MODELO PEDAGÓGICO DE DESARROLLO DE LOS MODOS DE ACTUACIÓN PEDAGÓGICOS PROFESIONALES EN EL PLANO DE CONTRASTE DEL PROGRAMA NACIONAL DE FORMACIÓN DE EDUCADORES

Yolvy Javier Quintero Cordero

2.2.- Modelo Pedagógico de desarrollo de los modos de actuación profesionales, en la Formación Inicial del Programa Nacional de Formación de Educadores (PNFE)

Este modelo está concebido para su aplicación desde la Formación Inicial docente de los estudiantes del Programa Nacional de Formación de Educadores.
El PNFE, tiene como objetivo  central  formar un Educador Bolivariano, solidario, laborioso, honesto, justo, latinoamericanista, consciente de su papel transformador, que aplica en su labor profesional métodos científicos que le permiten interactuar con los educandos, la familia y la comunidad en general, atendiendo a la diversidad del ser humano y contextualizando el proceso formativo  para lograr el nuevo republicano.

El Programa contempla, para concretar la formación y el cumplimiento del objetivo planteado, cuatro (4) componentes: Formación Socio-Cultural-Bolivariana, Formación Pedagógica General, Formación Especializada para la Educación Bolivariana, y Vinculación Pedagógica Bolivariana. Este proceso se alcanza a través del cumplimiento de tres trayectos, en los cuales de distribuyen los semestres de estudio.  Dentro de cada uno, el participante debe adquirir una formación tanto en el plano empírico-operativo como en el plano teórico-conceptual producto de la confrontación constante entre ellos, es decir, mediante el plano de contraste. 1(Ver anexo N· 7)
Entre los cuatro componentes se expresa una interrelación dialéctica que garantiza la formación integral del profesional, porque todos ellos se concretan en los proyectos que realiza el participante, así como en las diversas actividades que realiza con la familia, la escuela y la comunidad.
La Formación Socio-Cultural incluye elementos básicos relacionados con el uso y perfeccionamiento de la comunicación oral y escrita, del desarrollo del pensamiento lógico, a partir de elementos de Matemática, de Lógica y Estadística Aplicada, el conocimiento de la Historia y Geografía de Venezuela, del acervo cultural y el devenir histórico del Pensamiento Político Latinoamericano y Caribeño .Además, comprende el uso y aplicación de las tecnologías de la información y la comunicación como medios de enseñanza e instrumentos de trabajo, así como la preparación para la administración civil y prevención de desastres.
 La Formación Pedagógica General, aporta las herramientas psicopedagógicas  que le permiten alcanzar un modo de actuación profesional que se corresponda con los requerimientos del nuevo educador desde el propio proceso de formación sociocultural en articulación con la dinámica de las relaciones esenciales que se expresan en el proceso pedagógico. Este componente deviene en un proceso de constante transformación al proporcionarles recursos de investigación y administración de estrategias de atención a nivel individual y grupal.
La Formación Especializada para la Educación Bolivariana constituye la síntesis de la formación psicopedagógica y sociocultural que se comprueba en el marco del desempeño que el participante tiene en la escuela y la comunidad, en la medida que se apropia de los fundamentos de la Política Educativa Venezolana, con énfasis en la comprensión de los fundamentos y características del Sistema de Educación Bolivariano teniendo en cuenta los postulados de: desaprender, aprender y aprender haciendo.
En el componente Vinculación Profesional Bolivariana, se concretan los aprendizajes de los participantes en los tres componentes anteriores, mediante la interrelación constante que se  establecen entre el plano teórico-conceptual y el empírico operativo a través del plano del contraste. Se basa en el accionar del mismo  en los diferentes escenarios de formación: la escuela, la aldea universitaria y la comunidad
Al respecto, Ibañez (2003:15) señala que la praxis realiza la síntesis   entre teoría y práctica, es la acción consciente y reflexiva que desborda los límites de lo concreto, tanto como acción como reflexión, dado que abarca lo que es externo al acto concreto, para ir más allá de él. La relación entre acción-práctica y teoría-reflexión es dialéctica, pues si el pensamiento influye en la acción, ésta también transforma el pensamiento, al ponerse éste en contacto con lo concreto.
 En consecuencia, el conocimiento no se produce en las intenciones de los que creen que lo poseen, ya sea en la pluma o en la voz. Se produce, como afirma Lusted, citado por Mc Laren y Giroux (1997:62), en el proceso de interacción, entre escritor y lector durante la lectura, y entre profesor y alumno durante las acciones en el aula y en general entre profesor y la realidad que lo circunda.
En virtud de lo anterior, el plano de contraste se puede perfectamente asimilar al contenido de un enfoque crítico dialéctico, según el cual el diálogo permite la búsqueda de soluciones y propuestas educativas y sociales fomentando que toda crítica este acompañada de argumentos y propuestas, y tomando conciencia de la responsabilidad personal que implica las mejoras de las situaciones, siendo capaces de observar que parte de esa propuesta corresponde directamente a  las personas implicadas, para en definitiva enfocarse en el ¿qué puedo hacer yo?  Enfrentarse a su realidad social,  implica por parte del estudiante, la aplicación de  los conocimientos teóricos adquiridos en  su formación inicial. Pero, también  implica  la confrontación entre esos conocimientos teóricos y la realidad social de su ambiente escolar; esto le permite llegar a la síntesis, producto de la confrontación entre la teoría y la realidad de su acción, en contextos particulares, pudiendo avanzar constante y reiteradamente en la contraposición, complementación y contrastación de la práctica con la teoría; y de la teoría con la práctica, permitiéndole volver a reflexionar sobre sus experiencias y las teorías estudiadas, de acuerdo con la intensidad e intereses y a las exigencias de cada una de las realidades particulares donde actúa.  

