LA ECONOMÍA MEXICANA FRENTE A LA GLOBALIZACIÓN DEL PROTECCIONISMO AL LIBRE MERCADO

LA ECONOM?A MEXICANA FRENTE A LA GLOBALIZACI?N DEL PROTECCIONISMO AL LIBRE MERCADO

Hilario Barcelata Chávez

Volver al índice

 

 

 

 

LOS RETOS DE LA GLOBALIZACIÓN

GLOBALIZACIÓN: DESARROLLO ECONÓMICO O POBREZA

Julio, 1998

Grave es que haya economistas que sin ningún recato ni cargo de conciencia, promuevan una corriente de opinión a favor de la Globalización, sin advertir la problemática que existe detrás de ella. Grave es que estos economistas, ya sea por su ignorancia, ya por su incapacidad para entender las teorías económicas o para reconocer su vigencia, traten de adoctrinar, a los alumnos en las escuelas de Economía sobre las bondades de la Integración Económica sin hacer ellos mismos un análisis objetivo de las graves consecuencias que esta representa, cuando se accede a ella sin cubrir antes un conjunto de requisitos propios del desarrollo. Grave es que estos economistas traten, de la manera más irresponsable, de convencer (sin demostrar) que ciertas teorías útiles para el análisis de la Globalización (y de otros problemas) 4ya no sirven y recomienden desecharlas, simple y sencillamente porque no saben como hacerlas útiles, porque nunca han podido ni podrán aprenderlas y entenderlas debido a su estrechez intelectual.

Grave es eso hoy, que es evidente, que el impacto extenso y profundo que sobre las economías nacionales producen los vaivenes de los mercados internacionales de bienes y financieros, es resultado del proceso constante y creciente de integración de los Estados-nación a una compleja red económica que les impone una lógica de funcionamiento, cada vez más ajena a sus posibilidades de control y, por lo mismo, cada vez mas determinante del comportamiento de sus economías. De hecho, este proceso conocido como “Globalización o Mundialización”, tiende a propiciar la desaparición de las fronteras nacionales hasta constituir la llamada “Economía Mundo”

Mediante este proceso, cada uno de los países que acceden a la integración económica, renuncian en mayor o menor grado a dirigir de manera autónoma e independiente su política económica y supeditan sus metas de orden económico, político y social al logro de objetivos de orden global. Se supone que el proceso está destinado a generar beneficios a las economías nacionales a tal extremo que, precisamente, ya no se requieran las fronteras nacionales El pretendido ultraimperialismo idílico y utópico que garantizaría la expansión armónica y pacífica del capitalismo entre las naciones de que hablaba Kaustky a principios de éste siglo. Duramente criticado, por cierto, por los teóricos clásicos del imperialismo.

Sin embargo. la globalización no ha hecho sino generalizar las crisis económicas, y con ello profundizar la pobreza, principalmente en los países subdesarrollados, en donde no se encuentran plenamente desarrolladas las estructuras del sistema capitalista, o donde de plano algunas no existen. Al tiempo que el mismo proceso dificulta y complica la transición de las economías tradicionales a un capitalismo de pleno.

En todo caso, el problema es ese. La globalización, requiere economías plenamente capitalistas. Que tengan una base mínima de desarrollo y un conjunto de problemas resueltos. Cualquier país que pretenda integrarse sin cumplir esos mínimos requisitos, en lugar de sacar provecho, lo que provoca es reproducir las condiciones de atraso y dependencia económica. A la vez que traba su propia transición hacia el capitalismo pleno, o la vuelve un proceso doloroso por el dramático saldo social que implica, ya que agudiza las diferencias y contradicciones entre un sector moderno que se globaliza y un sector atrasado que se pauperiza.

Los países, como México, que no están preparados para acceder a la economía mundo, no tienen mecanismos para contrarrestar los efectos que genera, a nivel interno, la globalización. Lo que es mas grave, incorporarse bajo estas condiciones a la economía mundo resta posibilidades de implementar mecanismos de ajuste, control y defensa de carácter autónomo. Por ello, este tipo de integración económica significa un círculo vicioso, un camino sin retorno y sin esperanza.

Lo más grave es que países como el nuestro busquen deliberadamente integrarse sin prever las consecuencias y que algunos economistas sirvan a tan innoble fin.