LA ECONOMÍA MEXICANA. CRISIS Y REFORMA ESTRUCTURAL. 1984-2006

LA ECONOM?A MEXICANA. CRISIS Y REFORMA ESTRUCTURAL. 1984-2006

Hilario Barcelata Chávez

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ELECCIONES, LIBERTAD DE EXPRESIÓN Y PROPAGANDA

29 de Mayo de 2006

La libertad en el sentido de ausencia de todo control restrictivo conduce a una severísima coerción ya que deja a los poderosos en libertad para esclavizar a los débiles

Platón

La orden dada por el Instituto Federal Electoral (IFE) y Tribunal Federal Electoral, al Partido Acción Nacional (PAN) para que retire los anuncios televisivos donde alude al candidato de la Alianza por el Bien de Todos (Andrés Manuel López Obrador) ha levantado una polémica en torno a la libertad de expresión, que me parece constituye, en si misma, un falso dilema.

La cuestión es simple, el Código Federal de Instituciones y Procedimientos electorales (COFIPE) señala en su artículo 38, inciso p) que es obligación de los partidos políticos “Abstenerse de cualquier expresión que implique diatriba, calumnia, infamia, injuria, difamación o que denigre a los ciudadanos, a las instituciones públicas o a otros partidos políticos y sus candidatos, particularmente durante las campañas electorales y en la propaganda política que se utilice durante las mismas”.

Me parece que la letra de la ley es clara y precisa. No se trata de coartar la libertad de expresión de los partidos políticos, lo cual, por mucho, hasta el momento no ha sucedido, a pesar de tanta basura intelectual y tan escaso contenido ético y moral en el discurso de los candidatos.

De lo que se trata es de impedir, que el uso de esa libertad dañe a un tercero, con argumentaciones que difamen o denigren, lo cual, no puede ser un exceso de control. En este caso la Constitución Federal del país es el referente obligado, ya que así lo establece como elemento fundacional del Estado Nacional. En su artículo sexto, señala “que la manifestación de las ideas no será objeto de ninguna inquisición judicial o administrativa, sino en el caso de que ataque a la moral, los derechos de tercero, provoque algún delito o perturbe el orden público”.

Se ha cuestionado también la legalidad del IFE para establecer la disposición de retiro de los anuncios publicitarios, argumentando que no es autoridad para regular la libertad de expresión. Y no lo es en realidad. Lo que sucede es que, hay quienes pretenden ignorar el artículo tercero del COFIPE, que señala que “La aplicación de las normas de este Código corresponde al Instituto Federal Electoral, al Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación y a la Cámara de Diputados.” Es claro, el IFE es la autoridad que debe aplicar la norma establecida, punto.

No ha faltado quien se manifieste en contra de que sea el IFE el que califique y determine lo que es o no calumnioso o difamatorio. Pero no le queda de otra, pues al acatar lo expresado en el mencionado artículo tercero, tiene necesariamente que ser él quien haga esa tarea.

Es claro que, en este caso el uso excesivo de la libertad de expresión pone en riesgo la legalidad de la propaganda y deja de contribuir al proceso democrático

Pero no gusta, incomoda, contraría, desagrada, la disposición a quienes creen que esto podría desencadenar un proceso profundo de censura propagandística y me parece que exageran, puesto que no existe, ni fundamento legal, ni empírico para llegar a tal conclusión.

Lo de menos sería lo otro, no reglamentar el uso de la libertad de expresión en la vida política (nótese que el COFIPE no se refiere exclusivamente a la época de campañas electorales) Tan simple como desaparecer el inciso p) del artículo 38 ya mencionado antes. Pero eso sería dejar que impere la ley de la selva, dejar en estado de indefensión a la sociedad que requiere de sus instituciones y sus normas como mecanismo para equilibrar el poder entre los desiguales y crear mecanismos de defensa de los débiles ante los poderosos. De otro modo, el poder físico, económico, político o de cualquier otra naturaleza, acumulado en una persona o institución permitiría el uso abusivo de la libertad de expresión o de cualquier otra libertad, sobre aquellos que tuvieran la misma libertad pero no el mismo poder. A eso ser refiere Platón en su “República” cuando argumenta que “la libertad en el sentido de ausencia de todo control restrictivo conduce a una severísima coerción ya que deja a los poderosos en libertad para esclavizar a los débiles”

Finalmente hay que tratar de responder algunas preguntas. Independientemente de que sea legal o no la propaganda del PAN ¿Es ético valerse de estos medios? ¿Es moral? ¿Acaso el PAN no tiene argumentos constructivos con los cuales promover el voto a su favor? ¿Cuánta legitimidad tendrá un triunfo electoral de un partido cuya estrategia central de promoción al voto es crear pánico en la sociedad, respecto a las otras opciones políticas? ¿Que confianza puede dar un partido que pretende alcanzar la presidencia de la República con argumentos de tan dudoso fundamento que son catalogados por la autoridad electoral como difamatorios o denigrantes de los candidatos de un partido contendiente?

Siempre pasa lo mismo cuando las leyes limitan a los individuos o a las instituciones para evitar la injusticia: Incomodan y disgustan. Pero sin leyes y quien las haga respetar, no seríamos.