El plano de contraste, en definitiva, es esa lucha (reflexión, auto crítica, cuestionamiento, socialización, dialogo) que libra el docente en pro de ir perfeccionando su modo de actuación profesional docente  ante una realidad socio cultural que está ahí, con la que se ve todos los días. En este caso, entonces, el modelo  propuesto  constituye una vía hacia ese propósito pedagógico.

Funciones generales del proceso educativo

 Los docentes  deben   desplegar un conjunto de acciones generalizadas que se corresponden con las funciones generales del proceso educativo. Es decir,  planificación escolar, ejecución,     control y  evaluación, entre otras.
 En tal dirección, y a juicio de la Universidad Pedagógica El Libertador (UPEL) Y la Universidad Simón Bolívar (USB)  la  planificación es la previsión de las actividades y los recursos, para el logro de los objetivos que se desean alcanzar; Por lo tanto planificar es la elaboración de un plan  general, debidamente organizado para obtener un fin determinado.
Cuando se habla  de planificación educativa  se puede  agregar que esta permite al docente orientar y encaminar su quehacer diario en el aula y fuera de ella, tras la organización y presentación sistemática de los contenidos de aprendizaje, que pretenda abordar.

El éxito de la gestión educativa radica en la realización de una buena planificación, coherente y progresiva ya que permite entre otras cosas: a) evitar la improvisación y reduce la incertidumbre, las actuaciones contradictorias y esfuerzos estériles, b) unificar criterios a favor de una mayor coherencia funcional racionalizando las tareas del docente  c) garantiza el uso racional del tiempo y  e) coordina la participación de todos los actores involucrados.
  La planificación  da concreción  a  algunos de los instrumentos que orientan la práctica educativa, por lo cual deben ser concebidos  como documentos de carácter sencillo, realistas y prácticos que se elaboran día a día.
 Para dotar de coherencia a las diferentes actuaciones individuales y particulares con las que tiene que enfrentarse día a día un docente, es necesario que los miembros de la comunidad escolar sean capaces  de establecer y respetar acuerdos relacionados con los principios, objetivos y criterios que las leyes, el currículo,  y el plantel  proponen.
La planificación  del aula (didáctica o de los aprendizajes), se inicia con el Proyecto pedagógico de aula para luego elaborar la  planificación diaria. A tal efecto considera:
-El Proyecto de Aprendizaje: se  define como un instrumento de planificación     de la enseñanza con un enfoque global, que toma en cuenta los componentes del currículo, se sustenta en las necesidades e intereses de la comunidad, escuela y de los educandos a fin de proporcionarles una educación de calidad y equidad  

