ESTADO DEL ARTE
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CAPITAL HUMANO COMO FACTOR DE CRECIMIENTO ECONÓMICO:

CASO DEPARTAMENTO DE CALDAS (COLOMBIA). 1983 2003
 

Duván Emilio Ramírez Ospina

 

 

 

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4. ESTADO DEL ARTE

En el ámbito internacional, encontramos un caso reciente de aplicación de la teoría del capital humano a la situación concreta de un país; es así, como el Instituto Valenciano de Investigaciones Económicas de España, desarrolló una investigación denominada, “Mejoras educativas y actividad económica en España: un panorama de los cambios recientes 1990 2000”, que contiene una descripción de la evolución reciente de los niveles educativos en ese país y sus Comunidades Autónomas, prestando especial atención a la última década del siglo XX. Los documentos publicados hasta Mayo del año 2004, presentan la evolución de los niveles educativos de la población en edad de trabajar, clasificada en distintos grupos demográficos (hombres, mujeres, jóvenes y adultos), qué posición ocupa España en el contexto internacional según el nivel formativo de la población en edad de trabajar y cómo se han traducido los mayores niveles educativos de la población en la cualificación de la población ocupada. Respecto a la relación entre la educación y los cambios en la estructura productiva, se analiza cómo ha evolucionado la ocupación en los distintos sectores económicos y cuál ha sido la evolución de los niveles formativos de la población ocupada en estos sectores.

En la investigación arriba citada, se hace un análisis de la transición de la educación al empleo, considerándolo como un proceso complejo y extenso en el tiempo, que requiere una aproximación desde múltiples puntos de vista. Por un lado, es importante tener en cuenta la coyuntura económica, las condiciones del mercado laboral y las características de los jóvenes respecto a la población adulta. De otro lado, es relevante analizar las características de los puestos de trabajo, a partir de variables como: tipos de contrato, sector de actividad, tamaño de la empresa, salarios; de igual forma, debe tenerse en cuenta el comportamiento de búsqueda de empleo, valores, actitudes y conductas frente al trabajo. Es importante destacar, que la investigación citada, no establece ninguna relación entre el crecimiento económico y los diferentes niveles de formación alcanzados por la población objeto de estudio.

En el ámbito nacional, la revisión bibliográfica, permitió encontrar algunos trabajos desarrollados en Colombia y la ciudad de Manizales, relacionados con el capital humano, entre los que podemos citar, en primera instancia el desarrollado por Carlos Esteban Posada P . Publicado por el Banco de la República en su serie Borradores de Economía, titulado “CRECIMEINTO ECONÓMICO, CAPITAL HUMANO, AHORRO E INSTITUCIONES”, en el cual aborda el estudio de los factores relacionados con el crecimiento económico de una sociedad en el largo plazo; según el autor, la consideración central que ha animado el análisis de los economistas sobre el crecimiento económico y su elaboración de modelos para avanzar de manera científica en el asunto, consiste en lo siguiente: Los dos componentes esenciales del crecimiento económico, no necesariamente sus motores primarios, son la tasa de ahorro y, en unas versiones, la mejora de la calidad y eficiencia de su fuerza laboral y, en otras el cambio técnico.

En el documento enunciado, se hace una defensa del modelo UL, que expresa la relación entre el crecimiento económico general y el avance de la calidad de la fuerza laboral (dado un cierto marco institucional); se parte de la suposición que las decisiones económicas fundamentales de la economía son adoptadas con base en las preferencias, previsiones y planes de un agente representativo, cuyo horizonte es infinito. Así mismo, considera que es posible hacer abstracción del sistema financiero y que, por lo tanto, el agente representativo logra transformar instantáneamente y, sin costos significativos, la producción que decide no consumir en aumento del capital utilizado en la producción; supuesto más fácil de utilizar en un modelo si va acompañado de otro: que la economía produce un solo bien. Finalmente, el agente representativo toma decisiones no sólo sobre consumo, ahorro y aumento del capital productivo; también decide lo pertinente al incremento de la calidad de la fuerza laboral.

