TEORIA DEL CAPITAL HUMANO
BIBLIOTECA VIRTUAL de Derecho, Economía y Ciencias Sociales

 

CAPITAL HUMANO COMO FACTOR DE CRECIMIENTO ECONÓMICO:

CASO DEPARTAMENTO DE CALDAS (COLOMBIA). 1983 2003
 

Duván Emilio Ramírez Ospina

 

 

 

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TEORIA DEL CAPITAL HUMANO

Desde la época de Adam Smith, se ha reconocido la importancia de la formación para lograr mejores resultados en el trabajo, es así, como en la parte I del primer tomo de La Riqueza de las Naciones, refiriéndose a las desigualdades que resultan de la naturaleza de los empleos, reconoce cinco causas que influyen para que en unos empleos sea mayor que en otros la ganancia pecuniaria. La segunda causa mencionada por Smith es, “la facilidad y poco coste, o la dificultad y gastos para aprenderlos”; en la sustentación de este planteamiento compara a un hombre educado con una costosa máquina, y afirma: “Un hombre educado a expensas de mucho trabajo y tiempo, en cualquiera de aquellos oficios que requieren una destreza y pericia extraordinaria, debe compararse a una de estas costosas máquinas......” Smith, eleva la educación y la formación para el trabajo a la categoría de capital, el cual debe recibir una renta mayor en la medida que las capacidades superiores resultantes del proceso de formación contribuyan al logro de un mayor producto, si el dueño de la máquina recibe una renta por el capital invertido en ella; de la misma forma el dueño del conocimiento o la pericia extraordinaria, debe recibir una renta por el capital invertido en el proceso de adquisición de esas capacidades y pericias extraordinarias.

Los desarrollos posteriores de la teoría económica, han permitido abordar desde diferentes perspectivas la formación y capacitación en y para el trabajo, resaltando la importancia de este factor en la actividad económica. Es así, como dentro de la Escuela Marginalista, entre quienes trabajaron la teoría del equilibrio se destaca LEÓN WALRAS, quien plantea: “Se suponen insertos en el sistema económico tres categorías de sujetos, distintos según la naturaleza de los bienes de capital a su disposición. Serán terratenientes, que poseen la tierra, trabajadores, que poseen capital personal y capitalistas en sentido estricto, que poseen los bienes de capital propiamente dichos. Cada uno de estos sujetos, en cuanto propietarios de capital, están en condiciones de ofrecer al mercado los servicios productivos de sus capitales”. De esta forma, WALRAS considera de la misma importancia la posesión de capital físico o capital personal, que en este caso podríamos asimilarlo al concepto que aparece años después de Capital humano.

Continuando con el análisis de la importancia relacionada con la posesión de capital físico y capital personal, la corriente Neoclásica Principal de la Escuela Marginalista, prosiguió el trabajo sobre el tema de la remuneración y el efecto de la capacitación sobre el trabajo; es así, cómo Alfred Marshall, en el libro VI, Capitulo III, se refiere a las fuerzas que actúan sobre la oferta de trabajo y generan desventajas acumulativas en la posición de negociación de los trabajadores. Distingue cinco características; en la segunda de ellas señala: “La educación y el adiestramiento de los trabajadores no dependen sólo de las ganancias esperadas: Dado que el trabajador conserva su propiedad, quienes pagan de su crianza y educación reciben muy poco del precio pagado por sus servicios en años posteriores. Los hijos de los trabajadores reciben generalmente una educación y un adiestramiento inadecuados para el trabajo, y este mal es acumulativo. Además, el adiestramiento de los trabajadores iniciado por los empleadores genera beneficios que el empleador no puede apropiarse en su totalidad; el adiestramiento de los trabajadores constituye un ejemplo importante de las economías externas reales irreversibles”

En esta parte Marshall, se aleja de la teoría de Smith, quien consideraba la capacitación y la formación para el trabajo como una forma de acumulación de capital; sin embargo, Marshall, reconoce que el adiestramiento si produce unos beneficios que según él, se los apropia el trabajador; para nuestro caso lo importante es considerar la forma como este autor reconoce la importancia del adiestramiento como fuente de una mayor productividad en el trabajo, genera unos excedentes y crecimiento de la economía, sin importarnos quién se apropie de ellos y asumiéndolos como un componente de benéfico social.

