Las Dudas de Lampreia
BIBLIOTECA VIRTUAL de Derecho, Economía y Ciencias Sociales

 

URUGUAY UN DESTINO INCIERTO


Jorge Otero Menéndez

 

 

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Las Dudas de Lampreia

Ahora bien, es tan difícil bajarse de esta montaña rusa en que ha resultado el acuerdo comercial del Cono Sur – profundizado por el Protocolo de Ouro Preto, firmado por Uruguay con el ineludible entusiasmo que caracterizó cada paso de la “política exterior de Estado” de entonces, en diciembre de 1994 – como pretender evadirse de las consecuencias de la retracción del mundo financiero. Sin embargo, deberíamos prepararnos para tal fin, antes que lo hagan efectivo nuestros propios socios. Ya lo expresó en una entrevista[i] el ex ministro de Relaciones Exteriores de Brasil, Luiz Felipe Lampreia[ii]: "Ni siquiera sé si la idea de crear una unión aduanera debería ser sustituida por un régimen de libre comercio, porque en el bloque está habiendo restricciones hasta al propio libre comercio". Y al respecto aclara el entrevistador: “Al hablar de las restricciones al libre comercio, Lampreia hacía referencia a las medidas tomadas por Paraguay y Uruguay, que arancelaron el ingreso de productos sin excluir de ese "sobrearancelamiento" a los socios del Mercosur. Y a la medida tomada por el Ministerio de Economía argentino algunos meses atrás, que facilitó el ingreso de bienes de informática y telecomunicaciones, haciéndole perder la ventaja competitiva a esos mismos productos originados en Brasil.”

Por su parte, el secretario general de la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Comercio y Desarrollo (UNCTAD), el brasileño Rubens Ricúpero, ex ministro de Hacienda del gobierno del presidente Itamar Franco, declaró recientemente[iii]: "Um balanço objetivo do Mercosul tem de levar em conta que o comércio entre seus países-membros cresceu muito logo após a criação do bloco. Porém uma de suas grandes falhas é que houve uma passagem rápida demais da zona de livre comércio para a união aduaneira, que é algo mais ambicioso".

"Com isso, foi necessário o estabelecimento de exceções demais, e muitos produtos ficaram dispensados da união aduaneira, o que minou o processo e transformou a tarifa externa comum em algo irrelevante".

Para ele, contudo – agrega el periodista brasileño - , a médio prazo, o Mercosul poderá ser muito importante para a política externa brasileira -"sobretudo ante a atual organização econômica global".

Essa opinião – agrega - é compartilhada por Alfredo Valladão, brasileiro que chefia a cátedra Mercosul do reputado Instituto de Estudos Políticos de Paris (Sciences Po). "Se o próximo presidente da República decidir privilegiar negociações bilaterais ou multilaterais com outros países em detrimento do Mercosul, o Brasil correrá o risco de ficar isolado na América Latina", disse Valladão. Segundo ele, desde que o presidente George W. Bush obteve a TPA (Autoridade para Promoção Comercial, que lhe dá o direito de negociar acordos comerciais que o Congresso depois aprova ou rejeita em bloco - sem emendas), em agosto passado, a estratégia dos EUA é negociar o avanço da Alca (Área de Livre Comércio das Américas) e acordos bilaterais com as regiões da América Latina.

"Por conta dessa política, o Chile, a Comunidade Andina [Bolívia, Colômbia, Equador, Peru e Venezuela] e o Mercado Comum Centro-Americano [Guatemala, Honduras, Nicarágua, El Salvador e Costa Rica] já foram contatados por Washington. Isso tende a isolar o Brasil caso o novo presidente não busque estreitar seus laços com os parceiros do Mercosul", explicou Valladão.

 "Uma América Latina com acordos preferenciais com os EUA que excluíssem o Brasil seria um cenário terrível para nós, pois cerca de 30% de nossas exportações vão para os EUA e outros 20% são destinados aos países latino-americanos. Perderíamos preferências indispensáveis. Precisamos, portanto, de aliados. E, apesar de tudo, não temos aliado melhor do que o Mercosul. O próximo presidente do Brasil deverá ter isso emmente." Ricupero também ressaltou que a grave crise que assola tanto o Brasil quanto a Argentina é mais uma razão para que os dois países busquem uma maior aproximação -embora as razões internas não sejam as mesmas. "Se a crise continuar se agravando, é bem provável que o Brasil e a Argentina tenham de procurar soluções alternativas, reduzindo suas importações", apontou Ricupero. "Nesse quadro, algo menos ambicioso que uma união aduaneira, como uma verdadeira zona de livre comércio, poderá servir para reforçar o comércio dentro do Mercosul. Um esquema regional permitiria que os dois países, além do Uruguai e do Paraguai, ficassem menos expostos às oscilações da economia internacional", completou “