Debe contener los siguientes aspectos: a.- Datos de identificación: Título,             Plantel, nivel, grado y sección, matricula, docente, tiempo de ejecución (fechas que comprende) b.-Diagnóstico: Muestra a grandes rasgos la situación evidenciada y que sustentará el propósito u objetivo del proyecto.   c.- Propósitos u objetivo: Contenidos Conceptuales, actitudinales y procedimentales de cada área. d.- Actividades pedagógicas globalizadas (Motivadoras,  enlace,  integración, fijación y aplicación) e.- Plan de Evaluación: Competencias, indicadores, procedimientos e instrumentos, formas de participación y criterios a utilizar.
- Plan de clase y unidad de clase (uc): Es un instrumento de planificación       que facilita el desarrollo de los contenidos programáticos y la organización de los procesos de enseñanza y aprendizaje que serán desarrollados en una jornada. La Unidad de Clase (UC) es aquella que refuerza contenidos no contemplados en el Proyecto Pedagógico de Aprendizaje (PPA) y organiza el proceso, pues allí al igual que en el plan de clase, se plasma de manera concreta y directa la interacción de los ejes transversales con los contenidos, las actividades (inicio desarrollo y cierre) y la evaluación que han sido previstas en el PPA. En la UC podemos distinguir: Día y fecha,  Contenidos a desarrollar, Actividades de inicio, desarrollo y cierre, Evaluación: Competencias, indicadores, actividad,  técnicas e instrumentos. 
Se continúa con el diseño y la evaluación de las opciones de acción. Lo que hace la planeación es anticipar el resultado de las posibilidades consideradas, a fin de seleccionar  la más acorde para el  cumplimiento de los objetivos.
La ejecución está enfocada a la realización práctica de las acciones concebidas en la planificación. Y el control se presenta en dos vertientes: la regulación sistemática durante la fase de la planificación y ejecución y la comprobación final de lo logrado  durante la actividad pedagógica, que se consuma contrastando  el producto alcanzado con el objetivo de la actividad.

