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La Nueva Fase de Desarrollo Económico y Social del Capitalismo Mundial

José de Jesús Rodríguez Vargas

 

II TEORÍAS DE FLUCTUACIONES ECONÓMICAS
 


METODOLOGÍA DE LOS CICLOS DE NEGOCIOS

MITCHELL Y EL NBER

En el primer libro de Mitchell sobre ciclos económicos (1913) no existe una metodología extraordinaria para la detección y medición de los ciclos; utiliza la técnica estadística común de la época, la de los números índices, los precios reales, los deciles, y los promedios aritméticos (Mitchell menciona que no eran muy usados los promedios ponderados); recurre más a la historia económica y la “condición de los negocios” para analizar “el ritmo de la actividad económica”. El principal problema al que se enfrentó fue la dificultad en la recopilación y la confiabilidad de los datos ; Mitchell analiza la situación de los negocios a partir de la elaboración de números índices de los precios de bienes básicos al menudeo y al mayoreo, de bienes al consumidor y al productor, de materias primas y de bienes manufacturados, de los salarios de empleados, de tasas de interés, de tasas de descuento e índices de precios de acciones (cap. IV); también recurrió a datos de volumen físico y en valor de la producción y el consumo de bienes, de las exportaciones e importaciones, de tasas de empleo y desempleo (cap. V); datos de oferta monetaria, su cantidad y velocidad de circulación, la producción de oro, de plata y de papel moneda (cap. VI); la situación de los bancos, depósitos y reservas, inversión y especulación (caps. VII, VIII); las ganancias y bancarrotas de empresas ferrocarrileras, de bancos y de otras grandes corporaciones (cap. IX)
También utilizó el método de los deciles y el promedio aritmético para agrupar varios indicadores; además de cuadros de datos, Mitchell elaboró gráficas sencillas que reflejaban el comportamiento de los distintos datos desde 1890 hasta 1910 (cap. IV), sin marcar en ellas cuando empezaba y terminaba un ciclo económico (los “picos” y “pisos”), aunque si hay una reseña minuciosa, por año, de las “condiciones de negocios”, por ejemplo en Estados Unidos en 1889 hubo una “marea alta” de prosperidad; en 1890 se restringió el mercado de dinero en verano y una crisis suave en otoño; en 1891 fue “liquidación” de créditos en la primera mitad del año, en la segunda parte de 1891 empieza una recuperación; en 1892 hay prosperidad general de los negocios y fuerte exportación de oro; en 1893, pánico severo de mayo a octubre; 1894, depresión profunda; 1895, recuperación en verano, seguido de una recaída; 1896, regreso a la depresión y pánico en los mercados financieros [...] y así sucesivamente hasta el año de 1911 en Estados Unidos, Inglaterra, Francia y Alemania (cap. III).
Es una descripción excelente de acontecimientos históricos en la “condición de los negocios”, aún sin una gráfica ni un cuadro estadístico de sustentación, que lo llevó a sacar la siguiente conclusión: “...en el mundo real de los negocios, los acontecimientos están siempre sufriendo cambios acumulativos, siempre pasando de una fase a otra del ciclo de negocios. La prosperidad está cayendo en una depresión o en una crisis; una crisis está degenerando en un pánico o entrando en una depresión; la depresión se hace más profunda o se fusiona con la recuperación de la prosperidad. En la realidad, si no en la teoría (de las condiciones “estáticas”), el estado "normal" de los negocios es un estado de cambio” .
Además de las descripciones detalladas “del ritmo de los negocios”, el voluminoso libro de 600 páginas tiene el mérito de la recopilación estadística y el esfuerzo por hacer comparables los índices de los cuatro principales países; el análisis de Mitchell descansa principalmente en una elaborada investigación estadística de los “ciclos” de la época; consideraba que el enfoque estadístico fue “escogido porque el problema es esencialmente cuantitativo, involucrando la importancia relativa de diversas fuerzas que son a su vez el resultado de innumerables decisiones de negocios”. Business Cycles de Mitchell no es una obra teórica, aunque trae la revisión, sucinta, de las teorías de los ciclos de la época (cap. I); Define teóricamente tres fases del ciclo, crisis-depresión-prosperidad, pero no los mide ni los señala en alguna gráfica; en cambio si describe el comportamiento de los indicadores estadísticos y de los hechos durante cada fase, determinando una relación causal y consecutiva entre las fases, en la misma línea de Marx y de Juglar (sin referirlos); los ciclos económicos los ve como “procesos de cambio acumulativo, en el cual una recuperación se convierte en una prosperidad intensa, a su vez esta prosperidad engendra una crisis, la crisis se convierte en una depresión, y ésta finalmente lleva a la recuperación de la actividad, con lo cual el ciclo vuelve a empezar” , o en una frase lacónica: “la crisis alimenta (breed) la depresión, la depresión alimenta la prosperidad, la prosperidad alimenta la crisis”. Este es el cambio acumulativo.