En general, el trabajo presenta una serie de modelos teóricos para el análisis del crecimiento económico y sus posibilidades de aplicación al caso colombiano; pero no hace ninguna afirmación sobre los logros o las relaciones existentes entre la formación de capital humano y el crecimiento económico del país; por lo tanto, será tenido en cuenta más como un elemento de análisis con relación a los modelos econométricos susceptibles de aplicar, que como un referente por los hallazgos relacionados con las variables objeto de interpretación en este trabajo.

Otro trabajo relacionado con la presente investigación es el elaborado por María Claudia Sánchez Ricardo, como ensayo de Investigación en la Maestría en Economía de la Universidad Javeriana, denominado “La Educación y el Crecimiento Económico”, en el cual destaca como obvia y difusa la importancia de la educación en relación con el cambio tecnológico y la productividad; lo anterior, teniendo en cuenta la dificultad para encontrar alguien en el mundo en desarrollo, o en el mundo industrializado, que niegue la importancia de la educación o de la acumulación de capital humano con respecto a la salud económica de cualquier país. Pero, por debajo de esta aparente unanimidad, se esconden profundos interrogantes y desacuerdos. ¿Cuánta educación se necesita?, ¿Quién debe recibirla?, ¿Quién debe impartirla?, ¿A través de que canales y que tipo de educación científica, tecnológica y humanística?, ¿Cómo se debe organizar ese proceso?, ¿Quién debe pagar?, ¿Quién se va a beneficiar? Y ¿Cómo se relaciona la educación con otros tipos de política social y económica?

El tema es abordado, a partir de diferentes enfoques y autores, que muestran la importancia que tiene la inversión en educación para producir crecimiento y desarrollo económico; al aplicar esas ideas al caso colombiano, encuentra que el país no ha podido entrar en él circulo virtuoso de un alto crecimiento y eliminación sostenida de la pobreza, porque aún le dedica pocos recursos a la educación pública, privada y empresarial; pero, sobre todo, a la educación en desarrollo de tecnologías y ciencia apropiada para el crecimiento y generación de riqueza moderna. Esta conclusión, nos permite reafirmar la importancia y pertinencia de la presente investigación.

En el marco teórico del trabajo de Claudia María Sánchez, se plantea una critica al modelo de Solow, considerando que asumía todo el capital y la mano de obra como insumos homogéneos y, de esa forma, eliminaba toda consideración de diferencias en calidad de la mano de obra y del capital que pudiera surgir de la educación, la tecnología u otros factores. En este modelo, los niveles de ingreso estaban influidos solamente por el crecimiento de la población y la acumulación de capital físico. En ausencia de cambio tecnológico exógeno constante, el modelo implicaba que la tasa de crecimiento per cápita del ingreso nacional, en última instancia, debería aproximarse a cero. Continúa el análisis planteando, que la educación como un factor separado de la producción, parte de un enfoque creado por Romer en 1986, Lucas 1988 y otros, indicando que el capital humano, así como el capital físico, pueden considerarse como insumos de la producción, susceptibles de ser acumulados. Consideramos, que en el trabajo citado, se ha desconocido el enfoque histórico, al no incluir el análisis de los aportes de otros teóricos mencionados anteriormente, que precedieron a Lucas y Romer, incluyendo los economistas clásicos, que abordaron el tema de la formación, como elemento importante dentro de la teoría del crecimiento económico.

