MIGRACIÓN Y FEMINIZACIÓN DE LA POBLACIÓN RURAL EN MÉXICO. 2000-2005

Ma. de Lourdes Salas Luévano

Capítulo II

Globalización, neoliberalismo y migración

Introducción

Para atender el objetivo específico señalado en la parte introductoria, en este capítulo se hace una reseña del contexto que envuelve a los países del mundo a partir de la globalización o mundialización de las economías; y de la aplicación de políticas de corte neoliberal que se hacen acompañar de los Programas de Ajuste Estructural (PAE); desencadenando una serie de cambios sucesivos de gran impacto en el comportamiento y en la vida cotidiana de las poblaciones; tal es el caso del aumento de la pobreza en la que se ven envueltas numerosas familias, que recurren a diversas formar de vida a fin de garantizar su reproducción. En este marco, la migración es una de las estrategias que mayormente implementa la población rural, sobre todo de la masculina; orillando a las mujeres a asumir la responsabilidad productiva-reproductiva en sus comunidades.

2.1. El contexto del mundo actual

Los diversos problemas que enfrenta el mundo actual son resultado de las transformaciones que se suscitaron en el último cuarto del siglo XX, que se derivan de la globalización que supone la puesta en práctica de las doctrinas neoliberales  elaboradas por Milton Friedman y Friedrich Von Hayek, cuyos principios critican el intervensionismo estatal al que se le atribuyen los problemas que enfrentan las economías del sistema.

Aunque no existe definición alguna del concepto por ser aún un proceso inacabado, se puede decir que la globalización es un proceso económico financiero que viene desarrollándose desde muchos años atrás, como consecuencia de la libre circulación transnacional de bienes, servicios y capitales, la cual, se va haciendo cada vez más intensa por los avances tecnológicos y por la deliberada decisión de los gobiernos nacionales en facilitar la liberación de los intercambios.

El término “globalización” se remonta a trabajos de muchos intelectuales del siglo XIX y principios del XX, desde Karl Marx y sociólogos como Saint-Simon hasta especialistas en geopolítica como MacKinder, los cuales reconocieron que la modernidad estaba integrando al mundo. Pero es hasta la década de 1960 y principios de los setenta cuando el término globalización alcanzó una difusión no sólo académica sino más amplia (Held y McGrew, 2003).

“Es un proceso que se extiende por lo menos durante 500 años, reconocido además, como un proceso que se encuentra ligado íntimamente al desarrollo del capitalismo, como modo de producción intrínsecamente expansivo respecto de territorios, poblaciones, recursos, procesos y experiencias culturales” (Vilas, 2003); por ello, se reconocen tres fases o etapas transitorias del desarrollo mundial del mercado capitalista o globalización de las economías:
 

  1. Una primera fase, corresponde a aquella donde se establecen las bases del comercio mundial moderno, proceso que se inaugura en 1492, a partir del llamado descubrimiento de América de finales del siglo XV hasta la Revolución Industrial inglesa de fines del siglo XVIII, fase que el propio Marx en sus estudios denominó como de Acumulación Originaria de Capital a nivel europeo y que para América, Enrique Semo (1973) denominó “Des-acumulación Originaria de Capital”. Las bases materiales de esta primera globalización se construyen a través del comercio triangular entre Europa-África-América de materias primas, mercancías y esclavos.
  1. La segunda fase, es la que se corresponde con la creación de un Mercado de Productos (materia prima por manufacturas), a través de la División Internacional del Trabajo que surge de la Revolución inglesa donde se conforman –hasta fines de nuestro siglo XX- un grupo de países productores-exportadores de manufacturas y otro grupo, productores-exportadores de materias primas. Este mercado de productos que hace del mundo europeo occidental, el Japón y los Estados Unidos centros industriales con sus periferias agrícolas, pecuarias y mineras en el llamado Tercer mundo, va a dar paso a la creación de un Mercado de Capitales, primero internacional –época del Imperialismo, del capital monopolista y de la exportación de capitales que se inaugura a fines del siglo XIX – hasta llegar a la actual época de trasnacionalización del capital, proceso que ha cubierto la octava y novena década de nuestro siglo XX.
  1. La tercera fase, corresponde a la actual, se trata de un mercado mundial de capitales que ya ha trascendido sus marcos nacionales, para construir gracias a los avances tecnológicos de la “aldea global”, una economía capitalista planetaria que parece avanzar, en su última fase de desarrollo mercantil, hacia un Mercado Mundial del Trabajo (Rojas, 2000.).

