COMPETENCIAS EMOCIONALES Y RESOLUCIÓN DE CONFLICTOS INTERPERSONALES EN EL AULA

Lucicleide De Souza Barcelar

ESTRATEGIAS PARA EL DESARROLLO DE LAS COMPETENCIAS EMOCIONALES

4.2.1. Estrategias para el desarrollo socio emocional

Las estrategias de intervención para el desarrollo emocional son sobre todo acciones socio-educativas llevadas a la práctica. Según Álvarez (2001), la implantación de una intervención dependerá de las características del centro y de la disponibilidad del profesorado. A continuación presentamos diversas estrategias sugeridas por Álvarez (2001) para la implantación de programas en el ámbito de la educación emocional. Las utilizaremos como referencia, puesto que nuestro interés es conocer las posibles estrategias para el desarrollo de las competencias emocionales.

 

ESTRATEGIAS DE INTERVENCIÓN

 

  • Orientación ocasional: Consiste que el docente introduzca temas relativos a la educación emocional en el momento de impartir sus clases. Se trata de un profesor que por iniciativa propia introduce aspectos relacionados con la educación emocional.
  • Programas en paralelo: Acciones que se realizan al margen de las diversas materias curriculares. A menudo se utiliza horario extra escolar, lo cual repercute en una asistencia minoritaria, ya que el alumnado no lo percibe como algo importante. Sobre todo si la asistencia es voluntaria. Pero puede ser un punto de partida para otras actividades posteriores más relacionadas con el currículum académico. 
  • Asignaturas optativas: Los centros educativos pueden ofrecer asignaturas optativas sobre temas relacionados con la educación emocional. Al ser asignaturas optativas, lo lógico es que no se inscriban todos los alumnos. Pero pueden ser una forma de empezar una acción que con el tiempo se vaya ampliando.
  • Créditos de síntesis: En algunos sistemas educativos existen las denominadas “asignaturas de síntesis”, que se realizan durante un breve periodo de tiempo y en las que se trata de integrar los conocimientos de las diversas materias. Como tópico de estas asignaturas de síntesis se pueden elegir aspectos relacionados con la educación emocional. Esta opción tiene la ventaja de que la asignatura de síntesis suele ser obligatoria. 
  • Acción tutorial: El plan tutorial (PAT) debería ser el instrumento dinamizador de la educación emocional. La ventaja en este caso es que la acción tutorial grupal se dirige a todo el alumnado. Dentro de las sesiones de tutoría tienen cabida todos los contenidos de la educación emocional.
  • Integración curricular: Los contenidos curriculares de la educación emocional se pueden integrar de forma transversal a lo largo de las diversas materias académicas, y a lo largo de todos los niveles educativos. El profesorado de cualquier materia puede incluir en ésta, al mismo tiempo que la está explicando, contenidos de carácter emocional. Ser trata una “infusión” o “integración” en el currículum académico de contenidos que van más allá de lo estrictamente instructivo. En este sentido se podría considerar la educación emocional como un tema transversal. 
  • Integración curricular interdisciplinaria: Es un paso más a partir de la “integración curricular”. Se requiere la implicación del profesorado, que deberá coordinarse para poder exponer unos contenidos que se sincronicen con los que está impartiendo otro profesor.
  • Sistemas de Programas Integrados (SPI): En este caso se da un paso más: se trata de interrelacionar programas diversos (orientación profesional, estrategias de aprendizaje, prevención de consumo de drogas, etc.). Desde la tutoría se puede poner énfasis en la dimensión emocional de todos estos programas. La integración de estos programas en un objetivo común (el desarrollo de la personalidad integral del alumnado) puede producir un efecto de sinergia. Es lo que denominamos sistemas de programas integrados.

Basado en Álvarez (2001: 52-53)

Estamos de acuerdo con Álvarez (2001), cuando comentan que probablemente la estrategia más apropiada para desarrollar actividades de educación emocional sea a partir del Plan de Acción Tutorial, aunque se podría utilizar de manera inicial a través de los programas en paralelo y las asignaturas optativas.