Un aporte importante en el trabajo de Sánchez, esta relacionado con el análisis de la metodología del aprender haciendo, como elemento de la formación de capital humano, planteado por Young (1991 1993), Lucas (1988), Boldrin y Scheinkman (1988), Stokey (1988), que parte del concepto de homogeneidad de la mano de obra planteado por Solow, pero agrega aumentos de productividad asociados al aumento de los volúmenes de producción y la curva de aprendizaje resultante del proceso. Los beneficios del aprender haciendo parecieran tener un doble efecto; el primer beneficio, era la noción tradicional que, cuanto mayor era el volumen de producción de un bien específico, la mano de obra se desplazaba cada vez más hacia abajo en la curva de aprendizaje; si bien el aprender haciendo, hace hincapié en los beneficios educacionales de tipos especiales de producción, también se considera, que una educación previa, influye asimismo, sobre la efectividad del aprender haciendo.

Continuando con el estudio de otros modelos de crecimiento económico, Sánchez, establece la interacción mutua de la tecnología, el capital humano, y las condiciones económicas, los cuales parten de la invención y adopción de nueva tecnología, como elementos fundamentales para la acumulación de capital humano, siendo estos factores interdependientes con las condiciones económicas, por lo cual, se consideran endógenos al modelo; en este sentido, una de las principales implicaciones de este razonamiento es que si la tecnología cambia, la calidad de las habilidades requeridas también debe cambiar; esto implica, que para hablar de acumulación de capital humano es necesario tener en cuenta el cambio tecnológico.

En este mismo sentido, en un ensayo publicado en el número cinco de la Revista Asuntos Económicos (2004), Holmes Hernán Sánchez Rengifo y otros investigadores, analizan las tasas de retorno o rendimiento de la educación como una condición importante para el éxito de las decisiones de los individuos y de las autoridades responsables de la política económica; de acuerdo con la evidencia empírica del Valle del Cauca, comprueban la existencia de una diferencia en el ingreso de los individuos como consecuencia de estar residiendo en un determinado segmento de la población, teniendo en cuenta que los estratos altos tienen un mayor nivel promedio de educación con relación a los estratos bajos. Los autores, por medio de una ecuación minceriana, estimaron que por cada año de estudio de un individuo, se espera que su ingreso mejore en aproximadamente el 12.85%; de igual forma, se espera que por cada año de experiencia se obtenga un 4.87% de crecimiento en el ingreso, alcanzando el máximo aproximadamente a los cuarenta años de edad.

De acuerdo con el estudio en referencia, un año de educación elemental reporta el 7.43%, mientras uno de educación secundaria no reporta un rendimiento marginal, lo cual implica decir, que el mercado de trabajo no discrimina entre un trabajador con educación primaria y uno que tenga secundaria, siendo esto compatible con el planteamiento de Lewis, quien dividió la educación entre servicios de consumo y servicios de inversión; considerando como consumo aquella educación, que siendo deseable, contribuye más al disfrute de la vida que a la producción; la educación superior agrega un 9.53% al rendimiento de la primaria, es decir, la rentabilidad privada de la educación superior es del 17%. El trabajo mide la rentabilidad social desde el punto de vista pecuniario, reconociendo los autores, la necesidad y la importancia de analizar y estudiar los efectos de la educación en la construcción de tejido social, que conllevaría a mejores niveles de salubridad, nutrición, cultura cívica, y una reducción en los índices de violencia y, por lo tanto, mayores niveles de calidad de vida. Un resultado importante de destacar del ensayo citado, es que “no se cumple con una de las predicciones de la teoría del capital humano que establece que la tasa de rendimiento de las unidades marginales de educación desciende al aumentar el nivel educativo; sin embargo este supuesto no se cumple para todos los países o regiones para los que se ha calculado el rendimiento de la educación.”