Posteriormente en 1927 Mitchell publica la ampliación de Business Cycles en donde va a incorporar nuevos elementos de la técnica estadística como coeficientes de correlación, tendencias, desviaciones de tendencias, polígonos de frecuencias, logaritmos; pero el principal problema que presenta con respecto a las series de tiempo es la elaboración de un adecuado procedimiento estadístico para “aislar” las fluctuaciones cíclicas de la “tendencia secular”, debido a la presencia de las “variaciones estacionales”; además, la necesidad de separar las fluctuaciones “irregulares” (también se les llama perturbaciones aleatorias, random), que son “repentinas rupturas” que parecen interrumpir el curso de una serie de tiempo. Presenta los métodos estadísticos que se empezaban a desarrollar para eliminar las variaciones estacionales de la tendencia secular, para así obtener el ciclo económico; entre otros, el método de “mínimos cuadrados” o de “momentos”, el “promedio aritmético progresivo o móvil”, y la “mediana móvil”, y variantes de los anteriores métodos. Sin embargo, concluye que aún falta por desarrollar las técnicas de aislamiento de las variaciones estacionales y que por lo pronto es “dudoso” que se consiga el objetivo .
El trabajo fundamental, que aún sigue siendo la base de la investigación y la medición de los ciclos por parte del NBER, es la obra conjunta de Mitchell con Arthur F. Burns, Measuring Business Cycles , de 1946; se puede considerar éste como el primer esfuerzo significativo para comprender el patrón que siguen los ciclos económicos de Estados Unidos ya que los estudiaron con gran detalle entre mediados del siglo diecinueve y mediados del siglo veinte. Por primera vez definen los “picos” (peaks) y los “pisos” (troughs), y miden el ciclo a partir de ellos; observan que un ciclo comienza en una sima o valle, a partir del cual se desarrolla un periodo de expansión y después la economía alcanza un pico (cima), y enseguida pasa a un periodo de contracción; entonces, determinan la longitud de un ciclo económico completo de una sima a otra, pasando a través de un peak (cima). Todos los ciclos están conectados, en el sentido de que el final de uno coincide con el comienzo del siguiente (capítulo 4 y 5).
Actualmente en cualquier manual de estadísticas y de series temporales económicas, es posible encontrar la clasificación de los tipos de movimiento que caracterizan una serie temporal como tendencial, cíclico, estacional e irregular (aleatorios). Aunque parece que estos cuatro componentes no fueron descubiertos por Burns y Mitchell ellos plantean que las variaciones estacionales en una serie de tiempo son un problema para la medición de los ciclos y se deben ajustar, “nuestro análisis de los ciclos se puede facilitar al no considerar las variaciones estacionales”.Todas las series originales que muestran variaciones estacionales son ajustadas para eliminar tales fluctuaciones como primer paso del análisis. Las técnicas para remover el “movimiento” estacional habían mejorado, sin embargo, los autores consideran que, aún tienen limitaciones y desventajas, por lo mismo, en la práctica seguía siendo muy “problemático” aislar el ciclo y los resultados eran “altamente inciertos”; dependiendo de la técnica se mostraban variaciones muy diferentes en una misma variable. No existía un método suficientemente confiable y generalizado entre los especialistas (cap. 3).
Una hipótesis central del enfoque de Burns y Mitchell para el ciclo económico es que el producto y el empleo tienen una trayectoria subyacente de crecimiento, conocida como el “crecimiento-tendencia”, y que los ciclos económicos representan fluctuaciones en torno a esta tendencia subyacente. El capítulo siete de Measuring trata de la separación de la tendencia y el ciclo. Explican que la tendencia es el resultado de factores que determinan el crecimiento de largo plazo de la economía –tasa de ahorro, el crecimiento de la fuerza laboral, el cambio tecnológico y otros-, mientras que los factores que determinan el ciclo económico poseen escaso efecto sobre la trayectoria de largo plazo de la economía. En otras palabras, el ciclo económico representa “desviaciones transitorias” en torno a una trayectoria de largo plazo.
