ESTRATEGIAS EDUCATIVAS

ESTRATEGIAS EDUCATIVAS

Horacio Mercado Vargas
Litzajaya Mercado Vargas

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INSTRUMENTOS DE MEDIACIÓN

La influencia de los instrumentos de mediación en los procesos mentales considerados artificiales y de origen social; pueden ser el lenguaje, la escritura, los esquemas, los mapas, los dibujos, las obras de arte, etc. Por razón de estos sistemas simbólicos culturales externos, el estudiante y profesor se dominan a si mismos, y es con el lenguaje que se marca la actividad del avance humano, potencialmente la memoria se considera una función apoyada y transformada activamente con el empleo de códigos.

Condicionantemente los instrumentos y los signos de mediación, actúan en la interacción de estudiantes, alumnos-maestro, constituyendo un apoyo en la construcción del conocimiento; el carácter de utilizar estos medios varía por el contexto escolar y por el propio desenvolvimiento de los sujetos.

El lenguaje es el camino para darle sentido a las actividades escolares, su evolución puede ser relevante, cuando los alumnos aprenden a usar la comunicación, permitiéndoles ir más allá de sus experiencias previas, llevándolos a analizar acciones futuras y tener una visión amplia de las repercusiones.

Los instrumentos psicológicos y materiales, son la cosecha de la actividad histórico-cultural de la humanidad; “han pasado de la historia a la naturaleza, con cierto aspecto invisible común y corriente en un mundo de experiencias, por lo tanto llevan consigo inteligencia porque surgen de ideas de algún individuo o comunidad; a medida que se hacen invisibles para el uso de otros es más difícil verlos como portadores de inteligencia, en cambio la inteligencia reside en la mente individual que los aplica”.

Las personas y los objetos son considerados instrumentos mediadores; Vygotsky en sus postulados estimaba tres categorías de mediadores: instrumentos materiales, psicológicos y los mismos seres humanos, con distintos grados de influencia en proporción al lugar interactúante. Descubren un doble sentido, al mismo tiempo son ideales y materiales, sus usuarios y creadores revelan una correspondiente dualidad de pensamiento en el aquí y ahora material inmediato, capaz de contemplar lo lejano, incluyendo el lenguaje como necesidad objetiva que le da sentido al quehacer educativo, con toda una carga de contenidos cognitivos y afectivos.

Dicha postura observa la conciencia generada por la influencia de la herencia transmitida de generación en generación, por los conocimientos, las experiencias, por los instrumentos simbólicos; la naturaleza social y las experiencias de otros, el individuo sólo es consciente de si mismo en y mediante su interacción con otros; por la existencia de imágenes y esquemas mentales previos a la acción en si, la experiencia de los estudiantes siempre está presente en dos planos, el de los acontecimientos reales y el de sus esquematizaciones cognitivas internas.

Vygotsky concibió al estudiante emprendedor de actividades por razón de la mediación de otros y por la mediación del adulto, por lo tanto toda la conducta se sujeta en los enlaces sociales; la mediación se hace posible por la intervención en las actividades de otras personas y con terceras en un contexto socio-cultural.

Para otros escritores la actividad práctica es el eje mediador más importante por el cual el hombre asimila toda la cultura social e histórica de su medio, predominando el análisis psicológico, la acción mediada culturalmente y tendida a lo largo de la memoria.

Holland y Cole (1995) aplican la teorías de los esquemas y la del discurso, para ampliar el concepto de artefacto cultural; la disertación se maneja para comprobar la mediación actuante en el escenario social, si se pueden considerar productos culturales y si muestran legados históricos verdaderos; avalando al lenguaje y los relatos, la inducción de los esquemas para examinar las posibilidades de representaciones mentales formadas y modificables socialmente.

Al respecto Anderson (1980) se ocupa de la habilidad de los seres humanos para construir esquemas en las correlaciones detectadas en situaciones de estímulo, no obstante, denotan métodos no muy claros de pensar, pero pueden ser de utilidad en algunos casos para reconocer objetos, formar opiniones, comprender relatos, y conducirse de otras maneras; abordan eficazmente el procesamiento de información que demandan las exigencias vigentes, para extraer y categorizar conjuntos de experiencias en el proceso educativo.

Bruner y Nelson, distinguen en los esquemas; perfiles mentales, pautas del lenguaje y de acción, nociones de símbolos cognitivos configurados culturalmente actuantes en el intercambio social y en ciertos contextos específicos, pueden ser métodos para interpretar los diseños de conocimiento.

Categóricamente Bruner (1990) y Wertsch (1998) examinan la narración y los textos históricos como instrumentos de mediación culturales, o estructuras de artefactos sociales, intermediando estratégicamente las actividades pedagógicas.

Mientras algunos en la formulación de los esquemas incluyen la interacción social, al lado del discurso y el significado de palabras; para otros los esquemas omiten una enorme cantidad de información y no es aprovechado el potencial visual, acústico, sensorial y propositivo del conocimiento.