Los trabajos citados corresponden al ámbito nacional e internacional; desde la perspectiva del Departamento de Caldas y la ciudad de Manizales, encontramos un estudio elaborado por él CRECE (Centro de Estudios Regionales, Cafeteros y Empresariales); que en su parte IV hace referencia al Sistema Regional de Indicadores de Ciencia, Tecnología e Innovación, teniendo como referente las discusiones contemporáneas sobre la importancia de la información y el conocimiento como elementos determinantes para el crecimiento económico y el bienestar social. Aunque, el trabajo referido se enfoca en la construcción de un Sistema Regional de Indicadores de Ciencia, Tecnología e Innovación, tomaremos algunos elementos que pueden ser de importancia para ésta investigación, lo cual se evidencia al considerar el capital humano como el factor más importante del sistema de ciencia y tecnología, que hace necesario cuantificar las fortalezas y limitaciones de una región en su recurso humano.

Es así, como se presenta un análisis de la capacidad del recurso humano en la industria de Manizales , a partir del análisis de los resultados de la encuesta para organizaciones desarrollada en Manizales durante el año 2002, como parte del trabajo aquí citado; dentro de los factores que influyen en los logros obtenidos por las organizaciones, la capacidad técnica del personal fue calificada favorablemente por la totalidad de los entrevistados. Otros factores favorables del recurso humano de las organizaciones de Manizales son la actitud frente al cambio (el 83%), los programas de capacitación y la estabilidad (78%) y el manejo de sistemas (77%). Por otro lado, el factor más desfavorable de acuerdo con la opinión de los industriales, es el manejo de idiomas (el 27% de los industriales entrevistados). Según el estudio del CRECE, los entrevistados del sector industrial de Manizales, en general, perciben que el personal que labora en sus empresas tiene cualidades positivas, sobre todo, en lo que se refiere al desempeño laboral (la totalidad de los entrevistados) y la calidad humana (el 96%); también, pero en proporción menor, la calidad técnica y la actitud frente al cambio son aspectos favorables.

Los industriales fueron interrogados sobre las diferencias en el recurso humano que se forma en Manizales, frente al que proviene de otras regiones, las respuestas permitieron concluir que existen ciertas fortalezas en las personas capacitadas en Manizales, especialmente, en calidad humana y desempeño laboral; este elemento es importante, teniendo en cuenta que uno de los componentes de la acumulación de capital humano esta relacionado con los procesos migratorios. Otro aspecto que está estrechamente relacionado con la importancia del recurso humano capacitado en la región para el desarrollo industrial se aborda al cuestionar la pertinencia de las Universidades en la formación de los profesionales requeridos por las empresas y la investigación. Con respecto al primer factor, el 64% de los industriales considera la formación del recurso humano como buena, pero el 27% la considera mala. Con relación a la investigación, sólo el 37% de los entrevistados considera que es pertinente para las necesidades de los industriales, mientras que el 53% considera que es regular, evidenciándose una desarticulación entre la academia y el sector productivo, especialmente en lo relacionado con la investigación científica.

En el mismo estudio se hace un importante análisis sobre la pertinencia de las Universidades y los niveles de capacitación de los docentes e investigadores universitarios, encontrando que en Caldas predominan los docentes universitarios con sólo formación profesional (50.15%), seguidos de los docentes con formación de especialización ((34.14%), con maestría (13.89%), doctorado (1.80%)

Como elemento final del Observatorio de La Competitividad de Caldas, es importante destacar el planteamiento del CRECE, en el sentido de reconocer la ausencia de estudios formales para Caldas, que permitan conocer las características de los recursos humanos, desde el punto de vista de los indicadores de la ciencia y la tecnología.

