TEORÍA DEL CRECIMIENTO ECONÓMICO
BIBLIOTECA VIRTUAL de Derecho, Economía y Ciencias Sociales

 

CAPITAL HUMANO COMO FACTOR DE CRECIMIENTO ECONÓMICO:

CASO DEPARTAMENTO DE CALDAS (COLOMBIA). 1983 2003
 

Duván Emilio Ramírez Ospina

 

 

 

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TEORÍA DEL CRECIMIENTO ECONÓMICO

Otro componente importante de este trabajo es la teoría del crecimiento, que ha estado presente a lo largo de la historia del pensamiento económico; los primeros clásicos como Adam Smith, David Ricardo, Thomas Malthus, John Stuart Mill, entre otros, estudiaron el tema, e introdujeron conceptos fundamentales como los rendimientos decrecientes y su relación con la acumulación del capital físico, la relación entre el progreso tecnológico y la especialización del trabajo, o el enfoque competitivo como instrumento de análisis del equilibrio dinámico. De la misma forma, importantes economistas de inicios del siglo XX, se ocuparon de temas relacionados con el crecimiento de la economía; en este trabajo, se tendrán en cuenta entre otros, los conceptos desarrollados por los economistas neoclásicos de la segunda mitad del siglo XX. A partir del trabajo de Robert M Solow (1956), complementados y contrastados por los trabajos de Paul Romer (1986); Robert Lucas (1988); quienes tuvieron como objetivo fundamental la construcción de modelos en los que a diferencia de los neoclásicos, la tasa de crecimiento a largo plazo fuera positiva, sin la necesidad de suponer que alguna variable del modelo (como la tecnología) crecía de forma exógena, por lo cual, las nuevas teorías se conocen con el nombre de teorías del crecimiento endógeno.

Para explicar el volumen anual de producción, Solow parte del monto de capital heredado del pasado, como un acervo de bienes homogéneos de capital ahorrados de producciones anteriores; por lo cual, dado un monto heredado de capital, la producción anual de la economía depende del volumen de ocupación durante el período objeto de estudio; como se considera homogéneo el capital acumulado, los incrementos sucesivos iguales de ocupación, generan incrementos del producto sucesivamente más pequeños; por considerar el capital homogéneo, los menores crecimientos sucesivos del volumen de producción son explicados por los rendimientos decrecientes. Si en el período siguiente hay inversión neta, entendida como la diferencia entre la suma de la inversión anterior y la nueva inversión menos el desgaste por el uso del capital acumulado, la economía va a tener más capital disponible, el nuevo volumen de producción será mayor que la producción del período anterior; el mismo volumen de ocupación debe rendir más producto un año después que el que hubiera producido un año antes. Esto quiere decir, que las posibilidades de producción de la economía, están determinadas por la función de productividad que indica cuánto producto se puede obtener por cada unidad de capital. En esta teoría, encontramos tres supuestos fundamentales, a saber: La población y la fuerza de trabajo crecen a una taza constante, que se considera independiente de otros aspectos y variables económicas; El ahorro y la inversión son una proporción fija del producto neto en cualquier tiempo; la tecnología está afectada por dos coeficientes constantes, en concreto, la fuerza de trabajo por unidad de producto y el capital por producto.