¿Cómo actúa  u opera el modelo propuesto?
En la parte superior del modelo (véase pág., 84)  se ha tenido en cuenta  la Formación Inicial docente como propósito del PNFE. Para alcanzar el pleno desarrollo de tal propósito, debe existir una vinculación directa entre el estudiante y la escuela, a la cual concurre provisto de un  soporte ético; es decir, ejerciendo   un conjunto de valores éticos  que rigen  su vida personal, familiar y profesional, para llevar a efectos concretos un Proceso Docente Educativo (planificación, ejecución, control y evaluación), conforme a un Plan Curricular. Esa formación  va a depender de la concreción de los aprendizajes de los participantes, mediante la interrelación constante que se establece entre el plano teórico-conceptual y el empírico-operativo, a través del plano de contraste. Vale decir,  este plano  se  presenta como un “factor de conversión” de los modos de actuación pedagógicos profesionales.
Los modos de actuación pedagógicos profesionales adoptan notoriedad práctica  merced a  dos  dimensiones: sistema y secuencia de acciones para la práctica pedagógica y  habilidades y capacidades que conforman su identidad profesional. Nótese que ambas dimensiones se conectan con el plano de contraste.
 Obviamente, se trata por un lado de sistematizar y secuenciar los modos de actuación pedagógicos profesionales, y por el otro, los modos de actuación son sinónimo de habilidades y capacidades, lo que le da identidad profesional al docente. La  reflexión crítica, el dialogo socializador o el auto cuestionamiento, que en definitiva es la concreción del  plano de contraste, va a darse  sobre las características   prácticas  respecto a  las dos dimensiones señaladas, puesto que ellas conforman los modos de actuación pedagógico profesional.
Ahora bien, en cuanto a la primera  dimensión las acciones  deben ser sistematizadas y secuenciales,  de tal manera que se  conduzca  una práctica docente exitosa. Tal práctica se distingue por  darle solución a tres subdimensiones, en el orden que se señala:   a) organizar el contenido de la práctica docente, b)  modo de actuar sobre el objeto de la profesión,  y c)   modelar una actividad competente. ¿Porque debe existir un orden?, obviamente, por que no se puede actuar sobre el objeto de la profesión, y en consecuencia modelar una actividad competente, si antes no se procede a una organización de la práctica docente.
 Organizar el contenido de la práctica  pedagógica implica la utilización de un método de trabajo; pues, éste permite  ordenar el proceso educativo, dándole una secuencia a las actividades didácticas para el desarrollo del proceso enseñanza aprendizaje. Cuando se emplea un método y conscientemente se sabe cuál es ese método; los requisitos, los condicionamientos, las estrategias, los momentos, su empleo hace más profesional al docente.
 Asumir cualquier enfoque epistemológico en la docencia es importante, por cuanto se hace ciencia al reflexionar sobre la práctica y permite analizar el papel del  estudiante del PNFE en la formación de sus alumnos; pues, éste es un  proceso continuo de formación y de aprendizaje para lograr diferenciar lo bueno o lo malo, en función de los resultados. De allí que el estudiante del PNFE como profesional y científico social que será,  tiene el compromiso de asumir con alto grado  de responsabilidad su formación permanente y autónoma para llevar a cabo una práctica docente de calidad.
Al analizar la importancia de la función docente, la cual está determinada, según Vera, ya citado, por la práctica  como por la teoría, se tiene  ésta última como una contemplación ideal conjuntamente con las condiciones personales, las circunstancias y el contexto. La práctica por si sola, no es nada, es empírica, repite lo que hicieron sus profesores o imita; pero una buena práctica, debidamente organizada, basada en un enfoque epistemológico, no es repetición, genera conocimiento y reflexión sobre el hacer, el quehacer y el deber ser  según la teoría.
Modo se actuar sobre el objeto de la profesión implica, según Álvarez de Zayas C (1989), que el docente debe actuar sobre una parte de la realidad objetiva que está delimitada por el grupo de problemas que en ella se manifiestan. Esto es,  el  estudiante del PNFE, es un constructor de éxitos; recibe una situación, una realidad socio-cultural cristalizada en el aula a través de cada uno de sus alumnos y un objetivo curricular. El  estudiante del PNFE, para construir el éxito, debe acompañar a sus alumnos en sus respectivos procesos de construcción de los propios saberes, para que, individual y comunitariamente realicen el proyecto áulico. Para ello deberá implementar metodologías  didácticas originales que se adecuen a las necesidades del aula.
 En este sentido, los métodos son sólo instrumentos, a criterio de Magni (2003:6), se utiliza el que sirva, y si no sirve ninguno, se crea uno nuevo. El  estudiante del PNFE, debe tener la libertad de emplear el instrumento que más convenga a su propósito. Ello lo determinará la circunstancia  educativa que deba enfrentar.
En el mismo orden de ideas, es necesario acotar que en el proceso educativo, existe al menos una dupla: el docente y el alumno, por ello cuando se prepara una clase, según Vera(2008:18) “además del contenido se debe considerar a los estudiantes, sus conocimientos previos, necesidades e intereses, búsqueda de información, relación de empatía, de entusiasmo, escuchar a los estudiantes, saberse comunicar con ellos, contextualizar el contenido, seleccionar estrategias, métodos, técnicas, recursos y formas de  evaluación.
Modelar una actividad competente, significa  no sólo poseer conocimientos y competencias, sino también  el diseño de un programa de acción que permita captar  la atención de los estudiantes, cómo llegar a ellos, como hacerse entender a los efectos de un mejor y mayor comprensión del tema o asunto en discusión. Esto es,  que todo estudiante del PNFE, debe poseer competencias necesarias para las ejecuciones que éstos realizan en el aula, deben brindar un trabajo de calidad en correspondencia  con el objetivo   a ser alcanzado.
Es importante resaltar que  estas tres  subdimensiones, ya analizadas, también se interrelacionan, y son interdependientes; es decir, todos deben funcionar exitosamente para que la dimensión sea eficiente y eficaz.
 Según la segunda dimensión: habilidades y capacidades que conforman su identidad profesional, el  estudiante del PNFE  debe demostrar: que sabe darle respuestas a las siguientes subdimensiones: a) desarrollar  la  capacidad de investigación, b)  habilidad para desarrollar   estrategias en el proceso  enseñanza- aprendizaje y c) habilidad para desarrollar estrategias para la integración escuela-familia-comunidad
La  capacidad de investigación de los profesores, ha de ser innata en su profesión, de acuerdo con Bustamante (2001) esta competencia despierta una actitud más crítica y reflexiva sobre su labor pedagógica,  La investigación le permite mejor visualización e interpretación de la enseñanza.