De otro lado, el Corpes de Occidente, la Gobernación de Caldas, y la Alcaldía de Manizales, presentaron en el año 1992 el programa: “Manizales Distrito Universitario: Un Proyecto que Integra la Dinámica Universitaria con la Vida Ciudadana”, en el cual se hace un análisis de la trayectoria educativa del Departamento de Caldas desde el momento de su creación en el año 1905 y de la Ciudad de Manizales, desde entonces cabecera departamental de instrucción pública. Según el cual, desde los inicios del Departamento la clase dirigente se preocupo por la formación de sus habitantes, privilegiando la educación al punto en que Caldas destinó entre 1905 y 1920 más del 30% de su presupuesto a la instrucción pública, llegando en algunos casos hasta el 50%. Este esfuerzo educador permitió que los habitantes del departamento fueran considerados como un pueblo joven, organizado, culto y con excelentes ingresos. En el caso de Manizales, desde su fundación, en el año de 1849, se caracterizó por su vocación educativa, nutridas sus escuelas, inicialmente con profesores de Salamina, Popayán y Antioquia. A partir de 1943 se inicia la creación de las distintas universidades en la ciudad para corresponder a las necesidades de formación de profesionales exigidas por el desarrollo local y regional. Según el estudio, no obstante la tradición universitaria de la ciudad de más de cincuenta años, las universidades, no se han constituido como factor de desarrollo económico y social, en forma directa para la ciudad y su área de influencia, pues han limitado su actividad a la formación de profesionales y a la realización de actividades endógenas de poco impacto para la transformación política, social y cultural de su entorno.

Además, el estudio señala que los distintos foros para la formulación de estrategias realizados por el programa distrito universitario, por el comité de gremios de la ciudad, por la Gobernación del Departamento, por algunos medios periodísticos, por la Corporación Cívica de Caldas, entre otros, durante los meses de Junio y Julio de 1992, coinciden en manifestar su inconformidad por la baja calidad académica de los centros universitarios de la ciudad y estimaron que era necesario emprender acciones que permitieran tener universidades de excelencia y muy competitivas, a escala regional y nacional. En este sentido, recuperar el liderazgo que tuvo Caldas en educación no se considera como una cuestión de orgullo ni de simple competencia, significa asumir nuevamente el compromiso de formar los hombres y mujeres que los nuevos paradigmas del desarrollo imponen al país.

Continuando con la preocupación de los entes gubernamentales y de la sociedad civil con relación a la problemática de la educación en el departamento de Caldas y la ciudad de Manizales; cuando se desempeñaba cómo Gobernador del Departamento el economista Luis Alfonso Arias A, se emprendió él diagnostico del sector educativo que llevó a la formulación del Plan Decenal de Educación de Caldas , publicado en el mes de Junio del año 2004. En la presentación de conclusiones se lee: “En el Departamento de Caldas todavía no existe una institucionalidad coherente con esta categoría de la educación contemporánea, sin la cual no se pueden estructurar procesos educativos de calidad; es decir, no existe una organización política, pedagógica, investigativa, social y laboral minuciosa que guíe y sistematice lo que sucede en la educación regional, con base en muchos de los enfoques teórico-prácticos, indicadores, estándares y variables que se tuvieron en cuenta en la formulación de este primer acercamiento a la formulación del Plan Decenal de Educación.” Además, sobre la falta de competitividad del Departamento, los autores señalan cómo preocupante, el hecho de que no se trata de un fenómeno atribuible a la coyuntura de crisis que ha vivido la economía colombiana en los últimos cinco años, y de la cual parecen recuperarse, aunque lentamente, el país y el Departamento. Las tendencias de largo plazo demuestran que se trata de un fenómeno estructural que aún no se corrige y que, más bien, se ha agravado con la coyuntura reciente, con lo cual se sigue agrandando la brecha con respecto a la nación. De ahí la importancia de buscar las causas de esos resultados y de analizar la forma como el sector educativo, por medio del Plan Decenal de Educación, deberá contribuir a corregir esas tendencias.

La falta de competitividad del Departamento señalada en el párrafo anterior, se da a pesar de la riqueza de los recursos existentes, del potencial que encierran su gente y su geografía, y de los sectores estratégicos identificados en la etapa diagnostica del plan, en ninguno de los aspectos analizados se constatan decisiones de calidad, en el sentido que acerquen significativamente la situación económica y social de Caldas hacia los niveles alcanzables con los recursos disponibles en la región, denominado el óptimo caldense.