De la teoría clásica, se deriva la escuela Marginalista y de esta surge la teoría del capital y el crecimiento que da origen a la escuela del crecimiento, cuyo primer exponente es Theodore Schultz (1959), quien refiriéndose al miedo que los economistas tienen al concepto de inversión en hombres, afirma: “son pocos los que han considerado a los seres humanos como capital, pero entre ellos hay tres nombres distinguidos. Adam Smith, filósofo y economista, incluyó como parte del capital todas las capacidades adquiridas y útiles de todos los habitantes de una nación. Así lo hizo también H. Von Thunen, quién añadió que la aplicación del concepto de capital al hombre ni le degrada ni estorba su libertad y dignidad; antes al contrario, la falta de aplicación de ese concepto resultaba especialmente perniciosa en las guerras; “... pues en ellas... con tal de salvar un cañón se sacrifica, sin pensarlo dos veces en una batalla, a cien seres humanos que se encuentran en la plenitud de sus vidas”. El motivo es que: “ la compra de un cañón produce un desembolso de fondos públicos, mientras que los seres humanos se obtienen gratis mediante un decreto de alistamiento” (Thunen 1875). También, Irving Fisher presentó con claridad y lógica un concepto de capital que lo incluye todo (Fisher 1906). “Pese a esto, la corriente del pensamiento principal ha sostenido que no es práctico ni apropiado aplicar a los seres humanos el concepto de capital. Marshall, cuyo gran prestigio explica en gran medida la aceptación de esta visión, sostenía que aunque es incontestable que desde un punto de vista matemático y abstracto los seres humanos son capitales, si se los tratara así en los análisis prácticos se perdería el contacto con el mercado. En consecuencia, la inversión en seres humanos se ha incorporado pocas veces al núcleo formal de la economía, a pesar que muchos economistas, Marshall incluido, han puesto de manifiesto su relevancia en alguno de sus escritos”.

A partir de la concepción sobre la necesidad de destinar recursos a la inversión en seres humanos y como un aporte de la teoría del crecimiento, en su libro, Invirtiendo en la Gente, con el cual obtuvo el Premio Nobel de Economía en el año 1979, refiriéndose a una gran mayoría de la población sometida al yugo de la pobreza, Schultz plantea : ”Los factores de producción decisivos para el mejoramiento del bienestar de los pobres no son el espacio, la energía y la disponibilidad de tierra cultivable; los factores decisivos son el mejoramiento de la calidad de la población y los adelantos en el conocimiento.” Con relación a la importancia que se le dió a la tierra como factor fundamental en los procesos de producción de alimentos y a las diferencias en productividad de los suelos como elementos que explican los niveles de pobreza en la gente, consideraba como lo más importante para las tierras de cultivo, los incentivos y las oportunidades asociadas que tienen los cultivadores para aumentar la cantidad efectiva de tierra mediante inversiones que incluyen las contribuciones de la investigación agrícola y el mejoramiento de las habilidades humanas. También planteó como parte integral de la modernización de las economías de países de alto y bajo nivel de renta, el declive de la importancia económica de la tierra de cultivo y el ascenso en importancia del capital humano; por lo cual, el agente humano es considerado el factor crítico en la cuestión de la pobreza, y afirma que la inversión en el mejoramiento de la calidad de la población puede aumentar significativamente las perspectivas económicas y de bienestar de los pobres, la atención a los niños, la experiencia laboral y doméstica, la adquisición de información y de habilidades, mediante la escolarización y otras formas de inversión en sanidad y escolaridad, pueden aumentar la calidad de la población.

La calidad de la población es analizada por Schultz; considerándola como un recurso escaso, lo que implica que tiene un valor económico y que su adquisición impone un coste; además trató como clave en el análisis del comportamiento humano que determina el tipo y el monto de calidad adquirida a lo largo del tiempo, la relación entre las ganancias obtenidas de la calidad adicional y el coste de adquirirla, así, cuando las ganancias excedan al coste, la calidad de población irá en aumento; esto significa que un incremento en la oferta de cualquier componente de la calidad es una respuesta a la demanda de ese componente.