4.2.2. Destinatarios y agentes

Soldevilla, Ribes, Filella y Agulló (2006) comentan que <<Los programas de educación emocional centran su intervención en la adquisición de competencias básicas para afrontar  situaciones que la vida,  y a  su vez, fomentan el desarrollo integral del individuo. Pueden tener  tanto carácter preventivo como de tratamiento>>.

El desarrollo de las emociones es fundamental y necesario para cualquier individuo, incluso debe ir dirigido no solo a los alumnos, sino a los profesores de todos los niveles educativos. Sabemos que tanto los niños, los adolescentes, como los adultos necesitan interaccionar con su medio. Por lo tanto, el desarrollo integral del ser humano, incluye desarrollar las competencias emocionales, con la finalidad de capacitar al individuo para afrontar  los retos de la vida cotidiana, con el objetivo de aumentar el bien estar personal y social (Bisquerra, 2000: 243).


Basado en Álvarez (2001:55)

Como vemos, todos pueden ser destinatarios de los programas de desarrollo emocional. No obstante, para que estos agentes puedan impartir conocimientos sobre emociones y contribuir al desarrollo emocional, es indispensable que su formación sea la apropiada. De esto se deriva la necesidad de considerar al profesorado como destinatarios de la educación emocional. Sólo así podrán llegar a ser agentes efectivos (Álvarez, 20001: 55).

Como se ha mencionado, la finalidad de la educación emocional es el desarrollo de las competencias emocionales-tema de nuestro interés. A partir de esta conceptualización hemos realizado una recogida de programas de intervención que contemplara el constructo estudiado.
Bisquerra (2003) afirma que la educación emocional es una innovación educativa que se justifica en las necesidades sociales. La finalidad es el desarrollo de competencias emocionales que contribuyan a un mejor bienestar personal y social. Para ello se requieren una serie de condiciones interrelacionadas: en primer lugar diseñar programas fundamentados en un marco teórico. Para llevarlos a la práctica hay que contar con profesorado debidamente preparado; para apoyar la labor del profesorado se necesitan materiales curriculares; para evaluar los programas se necesitan instrumentos de recogida de datos, etc.

4.2.3. La formación de los docentes

Otro punto, que debemos tener en cuenta es el de la formación del profesorado, aspecto fundamental para desarrollar las actividades de intervención. Castro (2005) comenta que la falta de formación de los docentes para iniciar un proceso educativo de intervención puede fracasar si el profesorado no tiene una buena formación.
 
“Formar competencias reales durante la etapa escolar general supone una transformación considerable de la relación de los profesores con el saber, de sus maneras de <hacer clases> y, a fin de cuentas, de su identidad y de sus propias competencias profesionales” (Perrenoud, 1999).

Los docentes necesitan formación conceptual, procedimental y actitudinal para el desempeño de distintas funciones:

 Crear un clima escolar positivo:
– Promoviendo la participación, la comunicación interpersonal, la asunción de
responsabilidades y el aprendizaje cooperativo. A través de técnicas y estrategias
diferentes: debates, asambleas, teatro, juegos cooperativos, trabajo por proyectos, talleres,
rincones, círculos de calidad, fiestas, campeonatos deportivos, etc.
– Organizando el ambiente de aprendizaje de forma coherente con los objetivos propuestos
anteriormente: distintas formas de distribuir el tiempo, de organizar el espacio, de agrupar
a los alumnos, de elegir y utilizar materiales, etc.
– Orientando a los chicos/as hacia la autogestión y hacia la autodisciplina: elaboración de
contratos de trabajo, distribución compartida de responsabilidades, establecimientos de
normas y principios de convivencia, etc.
– Manteniendo determinadas actitudes en el trato con los niños y con los padres de las
víctimas, de los niños que intimidan y de los que permanecen como espectadores.