En lo relacionado con las condiciones de eficiencia social para la competitividad, el plan señala algunas luces y sombras; afirmando que las sombras están en las condiciones MICRO, las que radican en las personas, y las luces, con atenuantes que muestran lo mucho que hay por hacer, en las condiciones MESO y META. Señalando que en este sentido, el Programa de Competitividad para Caldas ya empieza a ser un importante motor en la construcción de las condiciones necesarias para la competitividad.

Entre las condiciones MICRO considera preocupantes las tendencias demográficas de emigración hacia otros departamentos, sobre todo de personas con niveles de escolaridad por encima del promedio regional, que podríamos considerar como un proceso de desacumulación de capital humano, y la urbanización anómala que se presenta en los centros poblados, por el desplazamiento de habitantes que no encuentran esperanzas ni en el sector rural, ni en las periferias; otro factor analizado esta relacionado con las condiciones de vida de los caldenses, que han llegado a ser inferiores a las del promedio nacional (excepto en NBI), como también el aumento de la población ocupada sin escolaridad.

Las condiciones MESO muestran sombras en lo atinente al capital social, medido por indicadores de violencia (homicidios y lesiones personales) que están por encima del promedio nacional. Pero muestran luces, el numeroso grupo de instituciones con potencial para conformar clusters de apoyo a decisiones y procesos competitivos; un gobierno central en reestructuración, con finanzas sanas y buenos proyectos; una buena oferta de programas de capacitación laboral, con estudios que le muestran el norte; y gremios participativos que están haciendo un esfuerzo meritorio. Las sombras, están del lado del bajo aprovechamiento del potencial científico y tecnológico del Departamento, por la desarticulación entre el mundo empresarial y el sector educativo, el bajo número de investigadores con doctorado, las escasas publicaciones científicas y la dispersión de los esfuerzos entre la investigación científica y el sector productivo.

Los resultados del análisis hecho en el marco del Plan Decenal de Educación, sobre el perfil competitivo, no permiten afirmar que el sistema educativo caldense sea pertinente y responda a los requerimientos de una economía productiva y competitiva a mediano y largo plazo. Si se acepta la asociación que se hace entre pertinencia y formación en competencias básicas, que amplían las capacidades humanas, hay que decir que los bajos índices de productividad de la mano de obra, la deficiente calidad de muchas decisiones productivas, y sus efectos sobre la competitividad y el crecimiento de la economía, así como sobre los niveles de bienestar de la población, develan serias deficiencias en la formación de competencias básicas, por parte de los ciclos de educación básica y media.

Esas deficiencias son confirmadas, no solo por las pocas pruebas que se han aplicado para medir la calidad de la educación en el Departamento, sus logros, sus tasas de repetición y deserción, sino por el desarraigo de los jóvenes, que sueñan con salir de su municipio y migrar hacia capitales y centros urbanos mayores, con la esperanza de educarse mejor, conseguir empleo, percibir mayores ingresos y adquirir “estatus.” La educación que se imparte actualmente no abre horizontes en el sitio de origen, no forma espíritu empresarial, ni fortalece la convicción de que es posible construir desarrollo y bienestar; la descontextualización de los procesos educativos se manifiesta en la ignorancia que muestran los estudiantes con respecto a las actividades económicas del Departamento y su subregión.

El análisis de las condiciones de eficiencia social muestra que los factores asociados con el entorno no compensan y antes refuerzan la falta de coherencia y consistencia en la formación de competencias básicas, por parte del sistema educativo. Esto es tanto más grave cuanto que, de parte del sector productivo, no se observan fuerzas significativas que impulsen, a través de la demanda, las reformas necesarias para mejorar la formación en competencias básicas.