La conclusión principal del modelo de Solow es que la acumulación de capital físico no es suficiente para explicar ni el crecimiento de la producción per cápita que ha tenido lugar en el tiempo, ni las diferencias de renta existentes entre diversas regiones geográficas. El modelo trata otros posibles factores determinantes de estas diferencias como exógenos, y por lo tanto, no son explicados por él, como es el caso del progreso técnico. Solow supone que la acumulación de capital influye sobre el nivel de producción a través del mecanismo convencional de contribución directa al proceso de producción, por lo cual recibe una remuneración equivalente a su productividad marginal. El modelo de Solow trabaja con cuatro variables, a saber: la producción (Y), el capital (K), el trabajo (L) y la tecnología o la eficacia del trabajo (A). La economía dispone, en todo período, de ciertas dotaciones de capital, trabajo y tecnología que combina en el proceso de producción, dando lugar a lo que se denomina la función de producción , la cual presenta rendimientos constantes a escala en sus factores capital y trabajo; esto significa que si se duplica la cantidad de capital y de trabajo efectivo, manteniendo constante la tecnología, el nivel de producción también se duplica. Este modelo supone que la economía está lo suficientemente desarrollada como para que las cantidades adicionales de factores incorporadas al proceso productivo sean explotadas de la misma manera que las ya existentes, de modo que el nivel de producción crece exactamente en la proporción en la que lo hacen los factores. Otro supuesto, es que los factores de producción diferentes al capital, el trabajo y la tecnología, en particular la tierra y los recursos naturales, son irrelevantes; los supuestos adicionales del modelo se refieren a la forma en que cambian, a través del tiempo, las cantidades de trabajo, capital y tecnología; partiendo de que el tiempo es continuo, es decir, que las variables incluidas en él, están definidas en cada uno de los momentos. Las dotaciones de capital, tecnología y trabajo iniciales se suponen dadas. El trabajo y la tecnología crecen a tasas constantes. Si se supone que el trabajo presenta rendimientos constantes a escala, no se tienen en cuenta las diferencias entre distintas dotaciones de la fuerza de trabajo; por lo tanto, el modelo, no hace ninguna diferenciación entre la mano de obra capacitada y sin ningún nivel de capacitación; por lo cual este modelo no se considera de utilidad para el presente trabajo.

Como quiera, que la evolución de dos de los tres factores de producción, (el trabajo y la tecnología) es exógena, si se quiere analizar el comportamiento de la economía, es necesario estudiar el tercer factor, el capital. Por esto, se afirma que la tasa de cambio del stock de capital por unidad de trabajo efectivo es la diferencia entre dos elementos: El primero es la proporción de producto final que se destina a la inversión y el segundo es la inversión de reposición, es decir, el volumen de inversión que es necesario para mantener constante el capital; hay dos razones fundamentales que hacen necesaria la inversión de reposición: En primer lugar, el capital se deprecia; por lo que para evitar su reducción, es necesario reponerlo; en segundo lugar, la cantidad de trabajo efectivo crece, de manera que la inversión necesaria para mantener el stock de capital constante no es suficiente para mantener igual la relación capital trabajo. En estas condiciones, si se cumple con el crecimiento del capital desde el punto de vista de la reposición y para mantener constante la relación capital trabajo, independientemente del punto de partida, el modelo de Solow supone el crecimiento sostenido de la economía, esto es, una situación en la que todas y cada una de las variables del modelo crecen a una tasa constante. En este estado estacionario, la tasa de crecimiento de la producción por trabajador depende exclusivamente de la tasa de crecimiento del progreso técnico. A Solow le falto profundizar en el componente principal del progreso técnico, que es la disponibilidad de capital humano en forma de educación.

El trabajo de Solow, fue continuado por Ramsey, Cass y Koopmans, cuyos modelos son similares al de Solow, pero suponen el comportamiento de las variables agregadas como determinado por decisiones microeconómicas; siguen considerando exógeno la tasa de crecimiento del trabajo y de la tecnología; sin embargo, la evolución del stock de capital se hace depender de la interacción entre el comportamiento maximizador de las economías domésticas y el de las empresas en un mercado competitivo, de modo que la tasa de ahorro ya no es exógena ni tiene por qué ser constante.

El supuesto de partida de este modelo es que en la economía existe un elevado número de empresas idénticas, cada una de las cuales se enfrenta a una función de producción, donde: el producto total depende del capital, la tecnología y el trabajo; estas empresas contratan trabajadores y alquilan capital en unos mercados de factores competitivos y venden después la producción en un mercado de bienes que también es competitivo; para ellas la tasa de crecimiento de la tecnología es exógena.