Es hasta el colapso del socialismo de Estado y la consolidación del capitalismo a escala mundial, cuando la conciencia pública de la globalización se acentúa de manera espectacular en los años noventa; y cuando el término globalización,  empieza a ser utilizado en el lenguaje común para intentar explicar las tendencias que experimenta el capitalismo mundial. 

La globalización no solo hace notoria presencia en lo económico, sino también en  los ámbitos político, ideológico, científico-tecnológico, ambiental y cultural; en los cuales se manifiestan innumerables cambios que modifican los patrones conductuales tanto de las instituciones como de las personas y que hacen se hable de la gestación y surgimiento de una nueva civilización, la aldea global o “aldea planetaria1 , término creado en el año de 1962 por Marshall McLuhan, influenciado por el teólogo jesuita y paleontólogo, Pierre Teilhard de Chardin creador del concepto “planetización” (Esteinou,1997).

En el último cuarto de siglo XX se suscitaron hechos de gran impacto en el mundo, entre ellos, se puede hacer mención a:
 

  • la caída del muro de Berlín, la desintegración de la Unión Soviética y el colapso del comunismo, evidenciando el llamado “fin de las ideologías” ante el fracaso de muchas teorías y sistemas de creencias que permitieron resolver los problemas y necesidades del hombre, desde los económicos hasta los espirituales; los cambios en el sistema de valores humanísticos, los cuales apuntan a dar gran importancia a la familia, a la ecología, a la dignidad humana, a la solidaridad, el respeto a las culturas, etcétera;
  • el desarrollo en materia de comunicaciones y transportes, los que permiten establecer contacto inmediato en cualquier lugar del mundo, así como recorrer grandes distancias en tiempos cada vez más cortos;
  • en lo educativo-laboral, la importancia que ha adquirido el conocimiento y la información, traducido en el binomio enseñanza-producción que debe garantizar la eficiencia, excelencia, competitividad e internacionalización profesional para el siglo XXI. Al conocimiento y a la información les toca jugar el papel principal para la generación de riqueza en los países, pues de los factores tradicionales: tierra, capital y trabajo, se obtienen cada vez menos beneficios;
  • la incorporación y uso del concepto sustentabilidad;  emerge en el contexto de la globalización, buscando conciliar el medio ambiente y el crecimiento económico. La sustentabilidad, se desprende de crisis ecológica, ecodesarrollo y desarrollo sostenible, surgiendo como concepto en la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Medio Ambiente y Desarrollo (1992);
  • mayor participación de la mujer en la esfera de la actividad socio-productiva, la cual va adquiriendo y ejerciendo un nuevo rol en la sociedad en la mayoría de las esferas de la actividad humana en un ambiente de equidad2 , y;
  • el empobrecimiento generalizado de una gran parte de la población en el mundo, excluyendo a los individuos de los procesos productivos, de la integración social, y del acceso a múltiples bienes, servicios y oportunidades.

Globalización y neoliberalismo no son términos sinónimos, sin embargo existe una complementariedad entre el fenómeno físico de la globalización y el fenómeno ideológico del neoliberalismo, es decir; la globalización se ha transformado en una nueva ideología, que encuentra sustento en las concepciones que emanan del modelo neoliberal, la que a su vez contribuye a justificar y legitimar el proyecto neoliberal, con la creación de un mercado libre global y la consolidación del capital anglo-americano en las principales regiones económicas del mundo (Held y McGrew, 2003).

