LA EDUCACIÓN JURÍDICA AMBIENTAL EN LA EDUCACIÓN AMBIENTAL PARA EL MIZC. 
PROPUESTAS Y CONSIDERACIONES GENERALES

LA EDUCACI?N JUR?DICA AMBIENTAL EN LA EDUCACI?N AMBIENTAL PARA EL MIZC. PROPUESTAS Y CONSIDERACIONES GENERALES

Aylí Díaz Bacallao

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2.3.1.2 Estrategia Nacional Ambiental para el período 2005-2010.

Los profundos cambios en la realidad económico-social del país, en consonancia con los procesos que tuvieron lugar desde inicios de la década de los 90, han tenido una marcada influencia en la política ambiental nacional. A partir del año 2004 comienza el necesario proceso de adecuación de la ENA de 1997. La nueva estrategia elaborada para el período 2005-2010 conserva el núcleo de sus elementos principales, pero ha sido diseñada para responder a las actuales exigencias de la política ambiental nacional e internacional.

Aún sin ser aprobada oficialmente la nueva estrategia plantea, entre las bases para el logro del desarrollo sostenible, el desarrollo de una conciencia ambiental de la población y su participación activa en la solución y prevención de los problemas ambientales existentes.

En ella están definidos además, los principios en que se sustenta el trabajo ambiental en la actualidad. Estos son algunos de ellos:

 El principio No.7 concibe la participación activa de todos los actores sociales, tanto a nivel central como local, sobre la base de una acción coordinada, fundada en la cooperación y la corresponsabilidad.

 El principio No.11 se refiere específicamente a la profundización de la conciencia ambiental, con énfasis en las acciones de educación, divulgación e información ambiental y se materializará a través del instrumento que la propia Estrategia ha diseñado, para este caso: La Educación y la Divulgación Ambiental. (ENA, 2005)

 El principio No.12 se enfoca hacia el perfeccionamiento de la legislación ambiental y búsqueda de su cumplimiento real, eficaz y sistemático.

 El principio No.15 garantiza la aplicación de los principios del MIZC, con un enfoque ecosistémico, teniendo en cuenta el carácter de archipiélago de Cuba.

La Estrategia identifica como los principales problemas ambientales del país, la degradación de los suelos, el deterioro del saneamiento y las condiciones de vida en los asentamientos humanos, la contaminación de las aguas terrestres y marinas, la deforestación, la pérdida de la diversidad biológica, la contaminación atmosférica y la carencia de agua. Para su solución, propone una visión con un enfoque ecosistémico e integrador y no como la solución aislada de cada uno de ellos, pues se concatenan en sus consecuencias y efectos sobre el principal componente del medio ambiente: el ser humano y además ha diseñado acciones a corto, mediano y largo plazo.

La Estrategia hace especial énfasis en que el archipiélago, las poblaciones y ecosistemas de Cuba, presentan un alto grado de vulnerabilidad y son afectados por, entre otras cosas, la limitada base de recursos naturales, la necesidad de recursos financieros, los retos del desarrollo económico y social y los efectos de la globalización.(ENA, 2005) Para contrarrestar dicha vulnerabilidad propone medidas tales como la promoción de la adopción de un enfoque ecosistémico como vía para el manejo integrado de los recursos naturales y potenciar la participación ciudadana en la búsqueda de soluciones conciliadas entre el Estado y la sociedad ante las actuales y futuras afectaciones.

El MIZC recibe espacial atención en la Estrategia a través de acciones como el diseño de las bases metodológicas del MIZC en las condiciones de la gestión ambiental cubana, la incorporación del enfoque de MIZC en la planificación estratégica del CITMA, el establecimiento de planes de MIZC como alternativas para gestión de recursos naturales con un enfoque ecosistémico e integrador y la participación de la comunidad en la ejecución de los planes y programas de desarrollo de la zona costera y su zona de protección.(ENA, 2005)

La ENA para el período 2005-2010, ha rediseñado los instrumentos ya establecidos en la anterior (1997) con el fin de garantizar la solución de los problemas ambientales. Entre ellos se destacan:

 La legislación ambiental. La propia Estrategia la considera un componente esencial en cualquier estrategia ambiental y para que logre en realidad desempeñar tal papel, debe a la vez ser eficiente y eficaz y mantenerse en proceso de revisión dinámica, que permita dar respuesta a las necesidades que surjan y las adecuaciones a los avances que esta materia tiene a nivel internacional. Este proceso abarca la Ley Marco y demás regulaciones legales destinadas a proteger el medio ambiente, incluidas las normas técnicas en materia de protección ambiental.