La denominada nueva teoría del crecimiento, corresponde a elaboraciones desarrolladas, a partir del modelo de Solow y de los modelos de Ramsey; Cass y Koopmans, entre otros, por Paual Romer, Grossman y Helpman; de hecho, tratan la acumulación de capital y su papel en la producción como lo hacían los anteriores teóricos; sin embargo, difieren de ellos en que interpretan explícitamente la eficacia del trabajo en términos de conocimiento y teorizan de un modo formal su evolución a lo largo del tiempo.

En el planteamiento de esta teoría, se considera la existencia en la economía de dos sectores diferenciados: El primer sector produce bienes y servicios; el segundo, dedicado a la Investigación y Desarrollo; siendo el que genera las adiciones al stock de conocimientos. La generación de nuevas ideas es tratada como una variable dependiente de las cantidades de capital y trabajo comprometidas en la actividad investigadora, así como del estado de la tecnología; Se constituye en un modelo de crecimiento endógeno, toda vez que en él, el crecimiento a largo plazo de la producción por trabajador viene determinado por el modelo mismo, en lugar de ser por una tasa exógena de progreso tecnológico; también implica que la tasa de crecimiento a largo plazo de la producción por trabajador es una función positiva del aumento de la población. En este modelo, el conocimiento, fruto de las actividades de Investigación y Desarrollo, puede encontrar diferentes formas de manifestación que van desde el saber científico básico, susceptible de un amplísimo campo de aplicaciones, hasta el conocimiento aplicado sobre objetos concretos.

El modelo de Solow fue aplicado a la economía de Estados Unidos por parte de Charles Jones (1995), De acuerdo con los resultados de sus investigaciones, durante el periodo posbélico, todas las fuerzas señaladas por éste modelo como impulsoras del crecimiento a largo plazo han tendido a aumentar: La población ha crecido de modo constante, la tasa de ahorro ha aumentado, la proporción de recursos dedicados a la acumulación de capital humano y la Investigación y Desarrollo han crecido considerablemente, lo cual debería haber provocado, según los nuevos modelos, un incremento considerable del crecimiento; sin embargo, en la práctica esté no ha mostrado ninguna tendencia definida.

En la misma línea de pensamiento, pero con algunas diferencias con relación a los postulados de Solow, los trabajos de Paul Romer (1990), llevaron a establecer una distinción entre el conocimiento y los bienes económicos convencionales; estos son excluyentes, quiere decir, que un mismo bien sólo puede ser usado por un individuo al tiempo; mientras todos los tipos de conocimientos comparten un rasgo esencial: son compatibles entre sí, es decir, el uso de un determinado elemento cognitivo en una aplicación específica, no impide su uso por parte de otra persona, en otro uso determinado, por lo cual, la producción y asignación de conocimiento a usos productivos no puede dejarse al libre juego de la oferta y la demanda, toda vez que el costo marginal de suministrar una unidad de conocimiento a un usuario adicional, después de haber sido descubierta, es cero. Por lo cual, el incentivo para dedicarse a la producción de conocimiento en un mercado perfectamente competitivo también sería cero.

Romer, destacó que, aunque los diferentes tipos de conocimiento comparten la característica de no ser excluyentes, son heterogéneos, por lo cual la exclusividad en su uso depende, tanto de su propia naturaleza como de las instituciones económicas que regulan los derechos de propiedad; las normas sobre patentes son un ejemplo de uso exclusivo para determinados tipos de conocimientos, a favor de quienes los han desarrollado, o han pagado ciertas sumas por ese derecho. Se han considerado cuatro fuerzas que influyen en la asignación de recursos al desarrollo de conocimientos: El apoyo a la investigación científica básica; los incentivos privados a la innovación y a las tareas de investigación y desarrollo; las oportunidades alternativas que se ofrecen a los individuos con talentos especiales y el aprendizaje mediante la práctica.

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