El neoliberalismo se relaciona principalmente con los postulados elaborados desde la Escuela de Chicago, el cual privilegia la eficiencia del mercado competitivo, el papel de los individuos en la determinación de resultados económicos y las distorsiones asociadas con la intervención y regulación gubernamentales en los mercados (Palley, 2005).

Este último paradigma sustituye al modelo dominante de acumulación fordista-keynesiana3 que opera bajo un esquema de acumulación flexible que genera nuevos sectores de producción, novedosos servicios financieros, mercados y sobre todo innovaciones comerciales, tecnológicas y organizativas. Las características que asume el régimen de acumulación flexible, son entre otras:

  • Primacía de la acumulación a través de la circulación de capital financiero geográficamente movible, en contraposición a la inversión fija en la producción de bienes del Fordismo.
  • Globalización del capital mediante el avance de los medios de comunicación electrónicos, la informática, el transporte y la automatización del flujo monetario.
  • Flexibilización del mercado de trabajo a través del debilitamiento de las formas de organización masivas de la fuerza de trabajo (sindicatos, partidos, etc.), el predominio de la subcontratación, resurgimiento de formas de organización jerárquica y paternalista. Todo ello debilita además la organización de clase de los trabajadores y transforman los objetivos básicos de la lucha de clases al interior del capitalismo.
  • Fusión entre grandes empresas y búsqueda de nuevos nichos de consumo que implica la diversificación y flexibilización productiva mediante la producción en pequeña escala para mercados localizados y cambiantes.
  • Racionalización de las técnicas de distribución para acelerar la circulación de mercancías y creación de necesidades y gustos mediante la publicidad de masas, motivando con ello el consumo efímero y desechable (moda) y por tanto, la reducción del tiempo de vida de las mercancías y el tiempo de retorno del capital, generando así una aceleración en el ritmo de acumulación de ganancias.
  • Penetración del capital multinacional en esferas hasta entonces ajenas a él (naturaleza, subconsciente, tiempo libre, ocio) y extensión de su actividad a los países del tercer Mundo, hacia donde se mueve para aprovechar principalmente las ventajas que le proporciona la abundancia de mano de obra barata y un ambiente social y político poco restrictivo para la acumulación a ultranza.
  • Debilitamiento de la intervención del Estado en la esfera económica, cuya acción se reduce a crear el clima apropiado para alentar la inversión del capital multinacional, lo cual se traduce en un total de primacía del capital trasnacional sobre el poder de los Estados nacionales (Nava, 2000).

Rojas (2000), señala que en este nuevo contexto de funcionamiento mundial, la iniciativa privada se convierte en el pilar del desarrollo de las naciones, la producción de bienes y servicios por el estado se elimina, y los gobiernos privatizan y/o liquidan la mayoría de las empresas públicas; asimismo, el estado se limita a fijar un cuadro jurídico e institucional permanente que garantice el libre juego de la oferta y la demanda en el escenario abierto del mercado, al que le corresponde distribuir los recursos, la inversión y el trabajo, mientras la caridad y el voluntariado privado vendrían a reemplazar la casi totalidad de los programas públicos destinados a los grupos socialmente desfavorecidos.

En el escenario de los países latinoamericanos el neoliberalismo se implementa y se va consolidando debido a las condiciones impuestas por los organismos internacionales como el Fondo Monetario Internacional (FMI) y el Banco Mundial (BM), a fin de acceder a créditos, cuya argumentación era la posibilidad de ingresar al primer mundo, dado que al homogeneizar las economías de dichos países con las del primer mundo...“todos seremos, antes o después iguales, y en particular los latinoamericanos seremos iguales en desarrollo, cultura y bienestar a nuestros vecinos del norte y de Europa (Vilas, 2003).