De otro lado, los resultados del estudio, con relación al desempeño de la economía y las opiniones que, en general, presentan los empresarios, sobre los programas de capacitación para el trabajo, confirman que la oferta educativa tampoco es pertinente, en relación con las competencias laborales, porque no satisface los requerimientos del sistema productivo en el corto plazo. No existe una oferta adecuada y suficiente de formación en competencias propias de campos específicos del conocimiento, ni en competencias laborales transversales que, sin ser demasiado especializadas, están evidentemente relacionadas con actividades productivas.

Aunque los empresarios expresan algún reconocimiento por el SENA, las Universidades y otros centros de formación para el trabajo, también se constata que las empresas no encuentran en el sistema educativo departamental la solución a sus necesidades técnicas (por ejemplo en innovación), por causa de la baja pertinencia en la oferta educativa y la investigación. Salvo en casos aislados, las innovaciones tecnológicas y las escasas dinámicas de modernización de las empresas, en lo organizacional y en lo productivo, no encuentran en el sector educativo respuestas suficientes, ni un apoyo generalizado en relación con nuevas competencias laborales. Se observan deficiencias notables en la capacitación de operarios y empleados de producción.

El Plan Decenal de Educación, también señala, que en la mayoría de los casos, las empresas permanecen indiferentes ante la eficacia del sector educativo en la formación de competencias e, implícitamente, consideran apropiada la formación tradicional y la actual oferta educativa. Valoran más la experiencia y el aprendizaje en el puesto de trabajo, y no le encuentran relación con la formación básica. Es como si no percibieran las exigencias del nuevo contexto (de globalización e internacionalización) en términos de productividad, innovación y competitividad, y la necesidad de una formación que amplíe las competencias humanas, la capacidad de aprender, de aplicar el conocimiento, de crear y de ser un mejor ciudadano.

En ello inciden, por supuesto, la falta de visión, compromiso y liderazgo de empresarios y dirigentes, en relación con el proceso educativo, el bajo nivel de formación de un gran número de ellos, así como de administrativos y técnicos, los escasos niveles de profesionalización y la informalidad de las empresas, su tamaño predominantemente pequeño, la simplicidad de los procesos productivos, el aislamiento y dependencia de muchas de ellas con relación a mercados locales, su atraso tecnológico (en tecnologías duras o blandas), su escasa integración en cadenas productivas, y el deficiente funcionamiento de gremios y clusters de apoyo en la economía del Departamento.

Hasta ahora, los procesos de modernización empresarial en Caldas, si se los mide por la intervención de clusters y la formación de cadenas, han sido escasos y no han generado las demandas necesarias para mejorar la educación en competencias básicas y laborales. No se ha logrado romper el peligroso círculo que atenta contra el futuro del Departamento: educación no pertinente que lleva a un sector productivo ineficiente; sector productivo no competitivo, que no demanda mejoras en el sistema educativo. El bajo nivel competitivo de la economía caldense (y la insuficiente maduración y formalización de sus encadenamientos productivos) corresponde a las deficiencias que muestra el sistema educativo y sus inconsistencias en la formación de competencias básicas y laborales.

Consistente con todo lo anterior, no se observa en Caldas la indispensable relación entre los sectores productivo y educativo que, a manera de un sistema “oferta-demanda”, produzca la información necesaria para mejorar y mantener la pertinencia del sistema educativo, cree mecanismos de retroalimentación y convierta a la educación en el gran motor de la competitividad y el desarrollo. Los actuales programas de formación en competencias básicas y laborales, se originan en estudios aislados y ocasionales, y, en el peor de los casos, en planteamientos genéricos, o en la intuición y opinión de directivos de planteles educativos, más que en una relación dinámica entre la visión prospectiva de la sociedad, el funcionamiento de su economía y el sector educativo. De hecho, no es generalizada la convicción de que en Caldas, sector productivo y sector educativo se necesitan, como no es suficientemente claro el concepto de competencias básicas y laborales, ni el papel que en su formación deben desempeñar ambos sectores (cuando no se considera una “pérdida de tiempo” las horas que se asignan a esa tarea).

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