Pulse aquí para acceder al índice general del libro. Esta página carece de formato, tablas y notas. Pulsando aquí puede acceder al texto completo en formato DOC comprimido en ZIP (239 páginas, 550 Kb) |
F.J. Blancas Peral y E.M. Buitrago Esquinas
CAPÍTULO II: DIMENSIÓN E IMPORTANCIA DEL SECTOR TURÍSTICO EN SEVILLA.
II.3.OTROS EFECTOS NO ECONÓMICOS DEL TURISMO DE SEVILLA
Como señalamos en la introducción, el análisis de la importancia y dimensión
de la actividad turística en Sevilla, no quedaría completo si únicamente
hacemos referencia a los efectos puramente económicos ya que el turismo
presenta otras repercusiones muy importantes sobre la sociedad y el
territorio en el que se desarrolla. Por ello, en este apartado vamos a
estudiar los efectos sociales y medio ambientales (tanto en sus aspectos
positivos como en los negativos) que la actividad turística provoca y
trataremos de particularizarlos para el caso de Sevilla.
Para la realización de este análisis partimos de la idea defendida por
Enrique Torres Bernier6 de que el ciudadano es protagonista de buena parte
de la actividad turística, ya sea de forma activa, participando en ella, o
pasiva, recibiendo su influencia directa o indirecta.
FIGURA 2.1. Relación entre el ciudadano y la realidad turística.
Esta página carece de formato, tablas y notas. Pulsando aquí puede acceder al texto completo en formato DOC comprimido en ZIP (239 páginas, 550 Kb)
El turismo, por una parte, constituye una amenaza para el ciudadano ligada
fundamentalmente a los efectos negativos sociales y medioambientales. A este
respecto, debemos destacar en primer lugar el hecho de que cuando nos
referimos al término medio ambiente desde el punto de vista turístico,
hacemos referencia a todos aquellos factores no-económicos que caracterizan
a una determinada zona y que tienen una influencia significativa sobre la
satisfacción de los turistas. Esta definición7 comprende todo un abanico de
factores que unidos influyen directamente en la configuración de la
competitividad de las actividades turísticas en un área. La amplitud y
diversidad de los factores que contempla la dimensión ambiental aconseja su
clasificación en tres grandes grupos:
- Medio ambiente natural, el cual normalmente es identificado con el
conjunto del ecosistema natural de la zona.
- Medio ambiente social y cultural, que abarca las tradiciones, costumbres,
arte, hospitalidad y cultura que caracteriza una zona o área determinada. En
términos generales, incluye el clima social de la zona en la cual se
desarrolla la actividad turística.
- Medio ambiente urbano, o también denominado medio ambiente artificial, que
incluye los transportes y demás infraestructuras de comunicaciones,
infraestructuras y equipamientos de sanidad ambiental (saneamiento y
depuración de aguas, recogida y tratamiento de basuras y otros desechos,
servicios generales de limpieza urbana, etc...) parques, jardines y zonas
verdes, etc... y, en general, todos los servicios, tanto para residentes
como para turistas.
Como reflejamos en el capítulo anterior, Sevilla al ser un destino turístico
urbano ofrece sobre todo factores de medio ambiente social y cultural y
medio ambiente urbano. Respecto los primeros, constituyen uno de los
principales atractivos turísticos de la zona y uno de los más valorados por
nuestros visitantes. No obstante, el hecho de que estos factores se
potencien y se pongan en valor principalmente en las zonas más turísticas de
la ciudad hacen que se configuren zonas cultural y socialmente marginadas a
las que poca atención se les presta y donde los esfuerzos por procurar la
reinserción son escasos. Se configuran en definitiva como zonas
inexistentes para nuestros visitantes, sin ningún atractivo, y que suponen
una mala imagen de la ciudad hacia el exterior. Por tanto, sería beneficioso
que estos factores de atracción turística fueran extensibles a toda la
ciudad lo cual requerirá un gran esfuerzo por parte de las instituciones
competentes. Como analizaremos en el capítulo dedicado a la política
turística, en la actualidad se está realizando el Plan Estratégico Sevilla
2010. En este plan se considera a la ciudad como un ente integrado en el que
el turismo tan sólo es una parte más. En este sentido, también es importante
señalar las actuaciones que se están desarrollando con fondos europeos para
mejorar barrios marginales; siendo destacables la iniciativa URBAN I, que
está permitido rehabilitar los barrios de San Luis, San Julián y la Alameda
de Hércules.