El accionar en el aula es el escenario de generación de preguntas e inquietudes y se percibe condiciones para el ejercicio de la investigación que  según Stenhouse (1998:26) “la investigación para ser útil a los profesores exige que éstos comprueben en sus aulas sus implicaciones teóricas” .de igual modo agrega que estas condiciones y el acceso a fuentes de investigación y a la formación de recursos humanos calificados, todo pone de manifiesto que la investigación es una actividad aprendida y que puede desarrollarse.
Obviamente, que contar con un docente investigador es hablar de un sujeto con conocimientos y habilidades desarrolladas, que emergen de la práctica educativa. Pues la falta de investigación en el sistema de formación docente limita las habilidades para utilizar la información del conocimiento. Y según Picón (2008:437) la investigación es un proceso orientado a la producción de conocimiento. Continúa señalando que se requiere de éstos para la fundamentación y puesta en marcha de nuevas concepciones, valoraciones y estilos de trabajo educativo.
 Por tanto, se toma como referente a la investigación con el ideal de lograr  ese espacio de espectacularidades, como es el aula de clase y el quehacer investigativo. La práctica ha de ser la plataforma del hacer, en el ejercicio de la actividad investigativa del estudiante del PNFE, con capacidad de transformar y mejorar la práctica educativa, en búsqueda del conocimiento.
Visto de esta forma, la capacidad investigativa le permite al estudiante del PNFE mejorar su enseñanza por tres razones fundamentales: a) ofrece hipótesis posibles de comprobar en el aula, b) brinda descripciones con variedad de detalles para proporcionar un contexto comparativo con los propios casos y c) conduce a transformarla desde la realidad observada.
A este respecto, el desempeño de los estudiantes del PNFE dependerá, en gran parte, de su capacidad para adoptar una postura investigativa  en relación con su ejercicio, es decir, de su posición como educador que investiga y reflexiona desde su práctica pedagógica. Dentro de este marco, Díaz (2004:58) señala que la investigación a realizar por el docente debe ser sistemática y autocrítica con una visión plural de tal forma de asumir el método preciso para analizar e interpretar los problemas educativos
En cuanto a  la habilidad para desarrollar estrategias en el proceso enseñanza- aprendizaje, se tiene que éstas son procedimientos utilizados por el docente en forma  flexible y reflexiva para promover el logro de aprendizajes  significativos. Son los mecanismos o recursos que el docente diseña y activa para mediar en la adquisición de conocimientos.
  Para la selección e implementación de las estrategias instruccionales, según Díaz, Barriga y Hernández (2001:89) es necesario considerar las características generales de los alumnos (nivel de desarrollo cognitivo, conocimientos previos, factores afectivos, ambientes de procedencia, entre otros), el conocimiento previo y el curricular, la meta que se desea lograr, las actividades de aprendizaje, la evaluación del progreso del aprendizaje del estudiante, la determinación del contexto intersubjetivo, creado en conjunto con los alumnos y el resto de los actores que participan en el proceso de aprendizaje.
El docente debe diseñar las estrategias de una manera consciente e intencional, orientadas al éxito del alumno en la realización de las actividades para lograr el aprendizaje, es decir, las estrategias se consideran como una guía de las acciones a implementar en un momento determinado para aprende, pues se pretende la construcción del conocimiento con el uso adecuado de las diferentes actividades propuestas
En relación a lo expresado, el estudiante del PNFE, para planificar y considerar en el proceso de mediación, las necesidades de los estudiantes, el contexto y las ideas previas debe poseer competencias cognitivas, profesionales, técnicas y axiológicas, pues la educación debe estar comprometida con unos valores éticos, los cuales al ser llevados a la práctica se deben concretar en bienestar y salud.
 Por otra parte, debe demostrar  la habilidad para  desarrollar estrategias para la integración de la escuela- familia – comunidad. La educación está vinculada directamente con la participación conjunta de los directivos, docentes, estudiantes, los padres y representantes, en el diagnóstico, la elaboración y el control de los programas institucionales e instruccionales, puesto que éstos son fundamentales para determinar las necesidades a satisfacer por las demandas educativas.
Al respecto, Orbegozo (1995: 192), señala que la  presencia cercana de los educadores en las comunidades permite una rica interacción de mutuo crecimiento. La participación de los padres y representantes poco a poco, va adquiriendo una presencia física y organizativa. En tal sentido, la participación activa de la comunidad, viene dada en la acción y el logro de los objetivos institucionales y en los aportes que éstos puedan ofrecer para mejorar la calidad en el servicio educativo que allí se ofrece.
De hecho,  los docentes   de   las instituciones educativas  deben  constituirse en los  primeros  animadores   de   la participación de los padres y representantes, para apoyar el hecho educativo y consolidar en los estudiantes un espíritu de superación y grandeza, para que este esfuerzo de aprender se transforme en beneficio directo para la sociedad. En consecuencia, los estudiantes del PNFE deben tener la suficiente capacidad para diseñar estrategias que propendan a una participación integradora de los esfuerzos de todos los actores que participan en el hecho educativo.
  Deben  implementar  acciones dirigidas a incrementar  la participación de la comunidad en obras de orden comunitario, incluso participar conjuntamente con ellos. Comprometer a la comunidad en proyectos que mejoren la infraestructura escolar; realizar talleres dirigidos a elevar el conocimiento de la comunidad en relación a salud, mejoramiento del ambiente, acciones cooperativas, diálogo con jóvenes, religión, entre otros. En otras palabras el  estudiante  del PNFE, debe hacer  valer su rol de líder comunitario.
 La acción que se desprende de los modos de actuación profesionales, así modelados,   genera un  estudiante  con formación docente educativa-ética- humanística.  En la medida en que actúe, que se confronte con la realidad social de su ambiente, a través del plano de contraste, se van generando nuevas formas de conocimientos, nuevas estrategias de acción, nuevos métodos de trabajo, que en definitiva van revelando un educador que perfecciona  su modo de actuación profesional, transformando su propia realidad, al tiempo  que se auto transforma como individuo y profesional. Su accionar profesional simula un circulo  retroalimentativo, cuya misión es precisamente su  auto perfeccionamiento  a fin de poder cumplir con su gestión social.