Otro componente del Capital Humano, analizado por este economista, es el estado de salud de cada uno, visto como un stock, es decir, como capital sanitario, y su contribución como servicios sanitarios. Parte de la calidad del stock es heredada y parte adquirida. El stock se desvaloriza con el tiempo; por lo tanto, la inversión bruta en Capital Humano impone costes de adquisición y de mantenimiento, que incluyen el cuidado de los niños, la nutrición, vestido, alojamiento, servicios médicos, y cuidado de uno mismo. El servicio que rinde el capital sanitario consiste en tiempo de salud, o libre de enfermedad, que contribuye al trabajo, al consumo, y a las actividades de tiempo de ocio. El incremento del capital sanitario y de las otras formas de Capital Humano tiende a incrementar la productividad de los obreros.

Según Schultz, el concepto de calidad no es nuevo en economía; las diferencias en calidad de las propiedades originales de la tierra son parte esencial de la teoría de la renta Ricardiana. La calidad de las tierras laborables, y, específicamente, su productividad, puede ser mejorada, generalmente por medio de inversiones. Aquellos atributos de la calidad de población, que son valiosos y pueden ser aumentados mediante inversiones apropiadas, serán considerados como Capital Humano; Cualquier elemento de calidad que un ser humano adquiera de su nacimiento en adelante lleva consigo una medida de coste. Así, toda vez que valga la pena incurrir en ese coste, habrá un incentivo para invertir en el componente de calidad; la modernización económica tiene un efecto positivo apreciable sobre la producción de oportunidades e incentivos nuevos para adquirir Capital Humano adicional.

El trabajo de Schultz lo continúo W Arthur Lewis , premio Nobel de Economía en el año 1979, quién consideró como “las causas inmediatas del crecimiento económico la voluntad de economizar y la acumulación de conocimientos y de capital”, en este sentido afirmó: “El desarrollo económico depende tanto del conocimiento técnico de las cosas y seres vivientes, como del conocimiento social del hombre y sus relaciones con sus semejantes... el crecimiento depende tanto de saber administrar empresas organizadas en gran escala, o de la creación de instituciones que favorezcan el esfuerzo económico, como de la selección de semillas o de aprender a construir las más grandes presas”

Además, Lewis señaló como la causa del aumento del conocimiento la natural curiosidad del hombre, que lo lleva a experimentar y averiguar lo que llama su atención; afirmó que cada generación parte del conocimiento de sus antepasados, siendo la escritura el invento más importante que ha contribuido a la acumulación de conocimiento; el segundo invento fundamental para la tasa de aumento del conocimiento es el método científico. Por consiguiente, al considerar el aumento del conocimiento deben distinguirse tres edades; la ágrafa, la edad de la escritura sin método científico, y la del método científico; en la misma forma, las sociedades deben distinguirse atendiendo a sí son ágrafas o no y a, sí cultura y filosofía están imbuidas del punto de vista científico.

Este economista, analizó un doble problema planteado por la educación ; por un lado, representa un servicio de consumo y de otro un servicio de inversión; en la medida que es una inversión contribuye directamente al incremento de la producción; el dinero gastado en educación es una inversión de capital, de la misma naturaleza que el dinero gastado en obras de riego; consideró como un problema, la dificultad para señalar los límites de la clase de educación que contribuye más al disfrute de la vida que a la producción; en este sentido, dijo que algunos miembros de la comunidad deben saber leer y escribir, puesto que, de otra forma, no podrían desempeñar bien su trabajo. Pero no puede afirmarse que la productividad de la mayoría de los campesinos, porteros, barberos, o sirvientes domésticos aumentará, si se les enseña a leer y a escribir; por lo tanto, la educación de estos grupos es deseable no como una inversión, sino como un bien de consumo, porque se supone que les ayudará a disfrutar mejor algunas cosas o a comprender mejor otras, no implicando esto que sean más felices, pero si más humanos.