Respecto a los factores del medio ambiente urbano, constituyen una serie de
servicios ofrecidos al turista ante la generación por parte de éste de un
consumo de recursos y una generación de residuos y contaminación en un
volumen importante, provocando un coste sobre la población de la zona ante
la inexistencia de unos cánones que graven estas actividades de nuestros
visitantes como residentes temporales de nuestra ciudad.
A pesar de todo ello, como ya hemos analizado, el sector turístico más que
amenazas ofrece grandes oportunidades de desarrollo basadas, sobre todo, en
su capacidad de crear renta y empleo y de actuar como un impulsor de otros
sectores y de la economía en su conjunto. A todo ello se unen otros factores
como la incorporación a la sociedad local de nuevas pautas culturales de
modernidad, el enriquecimiento de la diversidad cultural y la aparición de
una sociedad mucho más permeable, dinámica y creativa; que como consecuencia
de la influencia de la actividad turística, que muestran también las
oportunidades que ofrece el turismo para el desarrollo de la zona.
Centrándonos de nuevo en el papel del ciudadano dentro de la actividad
turística, el hecho de que sea cada vez un consumidor más maduro y
experimentado de turismo es algo que desde la Organización Mundial del
Turismo ha venido afirmándose insistentemente y que es comúnmente admitido
como una de las grandes tendencias de este comienzo de siglo. Esto se
traduce, por un lado, en un incremento global de las exigencias a todos los
niveles y, por otro, en la tendencia hacia una demanda más diversificada,
personalizada y dinámica en aras a una mayor calidad. Igualmente, los
cambios en los valores de los consumidores que viene recientemente
produciéndose, especialmente en los medioambientales y los culturales, ha
propiciado una transformación de los modelos de consumo encaminados también
a la exigencia de una mayor calidad y respeto hacia el medio ambiente.
Por otro lado, el ciudadano como parte del entorno del turista desempeña una
particular e importante función como es la de acogida del turista, y no
nos referimos al alojamiento sino a la hospitalidad dentro del lugar y grupo
social al que el turista acude y que representa su destino. Esto es algo
que, en un principio, se realiza sin contraprestación pero que resulta
fundamental para que funcione el propio sistema turístico. No obstante, del
propio funcionamiento del sistema de actividades turísticas se generan una
serie de externalidades que recaen sobre los ciudadanos (figura 2.2).
FIGURA 2.2. Sistema de Actividades Turísticas.
Esta página carece de formato, tablas y
notas.
Pulsando aquí puede acceder al texto
completo en formato DOC comprimido en ZIP (239 páginas, 550 Kb)
En este sistema de actividades turísticas puede observarse un núcleo central
de actividades, las de naturaleza turística, que se suelen identificar con
el sector y son las que necesariamente ha de utilizar el turista para
practicar esta actividad en la zona, estando relacionadas directamente con
la información, el alojamiento, la manutención y el transporte, relacionadas
todas ellas con el turismo. Por otro lado, están las actividades de
aplicación turística, que aunque no tienen en si mismas carácter turístico
son demandados por el turista en virtud del motivo de su visita, debiendo su
existencia en la mayoría de los casos al turismo. Por último, están las
actividades de apoyo al turista compuestas por los servicios públicos y
privados demandados por el turista en tanto residente temporal. Los tres
tipos de actividades anteriores son igual de importantes para el
funcionamiento del proceso de producción de actividad turística.
Las externalidades derivadas de este proceso se reducen, por tanto,
fundamentalmente a la puesta en marcha de una serie de servicios que se
ofrecen al turista y que son aprovechables para los residentes. Gracias a
ellos muchos habitantes tienen una visión distinta de su entorno, pueden
disfrutar mejor de su patrimonio e incluso descubrirlo y elevar su nivel
cultural, etc.. y en definitiva, mejorar su calidad de vida. Realizar un
inventario detallado de todos los servicios que estarían considerados dentro
de estos grupos mencionados anteriormente se escaparía un poco de los
objetivos de este trabajo. No obstante, si realizamos a continuación un
breve comentario sobre los servicios más importantes8.
1. En primer lugar, un servicio fundamental es la información. Ésta pasa por
la elaboración de mensajes más o menos destallados o transmitidos al turista
según diferentes canales y en:
o Folletos tradicionales (documentos gráficos) en diferentes idiomas.
o Teléfonos de acceso libre (número verde).
o Sitios en Internet.
o Pantallas interactivos.
o Paneles interactivos.
o Paneles electrónicos en sitios o itinerarios estratégicos.
o Paneles de información escrita y gráfica antes de acceder al destino (área
de descanso) o en el acceso a un barrio visitado.
o Kioscos de acogida e información personalizada.
o Pequeñas placas colocadas cerca de los principales edificios.
o Personal de la oficina de turismo y en lugares de peso turístico.
o Hosteleros, comerciantes, empleados de servicios públicos y la población
en general.