CONCLUSIONES   DEL CAPÍTULO II.

 Se puede afirmar que  un  modelo es la representación mental y/o gráfica  de un determinado comportamiento   individual o colectivo  de la realidad  con la finalidad de estudiarlo y  ofrecer alternativas  para su perfeccionamiento. El modelo propuesto es pedagógico y   obedece a fundamentaciones de carácter histórico-cultural, ético, sistémico secuencial y humanista y se ampara en los postulados teóricos de destacados  autores  y en los propósitos  educativos del PNFE
  El mismo,  toma en consideración  la formación inicial como objetivo del PNFE, y en su vinculación con la escuela, los valores éticos y el proceso docente educativo, como elementos  centrales que van a permitir desarrollar los modos de actuación profesionales en el plano de contraste .  Recuérdese que  el problema científico está relacionado al perfeccionamiento del plano de contraste en el diseño curricular del PNFE. Lo cual está directamente vinculado  con el desarrollo de los modos de actuación pedagógicos profesionales.
Este desarrollo se logra interrelacionando las dimensiones: sistema y secuencia de acciones y  habilidades y capacidades  que conforman la identidad profesional. Ello supone una   reflexión crítica en los estudiantes del PNFE  y su entorno laboral,  que  permite desarrollar los modos de actuación, en el plano de contraste, garantizándose, así, un proceso de auto perfeccionamiento  constante de los mismos.

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