BIBLIOTECA VIRTUAL de Derecho, Economía y Ciencias Sociales

 

LA CULTUROCRACIA ORGANIZACIONAL EN MÉXICO

José Gpe. Vargas Hernández

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9.-EL INTERJUEGO DE PARADIGMAS EN LOS ESTUDIOS DE LA CULTURA ORGANIZACIONAL.

Un estudio reciente de Schultz y Hatch (1996) usa los estudios de la cultura organizacional como un ejemplo de cómo el interjuego afecta las relaciones mutiparadigmáticas. Un paradigma se define como un conjunto de supuestos ontológicos y epistemológicos, de acuerdo con Burrell y Morgan (1979), quienes afirman la existencia de cuatro paradigmas que representan acercamientos inconmensurables al estudio de las organizaciones. Otros autores como los teóricos multiparadigmáticos, prefieren la posición de cruzamiento de los paradigmas, que toman en consideración la multiplicidad de las perspectivas y de la diversidad de las teorías organizacionales, como en el caso de Schultz y Hatch (1996) que han estudiado la cultura de las organizaciones desde esta posición, argumentando las siguientes razones :

Primero: Muchos investigadores de la cultura evidencian conciencia de los desacuerdos con paradigmas dentro de la teoría organizacional, lo que indica que los estudios de la cultura de la organización proveen una base firme sobre la cual desarrollar la estrategia de interjuego.

Segundo: Los desacuerdos de paradigmas dentro de los estudios de la cultura organizacional son muy marcados en el caso del funcionalismo y el interpretivismo.

Tercero: La familiaridad con el desarrollo de los estudios de la cultura organizacional proveen de un conocimiento íntimo de los temas y debates en los acercamientos funcionalista e interpretivista.

La posición del cruzamiento de los paradigmas es explicada como aquélla en que "el investigador reconoce y confronta múltiples paradigmas, más que ignorarlos como enla posición integracionista o rehuír su confrontación como en la posición de inconmensurabilidad". Para conducir investigaciones multiparadigmáticas, se han usado diferentes estrategias, según Schultz y Hatch (1996):

1).- Secuencial: Los paradigmas específicos son mutuamente complementarios más que exclusivos.

2).- Paralela: Los diferentes paradigmas son aplicados en los mismos términos más que secuencialmente, citándo como ejemplo de aplicación en estudios de la cultura el realizado por Martin (1992): "lo que tiene que aprenderse de la investigación de la cultura es, en parte, la utilidad de preservar las diferencias entre estas perspectivas cientíificas sociales y profundizar, más que erradicar, los conflictos entre ellas".

3).- La estrategia de "puentear" es aquélla en la cual las fronteras que separan los paradigmas son más permeables que los proponentes de la inconmensurabilidad admiten, considerando que existen zonas de transición entre los diferentes paradigmas que hacen que no permiten su aislamiento.

4).- La estrategia del interjuego, desarrollada por Schultz y Hatch (1996), como un nuevo paradigma de conducir el cruzamiento de los paradigmas, y se refiere al reconocimiento simultáneo de los contrastes y las conexiones existentes, asumiéndose la permeabilidad de las fronteras entre los paradigmas.

Los contrastes y las conexiones de los paradigmas entre el funcionalismo y el interpretismo, los cuales difieren como marcos teóricos, son ejemplificados por los autores, con sus estudios de la cultura organizacional.

El análisis de la cultura organizacional desde el paradigma funcionalista enfatiza las diferentes dimensiones o variables culturales predefinidas por un marco téorico. La cultura se añade como una variable más de análisis de las organizaciones, como lo pueden ser la estructura, el medio ambiente, la estrategia, etc., como por ejemplo, las conceptualizaciones de Schein (1992), de que la cultura es "un patrón básico de supuestos" y por lo tanto, está compuesta de supuestos y valores básicos que producen los artefactos al nivel de la superficie, y cuyas manifestaciones no siempre implican relaciones armoniosas y consistentes. Los procesos analíticos en este paradigma son dominados por el tipo de pensamiento convergente, dirigido a juntar y condensar los diferentes elementos del análisis.

En contraste, el interpretismo tiene un desarrollo asociativo y emergente de aquéllos constructos que son útiles para "explorar la creación activa de significados", el análisis y decripción de la cultura organizacional a través del uso de metáforas, imágenes, etc., y la forma en que sus significados se asocian a las organizaciones, lo cual depende muchas de las veces de las habilidades de los mismos investigadores, como por ejemplo, en el caso de la descripción de las organizaciones como una fortaleza. Geertz (1973) y Smircich (1985) se refieren a la cultura como un punto de vista global o como significados de telarañas. Los procesos de análisis, tienden a ser divergentes en la medida en que expanden y enriquece los análisis de la cultura.

Las conexiones existentes entre los paradigmas del funcionalismo e interpretivismo de la cultura organizacional, son el resultado de asumir teóricamente a la cultura en las organizaciones como patrones de supuestos y significados que forman configuraciones y que por lo mismo, presentan un conjunto de características que dependen del reconocimiento de estos patrones que "involucran un ordenamiento de las relaciones sociales" según Cooper y Burrell (1988). Ambos paradigmas de las organizaciones presentan características que corresponden a la etapa modernista y que Schultz y Hatch (1996) sintetizan en el siguiente cuadro:

Estas características son vistas de la misma forma desde el paradigma posmodernista, lo cual permite que se realicen los interjuegos analíticos de la cultura organizacional entre los paradigmas funcionalistas e interpretivistas.  


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