Desde el punto de vista económico, Lewis, consideró la educación que no representa una inversión productiva equivalente a otros bienes de consumo, como lo son los vestidos, las casas, los alimentos. La educación universitaria es considerada como una inversión por quienes se esfuerzan en obtenerla; es un medio para alcanzar un rango social más alto y un ingreso mayor. En países que disponen de grandes servicios universitarios, si al mismo tiempo no se produce el crecimiento y el desarrollo económico y no existe un mercado en expansión para los profesionales formados, el país se ve inundado de personas que han hecho estudios superiores y tienen que aceptar los trabajos que buenamente puedan obtener, por lo que se sienten en extremo descontentos y constituyen material de primera clase para la agitación política, pues no están de acuerdo con los salarios que obtienen o aún con la posición social que creen merecer en atención a sus estudios superiores.

Con relación a la alimentación y la salud, Lewis, las señaló como de particular importancia para la productividad de los trabajadores; por lo tanto, a las compañías industriales les conviene proporcionar servicios médicos gratuitos y velar porque sus trabajadores estén bien alojados; también les conviene proporcionar comidas gratuitas o baratas, para asegurar la buena alimentación de sus trabajadores. Otros elementos considerados por este economista, como fundamentales para la productividad son: El adiestramiento recibido por el trabajador y suministrado por personas calificadas y competentes y el interés que el propio trabajador tenga por su trabajo.

Enfatizando en la importancia de la productividad creciente del capital para los procesos de crecimiento de la economía, Gary S Becker , considera la oferta de factores como uno de los aspectos más difíciles y con mayores incertidumbres en la teoría económica; referencia los planteamientos de la economía clásica que identifica tres factores: capital, tierra y trabajo; afirma, que los grandes desarrollos resultantes del esfuerzo del hombre por mejorar la oferta económica de factores de la producción ha llevado a que la tierra sea considerada como un tipo de capital; asimismo, el trabajo con productividad creciente se está tratando como capital; por esta razón, en las economías avanzadas, los sueldos y salarios que se pagan por los trabajos que requieren el uso de la fuerza bruta son muy pequeños en proporción a los que se pagan por aquellos que requieren de inversión en seres humanos para poder ser desarrollados. Sin embargo, considera que el análisis del Capital humano no se ha integrado directamente a los estudios generales sobre el capital, debido a que algunos de los determinantes de la oferta de este tipo de capital son únicos, tales como: las influencias sobre la población, la participación de la fuerza de trabajo y la selección de ocupaciones.

Con relación a la participación de la fuerza de trabajo, considera el volumen total de población como el determinante de las horas de trabajo disponible; las mismas que pueden estar dedicadas a desarrollar actividades que rinden pagos monetarios, también llamadas actividades de mercado; o además, pueden enfocarse a realizar actividades que directamente rinden satisfacción, siendo éstas actividades fuera del mercado y de consumo; el tiempo que no se trabaja, usualmente se llama ocio; pero de hecho, incluye muchas actividades que no son consideradas parte del ocio, como el cuidado de los niños, la limpieza del hogar entre otras.

Para el análisis de la selección de ocupaciones, interpreta las horas trabajadas, como el tiempo dedicado a actividades de mercado, y cada una de estas actividades se llama ocupación; el ejercicio de algunas ocupaciones requiere mayor capacitación que otras; en aquellas que se requiere mayor especialización, la tasa de remuneración debe ser mayor; por lo tanto, la fuente más importante de beneficio de la especialización es la educación y la capacitación, que aumentan la productividad en una ocupación. Se conoce bien el monto de escolaridad que necesitan los médicos, los abogados o los físicos, pero también es importante la capacitación informal que se adquiere en el trabajo, en muchas ocupaciones.

Las influencias sobre la población son todas aquellas actividades que pueden aumentar o disminuir la mortalidad, la productividad, la salud y demás variables demográficas; en este enfoque, la educación reduce la mortalidad e incrementa el estado de salud, porque eleva la productividad de la función de producción del individuo.