Asumiendo que casi todas las series temporales tienen variaciones estacionales, el siguiente paso es aislar el componente estacional para una correcta comparabilidad en el tiempo y, por tanto, adecuadas para la determinación del ciclo. La medición del ciclo, entonces, es la diferencia entre la serie desestacionalizada -por ejemplo el PIB real- y la tendencia secular -el PIB a largo plazo-; también se dice que es la desviación del PIB real con respecto a la tendencia. Los métodos del NBER para desestacionalizar, planteados en Measuring y aplicados “a pulso” (a mano) durante muchos años fueron el “promedio mensual” y el “promedio móvil” y variaciones de ellos ; sin embargo, ahora se ha facilitado la obtención de series ajustadas con programas electrónicos como el llamado ARIMA X-11 o el Census II, desarrollado por otro miembro del NBER, Julius Shiskin, con base a los promedios móviles; recientemente ha aparecido el X-12, utilizado en US Bureau of the Census . De tal manera se ha introducido el software en instituciones productoras de series de tiempo en los últimos años, que cada vez es mayor la información estadística que se emite de forma desestacionalizada, evitando el tedioso y complicado proceso estadístico del ajuste estacional. En otras palabras, ya no es un problema para los analistas la desestacionalización de las series originales, o en caso de tener cifras originales se aísla el movimiento cíclico con el software más personal y accesible EViews, entre otros programas electrónicos.
El NBER es el organismo privado no partidario constituido por investigadores prestigiados de Estados Unidos que definen “oficialmente” las fechas de los ciclos económicos, por medio de un Comité ex profeso (Business Cycle Dating Committee). La metodología que utiliza para determinar el principio y el fin de una recesión es con base a cuatro indicadores desestacionalizados: la producción industrial, el empleo, el comercio al menudeo y al mayoreo, y el ingreso personal real. Define a una recesión “como una declinación importante en la actividad económica en el país que dura más de unos meses y que es visible en la producción industrial, en el empleo, en el ingreso real y en las ventas al menudeo y al mayoreo”; el principio de una recesión empieza justamente después de que la economía alcanza un peak y finaliza cuando llega a su trough, y entre el trough y el peak, la economía se encuentra en expansión .
Hasta recientemente el Comité adhoc utilizaba exclusivamente los indicadores anteriormente señalados por ser indicadores mensuales, más confiables y menos propensos a modificarse; y en cambio, el comité daba “relativamente poco peso al PIB total porque sólo es medido trimestralmente” y además no era un indicador confiable porque estaba sujeto a “considerables revisiones”. Sin embargo, en el Informe del 18 de junio del 2003 el Comité incorpora, por primera vez, al PIB real a los cuatro indicadores básicos tradicionales, argumentando que “ve al PIB real como la mejor medida única de la actividad económica agregada” y “por tanto coloca considerable peso en la estimación del PIB real” para “determinar si una recesión ha ocurrido” . Esta posición es un cambio radical porque durante mucho tiempo descartó el PIB real y ahora lo reconoce y lo va a utilizar para fijar las fechas del ciclo. El 17 de julio de 2003 definió que la recesión del 2001 había finalizado en noviembre, el PIB real mensual fue el indicador base de la determinación.
La definición de recesión de la NBER no es la acepción popular de los dos trimestres del PIB real negativos consecutivos, sino “la importante declinación de la actividad económica”, que toma en cuenta la profundidad y la duración, misma que puede coincidir con dos o más trimestres negativos del PIB como fue con la recesión del 2001; además, la NBER ni siquiera había utilizado el PIB real. Es decir, que no se basa en un solo indicador, mucho menos sólo el PIB, sino en los cuatro tradicionales y un quinto, recién incorporado.
 


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