Es de recordar, empero, la posición abiertamente contraria al MERCOSUR expuesta en forma reciente por José Serra (como candidato presidencial del partido del entonces jefe de Estado Fernando Henrique Cardoso y ministro de su gobierno) y la opinión que al respecto se maneja en la poderosa Federación de Industrias del Estado de San Pablo (FIESP) e incluso Luiz Inácio Lula da Silva, el actual presidente, últimamente amortiguada por la idea de una ampliación de su capacidad negociadora subida sobre toda Sudamérica.

A la luz de lo citado, parece indudable que el problema se mira desde el interés nacional de Brasil, no necesariamente de Uruguay... ¿Debemos esperar a que otra vez tengamos que actuar ante hechos consumados y tener que engancharnos vaya a saber a qué improvisado carro de una refrescada relación bilateral Argentina-Brasil?.

¿No será mejor, desde ya, ir examinando con detenimiento lo que otros países han hecho en estas materias?

La convergencia mayor de aquellos vectores se dio cuando nuestras cúpulas coincidieron en incorporar el país al MERCOSUR.

Es de reconocer, empero, que antes de la firma del Tratado de Asunción(1991)[iv] algunos sectores productivos hicieron oír sus preocupaciones, respaldadas en algunos casos por lo que denominaron una histórica inestabilidad de precios de la economía brasileña[v].

Pese a ello, si tomáramos en cuenta la aparentemente incontrolada euforia que se alentó por acceder el país, finalmente a su juicio, a una política exterior de Estado - eufemismo con que el cual se quiere expresar que se encuentra fuera de la discusión pública porque la comparten y apoyan solo ellos, desconociéndose si el resto de la República piensa lo mismo – y la algo ligera alegría que mantienen por nuestra restaurada democracia, tendríamos que estar gozando los uruguayos de la misma sensación y, sin embargo, ¡hace tanto tiempo que ella es ajena a nuestras emociones! ¿No resulta extraño? Parecería que existe, por lo pronto y a ese respecto, una disociación entre lo que piensan las cúpulas y lo que siente el ciudadano común.

Es un escenario que, de algún modo, repite el vivido antes del golpe de Estado de 1973 en lo que refiere al desencuentro entre la representación jurídica que inviste la clase política y su legitimidad en término de apoyos ciudadanos. Esta última – la legitimidad en el sentido de respaldo de la opinión pública -, hoy día es casi inexistente.

La inercia de la presente situación bastará para que el descontento decante en repulsa. No obstante, se debe tener en cuenta el desconocimiento que la gente común tiene del aspecto, el nombre y las características de la larga mayoría de los ocupantes de cargos electivos nacionales y de muchos departamentales. ¿Quién puede reconocer a mas de veinte o veinticinco - (¿tantos?) - de los 130 legisladores electos como tales que integran nuestro Parlamento? Ni hablemos de los miembros de la Junta Departamental de Montevideo, cuyo número total no demasiados deben conocer y que, para ocupar sus escaños, debieron contar con más sufragios que los representantes parlamentarios pertenecientes a cualquier Departamento del país. Lo que en otras circunstancia los debiera preocupar, en estos momentos actúa como un sostén de su tranquilidad. Extrañas paradojas que tiene reservada la vida política de nuestro país a su historia.

Habitualmente se señala que en Uruguay somos pocos y nos conocemos todos. A la luz de lo señalado, podemos decir que seremos pocos pero no nos conocemos todos....

[i] La Nación de Buenos Aires, jueves 13 de septiembre de 2001. Entrevista realizada por Carlos Esnal, corresponsal en Brasil.  

[ii] Luiz Fellipe Lampreia actualmente preside el Centro Brasileño de Relaciones Internacionales (Cebri)

[iii] Folha de S. Paulo. 8 de octubre de 2002. Novo governo terá de valorizar o Mercosul, afirmam especialistas, por Marcio Senne De Moraes.

[iv] Fue firmado en la capital paraguaya el 26 de marzo de 1991. 

[v] Dieter Schonebohm. MERCOSUR – ¿Desafío o amenaza? FESUR – ECS. 1994.

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