La nueva estrategia señala como la anterior, que la legislación es eficaz cuando regula con acierto las conduc¬tas, esto es, cuando su diseño es suficiente para alcanzar los objetivos que se propone. Igualmente hace hincapié en que la eficacia en la legislación supone no sólo un nivel técnico-jurídico adecuado, sino una voluntad política real, estructuras institucionales adecuadas, un nivel de educación, divulgación y participación ciudadana acorde con los objetivos trazados.(ENA, 2005).

Lo que hace diferente a las estrategias es el pronunciamiento expreso en la elaborada para el período 2005-2010 de “Incrementar la divulgación y uso por parte de nuestra ciudadanía de los instrumentos legales con los que cuenta el país para proteger el medio ambiente”. Innegablemente constituye un paso de avance, pero solo se concibe el conocimiento de la ley a través de la divulgación y no como parte del proceso educativo, aún cuando también incluye como instrumento a la educación ambiental.

 Educación ambiental: La Estrategia concibe la educación y la divulgación ambiental de la misma forma que lo hacía en la de 1997; como un proceso continuo y permanente que persigue:

1. Reorientar y fortalecer la educación hacia el desarrollo sostenible desarrollando las actividades de manera armónica, sistemática y coherente, así como incorporar a todos los organismos e instituciones gubernamentales, organizaciones sociales, y en general a toda la población.

2. Ampliar el desarrollo de las actividades de educación ambiental que promuevan una mayor participación comunitaria y el incremento de la concientización de los ciudadanos sobre el desarrollo sostenible.

3. Elevar el papel de los medios de comunicación en la instrumentación de la educación ambiental integral de toda la población y en la participación de la comunidad para solucionar los problemas ambientales.

4. Ampliar y fortalecer los espacios de participación de las organizaciones sociales, fundamentalmente a nivel local, en los procesos de elaboración, implementación y monitoreo de las políticas ambientales y los procesos de gestión ambiental en particular.

5. Evaluar de manera sistemática los niveles de participación ciudadana y los impactos logrados por la gestión educativa en la cultura ambiental de la población.

La Estrategia propone un conjunto de acciones para garantizar lo anterior, sin embargo no se hace referencia a las dimensiones de la educación ambiental. No se incluyen en las acciones alguna que afiance la idea del conocimiento de la ley, lo que evidencia falta de articulación entre los instrumentos y a su vez pudiese ser la causa de que en el plan de acción de la propia estrategia no se dedique ninguna acción a resolver el problema identificado a través de acciones educativas que incluyan la dimensión jurídica, aún cuando todos los problemas identificados tiene respaldo legal.

 Participación ciudadana: La Estrategia es novedosa en la consideración de la participación ciudadana como principio, toda vez que la concibe no solo como condición necesaria para la consecución de un desarrollo sostenible, sino que además, es un importante instrumento que posibilita profundos cambios personales y sociales. La participación proporciona un aprendizaje práctico en relación directa con el medio y posibilita la adquisición de capacidades y competencias para conocer la realidad y actuar sobre ella.

Cabe destacar como tampoco se logra la conexión entre la participación pública, la legislación ambiental y la educación ambiental toda vez que no se conciben acciones que puedan garantizar a través de la educación ambiental el conocimiento de los espacios y vías de participación popular legalmente establecidos.

Si bien la Estrategia concibe adecuadamente los instrumentos de legislación ambiental, educación ambiental y participación pública y salva las fallas de la anterior al concebir la importancia de la legislación ambiental y la necesidad de su conocimiento para garantizar la eficacia, aún no se evidencia la articulación y complementación de los instrumentos. Una concepción articulada de estos instrumentos pueden garantizar que a través de la educación ambiental se fortalezca el conocimiento de la ley y se capacite a los ciudadanos para participar de forma conciente en la solución de los problemas ambientales.