a los jóvenes; en esta concepción a una acción de enseñar, corresponde una acción de aprender, como si este proceso fuera un acto mecánico más propio de las máquinas. De ninguna manera se puede separar, como tampoco conviene olvidar la influencia de diversos factores de tipo pedagógico, sociológico y emocional, condicionantes de los resultados.

La maduración está enlazada al aprendizaje, manifestándose como un cambio duradero en la conducta, en la percepción y motivación, o en algunas combinaciones de esas características; registrando diferentes rasgos, influyendo la edad, las vivencias, la percepción del tiempo, la interacción en su ambiente familiar, escolar y social.

De tal manera la maduración en los jóvenes trasciende a la capacidad para enfrentar un mundo tan complejo, interpretar abstracciones o generalizaciones, aunque por otro lado se piensa que el hecho de percibir, comprender, imaginarse cosas y tratar con las ideas es una condición de la naturaleza humana, como las necesidades orgánicas; biológicamente se caracteriza por sus capacidades superiores de conocimiento y discernimiento.

A diferencia de otras especies el hombre aprende los patrones de la conducta humana, la dependencia de los adultos hace que los muchachos adquieran la cultura del grupo en el que se desenvuelven, utilizando su inteligencia y capacidad para comunicarse mediante el habla, la escritura y otros símbolos; los miembros de todas y cada una de las generaciones construyen ideas, costumbres y tradiciones de la generación precedente; en si la cultura es una herencia social, resultado del aprendizaje acumulado por muchas generaciones.

El aprendizaje abre ciertos dispositivos para enriquecer el contacto con el mundo, destacándose la experiencia para entender un mundo de simbolismos; con lo cual se obtiene satisfacciones por razón del uso de las capacidades naturales y adquiridas, en el proceso mismo del aprendizaje concreto o abstracto.

Los psicólogos y pedagogos han tratado de averiguar cómo se aprende, en respuesta han desarrollado y probado hasta cierto punto ideas sobre la naturaleza del proceso de aprendizaje; desde el siglo XVIII nacen teorías más o menos sistematizadas explicando la mejor forma de llevar a cabo el proceso enseñanza-aprendizaje, en oposición a las existentes surgen otras tesis, incorporándose a las antiguas y desplazándolas posteriormente.

En las situaciones de la vida diaria el aprendizaje no constituye un problema, cualquier persona da por hecho que se aprende a partir de la experiencia; sin preocuparse por la naturaleza del proceso, los padres enseñan a sus hijos, la educación se efectúa indicando y mostrando cómo hacer las cosas.

Es a partir de la propagación de escuelas como ambientes especiales para facilitar el aprendizaje, que la enseñanza dejó de ser una materia simple; los temas ejercitados ya sea de administración, contabilidad, álgebra o geometría son diferentes de lo aprendido en la vida cotidiana, incluso en ocasiones no se aprecia con claridad su importancia en la resolución de problemas.