Continuando con los trabajos de Schultz, Solow y Lewis sobre crecimiento económico, Robert E. Lucas Jr, (Nobel de Economía en 1995), partiendo de la idea de familias productoras, desarrolló un modelo de crecimiento endógeno de dos sectores; en uno de ellos, la producción final se obtiene por medio de la combinación de capital físico y humano; el producto final puede ser consumido o transformado en capital físico; en el otro sector, la producción y acumulación de capital humano se hace a partir del capital físico y humano. Se considera, además, que la tecnología para la obtención de capital humano es diferente de la que se emplea para la obtención de la producción final.

Considerar el trabajo como capital humano, trae como consecuencia convertirlo en un factor susceptible de acumular, lo cual constituye una forma de introducir la tecnología en el análisis del crecimiento; sin embargo, uno de los supuestos implícitos, se apoya en el hecho de que el capital físico y el humano son bienes similares, en el sentido de que ambos pueden ser acumulados, a partir de unidades de producción retiradas del consumo. Sin embargo, se puede argumentar que los capitales físico y humano son bienes con unas propiedades enteramente diferenciadas; en particular, la función de producción de capital físico es distinta de la de capital humano, es decir, del proceso de educación, requiere relativamente más capital humano que la producción de capital físico; en otras palabras, la educación es más intensiva en capital humano. Otra distinción fundamental entre capital físico y humano, es que para acumular el segundo, el individuo debe emplear su propio tiempo, mientras que el primero se puede comprar, regalar, o heredar sin necesidad de un esfuerzo propio.

En el modelo desarrollado por Lucas, la función de producción presenta rendimientos constantes de escala respecto del capital físico y humano, ya que doblar, estas dos formas de capital, conlleva a doblar la producción. Igualmente, trató como una externalidad del stock medio de capital humano, el hecho, de que la gente es más productiva cuando está rodeada de individuos inteligentes y productivos; la existencia de esta externalidad no es esencial para que el modelo genere crecimiento endógeno. También afirmó que los individuos no desean dedicar todo su tiempo a trabajar en la producción de bienes finales, porque prefieren dedicar parte de su tiempo a aumentar su capital humano, es decir, a estudiar; supone que en la producción de capital humano se emplea esta forma de capital como único factor de producción y, además, que existen rendimientos constantes de escala, por lo cual, el aumento neto del stock de capital humano per cápita es igual a la producción de capital humano menos la depreciación, teniendo en cuenta que sí todos los demás factores son constantes, los aumentos de población reducen la cantidad de capital humano disponible por persona.

Retomando las teorías anteriores sobre capital humano, pero dándole un enfoque diferente, en su libro Desarrollo y Libertad, el Premio Nóbel de Economía Amartya Sen (Nóbel de Economía 1998), aborda el tema y lo relaciona con el de capacidad humana como expresión de libertad; considera muy restringida la perspectiva del capital humano como valor indirecto que puede utilizarse en la producción de bienes y servicios. Según su perspectiva, los análisis económicos actuales han tomado en gran medida la acumulación de capital en términos físicos y se concibe como un proceso en el que interviene la calidad productiva de los seres humanos; se aparta de la literatura sobre capital humano que según sus planteamientos tiende a centrar la atención en la capacidad de agencia de los seres humanos para aumentar sus posibilidades de producción; por el contrario, su perspectiva de capacidad humana centra la atención en la capacidad de los individuos para vivir la vida que tienen razones para valorar y para aumentar las opciones reales entre las que pueden elegir.

En este sentido, si la educación eleva la eficiencia de las personas en la producción de bienes y servicios, se trata de una mejora en el capital humano, que puede aumentar el valor los bienes económicos, así como el nivel de ingresos de la persona educada; pero al mismo tiempo, le proporciona a la persona otros beneficios, como poder leer, comunicarse y desarrollar otras actividades que contribuyen a hacerlo más humano. Entonces, desde la perspectiva de SEN, se puede decir que los beneficios de la educación son superiores a su papel como capital humano en la producción de bienes; “Si una persona, mejorando su educación, su salud, etc., puede ser más productiva en la fabricación de bienes, no es ilógico esperar que gracias a estos medios también tenga más posibilidades - y libertad- para llevar su vida.” SEN (1999 P 351). De acuerdo con este planteamiento SEN, se refiere a una nueva categoría resultante del proceso de mejoramiento de los seres humanos, como resultado de lo que hasta el momento se ha denominado acumulación de capital humano, y lo eleva a la condición de capacidad humana, que además, de servir para lograr incrementos en el crecimiento económico, debe contribuir a mejorar las condiciones de vida de los seres humanos.

