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CURSO DE ECONOMÍA SOCIAL

 

R. P. Ch. Antoine

 


 

 

 

Sistema monetario de la Unión latina.

La ley del 7 germinal del año once colocó a Francia bajo el régimen del bimetalismo que adoptó la relación de 1 a 15 ½. Pero en 1850 el oro experimentó una brusca depreciación. El descubrimiento de las minas de California y de Australia arrojó en los mercados del mundo cantidades enormes de este metal, que le hicieron bajar de valor. La plata, en alza, emigró, alcanzando la desaparición de este metal, no solamente a la pieza de 5 francos, sino también a las monedas divisionarias de plata, que partieron para el extranjero, dificultando el comercio francés. Careciendo éste de piezas de 2 francos, 1 franco y cincuenta céntimos, no sabía cómo arreglar sus cuentas, y entonces, en 1865, fue cuando se fundó la Unión latina.

Francia, Italia, Bélgica y Suiza, naciones bimetalistas a las que más tarde se agregó Grecia, se entendieron para transformar las monedas divisionarias de plata en monedas convencionales con la ley de 835 milésimas.

De este modo se convirtieron en monedas de vellón, que no se pueden rechazar en los pagos menores de 50 francos. Impidiéndose así el éxodo de la moneda divisionaria, puesto que el valor real de estas piezas ya no correspondía a su valor nominal. A partir de 1870, la situación monetaria experimentó un cambio radical. Ahora no es el oro, sino la plata, la que sufre la baja. La depreciación, consecuencia de la conversión de varios pueblos al monometalismo oro y del rendimiento más abundante de las minas americanas, ha sido bastante fuerte para hacer perder al metal blanco la mitad de su valor. La relación del oro a la plata, en lugar de ser de 1 a 15 ½, es de 1 a 31. La pieza de 5 francos ya no vale en el mercado de metales más que 2,50 francos. El resultado de la baja de la plata es la emigración o, por lo menos, el encarecimiento del oro, porque se tiene interés en comprar lingotes de plata y trasformarlos en piezas de oro en la Casa de la Moneda.

Un banquero de París se procura 3.100 francos en piezas de oro, o sea un kilogramo; los vende en el mercado de metales de Londres, y obtiene 20 kilogramos de plata (suponiendo que la relación del oro a la plata sea de 20 a 1); hace que los acuñen en la Casa de la Moneda; se le deben vender 800 piezas de 5 francos, o, lo que es igual, 4.000 francos.

Beneficio bruto: 900 francos, siendo muy suficiente el beneficio neto para fomentar esta operación y hacer que desaparezca o disminuya el stock de moneda de oro.

Para obviar este inconveniente se limitó al principio en 1874, 1875 y 1876 la acuñación de piezas de 5 francos, y, en fin, siendo insuficiente el remedio, la conferencia monetaria de 1878 suspendió en absoluto la fabricación de estas piezas. Este medio radical era decisivo. Desde ese día, Francia se hizo de hecho monometalista, quedando una gran cantidad de piezas de plata que gozan en el interior de curso legal ilimitado. Este hecho se expresa diciendo que el patrón monetario está cojo; en efecto, el patrón ya no está derecho desde el momento en que el valor del lingote de plata no es igual al de la pieza acuñada, y que el metal blanco no es a voluntad convertible en piezas acuñadas.


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