En consecuencia, el objetivo principal del neoliberalismo es una sociedad de laissez faire o de libre mercado, junto con un estado mínimo, donde para los defensores de este orden mundial neoliberal, la globalización define una nueva época de la historia humana (Held y McGrew, 2003).


1 McLuhan desde el mundo de la cultura nos da una idea primaria de la globalización como fenómeno universal partiendo de sus estudios sobre los medios y su importancia en la caracterización histórica  de una sociedad. McLuhan, habla de tres estadios definidos por la técnica: la edad de la palabra, que viene a ser la edad de la comunicación oral que se identifica con el periodo del tribalismo. A ella le sigue la edad de la escritura y de la imprenta, que McLuhan denomina como era de la Galaxia Gutemberg, donde la vista predomina sobre los demás sentidos y se escinden el corazón y la inteligencia para llegar al dominio del pensamiento lógico y analítico, y finalmente la edad de los medios audiovisuales, era de la Galaxia Marconi, posible gracias a la electricidad y sus productos, el telégrafo, teléfono, radio, televisión, satélites de comunicación, medios que proyectan la comunicación a un nivel planetario, creando una especie de gran aldea planetaria, la aldea global, donde surge la realidad inmediata de la imagen, sin que haya tiempo para la reflexión que permitía la palabra escrita. (Rojas, 2000).

2 Las discusiones en torno al papel que juega la mujer en los últimos tiempos ha adquirido gran relevancia, prueba de ello han sido las cuatro Conferencias Internacionales convocadas por la Organización de las Naciones Unidas (ONU) con los representantes de los países miembros, y que han dado como resultado la elaboración de estrategias y planes de acción a favor de la igualdad femenina.La primera conferencia se llevó a cabo en 1975 en  México, D.F. Donde da inicio la discusión y análisis en torno a la igualdad de género y eliminación de la discriminación; la participación de la mujer en el desarrollo y el fortalecimiento de la paz mundial. La segunda conferencia se realizó en Copenhague, en 1980. En la que se establecen medidas de igualdad para la mujer: acceso a la educación, en las oportunidades de empleo y en servicios a la salud.
La tercera se efectuó en Nairobi, 1985. Donde se discute nuevamente la plena participación de la mujer en la esfera de la actividad humana (igualdad, desarrollo y paz), estableciendo medidas constitucionales y jurídicas, de participación social y política, así como en la adopción de decisiones.
La cuarta conferencia se celebró en Beijing, 1995. En la cual se reconoce establecer el concepto de género y potenciar el papel que desempeña la mujer mediante la adopción de medidas para eliminar los obstáculos principales que afectaba a la mujer, centrados en doce puntos principales: la mujer y la pobreza, la educación y la capacitación de la mujer, la mujer y la salud,  la violencia contra la mujer, la mujer y los conflictos armados, la mujer y la economía, la participación de la mujer en el poder y la adopción de decisiones, los mecanismos institucionales para el adelanto de la mujer, los derechos humanos de la mujer, la mujer y el medio ambiente, la niña.
La conferencia Beijing + 5, se celebró en New York en el año 2000. Le pusieron como tituló: “Mujer 2000: igualdad de Género, Desarrollo y Paz para el Siglo XXI”, de la cual emana, El Documento de Revisión que se constituye en un acuerdo entre Estados que analiza lo que ha ocurrido desde 1995 y determina como avanzar con la implementación de la Plataforma de Acción, con el cual se pretende acelerar la implementación de los acuerdos establecidos en la Plataforma de Beijing 1995.

3 Caracterizado por la acumulación a través de la producción masiva de bienes por grandes capitales fijos localizados en fábricas; estandarización del trabajo mediante la racionalización técnica; mercados homogéneos; rigidez en el mercado de trabajo, debido al fuerte poder de organización de la clase trabajadora y un Estado que para mantener su legitimidad intervenía tanto en la regulación del mercado y la producción, como en la redistribución social del producto (Estado de bienestar).

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