No obstante, todos los planteamientos anteriores sobre la importancia de la acumulación de capital humano como factor que contribuye o debería contribuir bien a elevar el rendimiento económico del trabajo y, por lo tanto, prestar una gran contribución al crecimiento de la economía, según algunos teóricos, o a elevar la calidad de vida de los seres humanos según otros; Jeremy Rifkin hace un llamado de atención sobre los peligros que amenazan a la humanidad, fruto de los grandes desarrollos de la tecnología que a finales del siglo XX e inicios del XXI, están llevando a un desplazamiento sin precedentes de la capacidad de trabajo del hombre, incluyendo la que se sustenta en el desarrollo de capacidades mentales; en palabras de Rifkin (1996 pag 25), si las primeras tecnologías reemplazaban la capacidad física de trabajo humano, sustituyendo cuerpos y brazos por máquinas, las nuevas tecnologías basadas en ordenadores, prometen la sustitución de la propia mente humana, poniendo máquinas pensantes allí donde existían seres humanos, en cualquiera de los ámbitos existentes en la actividad económica. En estos términos, las tecnologías de la información y las telecomunicaciones, emplearán un creciente número de científicos especialistas en ordenadores, ingenieros; productores; escritores; especialistas varios para programar, monitorear y hacer funcionar las redes; sin embargo, dicho número no será tan relevante, si lo comparamos con los millones de empleos que desaparecerán en otros sectores.

Continúa Rifkin su análisis prospectivo sobre el trabajo, en el cual sólo vislumbra alguna perspectiva favorable para el sector del conocimiento, conformado por una élite de industrias y de disciplinas profesionales responsables de la introducción en la nueva economía de la alta tecnología del futuro, lo que ha llevado al gobierno de los Estados Unidos a plantear la necesidad de reeducar la población para enfrentar los retos de la nueva economía, pero un número importante de críticos no ven importancia ni aplicabilidad a los programas de reeducación, porque la gran mayoría de los trabajadores especializados no podrán alcanzar los niveles que les permitan adecuar su capacidad a las limitadas oportunidades del empleo existente en el sector del conocimiento. En estos términos, sería necesario preguntarse: ¿la acumulación de capital humano, teniendo al hombre como principal elemento de esa acumulación, seguirá siendo un factor que contribuya a generar crecimiento económico?, O si por el contrario, ¿también en esta función será desplazado el hombre por la máquina, originando una nueva crisis en la economía por falta de consumidores?, ó, ¿qué nuevo sentido tendrá la acumulación de capacidades y conocimientos, si estos no pueden ser aplicados al proceso de producción de bienes y servicios?. Las respuestas a estas preguntas no son objeto de este trabajo, pero es importante dejar planteados estos interrogantes, que seguramente ocuparan el tiempo de otros investigadores.

En este mismo sentido, pero haciendo una alusión más directa, Rubén Darío Utria , como parte de su análisis sobre el advenimiento de la internacionalización del neoliberalismo económico y su estrategia de debilitamiento de los países periféricos y el endiosamiento del mercado, hace una crítica a la cultura de consumismo irracional impulsada por el capitalismo salvaje, que ha llevado a “la reducción del hombre y la mujer a la triste condición de capital humano”, perdiéndose la amplia gama de círculos grupales y su variedad etnocultural, destrezas y especialidades profesionales, sentimientos y aspiraciones, compromisos individuales y colectivos de toda índole, entre otras posibilidades que puede desarrollar el ser humano en beneficio propio y de toda la comunidad. Otro planteamiento similar hace Omar Aktouf , quien critica la caracterización de las personas como un recurso en las organizaciones, expresa que deben ser tratados como asociados, que pueden hacer escogencia de adherirse, con pleno conocimiento de causa, lo que supone una cierta libertad y responsabilidad; encontramos, entonces, en estas posiciones una forma diferente de abordar el tema del capital humano.

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