LAS RELACIONES FAMILIARES EN EL CONTEXTO DE LA CRISIS EN LA CIUDAD DE ROSARIO
LAS MUJERES EN LAS ESTRATEGIAS DE SOBREVIVENCIA

LAS RELACIONES FAMILIARES EN EL CONTEXTO DE LA CRISIS EN LA CIUDAD DE ROSARIO LAS MUJERES EN LAS ESTRATEGIAS DE SOBREVIVENCIA

Ana María Ciancio

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3.2.- EL IMPACTO DEL EJERCICIO LABORAL SOBRE LA AUTONOMÍA DE LAS MUJERES:

STELLA:

“Yo antes vivía para mis chicos, limpiar la casa y dar las horas de clase. Durante el día lavaba, planchaba, cocinaba, le dejaba la comida lista a mi marido y a mis chicos cuando la escuela era vespertina y nocturna. Vivía súper cansada. El, en general no hacía nada en la casa, es bastante machista en ese sentido. Ahora me ayuda un poco más: cuelga la ropa, hace los mandados, a veces la comida, pero el grueso de las cosas las hago yo. Ahora no puedo pagar a nadie, y la nena me da una mano cuando tiene tiempo”.

¿Te sentís más aliviada con las tareas de la casa?:

“En general sí, los chicos se las arreglan más solos, se tuvieron que ir acostumbrando, porque yo no puedo pagar a una chica y él me da una mano. Aunque los fines de semana me toca la limpieza a fondo, pero lo hago con más gusto, porque no estoy todo el día atrapada en lo mismo como antes

Me acuerdo cuando los chicos eran chicos, vivía todo el día agotada, no tenía tiempo para nada. Antes de venir a la escuela planchaba y lavaba pilas de ropa, limpiaba, dejaba todo listo. Ahora es como que le doy menos importancia a la casa. Estoy también cansada, pero es otro tipo de cansancio, el de trabajar afuera que es más placentero. Estoy muchas horas fuera de mi casa, porque hay días que trabajo los tres turnos en la escuela, pero es más gratificante, a mí me gratifica más. No sé si porque antes tenía menos horas, o porque no tenía el terciario (se refiere a la carrera de Administración de Empresas que funciona en el mismo Instituto, en el turno noche) que te exige más preparación, pero le doy más prioridad a la tarea docente”.

¿Qué otros aspectos notaste que cambiaron en vos y en el grupo familiar ?:

“Y ahora se las tienen que arreglar más solos, yo trabajo muchas horas, así que tengo que tener más tiempo para mí, preparar las clases del terciario que las dicto de noche, así que se arreglan, si puedo les dejo algo preparado, y si no se cocinan ellos

Antes yo estaba presente en todo y para todo. Ahora empecé a delegar cosas. A pesar de que el presupuesto no alcanza, trato de vestirme mejor, de arreglarme un poco más, adelgacé bastante.

Tomé conciencia de que tenía que mejorar ciertos aspectos, como adelgazar, arreglarme más, usar polleras más cortas, a tener más autoestima.

A pesar de que no puedo comprarme ropa, trato de estar más a la moda, de pensar un poco más en mí. Antes vivía pensando qué le hacía falta a cada uno de mis hijos, de arreglar más la casa. Pero ahora también me ocupo más de mí. y con un dinero que me debía mi hermana me compré un auto viejo y aprendí a manejar con lo cual el trayecto a la escuela se me hace más liviano”.

¿Quién tiene la autoridad en tu casa?:

“Entre los dos, pero a la hora de reprender a los chicos le hacen más caso al padre, yo aflojo más rápido”.

¿Creés que sos la jefa en tu casa?:

“Sí, sobre todo los dos más chicos, aunque trato de que mi marido no lo note “.

¿Pensás que esto se debe a que ganás más que él?:

“Por un lado sí, porque casi gano el doble que él, pero por el otro lado, porque yo nunca me borré, como hizo él, y los chicos lo perciben”.

¿A qué destinabas lo que ganabas antes y lo que ganas ahora?:

“Cosas de la casa, colaboraba con las cuentas, le compraba ropa a los chicos, los sacaba a pasear. Y ahora prácticamente mantengo la casa, pago todos los impuestos y servicios, las compras en el supermercado, las cuotas de las cooperadoras de mis hijos menores, la vestimenta, pago del seguro del auto.