2. Junto a la información la señalización es un servicio esencial que
requiere mucho cuidado para facilitar la visita y la fluidez del tráfico por
la presencia en determinados sitios de paneles electrónicos que indiquen la
dirección de los aparcamientos y el número de plazas disponibles, de otros
paneles que den informaciones acerca de horarios, manifestaciones, servicios
públicos, obras en curso de realización, etc... Por otra parte, la presencia
en los principales espacios turísticos de placas de información sobre el
barrio, su historia, su geografía, sus atractivos, sobre el monumento o la
casa o el espacio que se contempla por el turista interesado y que puede
incitarle a visitar el lugar, y si no, por lo menos le proporciona unos
conocimientos sintéticos y mínimos de los que se le ofrece a sus ojos.
3. Otros servicios son los siguientes:
o Un buen transporte público.
o Servicios de transportes turísticos: barcos turísticos, carruajes,
autobuses turísticos, etc...
o Unos buenos servicios de aparcamientos para facilitar la fluidez del
tráfico y la satisfacción del turista; servicio que necesita también una
vigilancia estricta. Igualmente las posibilidades de aparcamiento de
autobuses y coches cerca de la puerta de los hoteles y la correspondiente
vigilancia estricta para el respeto de los espacios reservado para ello y
del tiempo de estacionamiento, siempre que se respete las condiciones del
turismo peatonal.
o Servicios de guías turísticos profesionales.
o Servicios dirigidos y adaptados para los discapacitados, niños, ancianos y
minusválidos.
o Servicios de definición de itinerarios turísticos.
o Servicios de limpieza: instalación de receptores de basura en sitios
apropiados, presencia del personal de limpieza de la red viaria,
colaboración de empresas y ciudadanos,...
o Servicios de seguridad: policía, vigilancia de lugares públicos y
privados, prevención de riesgos, limitación de acceso a las calles
peatonales, señalización de obras y protección, alumbrado público, etc...
o Servicios de acceso a servicios de salud: difusión de los números de
teléfono de estos servicios, existencia de medios de transporte rápidos de
enfermos y heridos, servicios de asistencia médica de urgencia, ...
o Actividades deportivas: piscinas, centros ecuestres, canchas de tenis,
etc...
o Garajes-mecánicos.
o Comercios, tiendas de recuerdos, salas de fiestas, bares de noche,
discotecas,...
o Animación callejera y grupos folclóricos.
Esta larga lista no es más que una pequeña muestra del hecho de que el
turismo está llamado a ser una importante fuente de empleo y desarrollo
económico y sustituto de anteriores actividades decadentes.
Así, turismo, sociedad y medio ambiente quedan íntimamente ligados, no
pudiendo existir los unos sin los otros.
- El ciudadano puede constituir un factor de atracción para el turista por
su hospitalidad, tradiciones y cultura en general; pero, a su vez, el
ciudadano también se puede aprovechar del turismo ya que gracias a él va a
recibir unos servicios que de otro modo no obtendría, va a tener un
patrimonio más cuidado y va a enriquecer su visión del mundo al conocer
nuevas culturas y, por lo tanto, será más tolerante. Pero, al mismo tiempo,
el turismo si no está bien planificado, puede convertirse en un grave riesgo
para la cultura de la zona. Este riesgo se deben fundamentalmente a dos
factores. Por un lado, la autenticidad cultural puede perderse ante la
potenciación de tópicos más comerciales y, por otro, en ocasiones, los
turistas ha menospreciado a los habitantes autóctonos que han acabado
perdiendo parte de su identidad al cederla a favor de los turistas.
- En el caso del entorno natural, las consecuencias son similares: el
turismo bien llevado, puede ser un factor de rehabilitación y un motivo más
para la conservación o convertirse en su peor enemigo. La masificación, la
especulación y la ausencia de planificación pueden poner en peligro el
territorio en el que se desarrolle la actividad turística.
No obstante las tendencias actuales auguran un buen futuro. Por un lado, el
turista del nuevo modelo presenta menos riesgos para la sociedad y el medio
ambiente al sentirse más atraído por la autenticidad cultural y buscar
entornos ambientales cuidados. Y, por otro, cada vez se planifica más la
actividad turística teniendo en cuenta no sólo objetivos económicos sino
también medioambientales y sociales.