• Incorporar nuevas estrategias de aproximación curricular:
– Incorporación al Proyecto Curricular de la Competencia Social
– Desarrollo de un programa de educación en valores y actitudes pro-sociales.
– Desarrollo de destrezas emocionales y sociales básicas:
- Habilidades de comunicación.
- Entrenamiento asertivo.
- Desarrollo de la empatía y desarrollo de la autoestima.
– Desarrollo de estrategias de auto-control:
- Programas de auto-control de la agresión y/o la ira.
- Programas de control del estrés.
– Desarrollo de estrategias de resolución de conflictos.

Basado en Castro (2005: 13-14)

De los mencionados por Castro, tenemos como foco principal las competencias emocionales. Vemos que para que el profesor promueva un clima escolar positivo, a priore él necesitará de herramientas, y no sólo de la formación del “saber hacer” pero si no más bien del “saber ser”. Para desarrollar en el alumnado buenas competencias emocionales es necesario que el profesor  también las tenga buenas competencias emocionales. En este sentido tal como ha sido mencionado, tener Consciencia emocional, auto-control, buenas capacidades comunicativas y etc. Son muy importantes en la labor educativa, por no decir que son fundamentales.

Siguiendo el enunciado de Darder (2003: 37) la educación emocional tiene como objetivo educar las emociones. Y en primer lugar tenemos que educar las nuestras, porque como educadores, como padres y / o como adultos, representamos ante los chicos y las chicas un valor modelo que tiene que ser el reflejo de una actitud afectivo-emocional integradora. Educar con actitud emocionalmente sana implica adoptar una actitud vital:

- Relajada y receptiva,
- Cálida y cercana;
- Honesta y dignificante;
- Responsable y comprometida;
- Voluntariosa y flexible.

Es muy conveniente que el educador (en este sentido los propios padres, madres, maestros o responsables de la educación de los niños o niñas) tenga una base teórica-práctica de las emociones. Saber manejar las emociones, transmitirlas y regularlas, así como tener una postura empática y en resumen, ofrecer lo que hay de mejor al entorno es una propuesta innovadora y creemos que posible.

4.2.4. Programas de desarrollo  emocional

Los programas de intervención en educación emocional, trabajan dimensiones de las competencias emocionales. Suelen abordar aspectos como las habilidades emocionales, sociales y de resolución de conflictos. En el cuadro a continuación se resumen los modelos de educación emocional más representativos fuera y dentro de España.

Habilidades

SEL (Graczyk et al.: 2000)

Self Science Stone y Dillehunt: 1978)

Prog.de Ed.Social y afectiva, (Trianes, et al.:1996 )

Educación emocional (Bisquerra: 2000 - 2002)

Desconócete a ti mismo (Güell y Muñoz: 2000)

Hab.p/ ident.  y comp.las pro.emociones

 

 

 

 

 

Hab.p/ident. y comp. las emociones de los otros

 

 

 

 

 

Habilidades para expresar las emociones

 

 

 

 

 

Autorregulación emocional

 

 

 

 

 

Automotivación

 

 

 

 

 

Resolución de problemas

 

 

 

 

 

Toma de decisiones

 

 

 

 

 

Autoconcepto y autoestima

 

 

 

 

 

Habilidades sociales

 

 

 

 

 

Establecimento de vínculos

 

 

 

 

 

Aceptar las diferencias

 

 

 

 

 

Interiorizar las normas sociales

 

 

 

 

 

Responsabilidad social

 

 

 

 

 

Asertividad

 

 

 

 

 

Otros

 

 

 

 

 

Fuente: Sala et al (2002).

Los programas que presentamos, podemos decir que se relacionan con los aspectos de la compresión emocional tanto propia como de los demás, la expresión emocional, la autoestima y las relaciones interpersonales. Son programas para trabajar en el contexto del aula o en tutorías. Son programas y que en el marco educativo tienen un papel fundamental para la socialización del individuo con su entorno y su auto eficacia percibida.

 

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