El colabora con las cuentas de la casa”.

¿Qué pasó con vos?, ¿hay un antes y un después?:

“Yo cambié mucho, antes vivía dedicada a ellos, casi no me arreglaba, era una señora gorda, siempre con ropas prestadas de mis cuñadas, por ejemplo, y hasta de mi suegra cuando murió, ropa pasada de moda.

La palabra de él era sagrada; yo lo dejaba hacer un poco.

El tiempo que estuvimos separados, empecé a salir un poco más, a vivir lo que no había vivido de joven, a tener amigas. Cambié mi estilo y me empecé a sentir más segura, a pesar de que estaba muy triste por lo que nos había pasado”.

¿En qué se basaba esa seguridad?:

“Y, fundamentalmente en que yo era capaz de mantener mi casa, porque lo que él gana es muy poco. Aprender a manejar el auto me dio más independencia; ir y venir cuando yo quería, a darme cuenta de que podía hacer un montón de cosas por mí misma”.

Si pudieras dejar de trabajar, ¿ lo harías?:

“Si pudiera dejar mi trabajo, creo que no lo haría totalmente; es decir, reduciría el número de horas, pero seguiría dictando clases, porque realmente me gusta el contacto con mis alumnos ,me agrada compartir con ellos mis conocimientos”.

GRISELDA:

¿Cómo hacés con las cosas de la casa?:

“Organizo todo, pienso todo y está mal, hay que delegar, la mayor colaboración la obtengo de Javier.

Les he distribuido las tareas, cada uno se hace su dormitorio, no junto ropa, ellos la ponen a lavar; pero cumplo la doble jornada: superviso toda la tarea y les digo lo que hay que cocinar.

Romina ( trabaja como celadora en la misma escuela que Griselda), sale a las 12,30 y se encarga de poner la mesa, los días que estoy trabajando cuando llego a mi casa, tengo la comida servida.

En general, termino a las 11,30 de la noche, pero le doy prioridad a las tareas de la escuela”.

¿Quién tiene la autoridad en tu casa?:

Se sonríe: ”...es conjunta, pero la palabra final es mía ..Esto es consecuencia de que mi marido está afuera, nunca lo molesté y tomé siempre las decisiones”.

¿Vos creés que tu familia te considera jefa?:

“Sí, porque me consultan primero a mí y después al padre, tengo mejor diálogo con los chicos, el hombre se cierra en su problema de la falta de trabajo”.

¿A qué destinabas lo que ganabas antes y lo que ganás ahora?:

“Me compraba ropa, cosas para la casa, un mantel, un adorno, una cortina, ropa para los chicos. No había una división: esto es mío, esto es tuyo y con el sueldo de él pagábamos la vivienda propia, la obtuvimos en el ‘ 77, con el sueldo de él”.

¿Tu marido percibe que vos mantenés la casa?:

“No se lo hago notar, pero él sabe, es conciente de que vivimos del sueldo mío, en el fondo lo pone mal, él ya no es el sostén de la casa, pero vamos consensuando”.

Si pudieras dejar de trabajar, ¿lo harías?:

“No, porque es una cuestión de realización personal, ni loca me quedaría en mi casa, si mi marido tuviese una entrada generosa, tomaría una mucama y seguiría trabajando”.

NELIDA:

¿Cuánto dura tu jornada laboral?:

“Depende del día de semana, trabajo 44 horas semanales en la docencia (nivel medio) y tengo alumnos particulares en mi casa durante todo el año. Por lo general me levanto a las 6 de la mañana y termino a las 12 de la noche”

Y tu esposo, ¿ te ayuda?:

“Colabora con las tareas del hogar y mantenimiento de la casa: pintura, arreglo de artefactos del hogar, etc.

Yo, a mis hijos trato de no molestarlos, porque estudian y quiero que se reciban y que puedan ubicarse en el mundo del trabajo. Incluso a mi hija -la que vive conmigo- siempre le estoy dando una mano, ella es Maestra Jardinera y ahora está casi terminando Ciencias de La Educación, no tiene un trabajo fijo, sólo consigue algunos reemplazos como Maestra Jardinera”.

¿Por qué decís que la ayudás?:

“Y como yo tuve que hacer la reconversión docente, a veces le daba una mano con la comprensión de textos, porque yo tengo un poco más de experiencia.”.

¿Y tu hijo,no te ayuda?:

“Y, no, no tiene tiempo, él estudia Medicina y es corredor de artículos de librería, tiene un sueldo mínimo, con ese sueldo se costea los gastos en libros, fotocopias, transporte”.

¿Quién tiene la autoridad en tu casa?:

“Y, mis chicos ya son grandes, cada uno sabe lo que tiene que hacer, pero cuando eran chicos, se dirigían a los dos, nos preguntaban a los dos”.

¿Vos te considerás la jefa en tu casa?:

“Y, a partir de que él se quedó sin trabajo, y debido a su estado anímico, soy yo la que tuve que tomar las riendas de mi casa y empezar a decir, aunque me cuesta mucho, qué vamos a hacer con la plata.

Yo siempre trabajé, trabajé desde muy joven, así que siempre supe lo que tenía que hacer, pero cuando una es soltera es distinto”.

¿A qué te referís?:

“Y, porque generalmente, a pesar de que a mí me gustó siempre trabajar en mi profesión, yo nunca pensé que las cosas se iban a poner así, que él se quedara sin trabajo, con todo lo que sabe hacer, con todos los cursos que hizo”.

LUCIA:

¿Cuánto hace que empezaste a trabajar?:

“A mí siempre me gustó coser, algunas tardes iba a lo de una señora vecina, ella es modista fina, hace vestidos de novia, yo la ayudaba y de paso aprendía.

Me anoté en una escuela de noche y terminé la primaria. Con el tiempo me afilié a La Alianza (se refiere al partido político) y ahí conseguí un puesto de Capacitadora en el Centro de Emprendedoras del barrio Las Flores que depende de la Municipalidad, voy dos veces por semana. Me encanta enseñarles a las chicas, ahí se recicla ropa, se vende y las chicas se capacitan y reciben un sueldo”.

¿Quién hace el mayor aporte económico?:

“Y, yo porque todas las tardes voy de esa modista, en la casa de ella tenemos un pequeño taller, cosemos en forma particular y también para una tienda.Y después tengo el sueldo de la Municipalidad. También hago alguna ropa y se las vendemos a las chicas del súper y cuando me traen arreglo ropa para una boutique.”

¿Quién tiene la autoridad en tu casa?:

“Y, ahora yo, todo cambió, ahora se tienen que arreglar un poco más solos porque mi suegra está más vieja y medio perdida. Si se tienen que lavar o planchar una camisa, lo hacen.

Yo, a Daniel no le digo nada, pero decido qué hacer”.

¿Le prestás menos atención a las cosas de la casa?:

“Sí, ahora no me preocupa tanto la limpieza, es necesario trabajar más porque hace falta más plata. Yo me siento más cansada, la casa te atrapa, pero si hay algo sucio quedará para después, ya no me desvivo para la limpieza”.

¿Vos te considerás como si fueras la jefa del hogar?.¿Creés que cambió algo en ese sentido?:

“Sí, mucho. Todos se dirigen a mí. Creo que no me equivoqué con seguir estudiando, digo de haber terminado la primaria y de haberme perfeccionado en la costura”.

¿Qué decisiones tomás ahora que antes no tomabas?:

“No sólo en la casa, sino que administro el dinero, le sugiero a Daniel qué hacer, cómo invertir”.

Si pudieras, ¿ dejarías de trabajar?:

“No, ni loca, no volvería a estar todo el día en mi casa, cuando lo único que hacía era limpiar todo el día y mirar las telenovelas. Por ahí, sí me gustaría tener más plata como en aquella época”.

¿Qué harías?:

“Me compraría un auto para ir a trabajar, porque Daniel le tiene miedo y ponerme un taller de costura por mi cuenta, contrataría chicas que cosieran para mí y también iría a un EMPA”.

¿Daniel no se apondría?:

“Ahora no porque sabe que no me equivoqué, además Julito está grande y ya no me necesita”.

Antes cuando decidiste terminar la primaria, ¿no se opuso?:

“Y, más o menos, pero lo discutimos, porque él también iba de noche a estudiar, así que se tuvo que conformar”.